Muy astuta la movida del sistema de depurar un millón de votantes que se habían abstenido de votar en las últimas municipales en que el MAS llamó a ausentarse de las urnas. Más astuto aún fue no avisar a nadie que ello estaba ocurriendo. En regiones campesinas la depuración llegaba al 60% de los electores. Así y todo, Evo Morales y García Linera arrasaron con el electorado, acercándose a una votación histórica cercana al 50%, lo que indica a las claras que sin la depuración habrían sobrepasado con holgura ese porcentaje, lo que les habría valido la victoria inmediata. No alcanzándola, será el parlamento el que escoja entre las dos primeras mayorías, que si llega a ser Quiroga, la población saldrá a la calle a incendiar lo que encuentre a su paso, ¡que duda cabe! El ejército, previendo ello, ha llamado a que sea votada la primera mayoría.
La lucha entre el poder y la población es cada vez más aguda y se usan de diferentes medios. Mientras la población avanza en la autoorganización por localidades y sectores, el sistema usa maniobras novedosas de sorpresa para evitar reacciones anticipadas.
Veamos un poco de la historia que ha desembocado en la actual coyuntura:
Bolivia viene hace tiempo siendo el crisol de nuevas batallas sociales, desde la época de la revolución del 52 que nacionalizó las minas de estaño y configuró una poderosa capa sindical minera hasta las luchas del Che en Ñancahuazú y regiones aledañas, pasando posteriormente por el efímero gobierno progresista de Juan José Torres en que se constituyó la Asamblea Nacional Popular con fuerte presencia minera.
De esas minas que luego cambiaron abruptamente su estructura interna, al punto que muchos mineros hoy son cooperativizados (la base actual de la COB) y no asalariados como antes, salieron en caravana los que se asentarían en la región del Chapare ocupando tierras salvajes para sembrar la hoja de coca dirigidos por Evo Morales, declarado simpatizante del Che Guevara.
El 90 surge el Ejército Guerrillero Tupak Katari contando entre sus miembros a Felipe Quispe y el actual vice de Evo, Álvaro García Linera. Ambos fueron presos y al salir Quispe fue a reorganizar la Confederación Campesina y las comunidades aymaras, mientras García Linera se orientaba a la labor universitaria y de investigaciones sociales. Así tanto el ejemplo de los cocaleros, como de los campesinos y aymaras con Quispe y los trabajos de García, contribuyeron notablemente al estímulo y al desarrollo de la autoorganización en otras regiones. Llegando al punto culminante de la Guerra del Agua en Cochabamba, donde destaca Óscar Olivera, muy próximo a García Linera y declarado simpatizante zapatista. Al mismo tiempo las comunidades originarias comienzan también un fuerte movimiento por la autonomía en sus territorios, nace el Movimiento Sin Tierra y se revitaliza la COB.
Todo ello se fue dando en un proceso de retroalimentación con los bloqueos y grandes movilizaciones. Evo asume el MAS y comienza a darle forma electoral a esa dinámica que venía fuertemente desde la base, mientras la directiva de la COB piensa que ha llegado el tiempo de la lucha insurreccional convocando a reeditar las asambleas de poder popular. Pero hasta el día de hoy la tendencia más clara es a una bipolaridad entre los afanes electorales de Evo y la construcción de autonomías populares territoriales. Las bases organizadas de las más variadas tendencias se han volcado al firme apoyo electoral del MAS, muchas de ellas sin sacrificar su autonomía en pos de la organización de la capacidad local de autogobierno.
De instalarse Evo en el gobierno, el estímulo al movimiento social será muy grande, así como las exigencias desde las regiones y problemas específicos, lo que dará visos inéditos a la relación entre el gobierno y las organizaciones de base. Digno de acompañamiento, apoyo y estudio será este proceso, en especial lo que se pueda vislumbrar del protagonismo de los de abajo, condición fundamental para el avance de las ideas sobre el socialismo del s.XXI orientado desde las comunidades y organizaciones autónomas para conseguir que los gobiernos manden obedeciendo.
Profesor J