21 de diciembre 2005
Los zafreros de la castaña iniciaron hoy el bloqueo de la ruta Riberalta-La Paz, y el ramal a Cobija-Pando, exigiendo que los empresarios del sector paguen un mejor precio por la caja de almendras en cáscara, puesta en los denominados ‘payoles’ o centros de almacenamiento ubicados en el interior de la selva amazónica.
La cantidad de zafreros bordea las 50 mil personas que se internan en los bosques y selvas para extraer el preciado fruto.
Noticia del día 16:
Zafreros de la castaña amenazaron con adoptar medidas de presión 16.12.2005
Los trabajadores zafreros de la castaña amenazaron con adoptar medidas de presión, entre ellas el bloqueo de caminos, huelga de hambre y manifestaciones a partir del 20 de los corrientes, exigiendo que los contratistas y empresarios paguen un precio preferente por la recolección del fruto selvático.
Mientras los empresarios hablan de 50 Bolivianos por la caja de almendra de 22 kilos, los zafreros piden 55 bolivianos en los denominados payoles recolectores, ubicadosen medio de la selva amazónica, en tanto que el precio vigente en puerta de beneficiadora se planteaen 100 bolivianos.
La situación podría tornarse difícil, reconocen los sectores, debido a la falta de consenso y no se descartan los enfrentamientos que, en el pasado año, cobraron la vida de 4 personas en el río Manupare.
El preciado producto es apetecido en el mercado mundial y durante este año las exportaciones alcanzaron la suma de 60 millones de dólares.
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29.11.2004
Zafreros de la castaña bloquean carreteras y amenazan con obstaculizar elecciones municipales
EXIGEN DEFINICIÓN DEL PRECIO DEL PRODUCTO EN LOS PUERTOS Y LUGARES DE EMBARQUE
Los zafreros de la castaña, agrupados en la Federación de Gomeros y Castañeros de la Amazonía, iniciaron hoy el bloqueo de las carreteras hacia Guayaramerín y La Paz, exigiendo que los empresarios rescatadores de la nuez aprueben un precio no inferior a los 100 bolivianos por cada caja de 22 kilos, en los puertos de embarque y caminos de la región.
La medida será complementada a partir del martes 30 con una huelga de hambre, anunciándose también la quema de ánforas y la abstención de los zafreros para votar en los comicios del 5 de diciembre.
Los empresarios manifestaron que no dialogarán bajo presión y que cualquier arreglo será definido después de las elecciones para evitar injerencia política.
Datos:
El principal sustento de las provincias Vaca Díez (Beni), Iturralde (La Paz) y de todo el departamento de Pando, es también el único rubro en el que Bolivia es el líder mundial: la castaña. El año pasado, las exportaciones alcanzaron un récord histórico de $us 60 millones, pero incluso ese logro piensa ser superado este año, en el que se prevé exportar más de 80 millones.
Si la soya es el grano de oro, la castaña es el oro de la Amazonia. El segundo rubro de las exportaciones no tradicionales de Bolivia genera el 80% de los empleos del norte, pero no tiene documentos que garanticen sus inversiones. Como en cualquier descubrimiento de oro, todos quieren su parcela y eso amenaza con incendiar, literalmente, los bosques de Beni, Pando y La Paz.
El último incidente se produjo el jueves 4 de agosto. Funcionarios del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) realizaban replanteos del Territorio Indígena Multiétnico II, en la provincia Vaca Díez de Beni. Esto provocó que los barraqueros de la Asociación de Productores de Goma y Almendra (Asprogoal), enviara unas 40 personas armadas para frenar los trabajos. “Fue una de las decisiones más difíciles de mi vida. No es fácil enviar gente a un lugar sabiendo que puede morir”, dijo René Fong, presidente de Asprogoal. Alcides Vadillo, director del INRA, confirmó el incidente y explicó que debido a ello detuvo el proceso de saneamiento de tierras en la zona.
El escenario de conflicto se había preparado desde el 16 de junio, cuando el INRA emitió una resolución que ordenaba replanteos de límites y desalojos forzosos en las zonas castañeras. Casi un mes más tarde, el 12 de julio, un enfrentamiento por límites en el norte de La Paz provocó que Asprogoal lanzara un documento en el que rechazaba los trabajos del INRA y amenazaba con incendiar los bosques si se intentaba desalojarlos por la fuerza.
Desde 2000, mientras los grupos indígenas de la zona han avanzado en la titulación, los barraqueros, concentradores históricos de la tierra en el norte amazónico, no han podido titular sus propiedades. “El INRA no reconoce nuestra función económica y social”, dijo Fong, al quejarse de los criterios con los que han sido juzgados.
Si bien Vadillo reconoce que el INRA actuó con un criterio ‘demasiado agrarista’, explica que ya no se puede volver atrás, salvo que el Tribunal Agrario así lo disponga. “El tema es que los barraqueros no tienen derecho de propiedad. Su actividad debería ser tratada como concesiones forestales, pero no tienen ninguna certificación de la Superintendencia Forestal. Se trata de un aprovechamiento tradicional, que no está regulado porque hay un vacío legal. No podemos tomar por verdad lo que dice un propietario si no muestra un documento que lo respalde”, explicó. Sin embargo, asegura que en el Ministerio de Desarrollo Sostenible y en el INRA, hay voluntad de dar un tratamiento especial a los castañeros, “pero cinco años de trabajo no se pueden tierra por la borda”, dijo.
Del lado indígena también hay preocupación. Para Fanor Amapo, presidente de la Central Indígena de la Región Amazónica de Bolivia (Cirabo), el Gobierno no tiene capacidad política ni de gobernabilidad para realizar los replanteos. Propone a los barraqueros, campesinos y zafreros que dejen que se concluya el proceso de saneamiento y que luego accedan a las tierras fiscales de la zona.
Para Fong, la solución también pasa por las tierras fiscales, pero de otra forma: “negociaremos con los indígenas para que su demanda sea atendida con tierras fiscales, pero no abandonaremos las inversiones que tenemos en la zona”, dijo.
Todo ello deberá esperar a que se calmen las aguas, ya que el INRA ha paralizado el saneamiento de tierras en toda la zona. Vadillo explicó que prefieren en retrasarse en su programa de actividades, pero no echarle más leña al fuego. “Para qué hacer nuevos trabajos de campo, si lo que provocará son nuevos enfrentamientos”, dijo.
Pese a que ninguno de los sectores en conflicto lo dice, hay un plazo que ya comenzó a correr. En diciembre comienza la nueva zafra de castaña y si no se resuelven estos conflicto, la Amazonia boliviana podría arder, porque ninguno piensa perder sus derechos.
Todos quieren un pedazo de tierra en la Amazonia
La colonización del norte de Bolivia se hizo a imagen y semejanza del Lejano Oeste estadounidense: el primero que llegue se queda con la tierra. Sin embargo, esta práctica no estuvo acompañada con la titulación y hoy por hoy es un problema que aún crea conflictos.
Familias de barraqueros, que llegaron hace más de 100 años a la región, se pelean el derecho de conseguir títulos para las enormes extensiones de tierra que han manejado generación tras generación. Tropiezan con la dificultad de que su actividad, el aprovechamiento no maderable del bosque, no tiene sustento legal y que en los últimos años los indígenas de la zona han logrado hacer prevalecer su derecho a un territorio que les permita existir. Así, los tacana, cavineños, araonas, Ese Ejjas, pacahuaras, chacobos y yaminahua han logrado establecer dos TCO denominadas Territorio Indígena Multiétnico, que se superponen con las barracas.
Sin embargo, el consolidar legalmente los títulos de propiedad no les garantiza tomar posesión de los territorios. En el Multiétnico II hay 14 barraqueros que han invertido en la zona y se niegan a dejar las tierras. Exigen al INRA, que reconozca esas inversiones como una Función Económica y Social. Sin embargo, la institución no tiene mecanismos legales para hacerlo. Su trabajo está orientado al agro, no a la explotación del bosque.
No son los únicos actores. También hay comunidades campesinas asentadas en la zona. Se trata de ex trabajadores de barracas y concesiones madereras que han logrado obtener personería jurídica como OTB y hoy por hoy también reclaman su porción de tierra. Tras un ampliado realizado esta semana, los zafreros exigen que se los dote de tierra para poder salir de un sistema que ellos consideran de semiesclavitud. Todos estos actores se reunirán esta semana en La Paz, donde serán escuchados por las autoridades. Se intentará establecer acuerdos entre partes, antes de que la sangre llegue al río.
Entre muertes y delitos de bagatela
Riberalta se ha convertido en el centro económico más importante del norte de Bolivia. Con una población urbana que supera los 90.000 habitantes, ha comenzado a pagar el precio de ser la capital castañera de Bolivia. Pese a que más del 80% de la almendra de castaña viene de los bosques de Pando y el norte de la Paz, todos los ríos de la región confluyen en Riberalta. Así, 18 beneficiadoras tienen su sede en Riberalta y desde allí controlan y generan más del 80% de las exportaciones por este rubro.
Eso hace que la fiscalía de la capital de la provincia Vaca Díez sea la que lleve la mayoría de los casos que genera este negocio. Jéssica Zeitum es una de las fiscales de la zona y explica que en los últimos años han proliferado los delitos relacionados con esta actividad económica. Los más graves fueron el enfrentamiento entre trabajadores de una barraca y miembros de una comunidad campesina, que reportaron cuatro muertos en julio. Pero sobre todo, ha tenido que atender denuncia de robo de almendras de las beneficiadoras. Al no existir violencia y al ser cantidades pequeñas (a veces no mayores de cinco kilos), los robos se califican como de bagatela y no se se castiga a los responsables. También le ha tocado lidiar con la violencia de los enfrentamientos entre barraqueros, beneficiadoras, fabriles y zafreros. En uno de ellos quedó como rehén dos días, hasta que los zafreros y beneficiadoras fijaron el precio que se pagaría por la caja de castaña recolectada.
Radiografía
Extensiones: las barracas tienen entre 1.500 y 70.000 ha. Las familias indígenas tienen un promedio de 500 ha.
Equivalencias: pese a las enormes extensiones que manejan, los barraqueros explican que hay un promedio de un árbol de castaña por hectárea, con lo cual justifican las extensiones.
Producciones: Los únicos que participan en toda la cadena de producción son las empresas beneficiadoras. La mayoría también tiene o alquila barracas, posee centros de acopio, procesa la materia prima y la exporta.
Indígenas: Uno de los mayores problemas en las tierras que ya han pasado a manos de los pueblos originarios, es que se está repitiendo el modelo barraquero. Los indígenas que lo siguen son conocidos como ‘patroncitos’.
Susceptibilidades: los indígenas a través de la Cirabo, consideran que los barraqueros no quieren dejar sus tierras. Los empresarios aducen que han aparecido indígenas donde antes no existían.
Electoral: los barraqueros aseguran que se están orquestando migraciones hacia Pando, para utilizarlas como botín político. “Si mete 5.000 personas a Pando gana las elecciones”, dice René Fong.
Saneamiento: Se tenía previsto un encuentro el pasado viernes en Riberalta, pero se realizará en el transcurso de esta semana en La Paz, para evitar enfrentamientos en la zona. “Para qué vamos a seguir con el saneamiento, si eso va causar enfrentamientos en la zona”, justifica Alcides Vadillo, del INRA.
Negreros
La fama de negreros de los barraqueros se ha extendido de tal manera que incluso la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se ha ocupado de ellos. Según informa, existen más de 5.000 personas sometidos al peonaje por deudas. Esto significa que alrededor del 18% de los trabajadores que asisten a la zafra castañera, se queda en la barraca porque no puede cubrir sus deudas.
Consultado al respecto, Ricardo Loayza, secretario de la Federación de Zafreros de Castaña, explica que esta práctica ha disminuido en los últimos años. “Poca gente se queda endeudada. Cuando está sobrepasada ya no le dan víveres en el almacén”, dice.
En realidad, el zafrero de castaña comienza a trabajar endeudado. Al engancharse recibe un adelanto que oscila entre los Bs 500 y 2.500. Su deuda aumenta cada día, ya que recibe víveres a crédito de los almacenes del barraquero.
René Fong, presidente de Aprogoal, aseguró que ellos son los mayores interesados en eliminar el ‘habilito’. “Si sacan una resolución, mañana mismo dejamos de utilizarlo; pero son los mismos trabajadores quienes lo exigen”, dijo. Según el barraquero, pierden el 10% de los anticipos que otorgan, porque los trabajadores nunca se presentan a trabajar. Sobre los precios de los víveres, aclara que se fijan en una reunión entre barraqueros y zafreros. “Nunca superan en 10% de los precios de mercado en Riberalta o Cobija”, explica. Sin embargo, Luis Tabo, dirigente zafrero, asegura que llegan al 30%. “Cuando uno llega a la barraca está abandonado. El barraquero no invierte, porque somos nosotros los que construimos los galpones. Nos acarrean como animales, uno encima de otro, sobre los víveres. Cuando nos enfermamos tenemos que arreglárnosla”, dice.
Esto es negado por Fong. Dice que siempre hay un botiquín en las barracas y que el transporte y la curación de los enfermos son pagados por los dueños de los establecimientos.
Pero los mayores problemas se presentan al momento de terminar la zafra. Cuando el contingente de zafreros vuelve a Riberalta, se inicia el proceso de pago de saldos. Los trabajadores cobran la diferencia entre lo trabajado y lo adeudado, que no siempre es pagado. Según Mary Dolly Fernández, responsable de la Inspectoría del Trabajo en Riberalta, su oficina recibe 30 denuncias diarias por falta de pago de saldos. “Hemos mejorado un montón. El año pasado recibía 50”, dijo.
Según Loayza, el mayor problema con el que tropieza es que los barraqueros descargan su culpa en el contratista. “Dicen que no tienen nada que ver, que nos arreglemos con el contratista, cuando éste es un yesca igual que nosotros”, reniega.
Fong asegura que la figura del contratista desaparecerá en la próxima zafra, ya que el incumplimiento de estos personajes desprestigia a todo el sector.
Fabriles no quieren aportar a las AFP
Quien no es comerciante, dueño de barraca o mototaxista en Riberalta, es trabajador fabril. De los 90.000 habitantes de la capital de la provincia Vaca Díez, 8.000 se dedican a trabajar en las beneficiadoras. La mayoría son mujeres, aunque también hay zafreros que cumplen esta función.
El trabajo de la mayoría de las beneficiadoras se inicia cuando termina la zafra. Según explica Juana Fernández, ejecutiva del Sindicato de Trabajadores Fabriles, la temporada de trabajo comienza en marzo y se extiende hasta mediados de octubre. Diariamente, los trabajadores asisten a las beneficiadoras en tres turnos, desde las 4:00 hasta las 18:00.
La mayoría de los trabajadores se dedica a quebrar la cáscara de la castaña. En las empresas que ha automatizado este servicio sólo hacen control de calidad. Un empleado de una beneficiadora gana entre Bs 600 y 1.400. Según Fernández, el sueldo promedio es de Bs 800, aunque varía, ya que la mayoría de las beneficiadoras paga por kilo de castaña procesada. Actualmente, sus mayores demandas están dirigidas a una mejor atención en la Caja Nacional de Salud y dejar de aportar a las AFP.
“La mayoría de los trabajadores tiene más de 40 años, lo que hace muy difícil que se pueda jubilar. Además, no tenemos seguras nuestras fuentes de trabajo”, señaló.
Sólo el 30% firma los contratos
En parte, los zafreros son cómplices de la situación que viven. De los 30.000 zafreros que están afiliados a la Federación de Riberalta, sólo 8.000 ha ido con contratos avalados ante la Inspectoría del Trabajo. Eso implica que más del 70% no tiene documentos que demuestren su vinculación laboral con el barraquero. El problema es que, por cada contrato firmado, el afiliado debe abonar el equivalente a una caja de castaña (Bs 55). “No nos comprenden, se van sin contrato, sin consultarnos y a la vuelta ya no pueden cobrar. Para la próxima zafra, esperamos que la mitad vaya con documentos. Ellos mismos se han dado cuenta de que cuando van con algo firmado, vuelven y les pagan”, explica Tabo.
Pese a los inconvenientes, Tabo asegura que la zafra 2004-2005 fue excelente para el sector. “Los saldos fueron buenos, buenísimos. Hay compañeros que se han comprado sus motocicletas, y ahora trabajan como taxistas”, dice.
Y para muestra un botón. Entre mayo y julio de este año se vendieron 500 motos en Riberalta, todo lo que se vendía en 12 meses.
PUEBLOS INDÍGENAS Y EMPRESARIOS SE DISPUTAN EL NEGOCIO DE LA CASTAÑA
El pasado 4 de agosto la Asociación de Productores de Goma y Almendra (ASPROGOAL) envió 40 sicarios para que detuvieran los trabajos del INRA, que estaba preparando el ‘replanteo’ del Territorio Indígena Multiétnico II, habiendo logrado su objetivo. Los ‘barraqueros’, como se llama a los empresarios de la castaña (200 familias que controlan más de 100 mil hectáreas), reclaman el derecho adquirido sobre esos bosques naturales y piden que a los indígenas se les entregue otras tierras fiscales, y aducen la importancia económica de una actividad que genera 40 mil empleos y 60 millones de dólares anuales en lo que viene a ser el segundo rubro de las exportaciones no tradicionales de Bolivia. Por su parte la Confederación de Indígenas de la Región Amazónica de Bolivia (la CIRABO, compuesta por los pueblos Tacana, Cavineño, Araona, Esse Ejja, Pacahuara, Chácobo, Yaminahua, distribuidos entre el Norte de La Paz, Pando y la provincia Vaca Díez del Beni) reclama sus derechos territoriales, que legalmente empezaron a consolidarse en 1996, y denuncian la inoperancia gubernamental y la pasividad del INRA que se deja amenazar por los terratenientes.