Sábado 3 de septiembre de 2005
Tirar a matar para controlar el caos, ordenan a soldados desplegados en Nueva Orleáns
El huracán dejó más de 10 mil muertos en Louisiana, calcula senador del estado
Mujeres y niños han sido violados dentro del Superdome, denuncian damnificados
Nueva Orleans, 2 de septiembre. El huracán Katrina pudo haber dejado más de 10 mil muertos en Louisiana, según el senador republicano por ese estado, David Vitter, mientras explosiones e incendios se produjeron en el sureste de Nueva Orleáns y soldados, armados con fusiles M-16, procedentes de Irak, fueron desplegados en esa ciudad con la orden de “tirar a matar” para controlar el caos por los saqueos y disturbios.
Esto ocurre en momentos en que damnificados hacinados en el estadio Superdome de Nueva Orleáns han dado cuenta de violaciones de mujeres y niños dentro del lugar, convertido en gigantesco refugio.
De acuerdo con Vitter las víctimas mortales “son más de 10 mil, pero es sólo una suposición”, indicó al responder a periodistas que lo interrogaban en Baton Rouge, y subrayó que esa observación no está basada en ningún conteo oficial de cadáveres.
El funcionario reclamó además un despliegue inmediato de las tropas de combate regulares en Nueva Orleáns, al señalar que el refuerzo de efectivos de la Guardia Nacional es demasiado lento como para restaurar rápidamente el orden.
Las autoridades de Louisiana mencionan la posibilidad de que Katrina haya provocado “miles de muertos”. Sólo 125 víctimas han sido contabilizadas oficialmente en el estado de Mississippi.
La situación aún es crítica en Nueva Orleáns, donde unas 20 mil personas continúan bloqueadas por la inundación que siguió al paso del huracán el lunes.
Ante la ola de críticas hacia el gobierno por el retraso de enviar ayuda a los afectados, el jefe de la Fuerza de Tareas Conjunta, Russel Honore, defendió la respuesta a la crisis e indicó que tiene a disposición unos 90 mil guardias nacionales.
Honore llegó a Nueva Orleáns al frente de un enorme convoy anfibio repleto de suministros, que se instaló frente al centro de convenciones local, donde hay miles de personas refugiadas.
Además de los guardias nacionales y las caravanas de ayuda, 300 soldados procedentes de Irak, fueron desplegados en Nueva Orleáns con orden de disparar sobre los saqueadores y los provocadores.
La gobernadora de Louisiana, Kathleen Blanco, indicó que “están armados con (fusiles) M-16″.
El teniente general Steven Blum, alto oficial del ejército, afirmó hoy que la anarquía generalizada en Nueva Orleáns disminuirá significativamente en 24 horas, a medida que entren más tropas.
En tanto, explosiones e incendios se produjeron al sur del Barrio Francés de Nueva Orleáns, al parecer en una usina química, aunque el humo no sería tóxico.
Además, dos tanques de almacenamiento de petróleo dañados por Katrina, derramaron millones de barriles de combustible en un pantano y reserva natural al sur de la devastada ciudad.
Aún quedarían unas 300 mil personas para ser evacuadas de las regiones asoladas en Louisiana, 200 mil de las cuales están en Nueva Orleáns.
Finalmente, el gigantesco estadio Superdome de Nueva Orleáns, donde se hacinaban desde hace cinco días miles de refugiados, fue totalmente evacuado hoy. Desesperados por abandonar el recinto, los sobrevivientes dieron cuenta de hechos de violencia armada y violaciones contra mujeres y niños.
Texas, que ya acoge a miles de damnificados, decidió recibir a otros 50 mil desplazados, distribuidos entre Dallas y San Antonio, anunció su gobernador, Rick Perry, lo que llevará el número de refugiados a cerca de 75 mil. Según las autoridades, más de 4 mil 800 personas fueron rescatadas en Louisiana y Mississippi desde el lunes.
A su vez, entre 300 mil y 400 mil niños se quedaron sin techo, estimó este viernes desde Ginebra Damien Personnaz, un portavoz del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
El costo de los daños ocasionados por Katrina podría superar 100 mil millones de dólares, con consecuencias todavía impredecibles para Estados Unidos.
El meteoro paralizó la producción petrolera del Golfo de México, llevó el barril de crudo a los 70 dólares, hizo desplomar al dólar, que cayó a su nivel más bajo en tres meses, y abrió interrogantes sobre una posible caída en el ritmo de crecimiento del producto interno bruto del país, según algunos analistas.
La sociedad estadunidense Risk Management Solutions (RMS), especializada en la gestión de catástrofes, estimó que el monto final de los daños dependerá sobre todo “de la rapidez con la cual las autoridades podrán reaccionar”.
De hecho, una buena parte de Nueva Orleáns está inundada con agua contaminada por productos químicos, que estropea rápidamente las estructuras. El valor total del parque inmobiliario está estimado en unos 100 mil millones de dólares.
Según RMS, se trata de las inundaciones más graves en la historia de Estados Unidos, superando las que sumergieron una parte de la desembocadura del Mississipi en 1927.
El general Carl Strock, al ser consultado por la prensa sobre el tiempo que tomará secar la zona, respondió: “hablamos de semanas. Tomará de 36 a 80 días sacar el agua”.
La “desobediencia civil” ha forzado a suspender la evacuación del Nueva Orleans Charity Hospital, dijo Don Smithburg del Centro de Ciencias Médicas de la Universidad Estatal de Louisiana, sin dar otros detalles. En el hospital los cadáveres están depositados en distintos lugares, dijo Smithburg, y escasea el agua y material médico, agregó.
Se producen críticas abrasadoras, sobre todo entre los líderes negros, a la lenta respuesta del Gobierno del presidente George W. Bush a una de las peores catástrofes naturales de Estados Unidos. Katrina arrasó la costa estadounidense del Golfo de México el lunes, y posiblemente acabó con la vida de miles de personas. Muchas de las víctimas eran negros y pobres que no tenían medios para evacuar la zona.