Informe extraordinario de CODHES sobre desplazamiento forzado, conflicto armado y derechos humanos
Una situación de emergencia humanitaria como efecto del recrudecimiento de la guerra se registra en por lo menos once de los 32 departamentos del país sometidos a pasar una navidad en medio del terror.
Al finalizar el año 2005, hay zonas de los departamentos de Nariño, Putumayo y Huila, Norte de Santander y Arauca en el Nororiente, Guajira, Cesar, Chocó, Valle de Cauca, Tolima y Caldas, en las que confluyen múltiples manifestaciones de la degradación del conflicto armado en Colombia: ofensiva guerrillera allí donde se concentran operativos contrainsurgentes y antinarcóticos de la Fuerza Pública, incursión de grupos paramilitares que siguen operando a pesar de las anunciadas desmovilizaciones y disputa en áreas estratégicas entre diversos actores armados.
Las acciones armadas no se circunscriben a los combatientes y derivan en ataques y agresiones contra la población civil. El país asiste a una navidad en medio del terror porque los paramilitares vuelven a perpetrar masacres, las guerrillas insisten en imponer paros armados, incrementan la siembra de minas antipersona en zonas pobladas y la Fuerza Pública persiste en detenciones masivas, ataques aéreos y fumigaciones indiscriminadas.
A pesar de la gravedad de los hechos se impone un manto de silencio ante la opinión pública para minimizar la crisis de derechos humanos, las alertas tempranas no funcionan, la ayuda no llega a las victimas y las misiones de acompañamiento a la población en riesgo son tardías y limitadas.
Peor aún, los grupos paramilitares comprometidos en las violaciones terminan acusando a las organizaciones de derechos humanos por sus denuncias y el Estado no garantiza la aplicación de la justicia para el esclarecimiento de los hechos.