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¿Viraje de la izquierda?

27.08.05

La fuerte arremetida de Kirchner contra piqueteros, trabajadores y población en general se corresponde con la presión del menemismo que aspira a ganar espacios en la máquina del poder contra el “izquierdismo” de Kirchner. Hebe de Bonafini había aplaudido anteriormente algunas medidas consideradas positivas en Kirchner y criticado otras. Hoy Hebe declara que quizás haya que volver a luchar. Esto es, un viraje. Eso es bueno.

Por otra parte, Frei Beto declara en Rio de Janeiro casi a la misma hora que Hebe decía sus palabras de volver a luchar, que el PT dañó a la izquierda más que la propia derecha y de forma lapidaria acota: “En los últimos años pasé por la caída del Muro de Berlín, la derrota de la revolución sandinista, y ahora por este desencanto con el proceso político brasileño, agravado por la desmoralización de la izquierda brasileña”.

Con franqueza, no le creemos a Beto. A Hebe le creemos, si ella dice que no estaba luchando, debe ser cierto.

La izquierda oficial siempre hace lo mismo: Se retira o los sacan del aparato y se arrojan contra las maldades de los que quedaron. Igual que Trotsky, que era más estalinista que Stalin, pero este último le ganó el quien vive. Pero el aparato sigue ahí, incólume, como el vellocino de oro, como la fuente de la juventud. Eso no se cuestiona. No, por favor. Sólo se cuestiona a quien lo dirige, ya que nosotros lo haremos mejor, lógico.

Los sectores de izquierda que se salieron del PT después de las elecciones se mostraron como los grandes ingenuos o los grandes oportunistas. Cualquiera de ambas posibilidades no es la mejor para ellos. Crearon otro partido, uno más de los que pululan en Brasil, el Psol. Los petistas del MST no se salieron de su partido. Son menos izquierdistas o más hábiles o tienen las manos atrapadas en la puerta.

Esa izquierda sabe perfectamente cuales son las intenciones de los candidatos aún antes de las elecciones. De Lula y de Kirchner se sabía perfectamente lo que vendría, por lo que no nos vamos a tragar el cuento de que cambiaron sus programas o sus políticas. Igual que en el PRD mexicano, que de izquierda tiene muy poco y se ha llenado de tránsfugas oportunistas del PRI y aún del PAN, ya que es sabido que la mejor manera de administrar hoy el capital es con la mano del gato de la izquierda.

Los zapatistas están tratando de que evitemos caer otra vez en el mismo juego. Ellos han aprendido de nuestras experiencias, nosotros muy poco. Si algunos quieren ir a gobernar o a tomarse el poder, pues que lo hagan. No podemos andar de opinionólogos por ahí, a ver si la gente no los escucha para que escuche nuestros respectivos cantos de sirena. Hay que trabajar en la autoorganización social y el protagonismo popular que permita avanzar hacia el contrapoder, el poder popular autónomo.

Los campesinos venezolanos han resultado más consecuentes que el MST, cuyas políticas de alianzas erráticas con sectores de izquierda independiente y con sectores del capital sólo conducen a debilitar al conjunto de la población evitando el desarrollo de la autoorganización. Sabemos que el MST no quiere la autoorganización, pues ello se opone a su férrea orgánica estalinista nacional, por lo que su estrategia de apoyo a Lula solamente busca capitalizar beneficios por aquí y beneficios por allá en pro de un programa propio que ya han diseñado de las asambleas populares organizadas de arriba abajo en una especie de bolivarismo al revés, o sea desde antes de la toma del poder, que obviamente será ejercido con mano de acero, como Trosky o Stalin.

Se hace necesario un viraje serio de la izquierda, no sólo salirse del carro cuando aparece la corrupción o cuando el gobierno aumenta la represión, eso es muy poco, no contribuye en nada más que a limpiar nuestra imagen, como que somos los próximos candidatos, igual como hizo Mesa que se salió del lado de Goñi y luego asumió. Al parecer sectores de izquierda quieren limpiarse antes de emprender otras estrategias.

Si ello es así, habrá que apoyar en ello lo que sea contribuyente para la autonomía social y el avance de la construcción de espacios territoriales donde la población pueda practicar nuevas relaciones sociales. No podemos una y otra vez volver a caer en el juego de que quizás este gobernante o candidato va a resolver los problemas. Es hora de discutir seriamente que si algún partido o frente va a las elecciones, nosotros no vamos simplemente, pues no tenemos tiempo para ello, estamos ocupados en la autoorganización social. No parece nada prudente salir a pegar carteles con la consigna del voto nulo o la abstención, a menos que sean firmadas por organizaciones sociales autónomos en proceso de construcción de escuelas, clínicas, etc, donde haya un referente de nuevo tipo, donde exista el espacio real para el encuentro práctico de la izquierda revolucionaria con el anarquismo y la autonomía. Fuera de ello es sólo discurso. Tampoco nos parecen prudentes las dinámicas de reunirse entre varios grupos de afinidad para salir a la calle una y otra vez a mostrar un referente cuando no hay construcción social. Eso no es más que marketing ideológico, la pugna por atraer simpatizantes tras simpatizantes, el crecimiento de la idea y de la acción entendiendo la lucha como la manifestación de los militantes. Ello contribuye al desarme de la población. La difusión de ideas se asume como más importante que la escuela de aprender a organizarnos en el barrio.

Partiendo de ello es más fácil entender que se está gestando un proceso de fractura en la santa alianza de los gobiernos llamados progresistas a nivel continental. En ello no está ajena la presencia de lo social, que de una u otra forma manifiesta su disconformidad, que se atraviesa con los intereses estatales

Por una parte Chávez ha conseguido grande avances en acercar gobiernos, pero por la otra hay severas críticas constructivas desde el campesinado y también estos últimos días desde sectores de trabajadores de su propio país, en especial reaccionando a la entrega de petróleo al gobierno ecuatoriano cuando sus trabajadores se encuentran en huelga. Peligros de la acción superestructural, esto es, política de estados. No se trata de opcciones frente al estado o frente a los trabajadores, sino de cómo se fortalecen los avances en Venezuela a partir del protagonismo social.

El gobierno argentino ha manifestado fuerte preocupación por la instalación de la empresa de celulosa en Uruguay cerca de sus fronteras. Mientras el gobierno uruguayo se distancia cada vez más del pueblo aplicando medidas de interés más para el capital que para la población, en particular insistiendo en la instalación de esa empresa que ha concitado la oposición de vastos sectores.

Habrá que hilar más fino en la secuencia de los hechos. No es casual que suceda todo esto ni acontece como en una bolsa de gatos. Por detrás está la lógica del capital, pero hay otras lógicas en las contradicciones de los diferentes grupos y personas de izquierda que anhelan llegar o conservar el aparato del poder.

Las lágrimas de cocodrilo de Frei Beto y los lamentos de Hebe se dan en un momento histórico concreto. Hay los primeros vestigios y necesidades objetivas de un viraje de la izquierda. Habrá que insistir que la salida está en el fortalecimiento de la unidad de acción en la izquierda alternativa, es decir, aquella que se encuentra operando en el día a día en la autoorganización social en función del poder popular autónomo.

Abrazos
Profesor J
profesor_j@yahoo.com
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