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Álvaro García: “El socialismo es la maduración extrema del capitalismo”

23.12.05

Nota de Clajadep:
Muy interesantes las declaraciones entregadas por Álvaro al noticioso Adital hace menos de un mes, vale la pena leerlas para conocer más al nuevo vicepresidente de Bolivia

28.11.05

Álvaro García Linera: de la guerrilla a las urnas

Pablo Jofré Leal, Adital

El candidato a vicepresidente boliviano, para las elecciones del próximo 4 de diciembre, por el binomio del Movimiento al Socialismo (MAS), Álvaro García Linera afirma que las relaciones entre Chile y Bolivia deben ser entre Estados y no mediatizadas por la intervención de las transnacionales

Este ex guerrillero, sociólogo y matemático, quien purgó cinco años en cárceles altiplánicas, afirma que por primera vez en la historia, Bolivia tendrá, con el triunfo de Evo Morales un presidente indígena “llegó la hora de los indios y ello significa, desde ya, una revolución en un país que ha oprimido a esos indios por más de 500 años”

Alvaro García Linera nació hace 43 años en Cochabamba cursando sus estudios básicos y medios en su ciudad natal y La Paz. En la década de los 80 se trasladó a México donde realizó estudios de matemáticas en la Universidad Autónoma de México. Regresó a Bolivia el año 1984 uniéndose ideológicamente y en un fuerte trabajo político y comunitario con el mundo Aymara y su líder, el Mallku, Felipe Quispe Huanta, devenido en su mentor. A fines de los años ochenta, se vinculó al Ejército Guerrillero Tupaj Katari, formando parte de su estructura de mando. Considerado el ideólogo de este movimiento revolucionario, fue detenido el año 1992 y encarcelado por cinco años. Esa cárcel y algunos problemas legales aún no solucionados impidieron que visitara Chile el pasado jueves invitado por una organización de estudios de Santiago

Académico de la Universidad Mayor de San Andrés en la Maestría de Sociología y Ciencias Políticas. Es profesor visitante en universidades de Francia, España, México y Argentina, y comentarista político en las cadenas televisivas y radiales bolivianas, además de colaborador del quincenario de opinión El Juguete Rabioso. De trato cordial y buena estampa, este político e intelectual boliviano recibió a Ercilla en su hogar en el céntrico barrio de Sopocachi, en La Paz, Bolivia, en un departamento sencillo, rodeado de libros de marxismo e indigenismo donde la falta de luz no logró apagar su convicción, que el día 4 de diciembre, será vicepresidente del primer gobierno indígena de América Latina.

La dupla presidencial conformada por Morales y García ha recibido todo tipo de denominaciones, el binomio del “Indio y el blanco”, “el poncho y la corbata”, “un bloqueador y un terrorista”, “un iletrado y un intelectual”. Todos ellos apelativos usados profusamente cuando se supo de la decisión de invitar al ex alumno del Mallku a ser parte de la fórmula que encabeza, con 30%, las preferencias del electorado boliviano. El análisis más lúcido indica que la elección de García Linera aparece como una señal de ubicación histórica frente a las enormes presiones estadounidenses y los temores de una población sujeta al dominio de conglomerados políticos que se han repartido el poder en Bolivia a lo largo de su vida democrática. El antiimperialismo que exuda Evo tiene en García su necesario equilibrio pues su propia evolución política le ha indicado que hay temas en los cuales la búsqueda de soberanía se conjuga con pragmatismo y realismo.

ENTREVISTA

¿A quien representa el MAS y qué gana este Movimiento con la incorporación de Álvaro García Linera a la fórmula presidencial?

El MAS es una Confederación flexible, negociada, de múltiples movimientos sociales. En ese sentido es una estructura política que articula a varias clases sociales que se unifican en torno a una condición laboral: campesinos, cocaleros o una condición paralela estrictamente étnica: Aymaras, Quechuas, Guaraníes. Esa es la fuerza del MAS: ser pueblo y mayoritario.

Lo que mi candidatura a vicepresidente incorpora y enriquece, es un vínculo con sectores intelectuales, de clase media profesionales, que en estos últimos tiempos habían expresado una cercanía en torno al MAS pero que no encontraban una estructura y un camino de mayor identificación y articulación.

¿En qué se basa, para afirmar que con vuestra fórmula está a punto de desaparecer el ciclo catastrófico del neoliberalismo en Bolivia?

En la imposibilidad estructural e histórica de seguir dándole más largas a este sistema. Es insostenible, e incluso sus propios impulsores la defienden hoy en día en Bolivia. Los rabiosamente neoliberales han devenido en rabiosos antineoliberales. Pero además por los resultados económicos insostenibles y que muestran una Bolivia con niveles tremendos de pobreza. En términos estrictos apenas hemos crecido apenas un 0,5% anual los últimos años. Resultados que han ampliado los niveles de precariedad social, la marginalidad social y de la ruptura de la parte moderna y premoderna de la sociedad. Bolivia es un país donde coexisten desarticuladamente varias civilizaciones pero donde la estructura estatal sólo recoge la lógica organizativa de una sola de estas civilizaciones: la moderna mercantil capitalista, dirigida por la etnia blanca minoritaria.

¿Qué clase de sociedad quiere construir entonces usted junto al MAS. Acaso un Capitalismo Andino como alguna vez lo sostuvo?

Esa es una definición académica, que he usado y constata de manera práctica que Bolivia, por sus propias características como sociedad no puede transitar a un socialismo sin haber pasado antes por una etapa capitalista. El socialismo es la maduración extrema del capitalismo y en nuestro país no hay capitalismo. En Bolivia el 70% de los trabajadores de la ciudad son de economía familiar. No se construye el socialismo sobre esta base, sino sobre la base de una gran industria, que es lo que no tenemos. No podemos construir el socialismo sobre la base de una población rural, un 95%, que vive de una economía tradicional comunitaria. El capitalismo Andino es un régimen que se funda en la realidad de Bolivia donde las potencialidades indígenas, campesinas, familiares se articulan en torno a un proyecto de desarrollo nacional y de modernización productiva.

¿Cómo se piensa a los pueblos bolivianos en esta idea de capitalismo andino?

La rebelión de octubre, dejó aún más en evidencia que el Estado boliviano precisa de una nueva configuración. Si se quiere superar nuestras crisis es preciso dar un paso a un Estado multicultural, que incluya a los sectores marginados, respetando sus formas de organización comunitaria. De lo que se trata no es de etnizar el Estado, éste ya lo está y a favor de la etnia minoritaria del país. Lo que proponemos es la desmonopolización de la etnicidad del Estado o, si se prefiere, la igualdad de derechos políticos y culturales a todas las etnias y culturas que hay en Bolivia. Tenemos que buscar la modernidad política a partir de lo que en realidad somos y no simulando lo que nunca seremos ni podremos ser. Tanto Tuto Quiroga como Doria Medina - los otros candidatos presidenciales - tienen como norte, precisamente a vuestra sociedad chilena, ese es su modelo y ello, claramente, es un error.

¿La posibilidad de vuestro triunfo tiene un carácter revolucionario?

Sin duda, pues dentro de todo el trabajo que debemos realizar, la descolonización del Estado reviste una importancia radical. No es socialismo, por supuesto, pero dígale a los indios que no es nada si han vivido durante 500 años excluidos del poder. Y el triunfo de Morales, del MAS y toda su base de apoyo puede significar la conquista más importante en siglos de opresión.

Se habla que Morales y usted triunfarán en las elecciones pero no alcanzarán la presidencia ¿Qué puede significar ello?

Efectivamente, en Bolivia quien no supera el 50% de los votos no alcanza la presidencia inmediata y debe contar con el respaldo parlamentario. Pero, qué significa esta idea surgida desde nuestros oponentes: sin duda un peligro enorme. Escamotear la victoria a los representados por Evo no sólo es bloquearlo a él, sino una demanda histórica de larga data. Esperemos que esto no suceda y se reconozca el triunfo legítimo de quien sustituye al viejo poder, so pena de tener resultados peligrosos para la estabilidad de nuestro país.

¿Comparte usted la principal reivindicación surgida de octubre respecto a la nacionalización de los hidrocarburos?

Indudablemente, pues la viabilización, el sostén material de este enorme trabajo de descolonización del Estado requiere de una modificación del régimen económico. Nacionalizar los hidrocarburos permitirá a este Estado descolonizado tener un soporte material y técnico, que garantice las medidas que implementemos en beneficio de nuestros pueblos. Estamos ideando una nacionalización inteligente, que reconvierta la inversión extranjera como socio minoritario y subordinado al Estado boliviano. Quien esté dispuesto a eso, bienvenido, y quien no, seremos rigurosos en exigir el cumplimiento de nuestras leyes y nuestros derechos, aunque se presenten conflictos

¿Cómo mejorar la relación con Chile en un eventual gobierno del MAS?

El mundo innegablemente ha cambiado y ello implica mudar las viejas formas de entender las relaciones entre nuestros pueblos. Relaciones que deben avanzar de manera franca, abierta y honesta y ello obliga a resolver el viejo tema del acceso marítimo de Bolivia. Tema que está inmerso en la identidad cultural de nuestro pueblo. El boliviano se define como boliviano a partir de las expropiaciones que considera que ha sufrido, tiene una carga histórica victimizada muy fuerte. Pensar que es posible articular relaciones de colaboración, integración y de hermandad entre países que nos necesitamos, soslayando una carga hereditaria tan fuerte, es muy difícil. Hay que avanzar en nuestro proceso de integración, paralelamente al reconocimiento de nuestra demanda centenaria y esa señal debe venir de vuestro gobierno, de éste o del que venga.

¿Cómo integrar nuestros pueblos sin que ello vaya acompañado de la reivindicación boliviana centenaria de recuperar el mar?

No se puede, debe llevar esa reivindicación y la llevará permanentemente. La posibilidad de integración con Chile en el plano energético, hídrico, económico, político u otros pasa, obligatoriamente, por dar una solución al enclaustramiento marítimo boliviano. No lo ponemos como paso previo a los temas que enumeré, no se trata de no poder hablar sin antes tener salida soberana al mar. Puede ser un trabajo paralelo, con avances simultáneos. Con Chile lo que queremos tener no es una relación entre empresas petroleras transnacionales, sino que una relación de Estado a Estado, de dueños de sus riquezas naturales a otros dueños de sus riquezas. Queremos relaciones con Chile, sin empresas que consideran a los pueblos donde se instalan, sólo como mano de obra barata. Ya tuvimos la amarga experiencia de los acuerdos del año 2001 iniciados por Banzer y continuados por Tuto Quiroga, asumidos por Sánchez de Losada y que generaron la denominada Guerra del Gas. Eso en Chile lo tienen que recordar y no cometer los mismos errores creyendo que hay que negociar con Repsol o Petrobrás en lugar del Estado Boliviano y en eso seremos inflexibles.


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