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Foro Alternativo: un debate desde la izquierda

19.01.06

Nota de Clajadep:
Nos hemos puesto a disposición de los compañeros del Foro Social Alternativo de Caracas para difundir sus comunicados, artículos y noticias, en el entendido de que compartimos plenamente las preocupaciones, reflexiones y objetivos que se buscan por ese medio, es decir, alzar la voz de los de abajo, pues socialismo o no socialismo, sea donde sea, sin la voz del protagonismo social el destino de la población será el abismo.
Los mismo decimos a los otros compas de los más variados lugares: Abramos tribuna de divulgación y apoyo al Foro Alternativo, traigan aquí sus opiniones y textos, pueden ponerlos directamente como comentario al texto o enviarlo a clajadep@yahoo.es
Veamos pues el texto del compañero Rafael Iribarren:

Foro Alternativo: un debate desde la izquierda

RAFAEL IRIBARREN
iribarren_rafael@hotmail.com

La última gira por Europa de Chávez – semanas después de la reunión de presidentes latinoamericanos en Paraguay, y luego de la Cumbre Iberoamericana de Salamanca - con sus entrevistas con el rey español, Rodríguez Zapatero, Chirac y Berlusconi, más el remate de su reunión aquí con Felipe González, son referencia suficiente del sentido que tiene la promoción que hacemos de la Agenda y el Foro alternativos al FSM oficialista que se convoca, bajo la batuta de los gobiernos venezolano y cubano, para enero del 2006 en Caracas.

Aunque rechazamos al FSM, por oficialista y aclamacionista que será, no pretendemos competir ni menos equiparar la iniciativa gubernamental. Además de no ser esa la idea, estamos concientes de las absolutas asimetrías cuantitativas, de cateto a vértice, que hay entre el poder, recursos y medios que dispone el oficialismo y la precariedad, sobre todo cuantitativa, de cualquier iniciativa alternativa de izquierda independiente.

La gestión pública chavista, gubernamental, no pasa de un reformismo que por lo demás pudiéndose desde algún punto de vista considerarse válido, justificado y hasta preferible, es solo una gestión socialdemócrata, ni siquiera mas profunda ni de mas alcance que la del puntofijismo, en Venezuela, en la primera década de los sesenta. Humanización y reacomodo socioeconómico del capitalismo y de la inserción en la globalización, nacionalismo y reinvindicación antiimperialista (en mucho retórica) de la soberanía nacional; un reformismo que cabe dentro del sistema y el régimen capitalista y eurodemocrático sin cambiar su estructura ni siquiera parcial ni superficialmente sobre todo en cuanto a las relaciones de poder en que se sustentan. Como las gestiones de Lula, Kitchner, Lagos, Tabaré y de Torrijos; mas allá de causas condicionantes y limitantes, solo reformistas y nacionalistas, antiimperialistas y en tal caso solo moderadamente anticapitalistas.

La “Realpolitik” chavista
Aparte de elucubraciones que no preñan y de la repetitiva ficción o manipulación mediática reformulada una tras otra vez del supuesto “eje revolucionario” Caracas-La Habana, además y según, -Brasilia, o -Quito, o, ahora, -La Paz; y aparte la sociedad Chávez-Fidel, la realidad es que “la comunidad internacional”, en términos generales, independientemente de lo ideológico y político, ha constituido el verdadero apoyo externo determinantemente político con que Chávez ha contado y con que se ha legitimado internacionalmente; destacada y principalmente, los gobiernos de la Unión Europea, (UE), y la mayoría de la OEA; independientemente de que ello sea efecto, siéndolo solo en parte, de su geopolítica petrolera hemisférica e intercontinental. Y como se evidenció en Salamanca y luego aquí con González en Miraflores, entre los gobiernos “de izquierda” o progresistas de América Latina junto a los no tan de izquierda ni tan progresistas, y las socialdemocracias europeas junto a los no tan progresistas o conservador y hasta reaccionario gobiernos de Chirac y de Berlusconi; hay, más que sintonía, verdadera expectativa concreta de alianzas estratégicas intercontinentales, obviamente en contra de la hegemonía norteamericana en el hemisferio, pero en nada antimperialistas; alianzas que avanzan y tiende a concretarse en grados de integración intercontinental dentro del capitalismo a partir y a través de las multi-relaciones entre MERCOSUR y la CAN, y la UE. En expansión.

La política exterior venezolana actual, tanto su geopolítica petrolera como su diplomacia en general, igual que su gestión interna, sin relativismos, es sustancialmente pragmática; tanto hacia la comunidad internacional mundial en general como hacia la hemisférica, incluso hacia los EEUU, que como se sabe y se ha repetido, y recientemente Berlusconi luego de su reunión con Chávez lo puso de relieve, cuando destacó ese pragmatismo que permite combinar el permanente enfrentamiento retórico a Bush con el desarrollo de muy intensas y profundas políticas comerciales con ese país.

Desde el punto de vista político convencional, de cualquier política de estado, no es discutible la aparente inevitabililidad del pragmatismo de la diplomacia chavista; sin que ello signifique que de entrada se deba aceptar o justificar, ni siquiera como táctica por el solo hecho de tratarse de política de estado; aquí queda planteado como cuestión para la reflexión de fondo en lo ideológico y en el plano de las teorías revolucionarias y en función del cambio real que se manejan. Y si no se discute, menos se condena en sí mismo el pragmatismo ni el reformismo en general ni el carácter socialdemócrata del chavismo y de su gestión bolivariana en cuanto a gestión que responde al mismo ejercicio del Poder de siempre. Ni siquiera en relación a su discurso - anti-Bush más propiamente que antiimperialista - por lo demás incoherente y contrastante con su gestión macroeconómica concreta, economicista y desarrollista, pragmática, de inserción cada vez más profunda en la globalización y de asociación creciente con el capital transnacional.

Tampoco se cuestiona ni desconoce el hecho positivo del freno a la privatización desnacionalizadora que el puntofijismo venía impulsando los últimos veinte años, del freno al desmantelamiento reaccionario, neoliberal del Estado, de la liquidación de los activos nacionales y su transferencia delictual a las transnacionales. Ni se niegan la reorientación de las políticas sociales en la dirección de la redistribución de la renta y del presupuesto nacionales, las misiones y los programas alimentarios; aunque ello todo se reduzca en última instancia a otro clientelismo igual socialdemócrata con solo una reorientación en relación a los sectores sociales a los que se dirigen y benefician; y que no alteran en nada las relaciones de producción de nuestro capitalismo periférico.

Un reformismo bocón
Como gestión socialdemócrata, neo-keynesiana, nacionalista integracionista anti-ALCA, y clientelar, orientada a la preservación de la gobernabilidad, es una gestión coherente; como lo es, tanto mas tanto menos, cualquiera otra gestión de izquierda actual en América Latina. En función de esa gobernabilidad y de la preservación del Poder como objetivo fundamental, sus diferentes aspectos calzan; calzan entre ellos y en relación al régimen de democracia representativa de minorías que existe en el continente y aquí en Venezuela se mantiene y profundiza. Y en tal sentido, la agenda alternativa que promovemos no sería pertinente ni tendría sentido, si la refiriéramos en términos evaluatorios a dicha gestión chavista a partir de su carácter de reformismo socialdemócrata. Pero la Agenda y el Foro Alternativo que planteamos, como debate a desarrollar permanente y cada vez mas profundamente, antes en y después de Enero, no solo en relación al FSM, se refiere esencialmente es a la cuestión del Poder; a su estructura y ejercicio por la izquierda en general en el continente, en nuestro caso, por Chávez y el chavismo, y a las relaciones en que se sustenta ese ejercicio; a su orientación desde el punto de vista de él mismo, del Poder mismo y de su preservación. Concretamente la Agenda Alternativa apunta a debatir si tal estructura asumida y tal ejercicio del Poder, en algún grado apunta a su propia transformación incluso en perspectiva, y mas allá, al cambio de estructuras que se quiere.

Las misiones, la eliminación del latifundio, la geopolítica energética (PDVSA, Petroamérica y Petrocaribe), la integración subregional, etc., en sí mismas, como políticas básicas, pueden estar bien, y digamos que en general son preferibles. Pero sobre ello no es la discusión de fondo que se plantea para la izquierda hoy aquí en Venezuela y en América Latina, ni es lo que planteamos como alternativa al oficialista FSM; cuando ya nos acercamos a una década de gestiones consideradas de izquierda en buena parte del continente; con todas las posibilidades que hay, y particularmente aquí. La discusión de fondo, repito, es sobre el Poder, y es sobre su concentración creciente y autoritaria, sobre el militarismo, el guerrerismo y el armamentismo, y sobre la corrupción asumida y tolerada, igual que cuando la socialdemocracia, como factor de poder y de su control. Sobre la imposición al conjunto de la sociedad mediante todo tipo de manipulación institucional electorera, de un régimen de minorías y cúpulas soportado en la concentración personal del Poder. La discusión es sobre un capitalismo de estado, que dice reivindicar la soberanía nacional pero desconoce y liquida la soberanía popular, las soberanías locales y del ciudadano, sobre el desarrollismo depredador globalizante y el economicismo homogeneizador social, cultural y políticamente; sobre la partidización y el control desde el Estado de la subjetividad y toda la vida nacional, y sobre el perfeccionamiento y la sofisticación de la representatividad y la banalización incluso del discurso y la retórica de la participación, cuando no hay mas que una representatividad cada vez mas desligada de los supuestos representados.

Lo que caracteriza la gestión chavista - y a sus similares socialdemócratas y reformistas del Continente – no es la novedad. Por el contrario, su rasgo central es continuidad sin cambio, salvo del discurso y la retórica y de las orientaciones, aquí y en concreto, en la diplomacia o geopolítica y en la política social o clientelismo. Porque en esencia no ha habido cambio ni en las relaciones de Poder ni en su estructura ni siquiera en su ejercicio formal; al contrario, a nombre de la revolución y del cambio, del anti-imperialismo y de la guerra asimétrica, del desmantelamiento del puntofijismo, vivimos una verdadera regresión incluso hacia formas mas atrasadas de manipulación mediática y de concentración autoritaria del poder que las de la democracia burguesa autoritaria, shumpeteriana, mas representativa, pues el Estado venezolano se mueve hacia la concentración personal mesiánica del Poder. Regresión que se concreta no ya solo en el estancamiento y la vuelta al pasado en cuanto al ejercicio del Poder, lo que ya de por sí es reaccionario y antihistórico; sino que, y sobre todo lo mas importante, se concreta en el freno, el encallejonamiento y la perversión de dinámicas sociopolíticas que apuntaban al verdadero cambio en las estructuras del Poder y del Estado burgueses; a partir de las cuales fue que la izquierda llegó, se impuso y se viene imponiendo en la mayoría de los países latinoamericanos. Profundizar en esa caracterización del neo-reformismo de los gobiernos seudo-izquierdistas, así como en el modo de revitalizar las opciones de transformación radical viables para Nuestra América, es el camino cuya andadura promovemos desde la Agenda y el Foro Alternativo.


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