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Al final de la calle: revuelta anticapitalista

24.01.06

De la coleccion “Textos para la conspiracion”, un escrito donde se reflexiona sobre diferentes cuestiones inherentes al movimiento anarquico y antiautoritario.

al final de la calle

“ Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero, fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él “
Revelación 12:9

Al final de la calle.

Conocemos el orden anarquista, ya nunca rechazaremos el caos capitalista.

Apuntes para una teoría.

No existen las teorías completas, y no porque el tiempo las tire como a otros tantos templos, aunque también.
De los post-estructuralistas podemos aprender a bucear por debajo de las pretensiones faraónicas de las momias del pensamiento, para agarrarnos al análisis de lo concreto. Sí lo que perseguimos es la autonomía, ésta sólo puede surgir desde la consideración de lo específico, y no de la resolución de fórmulas reglamentadas, sobre los atriles de la sabiduría, que nos igualan a los valores de una incógnita x, y ó z.

El peligro de todo análisis se encuentra en caer en visiones mecanicistas que tratan la realidad como sí fuese el funcionamiento de una noria. La difícil relación existente entre las condiciones objetivas y las subjetivas ha sido concluida siempre por las teorías científicas con un notable desprecio hacia las segundas (1). Sí bien no fue Marx quien determinó la existencia de las clases sociales (2), sino simples historiadores y economistas que ya hablaban antes que él de la evolución y autonomía de dichas clases, sí fue él el primero en establecer la dictadura del proletariado como un objetivo ineludible en el engranaje de la Historia, y éste un paso previo a la sociedad sin clases. Historiadores, economistas y viejos barbudos, diseccionan el universo como a un gran cadáver que habla por boca de sus cirujanos. A pesar de que hoy en día no esté tan claro que los muertos no lleven la contraria. Por eso, la gran mayoría de las teorías políticas, a lo que llaman anticipación dialéctica ( dialéctica, del griego, “raciocinio” ) no son más que meras justificaciones históricas.

La evidencia más clara, es que entendiendo la ideología como la conciencia deformada de la realidad, producida por unas condiciones objetivas concretas que lo envuelven todo, la capacidad de subversión está siempre presente. Pero no siendo ésta la necesidad obligatoria de una contradicción interna, sino la posibilidad no reglada que parte de lo subjetivo.

Las entrañas de la subversión se encuentran en lo impredecible, en lo particular, en lo despreciable, en lo defectuoso. Quien quiera leer sobre sus verdaderas causas tendrá que buscar en la ” información ausente”, ésa que se encuentra más allá del límite del pensamiento ordenado, lógico, racional.

El tiempo no es más que una coartada para las teorías completas. Una coartada para un rato, más corto por lo general del que disponen la mayoría de los templos.

La teoría sólo es una proyección de la realidad en la mente, una representación de nuestro entorno- “teoría” y “teatro” vienen de la raíz griega “ver”. Lo que suele ocurrir es que se produce tal identificación entre teoría y sujeto, que se acaba haciendo todo lo posible por adaptar el mundo y la mente a esa teoría. Aquí es donde la razón juega su función fundamental procurando controlar la naturaleza, poniendo barreras a la realidad para poder ser pensada. No tenemos porque convertirnos en esclavos de una teoría ; no hace falta acabar creyéndose las propias producciones teatrales.

En el teatro los deseos son orgasmos fingidos. En la vida, el deseo es creación de realidad. La teoría nunca va más allá de una simple mirada perdida, de una congelación de los deseos que ahora ya sólo escenifican, simulan, un orden establecido, fijo. Es la acción la que hace fluir los deseos, son las fuerzas las que chocan en un conflicto, es el movimiento él que genera caos.

La subversión está en los valores despreciables que daban en las ecuaciones de Edward Lorenz resultados caóticos ; en la particular poesía de Bataille, incapaz de razonar ; en los defectos de todas las teorías que abren la posibilidad a lo impredecible.

Danzad, danzad, malditos.

El fuego es la imagen carnal del movimiento. No se puede ni sospechar en reposo. Es devorador, voluptuoso y, sí se deja suelto, incontrolable. Devoradores, voluptuosos, incontrolables : así narran las crónicas subversivas a los malditos.

El compás que los mantiene en trance es una tensión que no se resuelve con ninguna superación dialéctica ( síntesis ). No hay conciliación de opuestos, la libertad no es un producto. Para Heráclito (3) la tensión y la discordia entre contrarios es permanente, no hay solución fuera de la rivalidad, por eso dice que la justicia es la guerra. Para él de lo que se opone surge lo que es : la melodía nace siempre de sus contrapuntos, sí hay armonía es porque hay sonidos que se contraponen ; en la pintura también se combinan las tensiones. Así, la fuerza sin la diferencia no existe como tal, no existe conceptualmente. De esto que el lugar de la negación en la filosofía nietzscheriana esté completamente enfrentado al que ocupa en la dialéctica.

Tesis, afirmación, el en sí ; antítesis, negación de la afirmación, el para sí ; síntesis ( Aufhebung ), superación de la negación, el en sí y para sí : sí bien Bakunin no pegó un puntapié a tanto palabro, si se permitió el lujo de escoger. Un lujo reservado a los que toman partido a pié de cañón, y no palideciendo a la sombra de los manifiestos. El era un hombre de acción y vio en la negación el movimiento, en lo positivo el reposo absoluto. El único valor que llegó a conceder a lo positivo era que en sí llevaba el principio de la destrucción, que él mismo es negativo. La negación es una relación que no existe más que en la medida en que se niega algo. ” El placer de la destrucción es, al mismo tiempo, un placer creador”. La práctica de Bakunin es una afirmación inmediatista de la libertad, no hay una verdadera Aufhebung ( superación de la negación ) hegeliana.

Es necesario entender la libertad fuera de los parámetros a los que nos tiene acostumbrados la izquierda (4). Esta, después de derrocar a Dios, se dedicó a reponer el altar con una larga colección de espectros : Igualdad, Libertad, Justicia, Humanidad,…, Clase. Se ha sustituido la ley divina por la ley humana, el individuo sigue bajo la dominación de la ley moral, de la Ley. De esto que la Revolución Francesa fue un triunfo de la burguesía (5), logró que reinasen sus intereses en nombre de la nación. El individuo continua preso.

Sois ” los más moderados de los moderados. En otras palabras, los últimos Idealistas…”- esputó Stirner a aquellos que pretendían la disolución dialéctica del Idealismo por medio de nuevos fantasmas. Se había sustituido el ” más allá fuera de nosotros ” por el ” más allá en nosotros “, Dios sigue siendo el hombre alienado (6). Cuando nuestro yo despierta se encuentra cautivo en una red de conceptos con los que el sí mismo interpreta su existencia, y que le llevan a generar intereses y valores fuera de los suyos propios, transformándole en un títere a merced de quimeras producidas por su propia fuerza creadora.

Cantos de sirena que mecen nuestros sueños, rotos sólo por la estridencia punk que salta de la boca al oído. Dar la vuelta a Hegel no significa acabar con el Idealismo, simplemente es tener a Hegel patas arriba, dar la vuelta a los ideales. Con falda escocesa y sin calzones a lo sumo alcanzamos a verle los genitales.

La libertad no es la voluntad de servir a una lógica determinista (7), sino la capacidad de afrontar de una forma autónoma y espontánea los conflictos. La justicia no es el ideal perseguido por la Revolución Francesa, es la guerra.

La anarquía danza en la tensión de los conflictos.
Es viento y luna.
Fuerza y magia. Incendio.

Que estalle la bomba.

Ayer rompí con mis manos
en mil pedazos un cristal
la sangre bañaba mis brazos
con una roja crueldad.

Pensaba en perros rabiosos
lameculos de oficina
por eso estoy seguro
de que iba a reventar un día.

Que estalle la bomba
bajo mis pies
que el mundo aprenda
a enloquecer.

Estoy lleno de problemas
que no voy a solucionar
espero que mi cadáver
os enseñe a llorar.

Harto de lamentaciones
se han comido mis idea
por eso coloco la bomba
en el centro de la tierra.

Que estalle la bomba
bajo mis pies
que el mundo aprenda
a enloquecer.

( Barricada )

Philips : enemigo del Estado.

Dictadura y democracia se alternan en defensa de un mismo proyecto. En momentos de convulsión social, la dictadura toma las riendas del Estado y dirige la sociedad militarmente, con disciplina férrea ; cuando los valores del mercado y del consenso son asumidos por la población, la democracia toma el relevo, y diluye en gran medida los papeles del Estado entre la ciudadanía. Aquí se revela la dominación como algo no solo impuesto desde arriba, sino como un conjunto de relaciones que se reproducen en la vida cotidiana. Un Estado aparentemente raquítico, reducido a sus más brutas expresiones, es por el contrario el más fuertemente consolidado ya que mantiene en cada individuo, en cada ciudadano, una institución. Sí la dictadura requiere grandes esfuerzos y en alguna medida puede llegar a presentar situaciones de inestabilidad, la democracia permite el relax y la calma, crea condiciones de mercado : es más rentable.

Las crisis del Capital son resueltas una y otra vez (8), con menos problemas en ocasiones de los que tienen muchos defensores de la teoría de la decadencia (9) en buscar remiendos (justificándose). El movimiento real del capitalismo con el cual adivinar las necesidades de la lucha parece ser más bien ficticio, y sus teorías, profecías de saldo ( teorías separadas de la práctica ).

Lejos de estar en una economía abocada al fracaso, es el mercado quien ejerce hoy el control sobre la sociedad. Las polvorientas instituciones disciplinarias ( familia, escuela, ejercito, universidad,…) no suponen ya los antiguos centros de normalización (10). Sí bien siguen existiendo, lo hacen de un modo distinto. La familia desestructurada hace tiempo dejo de indicar un hecho marginal ; la escuela y la universidad cada vez se conforman más con cubrir los conocimientos técnicos que el proceso productivo reclama ; el ejército renunció a su obligatoriedad, entre otros motivos por exigencias de la eficacia militar ;…

La mercancía no es algo fabricado para satisfacer las necesidades, sino para multiplicarlas ( organiza la carencia ). Es un producto destinado a la venta y al mercado, no cuenta su utilidad sino la capacidad de venderse. Es, además, un reflejo de las relaciones sociales, encierra en sí el espíritu de la autoridad. Pero sobre todo, en la actualidad, es un integrador social, cubre la misión de las caducas instituciones disciplinarias disminuyendo dependencias del Estado. La existencia de éste es más aceptada ahora que sus aspectos desagradables se restringen a la defensa de la razón. Quien adquiere una mercancía adquiere sobre todo un modo de vida, una ideología. El individuo está integrado porque es identificado como una conquista para el mercado.

Un chaval de familia rota, con pocos años en la escuela, sin haber conocido la mili y con una oferta laboral deprimente, está integrado por su móvil, que representa control, consumo, relaciones virtuales, tecnología,… ; una periodista, sin haber pasado por una facultad que machaque especialmente su sentido crítico, y sin necesidad de padecer a un jefe de editorial que lo censure todo, cumple perfectamente las expectativas de su puesto ya que como el resto de sus compañeros periodistas, tiene coche, que representa propiedad, seguridad, progreso, velocidad,…

El marketing se manifiesta como un verdadero modelador de subjetividades. La complicidad que puede llegar a desarrollar éste con el consumidor, en la construcción de un falso sentido común entre ambos, le permite llegar a usar slogans e iconos que antes previamente a vaciado de significado dentro del contexto de la propia mercancía. Así, Philips, que nadie presupone agente desestabilizador del orden mundial, dentro de su amplio abanico de merchandaisin distribuye gorras americanas con la inscripción : ENNEMY OF THE STATE.

El perro siempre vuelve al vómito. El mercado no se independiza del Estado por medio de una desterritorialización ( proceso de valorización transnacional ). La reorganización de los aparatos del Estado a nivel supranacional, y el relevo del mercado en el control social de lo que antes eran instituciones de encierro ( ahora no se está encerrado, se está endeudado ), sólo muestra la viabilidad económica de la democracia y su poder de dominación. El Estado sigue siendo la fuerza organizada de este Mundo Matadero, y por tanto con quien chocan nuestras iras : son los disparos de la policía los que continúan manteniendo nuestros cuerpos dentro de la frontera de lo permitido, las correas de los médicos las que no cesan de apretar nuestras mentes enfermas.
El enemigo del Estado es una amenaza siempre presente.

Víctimas o culpables.

El imperio de la carencia, organizado por la mercancía, puede ser fracturado. El capitalismo, como la tecnología, es un hecho impositivo que nos gobierna por medio de la necesidad, pero presenta puntos de fuga que perforan contra-razón : la creación de realidades donde se manifieste la subversión.

La materialización de realidades subversivas sólo puede ser fruto del deseo (11), que ya no encierra el concepto idealista de carencia, sino por el contrario, el de voluntad de poder (12), creación de realidad. Una realidad que no existe dentro de otra, sino contra otra ; que no se desarrolla en tiempos y espacios diferentes, sino desde la atemporalidad ( no requiere de un proceso de acumulación ) y en el espacio del tabú, lo prohibido. Una condición básica para deambular por ella es reapropiarnos de la animalidad : la fuerza es una pulsión, y el animal tiene el instinto. Como el Marques de Sade, no pretendemos fundar nuestra libertad en principios morales, sino en satisfacer nuestros instintos : ” Matar a un hombre en el paroxismo de una pasión es una cosa que se comprende. Hacerlo matar por otro en la meditación seria bajo el pretexto de un ministerio honorable, eso no se comprende “. La naturaleza necesita del crimen.

En esta esquizofrenia, los registros que nosotros interpretamos no pueden estar determinados por la necesidad, no hay zonas restringidas. Si nuestro deseo puede crear realidad, no la tomará medidas como hace la ciencia, sino que dejará desbordarse la pasión, la locura, el desenfreno. La herejía, la fantasía, la irresponsabilidad, la recorren transversalmente. Son la musa, lo que más se escapa al asfixiante estado de las cosas, lo más cercano al inconsciente, la dimensión donde el yo está menos preso. No hay porque ser tímidos sirvientes cuando podemos transformarnos en monstruos insaciables. Aunque conquiste este Mundo, el sirviente no podrá más que reproducirlo, al fin y al cabo, forma parte de él.

Puestos a elegir, entre pillados o pillos, decapitados o verdugos, dueños o ladrones (13), dinamitados o dinamiteros, cobardes o valientes,…, víctimas o culpables, escogemos siempre lo segundo. Culpables.

Así entendemos el salir de esta sociedad sin dejarla en paz. Esquizofrenia, la mayor de las locuras.

Una banda de colegas.

Querer destruir la sociedad no significa buscarla alternativas que la prolonguen. Algo en un principio evidente, luego no lo es tanto.

A una dinámica muy extendida se la suma otra. A la parcialización de las luchas que las convierte en fácilmente recuperables, el humanismo reivindicativo exudando condena : el Sistema instrumentaliza toda disidencia. Feminismo, comunas, escuelas “libres”, ecologismo,…, son proyectos destinados a crear alternativas dentro de lo conocido y sin las cuales la gestión actual encontraría dificultades.

Sin embargo, las relaciones anarquistas son inevitables, como la anarquía. Pero sacarlas fuera de su comunidad de lucha, no es, sino romper el movimiento real (14) que niega la sociedad. Definimos la comunidad de lucha, como el encuentro de quienes en la lucha están dispuestos y son capaces de establecer relaciones anarquistas. Dentro de ella es donde se discuten las críticas, se elaboran las armas, se organizan las inquietudes y se comparten los deseos.

La insurrección.

Las explosiones insurrecionales suelen tener pocas consideraciones para con los revolucionarios, acontecen como sucesos impredecibles y desbaratan repentinamente, casi sin quererlo, como por arte de magia, urdidas estrategias en la contemplación de lo cotidiano. Diríamos que responden más que a grandilocuentes discursos en torno a metodologías organizativas, tesis programáticas, clarificaciones teóricas,…, a sentimientos atávicos que hechizando cuerpos y mentes provocan un encuentro colectivo. Son así de sacrílegas, no respetan ni a sus propios enviados en la Tierra.

La fuerza de los acontecimientos es más poderosa que cualquier proceso de acumulación. Abre la oportunidad a los individuos de volver a sí mismos, de quebrar las relaciones de alienación. Los procesos de acumulación por el contrario las reproducen : amontonar es lo que se hace con las mercancías. Sí las arterias del capitalismo están recorridas por el flujo de mercancías, un corte de circulación, genera espacios y tiempos donde las personas se encuentran, se descubren, se identifican,…, interactúan. La insurrección siempre tiene que ir orientada a desmantelar la normalidad al máximo posible.

Febrero de 1848 no estaba marcado en ningún calendario. Sin pedir permiso y en unos pocos días, se extendió desde París, como una mancha de aceite, una revuelta que alcanzará Milán, Venecia, Berlín,… Bakunin la vivirá como ” una fiesta sin un principio o un final “. Era en el placer insurreccional donde él encontraba el ser colectivo de la persona (15). En lo lúdico, lo divertido, lo que aún está por ensayar. Mientras que unos se entregaban sin concesiones en los brazos de la lujuria y de la aventura, otros se conformaron con redactar fríamente un Manifiesto (16) donde explican como la única propuesta técnicamente viable para Francia en esos momentos era agudizar el capitalismo. Lo firmó, la Liga de los Comunistas.

La Comuna se levanta en París en 1871 sin ninguna dirección ni programa revolucionarios. Sin ellos se mantuvo durante dos meses, y no cayó por su falta, sino por las fuerzas reaccionarias y el aislamiento que sufrió. No les atacó la sarna porque se libraron del cáncer. La muchedumbre tomó las calles y empuñó lo único que tiene y con lo que mejor se expresa: la acción.

Las burocracias sindicales se sumarian a hechos consumados, a lo que más tarde estrangularán a base de Decretos Ley. Las constantes llamadas a respetar bancos, embajadas, instituciones,…, en 1936, tenían la intención de no alterar la política en las altas esferas a nivel internacional : todo se quería reducir a la República. Lo contrario hubiese sido extender el descontrol a otras geografías, podrían brotar focos insurreccionales en aquellos países cuyos gobiernos se tuviesen que posicionar en contra de la revuelta. Se podía extender la mancha de aceite. A pesar de todo, de las diferentes iglesias y religiones revolucionarias, la insubordinación mantuvo un último acto de desobediencia : Mayo ’37.

” Tu felicidad está en venta: róbala ” ( Mayo ’68 ). Ya no se trataba de pedir dinero, ni tan siquiera mucho dinero, sino de recuperar la vida, de descubrir las posibilidades que se esconden tras el monólogo imperante : lo que nosotros queremos, no nos lo puede conceder nadie, no existe, está por imaginar. Quien quiera atraparlo tiene un problema, nosotros. Así corrió, como un rumor, por el Barrio Latino de París y entre las barricadas, un espectro que asombró a propios y extraños. La insolencia, el iconoclasta, la pornografía, el exceso. El 24 arde la Bolsa, quien quiera reutilizar esta casa de los horrores tendrá que buscar entre sus cenizas.

Los gritos arrancados en las plazas donde se batieron los amotinados, sangran los susurros de las mejores lecciones que podemos aprender : hacer de la acción una poesía subversiva y del escrito un acto criminal.

Lola La Loca.

lola como una cabra tú estas tan loca
tan sensualmente embrujadora
lolalolalolalolalolai
no cambies nunca por favor
no cambies nuca
lola dicen que estas siempre en la luna
que un día perdiste la cabeza
dicen que un buen día
quemaste tu casa
mataste a tu padre y tu familia lloraba
te volviste loca te soltaste el pelo
y te fuiste volando
y ahora va sí sí sí sí
vas cabalgando en una escoba
siempre en la luna
llévame contigo a la luna.

lola
ven a buscarme piensa en mi
quiero montarme yo en tu escoba
tras de ti
yo creo estar loco, muy loco por ti.

y los buitres y los cuervos
y las urracas y los búhos
y también los pajaritos
le cantaban hola lola pio pio
hola lola pio pio te vienes a volar conmigo
hola lola pio pio
y es que no hay nada tan bonito
que te venga un pajarito
y te diga hola amiguito
te vienes a volar conmigo.

lola
como una cabra tu estas tan loca
tras tu culito yo ando loquita
dicen que mandaste al cuerno
a tus amiguitas
dicen que dejaste plantado a tu novio
dicen que quemaste tu antiguo colegio
dicen que reías mientras todo ardía
dijiste basta basta basta
paso de tanta tontería
me largo a la luna.

lola
quiero agarrarme a tu cintura
pa no caerme de la grupa de tu escoba
yo creo que estoy loco
muy loco por ti.

( Albert Plá )

El loco y el anarquista.

Como la teoría completa, el loco y el anarquista no existen. Ningún funcionario de bata blanca ha conseguido todavía extirpar el órgano o aislar el gen responsable de tales desviaciones. A pesar de todo el empeño que en ello pone el determinismo científico. Lo que si se revelan, son situaciones donde la realidad pierde toda su lógica, donde la rigidez estructural queda rota en momentos conquistados al tiempo y el espacio.
Son estos momentos los que nos hacen pensar, superada toda ideología, que la lucha ya es en sí misma la materialización de los deseos que no consiguen esperar al día prometido. Esta impaciencia es la que nos permite afirmar, a los que nos hemos propuesto vivirla ya, que la anarquía es inevitable.

La única lucha, la que se impone.

El enfrentamiento de intereses opuestos sólo es superado con la imposición de unos sobre otros, y la fuerza es en todos los casos posibles la única variable que inclina la balanza. Sí bien es cierto que ésta, la fuerza, se halla sometida a diversos factores, según nuestro punto de mira, según nuestro eje de coordenadas, la consideración que toma puede ser totalmente diferente.

Trasladar a la lucha la mentalidad burguesa ha sido una de las principales herencias del “movimiento obrerista” a la que no escapa este aspecto. Así, movernos en términos de victoria o derrota, supone procesar las mismas actitudes que las de nuestros enemigos, necesitados siempre de cuantificar los hechos para ser almacenados en una memoria ram. Cuantificar, clasificar, abstraer, tipificar,…, son los métodos de una guerra que no nos pertenece primero porque nos aliena, nos aleja de nosotros mimos ; y segundo porque la tenemos ya perdida, los militares siempre pierden. Pretender constreñir los deseos en unos cuantos códigos algebraicos, es realmente no conocer la naturaleza de éstos, ni a lo que la fuerza de la pasión puede llegar : y la única circunstancia a la que se doblega esta fuerza es a la voluntad (17).

Son las circunstancias las que han atado y atan las manos de muchas cabezas inquietas que a falta de condiciones numéricas (cuantitativo), socio-políticas (cuantitativo), ideológicas (cuantitativo),…, se han conformado y se conforman con el único proyecto revolucionario de elaborar aburridísimos programas más políticos que nunca. Conocerlos muchas veces nos hace pensar en excusas.

Sin embargo, aprehender la realidad, nos hace ser conscientes de nuestra propia fuerza y de la fragilidad de todo lo que nos rodea : de otra manera el Estado carecería de sentido. Surge así la construcción de momentos en torno a la destrucción de lo existente, la recuperación de nuestras vidas : gracias a ellos establecemos una relación directa con nuestro entorno, superamos las condiciones reinantes, y hacemos de nuestro programa mínimo, el máximo, y le resumimos en dos puntos, aquí y ahora. Postergar esto a un futuro que no nos pertenece se llama alienación ( esperanza ), exactamente todo lo contrario que perseguimos con nuestra lucha.

En todo caso, sí alguna vez nos toca valorar nuestras acciones más allá de los aciertos y de los fallos, será siempre con el resultado de victoria: “No han ganado, aunque nos hallan encarcelado” (18), porque ellas son, las acciones, la muestra más evidente de que nuestras vidas son nuestras ( al menos mientras nos lo hemos propuesto), son la alteración palpable del entorno, la puesta en práctica de nuestros pensamientos (muchas personas necesitan decir que piensan para no ser confundidas con plantas).

La revuelta nace aquí, desde la individualidad, desde las malsanas pasiones reprimidas, pero no se niega en lo colectivo. Es consciente de la física, de la balanza, de la fuerza y de la imposición. La otra lectura de la revuelta individual es la invitación a la insurrección colectiva. Quien afirme que las enseñanzas de los manifiestos han sido mejor entendidas que cualquier levantamiento, es que a estas alturas de la película no ha sido capaz de apartar su mirada del dedo que señala la luna (en este caso, pongamos, la oportunidad). La oportunidad abierta en todos los procesos históricos donde se ha comprendido que ninguna de las piedras que sujeta este Viejo Mundo merece la pena ser respetada, no se desencadenaría, ni con todos los curas revolucionarios lanzando sus monsergas sobre el Día del Juicio Final juntos.

No caben remilgos a la hora de afirmar la lucha como una imposición y por ello renunciar a combatir cualquier expresión de autoridad. Marx pretendía dar clases de lenguaje, y repetía una y otra vez que no era correcto el término antiautoritario para lo que con él se quería designar, ya que toda lucha, según él, es autoritaria. Pero las pajas de Marx solo le daban placer a él (la verdad es que esto último no es cierto, en cualquier caso, a nosotros no). El carácter de la lucha viene marcado por lo que ella genera : o bien control, orden, gobierno; o bien descontrol, caos, anarquía.

El concepto de idea-fuerza nace con este sentido, el de expresar que en el campo de la práctica estas ideas se mueven dentro de la rivalidad de fuerzas. Rescata la lucha de los salones donde se ponen a prueba las capacidades de distracción de los charlatanes adiestrados, y la devuelve al campo de batalla en que nosotros podemos participar: los contratos de trabajo no se firman con el empresario, sino con la policía ( los antidisturbios ), que es en último momento quien les da validez.

En la espiral de la revuelta situamos a nuestros amigos y enemigos.

Decir que en el enfrentamiento de las luchas es donde toma cuerpo la “clase trabajadora”, es tanto como no decir nada (19). O si se prefiere, es tanto como someter a una abstracción ideológica la realidad, que siempre escapa de éstas por ser conceptos cerrados. La clase, para sus defensores, sólo se presenta cuando responde a sus expectativas, durmiendo mientras tanto en el inconsciente de su colectivo determinado. A las condiciones objetivas se le buscan todos los inconvenientes posibles que nos consigan explicar porque las subjetivas nunca florecen.

La reestructuración del modelo productivo, la pérdida de fuerza estructural por parte de los trabajadores ; el posfordismo, la desaparición de la fábrica como principal centro de explotación ; el papel fundamental del obrero dentro de la salida de productos, como consumidor ; el reformismo de las organizaciones obreras, que administran las crisis del Capital,…La única conclusión a la que pueden llegar es que el Capital está siempre en crisis, y su clase obrera, en contra de lo que se debería esperar, también.

El mecanicismo marxista que nos obliga para ser libres a haber conocido el feudalismo y a someternos a los designios de las Maquinas, se ha estancado, y parece ser que los sesudos análisis de sus representantes contemporáneos no pueden hacer nada para sacarle de este bache histórico.

No afirmamos la abolición de la clase obrera tras un proceso de transformación, tras la estocada del Capital, negamos su existencia. El interés histórico que se le atribuye, motor de los cambios sociales, desaparece con el nuevo papel que el Capital le designa en su representación, porque éste nunca ha existido realmente. Lo que hoy nos parecen intereses contrapuestos en el seno de la clase trabajadora, son los mismos que sirven para su argumentación histórica : continuación de los que la hicieron protagonista de las gestas revolucionarias.
Definir al proletariado como a aquel que no es dueño de sus condiciones de vida, y con ello, concederle un carácter revolucionario por el potencial que le aportan sus condiciones materiales, es ocultar una subjetividad que en último lugar marca la voluntad de los protagonistas de los acontecimientos. Los esquemas mentales jerárquicos siempre han supeditado la subjetividad por considerarla fruto de las pasiones, y éstas un peligro para el orden. Y sin embargo, no ser dueño de las condiciones de vida no supone el más mínimo aliciente de rebelión para una masa social cuya única demanda apenas hoy es recuperar el “Estado del Bienestar”. Satisfacer las necesidades de sus súbditos no representa la mayoría de las ocasiones ningún inconveniente para el Estado, cuya única preocupación es en todo caso, ser él el único en disposición de poder hacerlo. Sabe, que en último término, las conquistas sociales le refuerzan.

De todas formas, no hay que prestar demasiada atención a los entretenimientos de los intelectuales (20), siempre se corre el riesgo de acabar dándoles razón. Y el único riesgo que merece la pena hoy ser vivido es el de quemar este Maldito Mundo.
“Solo existen dos clases: la de quienes quieren ser libres y la de quienes se conforman con más de lo mismo”.
De una cosa estamos seguros, el proletariado jamás destrozará este Mundo, porque el proletariado pertenece a este Mundo.

No hay futuro, pero de haberlo, está muerto.

La mercancía se extiende abarcando todos los anhelos de la humanidad, llegando incluso a empaquetar el futuro, no solo con planes de pensiones, sino con las utopías.

Los cristianos ocultan tras la paz del paraíso la violencia de tener un dios, al igual que los revolucionarios ocultan tras la paz de la utopía la violencia de tener un plan. Religión y revolución en este sentido, como en tantos otros, caminan de la mano. Pero no es paz lo que ambas ofrecen realmente con sus productos, es ausencia de conflicto. La violencia se mantiene organizada en forma de sociedad: para los unos, el conflicto queda enmarcado en la oposición entre la carne y el espíritu ; para los otros, entre los que mandan hoy y los que deberán mandar mañana. Anulando el conflicto, que es la puesta en juego de los intereses en el campo de la práctica, perpetúan sus proyectos, los que ellos han diseñado.
No hace falta interpretar la realidad, han escrito libros por nosotros ; no hace falta vivir el presente, han dispuesto nuestro futuro.

Sin embargo, el problema no es el conflicto, sino el libre desarrollo de éste. La libertad no es una palabra aséptica y sin consecuencias, aceptarla supone apostar por encarar de una forma autónoma y espontánea todas las inquietudes que son opuestas y chocan con las nuestras, no por negar su existencia. Esta tensión define la anarquía y la estampa en la actualidad en una guerra social abierta en todos los frentes.

No hay más futuro que el presente al que estemos dispuestos a aventurarnos, dejarle pasar supone entrar a formar parte de las filas de zombis empolvados con ilusiones artificiales, hacerle nuestro, es entrar en guerra.
A ella vamos.
De la guerra social no se libra ni dios.

Afrontar la lucha de una forma separada es la labor del militante. El se debe a la revolución. Sus deseos se ven restringidos al compás de los acontecimientos: cuando la revolución está muerta, debe sacrificarse y morir con ella ; sí está viva, el sacrificio es para mantenerla en pié. Desde esta óptica, el talante revolucionario no se ve identificado con los deseos que mueven a la persona, sino con la capacidad de sacrificio que la mortifica.

Del muerto de la revolución militante, surge la revuelta del individuo, cuya única consigna es el desafío al orden, y como único programa, el fin de todos los programas, la anarquía. Aquí la lucha adquiere una perspectiva de integralidad: más allá del reduccionismo al que nos quieren sujetar los economistas y los economicistas, nuestro ser monstruoso va abriendo frentes en todos los campos donde su existencia se escenifica. En el guión impuesto, donde nuestros personajes representan los monigotes sacados de los sueños de los amos de este mundo : obreros, mujeres, negros, maricas, inválidos,…, la lucha supone el impulso que nos permite saltar entre renglones, ofreciéndonos la oportunidad de elegir nuestro propio personaje, y porque no, de inventarle: piratas, bandidos, terroristas, conspiradores, vagabundos, falsificadores, … , e incluso, locos anarquistas.

Contra el victimismo que cumple su rol dentro de este sistema de mierda y se impone como ideología, recreémonos en nuestros pecados y deformidades. Gritemos : ¡¡ Acción Mutante!!.

La revuelta nace del espíritu de la negación: nada de este mundo merece la pena ser rescatado, porque todo él responde a una mentalidad autoritaria. Revolucionar unas estructuras cuyo único objetivo es generar dominación, como mucho transforma la dominación: “ …nos vemos prácticamente obligados a rechazar el concepto de revolución, ya que ésta supone un cambio desde algo que ya existe, hacia otra variante de lo existente” (21).

Y se proyecta en la guerra social, que es la plasmación del enfrentamiento desatado contra todo aquello que sigue haciendo de nuestra vida algo ruin. Nada es respetado, todo lo existente tiene que posicionarse: o con nosotros o contra nosotros, en medio no hay nada. Los miedos solo prolongan la inercia de la pasividad, y la fuerza de los acontecimientos arrolla todas las incertidumbres y vacilaciones. Las cartas se ponen sobre la mesa, pintan bastos. En la espiral del conflicto situamos a nuestros amigos y enemigos.

No son estos tiempos para la derrota …

…sobre todo porque son los nuestros. Las huidas hacia delante son posibles cuando se quiere ir hacia delante (22). Pero aquí nadie esta hablando de avanzar. Abrir caminos en la miseria únicamente arrima a diferentes partes de la miseria (…se hace camino al andar- ¡¡ puaahhgg!! ). Preferimos bailar, nuestra pareja y aliada es la blasfemia. No tenemos respuestas para todo y estamos llenos de contradicciones, sinceramente, no sabemos lo que queremos, pero lo queremos ya. Somos los hijos bastardos de la ilusión y la esperanza.
Vamos a finiquitar la historia, ser el punto y final. Las largas horas de insomnio siempre nos han llevado a un mismo sitio. Solo estamos, al final de la calle.

Por la destrucción de todo lo que nos oprime.
Guerra social en todos los frentes.

Ediciones (Intangibles).
Textos para la Conspiración.
como un clandestino beso negro,
como una descarada reyerta

Notas :
1 - La Escuela de Frankfurt, por ejemplo, ha tratado de explicar la ausencia de revoluciones recurriendo a la capacidad del sistema cultural de absorber toda resistencia, y con ella, subjetividad.

2- Carta a Weydemeyer, Marx, marzo 1852.

3- Heráclito, S. VI- V a. de C., suele presentarse como anterior y enfrentado a Parmínedes. Mientras Heráclito se sitúa al margen de los principios de la lógica, Parmínedes será el primero en enunciarlos.

4- El inicio del hegelismo se remonta a la publicación en 1835 de La vida de Jesús, por D.F. Strauss, obra donde se define a Jesús como a un mito creado por la colectividad en el que se expresa el Volksgeit, y que distinguía entre los seguidores de Hegel tres líneas diferentes - derecha, centro, izquierda - según su diversa posición sobre la historicidad de los Evangelios. Esta clasificación, del propio Strauss inspirándose terminologicamente en la división del Parlamento francés, pronto se redujo a derecha e izquierda, al disolverse el centro dentro de la derecha. La derecha hegeliana continuara con el sistema acabado y estático de Hegel ; y la izquierda optará por su método, sustituyendo la dialéctica de la idea, por la dialéctica de la materia. Izquierda, extrema izquierda, izquierda escorada a la derecha, izquierda de tendencia… cuarto y mitad manzanas traigo. Está claro, preferimos la luna, con los lunáticos.

5- ” La burguesía se reconoce en que práctica una moral estrechamente ligada a su esencia. Lo que exige ante todo es que se tenga una ocupación seria, una profesión honorable, y una conducta moral. El caballero de industria, la ramera, el ladrón, el bandido, el asesino, el jugador y el bohemio son inmorales, y el buen burgués experimenta con respeto a esas ” gentes sin costumbres” la más viva repulsión “. El Único y su Propiedad, Max Stirner, 1844.

6- ” Dios es el hombre alienado” : Feuerbach aplica el concepto de alienación en su critica a la religión. Argumenta que Dios es una creación humana ya que el ser humano se niega las propias excelencias, enajenándose, y las se atribuye a un ser superior pero ilusorio. Dios es, de esta forma, la proyección de la grandeza humana.

7- ” Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera al estado de cosas actual. Las condiciones de este movimiento se desprenden de premisas actualmente existentes”. La ideología alemana, K. Marx y F.Engels, 1845.

8- Desde 1776 con Adam Smith el capitalismo hay que entenderlo en constante transformación, con medidas encaminadas siempre a reforzarlo. Cuatro hechos marcarán desde un principio esta evolución : 1- El crecimiento de los sindicatos. La ” lucha de clases” representa un movimiento inmanente en la relación del capital, una inquietud interna propulsora ( Las lecturas de Marx en el S.XXI, Robert Kunz ) 2- El desarrollo del Estado del Bienestar que remonta sus inicios a los años ochenta del S.XIX en la Alemania de Bismarck. Será después Gran Bretaña en 1910-1911, Estados Unidos en 1935, y el resto de Europa. Se trataba de “paliar” las crueldades del sistema : vivienda, educación, sanidad,… 3- A lo largo del siglo XIX y principios del XX, el gran problema del capitalismo había sido la creciente gravedad del ciclo económico : multiplicación de grandes corporaciones cuando todavía no estaba realmente preparado el terreno económico para ellas en términos de demanda masiva. Esta es una de las causas de la Gran Depresión de los años treinta. Se desarrolla el sistema pero no subían los salarios. La renta no estaba suficientemente distribuida como para comprar los productos. El keynesianismo tiene como objetivo que sea el presupuesto del gobierno él que compense todas las carencias del gasto privado. Cuando disminuye la demanda el Estado entra en acción : disminuye los impuestos y aumenta los gastos, incrementando la demanda, aumentando la producción y volviendo al ” pleno” empleo. 4- Virtual desaparición del dueño capitalista sustituido por el manager, el burócrata de empresa, ligado al predominio del capital financiero ( capital desvinculado de procesos de producción particulares para moverse ágilmente en la búsqueda de beneficios a corto plazo ). Con estos cuatro acontecimientos los veinticinco años que siguieron a la segunda guerra mundial fueron un notable periodo de crecimiento en la vida del capitalismo. Dentro de este periodo, los sindicatos, que consiguieron asegurar una porción estable de renta para los trabajadores, produjeron una demanda adicional en beneficio de la economía. Pero el keynesianismo empezó a manifestar inconvenientes para el desarrollo capitalista : a partir de los ‘70 el problema paso a ser la inflación. El desarrollo de los sindicatos, que hizo aumentar los salarios de los trabajadores, junto con el alza del precio del petróleo, y la reestructuración económica, originó que los precios se aumentasen para compensar. Los aumentos de precios provocaban entonces que volviesen a subir los salarios, y con ello creo en la economía una espiral precio-salario. La intervención del Estado en este caso supondría medidas muy antipopulares : menor gasto del gobierno, subir los impuestos, y tipos de interés más altos. EEUU y Gran Bretaña buscaron a finales de los ’70 y principios de los ’80 una fórmula para resolver los problemas de la inflación : el monetarismo, dejarlo todo en manos del banco central, que éste determine la oferta monetaria.

9- La teoría de la decadencia mantiene que el colapso del capitalismo, que se expresa mediante sus crisis, tiene su origen en la creciente socialización de las fuerzas productivas, las que llegado a cierto punto, entrarían en conflicto con las relaciones de producción. La destrucción del capitalismo se reduce a una cuestión técnica y cuantitativa.

10- Otras instituciones disciplinarias son la fábrica, el hospital y la cárcel, esta última el lugar de encierro por excelencia. En la transición de la sociedad disciplinaria a la de control, la fábrica va cediendo su puesto a la empresa. Sí la primera es un molde donde se concentra el espacio y se ordena el tiempo con una finalidad productiva, la segunda es una modulación que por medio de la rivalidad ( como el sistema de primas o de promoción laboral ) hace, en cierta medida, de cada trabajador un empresario. Será Michael Foucault quien mejor describa las instituciones disciplinarias, y en cuyos últimos escritos encontramos el paso a la sociedad de control.

11- El antiedipo : capitalismo y esquizofrenia, Deleuze y Guattari, 1985.

12- La voluntad de poder hay que entenderla en su puro sentido nietzscheriano como el poder de la voluntad, es decir, el poder-querer, la constante posibilidad de querer, de estar en tensión hacia algo.

13- Tanto para Kropotkin como para Miguel Amorós, el robo no solo no acaba con la propiedad, sino que la refuerza. Pero ésto es porque ambos entienden el capitalismo como una simple producción de cosas, y no como una producción y reproducción de relaciones alienadas. No queremos decir con ésto que todo robo vaya encaminado a destruir el Sistema, pero si que puede estarlo.

14- Lamamos movimiento real al conjunto de fuerzas que luchan por la anarquía, y cuya única premisa por la que se hallan condicionadas es el impulso de sus pies.

15- Otros lo buscarán en el trabajo y afirmarán que el individuo aislado no existe, que el hombre es un ser activo que se autocrea por el trabajo, y este es siempre social, cooperativo.

16- Manifiesto del Partido Comunista, K. Marx y F. Engels, 1848.

17- Circunstancialismo vs. voluntarismo. Ideas y circunstancias contra el anarquismo democrático. FIJL.

18- Comunicado desde la cárcel de Soto del Real (22-9-’03) de los anarquistas detenidos en BCN (16-9-’03): Compañer@s , aquí estamos, con una sonrisa en los labios y el puño más apretado que nunca. No hemos dejado ni una sola de nuestras ideas, de nuestras pasiones y nuestros sueños por el camino. En los calabozos de la benemérita, a pesar de los cinco días y noches de incomunicación, no se ha quedado ni un solo pedacito de nuestro ser. Ahí se mueran de asco es@s verdug@s, con sus amenazas y sus golpes, con su rostro oculto y con su miserable existencia. Nosotr@s seguimos nuestro camino sin que hayan conseguido que surjan en nuestros corazones ni la duda ni la desesperación. No han ganado, aunque nos hayan encarcelado. Pues, por supuesto, desde aquí sigue la lucha. Y , querid@s amig@s, no os preocupéis, que si siguen llenando los talegos de “terroristas”, acabaremos por tomar sus cárceles, convirtiéndolas en focos de resistencia. Compañer@s, ánimo a tod@s. Con toda la cautela necesaria, que tiene que ser mucha, sigamos sin retroceder. Desde Soto, un abrazo inmenso a tod@s. ¡SABEMOS QUE NO ESTAMOS SOL@S¡ ¡LIBERTAD ANARQUISTAS DE VALENCIA, DE GRECIA Y DE TODAS PARTES¡ Por la anarquía siempre. 22- septiembre-03

19- ” La misma clase adquiere conciencia de clase en el curso de las duras pruebas que sufre. (…) . Los individuos que se encuentran bajo las mismas condiciones de existencia forman una clase. Al principio, sobre todo cuando se forma una clase, los individuos que la constituyen pueden no saberlo, bien porque sigan todavía separados ( como los “burgueses” en las pequeñas ciudades rivales, durante la edad media ), bien porque se hagan la competencia ( como los obreros que buscan trabajo antes de estar organizados y a veces incluso después de estarlo ). ” Los individuos solo constituyen una clase en su lucha común contra otra clase” (…) (La ideología alemana, K. Marx )” ¿Qué es la clase?, Henri Lefebvre, 1948.

20- O por lo menos, nunca una atención que vaya más allá del simple giro en nuestro interés, contextualizado o descontextualizado, eso no es inconveniente. Se trata casi de una cuestión puramente estética, reducida al adorno: sí las tuercas que agarran la Máquina pueden ser los proyectiles de la revuelta, las oraciones que la bendicen los insultos de nuestras diatribas.

21-La muerte de la revolución, El Pájaro del Trueno N°10.

22- “ Pero existe también una crítica de la separación y de la representación que justifica la espera y valoriza el rol de los críticos. Con el pretexto de no separarse del “ movimiento social ” se acaba por denunciar toda práctica de ataque en cuanto a “ fuga hacia delante ” o mera “ propaganda armada ”. Una vez más el revolucionario está llamado a “ desvelar “, quizás en su misma inacción, las condiciones reales de los explotados. En consecuencia ninguna revuelta es posible por fuera del movimiento social visible. El que actúa, entonces, debe querer necesariamente sustituir a los proletarios. El único patrimonio a defender llega a ser “ la critica radical “, la “ lucidez revolucionaria “. La vida es miserable, y por lo tanto no se puede teorizar más que sobre la miseria. La verdad ante todo. “. Ai ferri corti. Romper con esta realidad, sus defensores y sus falsos críticos.

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