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Huelga de hambre en las cárceles de El Salvador.

06.10.05

HUELGA DE HAMBRE EN TODAS LAS CÁRCELES
Por Frankie Flores * 05.10.2005 12:56
EL SALVADOR:
No se descarta que si la huelga de hambre declarada por los jóvenes reos
produce más violencia, el gobierno podría entrar con sus fuerzas represivas
y desatar una carnicería.

“Si no quieren comer, respetaremos su derecho…” dijo
el Ministro de Gobernación de El Salvador, René Figueroa, cuando se le
preguntó sobre la huelga de hambre indefinida declarada por los presos de
todas las cárceles de El Salvador. En El Salvador, el gobierno asigna la
cantidad de 35 centavos de dólar al día para dar de comer a un preso, por
eso, causa indignación las declaraciones hechas por René Figueroa a los medios.
Los reos de las seis cárceles en los diferentes departamentos de la pequeña
nación centroamericana, declararon huelga de hambreindefinida exigiendo
reformas a la ley penitenciaria, mejores tratos por parte de los carceleros
y la destitución de varios funcionarios por abuso de poder y maltratos.
En una visita llevada a cabo en una de las cárceles, se pudo observar el
hacinamiento en el que viven los presos, y las malas condiciones de vida
dentro de celdas inhabitables.

“Exigimos un trato más justo, mejores condiciones en las prisiones y
atención medica…” dijo uno de los jóvenes huelguistas con una voz casi
inaudible. El día de ayer Viernes, 12 de los jóvenes huelguistas fueron
llevados al hospital por problemas de salud.
La huelga fue iniciada el pasado domingo, por los presos de la cárcel de
máxima seguridad (tipo cárcel estatal de Estados Unidos) de Zacatecoluca,
debido a las torturas físicas a las que eran sometidos diariamente por los
guardias de la prisión y se les unieron los presos de las cárceles de
Quezaltepeque, Ciudad Barrios, Cojutepeque, Chalatenango y Mariona.

“Detrás de toda esta organización hay alguien y lo vamos a investigar”
sentenció el presidente Saca al respecto, para desviar la atención de lo que
en verdad está sucediendo en las cárceles, y achacarle la culpa a jóvenes de
las maras de MS y 18, quienes son perseguidos día a día bajo el plan de
exterminio llamado Plan Mano Super Dura, y encerrados en las cárceles por el
solo hecho de tener un tatuaje o ser jóvenes.
El sistema carcelario salvadoreño siempre ha estado plagado de malos
manejos, corrupción, represión y torturas físicas a los presos, hasta a las
mujeres se les ha negado su derecho de visita y los hombres son sometidos a
torturas y después se les niega acceso médico.

En El Salvador, 6 de cada 10 jóvenes abandonan el país, huyendo de la
represión y las políticas económicas impuestas por el partido gobernante.
Los jóvenes van rumbo al norte a buscar mejores condiciones de vida y
seguridad, situación que aprovecha el gobierno para llenar sus arcas con las
remesas que estos jóvenes envían a sus familiares.

La violencia está a la orden del día debido a las políticas neo-liberales
impuestas al pueblo, y la población enfrenta una violencia sin precedentes:
19 personas son asesinadas en el Salvador diariamente, y el sueldo mínimo de
$5 dólares al día no alcanza para la canasta básica compuesta de arroz,
tortilla y frijoles debido a la dolarización.
En las cárceles salvadoreñas se está viviendo una violación a los derechos
más fundamentales de los prisioneros, violando convenciones internacionales;
se está violentando la Constitución al no ofrecer las mínimas condiciones
para habitar en cautiverio y se están violando los derechos humanos de
decenas de miles de jóvenes.

El Plan Mano Super Dura, fue diseñado por el gobierno de El Salvador para
aplastar a los jóvenes que intentan luchar por sus derechos. La operación
Mano Super Dura se está aplicando a jóvenes que quieren luchar por la
justicia social: tal es el caso de la líder María Aída Pineda, capturada por
la Policía Nacional Civil en la Comunidad Monseñor Romero de Tonacatepeque.
Ella es dirigente del Comité Nacional de Pobladores; y del joven José Omar
Chávez, de 19 años, hijo del dirigente comunal Mario Chávez, quien fue
secuestrado y desaparecido el mes de Julio pasado en la ciudad de
Quezaltepeque, sin que se sepa aún de su paradero.

Ambas acciones represivas ponen en evidencia la reactivación de Escuadrones
de la Muerte, hecho denunciado ya por la Procuradora de Derechos Humanos,
Dra. Beatrice de Carrillo y vinculado a la creación de la Escuela
Internacional de Policía, ILEA, construida por el gobierno de los Estados
Unidos en territorio salvadoreño en nombre de la ley antiterrorista.

El Salvador ha sido históricamente gobernado por militares, y ahora, más de
la mitad de los guardias carcelarios son ex-militares, por lo que no se
descarta que si la huelga de hambre declarada por los jóvenes reos, produce
más violencia, pues el gobierno sólo está esperando que los ánimos se
caldeen, para entrar con los miembros represivos y desatar una carnicería,
tal como lo hizo el gobierno del presidente Maduro, en Honduras, el año
pasado, cuando quemó vivos a todos los jóvenes en las cárceles de su país;
mientras que los medios de comunicación al servicio del señor presidente,
dirán en sus notas que “se aplastó la rebelión en las cárceles”, gracias a
la intervención del gobierno y el Plan Mano Super Dura.

* Frankie Flores es parte de la media alternativa, corresponsal de @DIN para
El Salvador y escribe desde Los Angeles, California. Su página de denuncias
es: La Voz de los sin Voz


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