Con sus hijos desabrigados, un pedido de tierra y sus gallinas, un grupo de indígenas de la comunidad autodenominada Monday Mi, de Raúl Arsenio Oviedo, se encuentra acampado dentro del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI).
Las divisiones que generan los políticos, líderes religiosos y hasta las ONG son también causas del desplazamiento de los indígenas a las ciudades. Este es el caso de los nativos de la comunidad Monday Mi, que llegaron al INDI.
Los nativos viven en precarias condiciones en el garaje del ente. Allí también conviven con sus aves de corral, con lo que completan un panorama de absoluta miseria.
De acuerdo a las consultas que realizamos en el INDI, encontramos que varios de los aborígenes provienen de otras comunidades, de donde fueron expulsados por cuestiones ideológicas políticas, religiosas e incluso presiones de ONGs, y por esta situación decidieron formar otras comunidades. Monday Mi es una de ellas.
Su líder, Arnaldo Domínguez -figura como miembro de la comunidad Puentecita, a la que el INDI adquirió 400 hectáreas- dijo que vino a Asunción liderando a 50 familias para exigir la compra de las tierras de donde fueron expulsados por brasileños. El dirigente solicita ahora otras 500 hectáreas y advierte que si no responden a su pedido, reclamarán la destitución de la presidenta. Presiones como esta se reciben a diario en el INDI, y en estas condiciones ningún funcionario puede delinear una política indígena.
Las aves de corral también conviven con los nativos en el patio del INDI. Los indígenas trajeron sus animales para presionar a una funcionaria que hace pocos días asumió el cargo.
Dávalos afirmó que los nativos son manejados por la Fundación Lambaré. “Allí afuera está el camión en el que llegaron. Ellos reclaman ahora las tierras de un brasileño en el lugar denominado Toledo, y dicen que fue su territorio. Sin embargo, los solicitantes provienen de otras comunidades que abandonaron por problemas ideológicos o con sus líderes”, remarcó.
La funcionaria sostuvo que los indígenas ahora piden víveres, alimentos y hasta plata para pasajes, “y el INDI dónde va a conseguir los fondos”. Adelantó que ofrecerán alimentar a los niños y prestarán asistencia médica, pero ya no tiene rubros para pagar vehículos, dando a entender que la organización que los trajo debe retornarlos a su lugar de origen.
Por su parte, Hugo Lovera calificó de “loca” a Dávalos y aseguró que los nativos llegaron a Asunción angustiados por el hambre, porque ni siquiera tienen herramientas para trabajar la tierra. Negó que su fundación haya pagado un camión para el traslado. Reconoció que es el asesor jurídico de los nativos y mientras estén en Asunción seguirá apoyándolos en sus necesidades.