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PROPUESTA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS DE LA SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA

29.06.05

PROPUESTA DEL CTC DESDE LA VISIÓN CULTURAL INDIGENA ANTE LA IDEA DE REALIZAR UN DIAGNOSTICO DE LA CRISIS HUMANITARIA POR CAUSA DEL CONFLICTO ARMADO

Propuestas de la Organización Indígena Kankuama (OIK), la Organización Wiwa Yugumaiun Bunkuanarrua Tayrona (OWYBT), la Confederación Indígena Tayrona (CIT) y la Organización Gonawindua Tayrona (OGT), realizadas en el seno del Consejo Territorial de Cabildos (CTC), para orientar las intervenciones en materia de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, en la Sierra Nevada de Santa Marta.

INTRODUCCION

El conflicto que se manifiesta en nuestro territorio tiene sus causas originales en la sociedad y en la cultura occidental, por tanto, el diagnóstico de las causas del conflicto a través de las consecuencias en nuestro territorio, conduciría a encontrar causas y defectos que ocurren en otra parte y las soluciones que se proponen como consecuencia de un diagnóstico de ese tipo no pasarían de ser acciones remediales sin efecto en las raíces del problema ni dentro, ni fuera de nuestro territorio.

El punto de partida para nosotros y el interés por la realización de un diagnóstico, entendido como el descubrimiento de las causas a través de las manifestaciones visibles de un problema, está en la búsqueda de las causas que permitieron que un conflicto, ajeno a nuestra cultura y a nuestro espacio cultural, esté afectando la realización de nuestros propósitos de identidad étnica y autonomía como derecho humano.

GOBERNABILIDAD Y FORTALECIMIENTO CULTURAL

Entendemos por GOBERNABILIDAD el desarrollo de nuestra propia capacidad de ejercer dominio en nuestro territorio y ejercer las funciones del poder político en la forma como ancestralmente quedó organizado para nosotros.

Nuestra pretensión no es regresar a tiempos y situaciones que pueden considerarse perdidos, sino asumir nuestro propio fundamento cultural para resolver los problemas del presente y proyectar nuestro futuro.

Así mismo, FORTALECIMIENTO CULTURAL representa para nosotros la posibilidad de disponer, de acuerdo con nuestra concepción del Universo:
1 de los medios para hacer sostenible y suficiente nuestra economía,
2 cumplir con las funciones previstas en el orden natural para el orden social,
3 tomar nuestras decisiones con el recurso a las fuentes establecidas en la “Ley de origen” y con la participación de todos nuestros pueblos y
4 disponer del espacio y del tiempo para reproducirnos física y culturalmente.

El análisis de la situación actual motivado por la presencia del conflicto, nos permite percibir que la pregunta significativa para nosotros se refiere a las causas que, desde nuestra propia visión, permitieron que un conflicto de origen externo en sus causas esté produciendo efectos con su presencia en nuestro territorio.

El objeto de un diagnóstico de crisis humanitaria en nuestro territorio se refiere, por consiguiente, a establecer las señales que manifiestan en nuestra cultura la causa que permitió y que, si no se pone remedio, seguirá permitiendo el surgimiento de obstáculos internos o externos a la realización de nuestros propios propósitos culturales.

ANALISIS EXTERNO – INTERNO DEL CONFLICTO EN NUESTRO TERRITORIO

1. Externo

• Origen
Nuestro punto de partida consistió en establecer que las causas originarias del conflicto ocurren en el exterior a nuestro territorio en virtud de la lucha de clases existente en la sociedad de cultura occidental, lucha que a su vez está originada por
1 la propiedad de la tierra y de los medios de producción
2 la significación en la sociedad
3 la participación real en la toma de decisiones.
4 Consecuencias
Las consecuencias del conflicto armado en nuestro territorio o en el resto del país han sido
o Pérdida de vidas
o Violación de los Derechos Humanos
o Desplazamiento
o Inseguridad para la movilización
o Hambre y miseria
o Destrucción ecológica
Estas consecuencias son las que al parecer interesan como problemas a resolver en un diagnóstico de situación humanitaria.

2. Interno

• Origen
El desplazamiento de grupos campesinos y de actores políticos en otras partes del país trajeron el asentamiento de colonos y con ello se reprodujeron en nuestro territorio las causas que originaron el conflicto en sus lugares de procedencia hasta el punto de llegar muchos miembros de nuestras comunidades a participar y tomar partido en las posiciones políticas propias de esas circunstancias.

• Consecuencias
La afectación que recibimos del conflicto armado en nuestro territorio, además de todas las consecuencias analizadas en lo externo son, entre otras, las siguientes:
1 Pérdida de la movilidad requerida por nuestro sistema productivo
2 Interrupción de nuestro calendario cultural y ritual
3 Limitaciones para las reuniones requeridas por nuestra forma de organización social y política
4 Pérdida de “memoria” ancestral.
5 Polarización y pérdida de unidad interna frente a los objetivos comunes de la cultura.
6 Limitaciones en la posibilidad de consolidación territorial.

Realizado este análisis de situaciones internas se refleja la afectación de nuestra organización y de nuestra cultura, toda vez que se encuentran interferidas negativamente las dinámicas propias de cada una de las culturas, por consiguiente, el diagnóstico de situación y crisis humanitaria adquiere para nosotros el sentido de mirar cómo se realizan las expresiones y consecuencias del conflicto en los diversos lugares del territorio y pensar en soluciones tanto generales, como particulares. Nos parece que tales situaciones internas merecen la reserva que compete a la reflexión autocrítica.

Por otro lado, nuestro análisis nos lleva a caer en cuenta que el conflicto armado existe a partir de la década de los ochenta, agravado desde los noventa por la presencia de las autodefensas, pero el conflicto, que para nosotros consiste en la intervención de la autonomía en nuestro territorio, ha existido siempre desde que fuimos despojados por la conquista y la colonia y se conserva gracias a prácticas disimuladas de imposición económica, social, política y cultural.

Los derechos a la educación, a la salud, a la cultura, luchados desde comienzos del siglo XX y logrados en el papel, no han sido resueltos en la práctica. Poner en práctica la etnoeducación se convirtió en un montón de requisitos interminables para su legalización de tal manera que funciona a medias; la ejecución práctica de la Ley 100 está llena de incumplimiento de los aportes correspondientes a la parte oficial de los entes territoriales vecinos que son, a la vez, intermediarios en el manejo de los recursos de transferencia; los logros en el mercado con nuestros productos orgánicos está condicionado a que alguien certifique que sí son orgánicos; la necesidad de ocupar el territorio de nuestra cultura se encuentra en contravía con las contradicciones que existen en la interpretación de las leyes nacionales que abundan, cada vez más, en la tendencia a reducir a leyes comunes lo previsto por la Constitución Nacional respecto al derecho de las culturas a proveer sus soluciones de acuerdo con sus usos y costumbres..

La reclamación por el derecho al territorio de nuestra cultura nos ha hecho conscientes de que debemos llevar nuestras propias instituciones al nivel correspondiente a una visión de Estado, en el sentido de responder por las necesidades de nuestros pueblos, y eso nos hace afirmar que el tema de los Derechos Humanos es un tema de dignidad y de respeto para con los indígenas como lo es para todos los pueblos y para todos los Estados.

La solución a la presencia de armados ilegales en nuestro territorio ha sido la presencia de las armas del Estado, también con consecuencias negativas para nosotros como es que los indígenas quedemos en el medio, pero abrigamos el temor que así como la guerra es un negocio para los que viven de ella, la paz también termine siéndolo para los “vivos” de siempre. Logrado el restablecimiento del orden público en la Sierra, ¿qué podemos esperar los indígenas con respecto a la solución de nuestros problemas seculares?

En efecto, todavía no se ha consolidado el orden en los alrededores de la Sierra Nevada de Santa Marta y ya se habla, otra vez, de la privatización del Parque Nacional Natural Tayrona, de la realización de proyectos de infraestructura, del teleférico, de la interferencia en las empresas prestadoras del servicio de salud de los indígenas por parte de los entes territoriales y de multiplicidad de proyectos de desarrollo, pensados, diseñados y presupuestados desde fuera, por organizaciones no gubernamentales, cuya existencia depende de ello, que fortalecen el asentamiento campesino en el territorio ancestral, los macroproyectos de palma africana, las fumigaciones y el nuevo GEF para la Sierra. Todo ello se convierte en negación de la autonomía, dispersión de actividades, resquebrajamiento de la unidad interna y desgaste para las autoridades ancestrales y tradicionales.

Los agentes del conflicto armado se encuentran en nuestro territorio como invasores de casa ajena y el hecho que los propietarios no tengamos la capacidad de decirles que se vayan o de sacarlos, no nos hace complacientes o cómplices de lo que ellos hacen. De hecho hemos recibido tratamiento y acusación como si así lo hubiéramos hecho.

PROPÓSITO DEL ACOMPAÑAMIENTO

Puesto que el análisis de las razones por las cuales el conflicto hizo presencia en nuestro territorio conducen, en términos generales, a la observancia de nuestra propia “ley de origen”, como criterio para ordenar la vida en nuestro territorio, y en cuanto al cumplimiento de las funciones y respeto a nuestras autoridades tradicionales, hemos considerado que el acompañamiento de las entidades en el proceso de diagnóstico y solución a la crisis humanitaria a causa del conflicto debería ocurrir en el contexto de:

1. Realizar los trabajos tradicionales como fundamento para una posición de autonomía frente al conflicto armado.
2. Reconocer la competencia y el ejercicio de la autoridad por parte de los legítimos representantes de las comunidades ante los organismos nacionales e internacionales.
3. Los Cabildos Gobernadores, en este momento asociados en el Consejo Territorial de Cabildos, somos los legítimos interlocutores con las instituciones gubernamentales o internacionales en la medida que recogemos el sentir de nuestros pueblos y lo representamos.
4. Vigilar que el desarrollo del esquema interno de aplicación de justicia esté libre de presiones u obstáculos externos.
5. Desarrollar mecanismos operativos para sistematizar, socializar, divulgar y respetar los acuerdos a que se llega en el Consejo Territorial de Cabildos.

Por otro lado, se requiere del conocimiento de las leyes nacionales que se refieren a los derechos humanos fundamentales de los pueblos indígenas y el seguimiento de la forma como los derechos de los pueblos de la Sierra Nevada de Santa Marta están siendo afectados por el incumplimiento de las normas nacionales.

Muchas de las leyes nacionales, vistas como herramientas para la protección de los derechos de los pueblos, han sido logradas en su formulación y aprobación gracias a la contribución y las exigencias de los mismos pueblos indígenas, pero se ve que tales instrumentos no pasan de ser formulados y aprobados, pero nunca cumplidos.

Suponemos que vigilar el cumplimiento de estas normas es el papel de la Defensoría del Pueblo al interior del Gobierno Nacional.

El Gobierno Nacional, a su vez, nos parece que debería vigilar la coherencia entre la multiplicidad de normas menores y los principios que, respecto a los derechos de las culturas quedaron consagrados en la Constitución Nacional, y están siendo vulnerados en la Sierra Nevada de Santa Marta como consecuencia de esa falta de coherencia.

Así mismo, el Gobierno Nacional es firmante de normas o convenios internacionales que se refieren al derecho humanitario y cuyo cumplimiento debe ser vigilado en las condiciones actuales de la situación de conflicto en nuestro territorio. Se espera cumplimiento del papel que debe jugar la comunidad internacional como puente en el seguimiento de la realización práctica de las leyes internacionales por parte del gobierno en lo que respecta a los indígenas.

El agredido es un territorio que en el contexto de las Naciones Unidas está reconocido como Patrimonio de la Humanidad, se requiere definir en quién o quiénes recae la competencia para vigilar el cumplimiento de las consecuencias que se derivan de ese hecho y del sentido que tiene en la práctica, para la comunidad internacional, que la Sierra Nevada haya sido declarada con esa calidad. Consecuentemente, se espera efectividad en el papel institucional de los organismos internacionales frente a la afectación provocada por los actores en el conflicto.

La revisión del estado actual del cumplimiento de los tres niveles de normas, el de origen, el nacional y el internacional en un diagnóstico de situación de crisis humanitaria, es visto por nosotros como la oportunidad de acordar el inicio de un seguimiento que abarque, además del cumplimiento de las mismas, el valor de las leyes como instrumentos y si están conservando su vigencia de acuerdo con el espíritu con que fueron establecidas para el logro del propósito.

MODO DE ACOMPAÑAMIENTO

El modo general de acompañamiento de las instituciones debe obedecer a la solución general de la crisis humanitaria sin que existan otras maneras o formas particulares procedentes de coyunturas institucionales que condicionen el efectivo acompañamiento.
1. Revisar las políticas de gobierno que, por ejemplo, en lo relativo a Parques Nacionales Naturales, a normatividad sobre recursos naturales, como bosques, aguas y páramos, y a los planes de desarrollo de los municipios y departamentos vecinos contradicen los objetivos de autonomía y fortalecimiento cultural reconocidos por la Constitución Nacional y las leyes vigentes.
2. Las conclusiones de la relatoría, como es el caso de las recomendaciones contenidas en el informe del relator especial de los derechos humanos para indígenas, y del delegado especial para los derechos humanos deben ser vinculantes para el gobierno nacional.
3. Las acciones que corresponden a políticas de desmovilización de los actores armados deben ser coherentes con el apoyo a las comunidades indígenas en la defensa del territorio y fortalecimiento cultural.
4. Los planes de desarrollo y de ordenamiento territorial de los departamentos y de los municipios con jurisdicción actual en la Sierra Nevada de Santa Marta deben cumplir con los acuerdos existentes entre las comunidades indígenas y el gobierno nacional con respecto a los procesos en marcha relativos al ordenamiento ancestral del territorio y al fortalecimiento de las formas culturales de organización de acuerdo con la Constitución Nacional.
5. En acuerdo con nuestros pueblos, estamos dispuestos a realizar acciones complementarias a las del gobierno nacional, con base en nuestro propio fortalecimiento como sociedad civil, para enfrentar algunas de las consecuencias de la presencia del conflicto armado en la Sierra Nevada de Santa Marta y requerimos para ello del acompañamiento del mismo gobierno nacional y de los organismos internacionales.

Por otra parte, nuestra intención de llegar lo antes posible a unas condiciones de autonomía y fortaleza cultural nos mueven a expresar nuestro deseo de que el acompañamiento de las instituciones sea limitado a períodos de corto plazo, no mayores de tres años, para las actividades exigidas por la realización del diagnóstico en sentido estricto, de mediano plazo, no mayores de cinco años, para la ejecución de las soluciones a los problemas detectados en el diagnóstico y, de largo plazo, no mayores de ocho años, para las actividades de seguimiento de los resultados que no requieran sino de visitas poco frecuentes al territorio.

Las instituciones del gobierno nacional, como ejecutoras de las leyes nacionales y de los convenios internacionales firmados o ratificados hasta adquirir fuerza de ley en el país, mantendrán su presencia en la medida que se acepte y se respete el principio constitucional que las autoridades tradicionales en los territorios de la cultura somos los ejecutores de funciones públicas de acuerdo con nuestros usos y costumbres y, por tanto, estén dispuestas a acompañarnos y respaldarnos.

FORMAS ESPECÍFICAS DE ACOMPAÑAMIENTO

La realización de las actividades encaminadas a obtener los resultados previstos en el propósito implican la aplicación de un conjunto de medios que serán establecidos de acuerdo con unas estrategias generales propuestas en el Consejo Territorial de Cabildos, con base en la consulta a los mamas respectivos. Las organizaciones de cada etnia elaborarán las soluciones como respuesta a las necesidades particulares de cada uno de los cuatro pueblos y definirán el objeto y la forma específica de realizar las acciones.

Depende de los objetivos, funciones y competencias de las instituciones que han expresado su deseo de acompañarnos en este proceso, establecer cual es el aspecto del objeto y la forma específica en que se haría ese acompañamiento. A partir de allí, de manera concertada y conjunta, se formularán y elaborarán los documentos de proyecto o de acuerdo correspondientes.

10 de junio de 2005.


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