Sup:
Bueno, se acabó la lista de oradores. Voy a hacer algunos comentarios. Las posiciones están más o menos claras. A nombre del EZLN les hago un llamado a las compañeras de los pueblos indios y a los que hemos llamado otros afectos para lograr que estos compañeros que hoy debatieron con tanta pasión este tema debatan con la misma pasión los temas de género, de los pueblos indios y todos los que están quedando de lado.
Me parece que no hay que sentirse heridos por las críticas que se han hecho. A nosotros, del EZLN, lo menos que nos dicho es que somos distribuidores de un refresco de un conocido refresco de cola y hemos aguantado. Y es mejor que se digan aquí en público a que se digan por abajo. Nosotros estamos partiendo de que todas las críticas que hemos recibido de ustedes ahora en la Sexta y antes, porque conocemos sus publicaciones y lo que han dicho de nosotros, no fue lo que nos trajo aquí sino su práctica de izquierda. Y hacemos estas críticas con afán de avanzar. Todos debemos defender el derecho a la crítica, sin pasarnos de rosca, por supuesto, y no hay que sentirnos ofendidos. La salud mental de la Otra Campaña está basada en este intercambio de crítica y autocrítica.
Voy a contar la historia de lo que pasó, compañeros, porque muchos no entienden cómo llegó este problema aquí. El trabajo que me encargaron a mí los compañeros del EZLN es ir recabando las propuestas con los problemas que se iba a detectar. Yo no podía, con ningún derecho, eliminar unos u otros. Desde la primera reunión, con organizaciones políticas, los compañeros de organizaciones políticas nos plantearon esos tres problemas. En reuniones bilaterales, organizaciones políticas de izquierda nos dijeron que era necesaria una posición del EZLN sobre la Promotora Nacional de la Unidad contra el Neoliberalismo y que había que entrarle, unos. Otros dijeron, “no, no hay que entrarle. Hay que hacer otra cosa” y otros dijeron “no, ese proyecto está ahorita dormido, pero si le entramos lo vamos a levantar. Eso se los dijimos en las reuniones de antes en las intervenciones que hicimos. Nosotros respondimos que eso iba a ser un problema de la Otra Campaña, de nosotros los que estamos aquí, de los que no están pero son adherentes y por lo tanto lo planteamos.
En una de las reuniones bilaterales nosotros, los que estamos en la Comisión Sexta de las reuniones preparatorias, nos reunimos con los compañeros de la Promotora y les preguntamos directamente si estaban pensando invitar al EZLN o a la Otra Campaña a la Promotora. Nos dijeron que no. Que pensaban que eran dos proyectos diferentes y que en todo caso se tenían que apoyar, y nos explicaron lo que estaban haciendo. Nos dijeron que lo que estaban haciendo es tratando de coincidir, como lo explicó el compañero del FPR, algunas contradicciones que se presentaban entre los líderes charros que se veían afectados por el neoliberalismo y haciendo alianzas, hay que decirlo claro, así nos lo dijeron a nosotros. Haciendo alianzas para echar atrás las reformas estructurales. Así nos lo dijeron. Y nosotros dijimos “está bien”. Y nosotros les ofrecimos desde el principio respeto a sus modos. Que no íbamos a criticar su política de alianzas.
Lo cumplimos y lo vamos a seguir cumpliendo. Pero nosotros dijimos “está bien, pero nosotros no le entramos a eso. No le entramos porque nosotros, a diferencia de lo que dijo Édgard, que dijo ‘94 y ‘95 y se le olvidó decir 2001, porque en 2001 nosotros modificamos completamente nuestra… alianzas posibles con sectores progresistas de la clase política y eso excluye a los charros. Según nuestra concepción no hay nada que hacer ahí. Nada. Entonces lo que están haciendo es moviendo para acomodarse ellos pero no va a resultar nada. Esa fue decisión del EZLN en base a lo que pasó con la ley indígena. Conforme avanzaron las reuniones preparatorias supimos que teníamos compañeros del IMSS, de telefonistas y de otras partes. Entonces, como EZLN, porque nosotros decimos que cada organización debe mantener su independencia y autonomía y seguir con su política de alianzas, no podemos, éticamente, establecer ningún tipo de relación con los que están oprimiendo a nuestros compañeros porque ya son nuestros compañeros. Ni con Hernández Juárez, ni con Porfirio Muñoz Ledo ni con Vega Galina porque ya son nuestros compañeros. Entonces ¿qué cara les vamos a dar si estamos haciendo tratos con el otro? Y nosotros les decíamos a los compañeros de la Promotora. “Está bien, nosotros respetamos eso. Dicen que han tenido avances. No los vamos a cuestionar. Nosotros no le podemos entrar”. Les dijimos claro. Estaba Higinio, estaba Gloria. No nos inviten porque si nos invitan vamos a decir que sí y nosotros no vamos a aceptar estar sentados teniendo enfrente a Camacho, Muñoz Ledo, a Hernández Juárez y a Vega Galina, y a Agustín Rodríguez sin hacer un pancho. Vamos a hacer un desmadre y entonces vamos a joder la estrategia de la Promotora de hacer estos acuerdos. Ni tampoco vamos a aceptar sentarnos a un lado de ellos sin hacer un relajo, pues, un desmadre. Les dijimos así.
Hay cosas que podemos hacer como EZLN y cosas que no podemos hacer. Lo que no podemos hacer porque detrás nuestro se va mucha gente que confía en nosotros es traicionar a éstos que ya son nuestros compañeros aliándonos con esa gente. Lo que nosotros proponemos es que cada organización siga su política de alianzas, que la Otra Campaña no se meta en ese problema, y que como EZLN pues nos respeten esa decisión. No vamos a hacer ningún trato con los charros. Como quiera, entonces, la propuesta queda para votarse. Se pone a discusión, que se continúe, que se presenten todos los argumentos que se dieron y se siga discutiendo en los colectivos, ¿están de acuerdo, compañeros? Levanten la mano, por favor, si están de acuerdo. Gracias. ¿En contra?