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PUERTO IGUAZÚ (Misiones, Argentina). Un consejo de la aldea decidió este lunes resistir cualquier intento de despojar a la Comunidad aborigen Tekoá Yryapú de sus tierras ubicadas en las cercanías de esta ciudad.
En el marco de una emotiva asamblea, el cacique Miguel Morínigo se comprometió, especialmente ante los niños del poblado, a no abandonar sus territorios, donde están enterrados sus muertos y donde han decidido quedarse y establecerse definitivamente.
A través de su opyguá –jefe religioso- los indígenas pidieron fuerza espiritual a las divinidades del pueblo Mbyá. Al mediodía enarbolaron una bandera nacional en el acceso al pueblo, simbolizando su condición de ciudadanos argentinos.
“Somos ciudadanos y tenemos derechos. Cualquier persona que a partir de hoy entre a Yryapú y pase por donde ponemos esta bandera tendrá que respetar esos derechos”, dijeron las autoridades aldeanas en medio de aplausos y gestos de compromiso.
Una cultura amenazada
La Comunidad reclama una fracción de 200 hectáreas de tierras en cercanías de las Cataratas del Iguazú, a orillas del río homónimo, sobre un total de 600 hectáreas fiscales que el gobierno provincial de Misiones y el municipal de Puerto Iguazú pretenden negociar para la radicación de inversiones turísticas: hoteles, áreas de recreación, paseos ecológicos y una cancha de golf, entre otras.
El “plan estratégico” del gobierno misionero es trasladar a los aborígenes a una fracción marginal del mismo área, cerca de 70 hectáreas. Una propuesta que no conforma a Yryapú y se contrapone con el derecho de los pueblos indígenas a permanecer en sus territorios, garantizado en las leyes y en la propia Constitución Nacional.
Hace sesenta días, el Concejo Deliberante de la ciudad de las Cataratas formalizó su adhesión al plan maestro provincial, desatando el alerta de los jefes indígenas. Es que en varias oportunidades, la Comunidad Yryapú fue objeto de presiones violentas para abandonar sus territorios. El episodio de mayor repercusión ocurrió en el invierno de 1990, cuando fuerzas policiales literalmente cargaron a los pobladores en camiones e incendiaron sus viviendas, cumpliendo una orden de desalojo viciada de irregularidades, en el intento provincial de dar paso a un completo turístico. En aquella ocasión, los aborígenes fueron abandonados en un monte sin abrigo ni alimentos. Una rápida movilización social logró frenar el abuso y los indígenas regresaron y reconstruyeron sus chozas.
A mediados de la misma década, violando una vez más los derechos constitucionales de la comunidad, las tierras fueron prometidas a la petrolera YPF. Según trascendió, un informe socio ambiental de la misma empresa desaconsejó entonces su instalación en el lugar, donde se planeaba la ubicación de un gigantesco estacionamiento destinado para el transporte de cargas. Entre otros aspectos, el informe negativo de los expertos ambientalistas habría contemplado la presencia de los aborígenes y su derecho ancestral.
En la provincia de Misiones viven cerca de 6.000 miembros del pueblo Mbyá Guaraní. El 20 por ciento de ellos habita en las cercanías de las Cataratas del Iguazú, en el municipio de Puerto Iguazú, frontera con Brasil y Paraguay.
Cuando existían las selvas en plenitud, hasta fines del siglo XIX, estos aborígenes eran nómades. Pero el avasallamiento de los montes nativos por parte de las empresas extractivas limitó sus territorios de tal manera que actualmente amenaza a toda su cultura.
(13/05/2003)
NOTA IMPORTANTE: Prensa del Yguazú tomó conocimiento además de que los agentes sanitarios aborígenes no han recibido sus haberes en todo lo que va del año 2003. Se trata de dos agentes de Yryapú y un agente y dos promotores de salud de la comunidad Fortín Mbororé, cuyo salario mensual es de 250 pesos.
Prensa del Yguazú (Misiones - Argentina) (03757) 42-3908 / 15542699