Hermanos y hermanas… ya es de noche y el mundo no duerme, existe gran preocupación por toda la furia de la naturaleza. En el norte de América nacen gigantes huracanes, en el centro de América la marea y las lluvias crecen, en el sur de América el río Amazonas baja de diez a quince metros de su cauce normal y mueren millones de peces conocidos y no conocidos por el hombre. En otros continentes la tierra se sigue sacudiendo, las lluvias no paran y las casas se hunden, el clima es totalmente diferente. Unido a todo esto están múltiples enfermedades en todo el mundo. La tv y la prensa multiplican las noticias por todo el mundo, la gente está sorprendida y no sale de su asombro.
Mientras los niños de ricos y pobres lloran y están desesperados, las empresas que destrozan la Tierra y los gobiernos todos juntos con toda la tecnología de punta no tienen respuestas. La Tierra está conectada con todo el sistema del universo, el hombre ignora y si sigue destruyendo la Tierra, tendrá que enfrentarse a los poderes de toda la naturaleza.
El dinero de todos los países más industrializados no sirve para nada cuando la Tierra empieza a sacudirse, las potencias mundiales se vuelven niños frente a los poderes de la naturaleza y la tecnología es nada más que hilo de paja que no sirve para hacer puentes en ríos grandes.
Frente a la furia de la naturaleza nada ni nadie puede salvarse ni salvarnos. Para calmar todo esto y equilibrar la naturaleza global de la Tierra, existe un solo camino, eso es: dejar de cortar los árboles, no sacar más petróleo ni minerales y dejar de consumir con exceso. Sin olvidar que el cambio no está en los gobiernos, más está en cada ser humano, cada ser vivo es responsable de todo lo que pueda ocurrir en la Tierra.
20 de octubre de 2005
octubre
Los artistas del pueblo maya tz’utuhil viven en las montañas y la región del lago Atitlán, Guatemala, y han desarrollado un arte colorido y muy expresivo, que se empieza a conocer en el mundo. Este mes, Ojarasca presenta dos muestras de cuán cerca de la experiencia de los pueblos están sus notables creaciones plásticas.
Los pintores Mario González Chavajay y Diego Isaías Hernández Méndez son originarios de San Pedro de la Laguna, Sololá. Para el primero, la toma de tierras por campesinos mayas desposeídos “es un tema importante de los pueblos indígenas, que son tratados inhumanamente aunque históricamente la tierra pertenece a los mayas. De no ser por los pueblos que trabajan la tierra, que pertenece a otros, no hubiera producción de alimentos en el país. No puedo mantener silencio sobre estas injusticias”.
Por su parte, los temas de Hernández Méndez “rayan en la obsesión con accidentes y desastres, y contrastan con su personalidad jovial”, dicen sus promotores, los editores del calendario Arte maya tz’utuhil 2006, miembros de la Red Solidaria con el Pueblo de Guatemala (Nisgua por su acrónimo en inglés), organismo independiente creado en Estados Unidos en 1981, durante los años peores de la guerra. (Arte Maya Tz’utuhil, San Francisco, 2005).
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