Gremios de taxistas, Bloque Popular y maestros pusieron fin a una ola de protestas en la capital hondureña, luego que el Congreso decidió rebajar en un 9,8% el precio de la gasolina.
Unos 5.000 taxistas, de los 7.500 registrados en la capital, de acuerdo a fuentes del gremio, bloquearon las principales avenidas de la capital el martes y miércoles en protesta por un alza en los combustibles decretada la semana anterior.
Las labores se normalizaban en el sector gubernamental, así como el comercio y los centros educativos, una vez que los taxistas desbloquearon las vías, tras haberse tomado el centro, bulevares, las entradas a la ciudad y accesos a barrios y colonias.
“Consideramos que había que volver los niveles (de los precios) a antes de que se originase el alza de la semana pasada que originó las protestas”, declaró el presidente del Congreso, Porfirio Lobo.
Debido a las protestas de los taxistas que comenzaron la mañana del martes, el Gobierno bajó en la tarde de ese día un 9,9% el precio de las gasolinas y menos del 1% en el precio de los otros derivados del petróleo.
Los taxistas no aceptaron la rebaja de 9,9% que decretó el Gobierno por lo que continuaron las protestas el miércoles.
Después de dos días de lucha y presiones para que el gobierno bajara los precios de los carburantes, cientos de taxistas realizaron la “marcha de la victoria”, al conseguir que el Congreso Nacional aprobara un decreto de emergencia para la ejecución de dicha petición.
Los taxistas denominaron “marcha de la victoria” a una caravana con sus unidades desde el bulevar Suyapa con destino a la Casa Presidencial en Tegucigalpa.
Los conductores se unieron a una protesta que realizaron ayer los maestros y varias organizaciones populares como la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular y la Coalición Hondureña de Acción Ciudadana, que demandan al gobierno bajar el impuesto a los combustibles en un 50 por ciento.
Asimismo, exigieron que el Estado importe el petróleo con las condiciones de Venezuela y se instale una refinería financiada con los fondos de retiro, condonaciones y el apoyo externo, entre otras exigencias.
Unos 600 taxis que desfilaron en la caravana, fueron estacionados por varias horas frente a Casa de Gobierno, donde obstaculizaron nuevamente el tráfico en el sector del bulevar Juan Pablo Segundo, por lo que conductores de vehículos particulares buscaron rutas alternas para dirigirse al centro de la capital.