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El Ejército mantiene invadidas comunidades indígenas, no sólo zapatistas, señala Marcos en Aguascalientes

18.03.06

Más de mil personas asistieron al mitin que encabezó el delegado Zero en la plaza de armas de la capital de Aguascalientes Foto Víctor Camacho

Viernes 17 de marzo de 2006

“Mentira” de Abascal, que en Chiapas haya un clima de libre tránsito: EZLN
Es de justicia elemental que reciban ya su dinero, dice el delegado Zero a ex braceros

La Jornada

Aguascalientes, Ags., 16 de marzo. El subcomandante Marcos desmintió esta tarde que el Ejército haya dejado de “vigilar” las comunidades zapatistas de Chiapas y haya desaparecido la “zona gris” en la denominada zona de conflicto, lo cual afirmó ayer el secretario de Gobernación, Carlos Abascal, durante su reunión mensual con la Comisión de Concordia y Pacificación en la ciudad de México.

“El Ejército federal mantiene invadidas comunidades indígenas, no sólo zapatistas, sino en todo Chiapas”, señaló en la plaza de armas de la capital aguascalentense ante cerca de mil 500 personas que acudieron al único acto público de la otra campaña en este estado.

Detalló que 70 mil efectivos federales “mantienen un cerco para hostigar e intimidar a las comunidades que son las bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). En ningún momento los principales cuarteles del Ejército federal dentro de la llamada ‘zona de conflicto’ han desaparecido. Por el contrario, han reforzado sus posiciones con un reagrupamiento. El Ejército federal no ha salido del estado de Chiapas ni de la zona de conflicto, simplemente ha retirado algunas posiciones para hacerse más fuerte en otras, precisamente en las cañadas y en los Altos de Chiapas”.

Mencionó que tan sólo en los Altos permanecen miles de indígenas desplazados por grupos paramilitares.

“En el reagrupamiento que hizo el Ejército federal dejó sembradas en comunidades priístas grupos paramilitares que se encargan de provocar a nuestras comunidades, tratando de presentar nuestra guerra contra el olvido como una pelea entre indígenas. Junto con los cuarteles del Ejército federal llegaron el narcotráfico, el alcoholismo, la prostitución, el tráfico de indocumentadas como prostitutas para los grandes cuarteles.”

El secretario de Gobernación ha declarado “que hay un clima de libre tránsito en Chiapas, y es mentira”, añadió Marcos. “Siguen los retenes militares y las patrullas con vehículos artillados sobre los principales centros de concentración de las bases de apoyo zapatistas, los llamados caracoles, sedes de las juntas de buen gobierno (JBG). De esta manera contradecimos al secretario de Gobernación, que declaró esto frente a los legisladores de la Comisión de Concordia y Pacificación”.

Durante el acto, celebrado en el monumental hemiciclo al músico Manuel M. Ponce de la plaza de armas, el delegado zapatista aprovechó, “aquí en Aguascalientes y que escuche bien El Yunque, para dar una pequeña lección de historia contemporánea al secretario de Gobernación, (quien) declaró que el Ejército ya no está cuidando las zonas del EZLN, que ya todo está tranquilo en Chiapas y que ya no hay desplazados”. La “pequeña lección” al funcionario fue dada “para que piense bien antes de decir lo que dice”.

Y expresó: “El día primero de enero de 1994 nosotros, el EZLN, le declaramos la guerra al supremo gobierno y al Ejército federal, y demandamos el derrocamiento de Carlos Salinas de Gortari. Desde entonces se mantiene en pie nuestra declaración de guerra; ésta no ha desaparecido. Cuando empezó el proceso de diálogo entre el gobierno y el EZLN, el Comité Internacional de la Cruz Roja mantuvo una posición llamada ‘zona gris’, que dividía a los dos ejércitos, el federal y el zapatista, para evitar que hubiera choques armados. Con la traición de Zedillo en 1995 y la violación del Ejército federal a las leyes internacionales y a la convención de Ginebra, a la hora que tomó las posiciones del CICR, la ‘zona gris’ desapareció”.

Desde el inicio del mitin se presentaron unos 400 miembros del grupo Braceroproa, encabezado por Ventura Gutiérrez. Exigían ser escuchados por el delegado Zero, y no se incorporaron al acto hasta que fueron llamados por el propio Marcos y se les reconoció como Braceroproa, diferenciándose de la Asamblea Nacional de Ex Braceros, que también ha participado en la otra campaña.

Marcos los acogió como “compañeros” y reconoció la historia de su lucha: “Cuando estaban trabajando en Estados Unidos, en la Segunda Guerra Mundial, arriesgaron la vida trabajando en los ferrocarriles y los campos, mientras
los hombres norteamericanos estaban peleando la guerra. Durante todo ese tiempo sufrieron el maltrato por ser mexicanos, la humillación y el desprecio. Hubo un acuerdo entre los gobiernos de Estados Unidos y México para descontarles 10 por ciento de sus salarios, para que cuando regresaran tuvieran ese dinero. No era un regalo. Gracias a estas personas fue que Estados Unidos pudo mantenerse en la Segunda Guerra Mundial. Al regreso, los gobiernos mexicanos recibieron del norteamericano ese dinero y desde entonces lo tienen guardado o se lo robaron, que es lo más claro.

“Durante todo este tiempo los compañeros han luchado por que se les reintegre lo que es suyo. A muchos de estos ex braceros los engañaron para que entregaran sus micas, sus contratos, todo aquello que comprobaba que habían trabajado allá, y ahora los quieren desconocer, les dicen que es mentira, a pesar de que en la sangre, en su piel, llevan las huellas de ese trabajo y esas jornadas laborales. El gobierno les responde que no hay dinero, peor estamos viendo los negocios de los hijos de Marta Sahagún, aquí en el Bajío. Estamos viendo los grandes gastos que hacen los partidos políticos en las campañas electorales. Estamos viendo todo lo que se roban los grandes gobernantes. Sí hay dinero, pero lo quieren para ellos. El EZLN y la otra campaña ha hecho suya la lucha de estos compañeros. Nosotros no nos vamos a detener y junto con nuestras demandas va la demanda de justicia para los ex braceros. Es de justicia elemental que reciban su dinero, y ya. El gobierno está esperando que se vayan muriendo uno a uno para no dar cuenta de esa injusticia, pero nosotros no lo vamos a dejar. Nuestra lucha es también la de ustedes. No piensen que están solos, no piensen que van a enfrentar esta injusticia sin nadie, estarán con ustedes los obreros, los campesinos, los estudiantes, los pueblos indios y el EZLN.”

Luego hizo referencia a la historia de Aguascalientes en relación con la lucha del EZLN. “Como un homenaje a este pueblo y al papel que tomó en la Revolución de 1910, cuando fue la sede del encuentro de los dos grandes ejércitos populares, el Ejército Libertador del Sur, comandado por Emiliano Zapata, y la División del Norte, comandada por Francisco Villa. De que aquí nació una propuesta de abajo, para tratar de alzar en este país. En su honor nombramos Aguascalientes a nuestros lugares de encuentro con la sociedad civil, a partir de la Convención Nacional Democrática. Al transcurrir el tiempo esto fue cambiando y esos lugares ahora se llaman caracoles, para señalar una nueva etapa en el movimiento zapatista, la etapa que ahora se inscribe en la otra campaña”.

En el otro Aguascalientes

-Aquí hay más gente que con el PAN -exclamó inesperadamente un anciano apoyado en su bicicleta, dirigiéndose a otro de los muchos que acuden a pasar las tardes en el parque central de la capital aguascalentense, frente al ayuntamiento y la casa de gobierno del Estado, ambos de extracción panista.

En términos numéricos quizás exageró, pero el comentario revelaba un estado de ánimo. El acto de campaña de Felipe Calderón en la plaza de San Marcos, semanas atrás, inició con unas 2 mil 500 personas, que al poco rato se había reducido a la mitad. Y es que Acción Nacional no las tiene todas consigo.

La presencia del delegado Zero provocó desde sorpresa y morbo hasta desconocimiento entre la población. El PAN gobierna desde hace 11 años la capital y el estado hace ocho. Los panistas viven actualmente un enfrentamiento entre el grupo de los “institucionales” en el que se incrustan su dirigente estatal, Antonio Martín del Campo; el secretario de Desarrollo Social en el municipio capitalino, Arturo González Estrada, líder moral de este grupo, y el alcalde Martín Orozco Sandoval; están enfrentados contra los llamados “luisarmandistas”, que comanda el gobernador del estado, Luis Armando Reynoso Femat.

Ambos grupos escenifican una lucha por las posiciones, que normalmente ganan los “institucionales” al imponer a sus “gallos” en las elecciones internas, lo que en sintesís tiene al partido en pleno canibalismo político.

El efecto Marcos sirvió para que “los marginados”, como los llamó el Sub, sacaran los trapitos al sol de ambos gobernantes, tanto al tomar el micrófono como conversando durante el acto. Miguel Villalobos, del Partido Obrero Socialista, criticó a ambos gobernantes; al primero por destinar recursos excesivos para el embellecimiento del centro de la ciudad y dejar en el olvido al resto de las colonias, principalmente las del oriente, y al segundo por incumplir con la promesa de otorgar un descuento de 50 por ciento a los estudiantes en el transporte público.

María de Jesús Tinoco, del grupo Lesbianas en Colectiva, denunció que tanto el gobierno municipal como el estatal reprimen a homosexuales, transgéneros y lesbianas, y no realizan foros para la prevención del VIH/sida. Llevando una pancarta que decía: “No quiero votar, quiero vomitar”, declaró que “no vamos a legitimar un sistema que nos excluyó”.

Aristea Vicencio, jubilada del magisterio, expresó: “Qué bueno que vino Marcos para poder decirle sus verdades al gobierno que nos tiene tan jodidos y tan olvidados”.

La concurrencia al mitin se componía mayoritariamente de ancianos, así como de jóvenes roqueros, punketos, darkertos y estudiantes más convencionales. Todos los chavos compartían el descontento con la represión y el desprecio que sufren por parte del gobierno panista y sus policías. Al calor de la otra campaña, una vez concluido el acto aprovecharon para realizar una tocada de rock con slam incluido en una plaza de armas habitualmente vedada para ellos.


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