Sábado 11 de marzo de 2006
El EZLN propuso analizar partidos y candidatos, no abstenerse de votar, aclara
Marcos: el gobierno, sólo un coyote de empresarios que se apropian de recursos
La Jornada
Amealco, Qro. 10 de marzo. “Si el agua se va de El Batán, se van a morir los árboles, los animales, las cosechas, el cielo se va a morir. Si se llevan el agua no es como si se llevaran unas piedras o unos árboles, se están llevando el corazón de esta tierra”, dijo el subcomandante Marcos a los campesinos y campesinas de decenas de comunidades de la región, luego de escuchar de ellos el testimonio colectivo del inminente despojo de los mantos acuíferos que les han pertenecido durante generaciones.
Marcos manifestó a los campesinos acampados en El Batán que lo que hacen “es muy importante y no se deben desmayar ni rendir”. Por dos razones: “Una, porque si se dejan, se va a morir todo acá. Y la otra, porque ustedes son un ejemplo para nosotros y mucha gente en todas partes de México. Miren, la tierra es como la gente, si algo se le quita, empieza a cambiar. Si a alguien le dicen que le van a quitar un brazo, el cuerpo se empieza a enchuecar. Si se llevan el agua, se van a llevar otras cosas, los árboles, el clima. Todo lo que han podido cosechar hasta ahora ya no lo van a tener. No se trata pues de cuánto cuesta. Si se llevan el agua es como si llegan con un cristiano y le dicen ‘te voy a quitar el corazón y te voy a dar 20 mil pesos’. ¿Cuánto vale el corazón? ¿Dos millones? ¿Veinte millones de pesos? No vale. En cuanto lo quiten se empezará a morir todo”.
Los gobiernos federal, estatal y municipal han presionado para que los ejidatarios y propietarios entreguen el agua. A esto, el delegado Zero cuestionó: “Si no quiere hacer mal el gobierno, ¿por qué se escondió? ¿Por qué no dijo claro ’se trata de esto’ ni reunió a todos los ejidatarios? Porque sabe que ese proyecto va a destruir aquí como si cayera una bomba. Buscó al traidor, al que se vende, al que es débil, y lo compró. Y éste engañó a los demás y los defraudó. Eso es un delito, porque usó sus nombres, inclusive manchó la memoria de los muertos para su propio interés. Viera que el gobierno de Garrido no quiere engañarnos, entonces, ¿por qué hizo así? Y no sólo eso. Si tiene razones para convencer que es bueno lo que está haciendo, ¿por qué manda policías, por qué no viene él, o por qué no viene gente que explique con razones?”
Y agrega: “Porque somos gente humilde y sencilla, pero entendemos razones. Si es que se escondió, y cuando hay problema manda a la policía, es que no tiene razones, está cometiendo un crimen. Eso es lo que hace un ladrón, no se muestra, entra a escondidas a ver quién le ayuda y se lleva las cosas. Eso están haciendo el gobierno del estado y el federal en El Batán”.
Dado que los campesinos inconformes han buscado respuestas del gobierno, y algunos aprovechan la presencia de Marcos para solicitarle algún tipo de intercesión, éste aclara: “Nosotros no vamos a hablar con Francisco Garrido (gobernador queretano) ni con Vicente Fox. Tal vez un día les hablemos, para ver cuánto les va a tocar en la cárcel por todo lo que han robado. Pensamos que allá en el gobierno no nos van a hacer caso, que lo que debemos hacer es organizarnos, así como están ustedes, y luchar con la misma firmeza que escuchamos aquí, y no dejarlos solos”.
El delegado zapatista anunció que enviaría inmediatamente una carta “a todos los que están en la lucha de la otra campaña, y les vamos a decir que manden gente, brigadas. Que aquí está la lucha, y que los acompañen en el campamento. Que la otra campaña en Querétaro haga una cooperación para apoyar este campamento”. Se compromete a que “vamos a rascarle a la mochila lo que traemos para gasolina, vamos a dar un tanto de dinero para que este campamento no se levante y esta lucha no se caiga, porque para nosotros es muy importante, no sólo su lucha, sino el ejemplo que nos están dando”.
El encuentro de la otra campaña en este predio, a orillas de un importante manto acuífero que brilla en la planicie, recuerda en más de un sentido al ocurrido en Zapotlán (Hidalgo) con los ejidatarios que malbarataron sus tierras para que allí se construya el nuevo aeropuerto internacional. Son dos casos similares de despojo fraudulento de la propiedad de los agricultores.
“El gobierno, no importa de qué partido, nomás nos está chingando. Y ni siquiera se va a quedar con el agua, es nomás un coyote, un intermediario. Lo están usando los empresarios para que le quite las cosas a la gente; aquí en El Batán para que les quiten a ustedes el agua, y luego se las pase a ellos. A la hora que ustedes quieren reclamarle al gobierno ‘qué pasó con el agua’, va a decirles: ‘pues yo ya no la tengo, ahora la tienen los industriales’.”
Su progreso, nuestra miseria
Y prosigue: “Lo que no dicen Garrido ni nadie del gobierno es que el agua de El Batán no va para la gente necesitada, va para los ricos. Es lo que hace el sistema en el que estamos, les quita a los pobres para darle a los ricos. Y nos dicen que es el desarrollo, es mentira compañeros. ¿Cuándo han visto que se desarrolle un rico y se desarrolle un pobre? Cuando se habla de desarrollo es que los ricos tienen grandes casas, autopistas, centros comerciales, y alrededor pura gente bien jodida que no tiene agua ni drenaje. El progreso de ellos es nuestra miseria. Eso es lo que estamos viendo y que ahorita nos están contando aquí en El Batán. No dicen claro lo que están proponiendo porque todo es una trampa”.
Los campesinos de Amealco y San Juan del Río escuchan al subcomandante Marcos con gran interés, y en un par de ocasiones lo interrumpen con aplausos: “Compañeros, si aceptan un solo peso ya perdieron todo, porque ellos van por otro y por otro. Y los van a engañar. En la toma del agua les van a decir que están sacando tantos litros, pero en la toma del parque industrial va a estar la verdad. A ustedes les dirán ‘no tengas pena, te va a durar otros 50 años, sólo está saliendo un litro por segundo’. Es mentira, esa toma está arreglada para que tú pienses que nada más están sacando poquito”.
Al animarlos a continuar su resistencia en este campamento, establecido hace medio año, con un costo de violencia policiaca, represión y amenazas, Marcos propone a los campesinos que se reconcilien entre ellos: “Hay que hablar con los otros compañeros ejidatarios y al que recibió el dinero, pues que ya lo olvide, tiene que unirse a todos aquí en El Batán y hablar con las otras comunidades”.
Los labriegos del sur queretano poseen un historial de votaciones en favor de los partidos que han gobernado la entidad. Vienen de vuelta del PRI, el PAN, y unos cuántos, del PRD. “El problema no es que si el gobierno va a entender o no. El gobierno tiene que saber nada más una cosa: la gente del Batán no dejará que el agua se vaya, y con base en eso a ver qué hace”, dice Marcos, casi rodeado por los campesinos que sostienen, por turnos, su campamento. Han desarrollado una red de comunicación expedita que permite la movilización inmediata de todos en caso de una incursión policiaca o de maquinaria gubernamental. Son además campesinos motorizados. De hecho, rodea la concentración un verdadero cinturón de carros.
“Tienen que mantenerse unidos, porque donde encuentren a uno que se quiebre, y los demás no se mantienen unidos, se empiezan a dividir”. Ese es, dijo, “el mal más grande”. Les pidió “levantar la cara al sol con dignidad, como han hecho este tiempo, y todo Querétaro los debe admirar como los admiramos los zapatistas, y todo el país. No hay que dejarse, pues. Y que de una vez lo sepa el gobernador y lo sepa Fox: si algo hacen acá, todos vamos a protestar y apoyarlos para que no queden solos”.
El delegado Zero alude entonces a la presencia de un precandidato a diputado, unos dicen que del PRD, otros que del PVEM; todos coinciden en que antes fue del PRI y pertenece a la rica familia de los Peralta. El aludido, a quien Marcos califica de “sinvergüenza”, trata de reclutar campesinos para conducirlos a un mitin: “Hay que decirle a ese señor que ya se vaya, que se lleve sus camiones, y si tiene interés, que venga a vivir en el campamento para defender el agua”.
Marcos se comprometió a que los zapatistas mandarán “algo desde Chiapas”, y que en la siguiente etapa de la otra campaña “nos quedaremos el tiempo que sea necesario”. Insistió en que no desmayen, y señalando una modesta bandera nacional que ondeaba a unos metros, pidió “que no se vaya a bajar con vergüenza la bandera que está allí. Es el México de abajo el que está levantando la bandera, porque los de arriba la tienen en el suelo”.
Los dos Querétaros
En la concentración de universitarios celebrada este miércoles en la Universidad Autónoma de Querétaro, el subcomandante Marcos había aludido a los “dos estados” que existen aquí: “el Querétaro de arriba, y las ruinas que dejó (Ignacio) Loyola y sigue destruyendo (Francisco) Garrido”.
Pero además, “lo que estamos viendo no es sólo este Querétaro de dolor, opresión e impotencia que los de arriba nos regalan a través de los medios de comunicación”.
Allí se preguntó: “¿En qué momento, en qué lugar se planteó la disyuntiva entre votar o pensar? Lo que hemos hecho nosotros, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y la otra campaña, es decir a la gente que piense, que analice, que ejerza el poder de crítica que marca el respeto elemental de concederle al otro la capacidad de análisis y de crítica. ¿Quién dijo que cuando proponemos analizar a los partidos políticos y sus candidatos, y pensar qué se va a hacer, estamos promoviendo el abstencionismo? ¿Quiere decir entonces que las campañas electorales están proponiendo que la gente no piense ni se organice, que simplemente vaya y valore entre todos los males el menor? Es allá arriba donde temen que la gente piense y que ese pensamiento se convierta en acción primero y luego en organización”.
Agregó: “No nos importa el 2 de julio, sino el destino de este país”. Y propuso ‘echar trato’: “Si la otra campaña pierde, todos los estudiantes de la Universidad Autónoma de Querétaro van al desempleo, si la otra campaña gana, yo voy al desempleo”.