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Críticas a gobiernos, PRD e indígenas nayaritas

29.03.06

El delegado Zero se reunió con estudiantes y maestros de la Universidad Autónoma de Nayarit Foto Víctor Camacho

Martes 28 de marzo de 2006

En Tuxpan, el ejido más grande de México, disminuye la actividad campesina

Críticas a gobiernos, PRD e indígenas nayaritas ante el delegado Zero
Fundador perredista reconoce que su partido participó en el ataque en Zinacantán

La Jornada

Tuxpan, Nay. 27 de marzo. En el ejido más grande de México, y hoy tal vez uno de los más desaprovechados, dada su extensión y la excelente calidad de sus tierras de cultivo, la otra campaña suscitó una reunión excepcional de viejos campesinos llenos de historias y gestas rurales desde la Revolución Mexicana hasta la última batalla electoral de Alejandro Gascón Mercado, pasando por el agrarismo, el cardenismo y el populismo agrarista de los años 70.

También catalizó la renuncia pública de un militante de Partido de la Revolución Democrática, quien fue responsable de derechos humanos en el sol azteca nayarita y hoy se dice decepcionado del instituto político que ayudó a fundar. Y una desgarrada crítica a los pueblos indígenas de Nayarit hecha por un cora de habla dura e inquietante.

En el salón del comisariado ejidal de Tuxpan se congregaron este domingo 26 unos 400 campesinos mayores, muchos ya ancianos. También algunos maestros, mujeres, y muy pocos jóvenes, como no fueran los activistas llegados de Tepic para la ocasión, y algunos escolapios tuxpenses, que no tomarían la palabra y nadie esperaba que lo hicieran. En otros lugares ha sido al revés, la juventud participa más que los grandes.

Muchos son hombres cansados. Unos han vendido sus propiedades ejidales, otros las rentan a empresas estadunidenses y chinas, o empiezan a jubilarse de ser jornaleros en Estados Unidos, adonde se han ido sus hijos y nietos. Raúl López manifestó: “Lo que falta es organizarnos. Matar la flojera. Es mentira que apoyar a los candidatos ayuda. Y necesitamos ponernos en la madre con los gobernantes para que nos cumplan”.

Isidro Zepeda relató la unión de 16 comunidades y ejidos como Ruiz, La Peñita y Cumbre de Busilá. “Hemos ido al Distrito Federal, con las autoridades agrarias, y con los gobernadores de Nayarit. Conseguimos que vinieran de la Secretaría de Reforma Agraria. Nunca se cumplieron las demandas. Lo que hacen es dividirnos para poder pisotearnos. El gobierno nos pone a los coyotes a que hagan su ganancia. Quieren que la abandonemos la tierra. La véndamos. Por eso nos empujan con su Procede.

“Antes, el artículo 27 decía que la tierra es innegociable e imprescribible. Ahora nos la decomisan los bancos sin que podamos defendernos.”

Las experiencias eran contundentes. Don Nacho, quien fue recibido con expresiones amistosas de la concurrencia, dijo: “La problemática que se vive en esta gran nación es grande y lamentable. Se dice por ahí que todo se va a componer. Y sí, pero sólo que lo hagamos con decisión”.

Habló de las dureza del exilio económico. “Quienes hemos vivido en Estados Unidos y Canadá sabemos lo que es eso”.

Tuxpan fue dotado como ejido en 1919. Posee 16 mil hectáreas, más 3 mil de bosques, y fue una importante zona tabacalera hasta el fin de la paraestatal Tabamex, eventualmente privatizada. Su importancia cafetalera se colapsó. Sigue produciendo mucho frijol y maíz, pero cada día más sirve a las agroindustrias y a invernaderos de hortalizas para su consumo en Asia. El desempleo es elevado.

En conversación con el reportero, el agricultor Porfirio cuenta que está regresando después de nueve años en el norte de California, donde posee trabajo fijo en los campos de arroz y gana unos 35 mil pesos al mes. “Aquí dónde”, comenta. Su familia vive allá y él envía dinero a su madre, quien junto con un hermano se encargan de sus tierras. Piensa regresar al norte. Es trabajador legal. Tiene patrón.

Un representante del Movimiento Popular de Usuarios, que lucha contra los abusos de la Comisión Federal de Electricidad, compuesta por campesinos, refirió que “la unión sirve para que todos resistamos juntos. Si nosotros no luchamos, nadie lo va a hacer por nosotros”.

Otro campesino le dijo al delegado Zero: “Quiero que me diga qué vamos a hacer de aquí para adelante”.

Tomó la palabra otro tuxpense: “Quiero denunciar la deshonra en que ha caído mi partido, el PRD, cuando aquí en Nayarit propició que retornara un grupo de represores que se habían ido del gobierno”, dijo José Luis González, historiador.

“El PRD ha traicionado a los indígenas. En Chiapas los perredistas se han vuelto paramilitares y agreden a los zapatistas como antes lo hizo el PRI.” Reconoció que “muchos” de sus correligionarios, “asociados con el grupo de Jesús Ortega”, dispararon contra los zapatista en Zinacantán, y el partido nunca intervino, por complicidad.

Se remitió al caso de José Guadarrama, hombre fuerte del PRD en Hidalgo, reciente candidato a gobernador, y antes, como priísta, responsable de la muerte de perredistas. Y así llegó a Antonio Echevarría, el magnate local, veterano de la guerra sucia contra la Universidad Autónoma de Nayarit en los 70, colaborador del general Flores Curiel, luego gobernador de Nayarit por el PRD y hoy dueño de una gran fortuna.

González aclaró que no busca ni ha buscado nunca cargos, pero también acusó al PRD de permitir a Echevarría imponer las candidaturas para las próximas elecciones, y proclamó: “Desde este momento renuncio al PRD”.

Es la primera vez que un perredista reconoce en estas reuniones la responsabilidad de su partido en la agresión del 10 de abril de 2004 en Zinacantán, y que se pronuncia en favor de la otra campaña dejando atrás al PRD.

“No tengo duda de que Andrés Manuel López Obrador será presidente”, añadió, para preguntarse en seguida con qué cara el candidato “cita y homenajea a Alejandro Gascón Mercado mientras está en tratos con los represores y corruptos que rodean a Antonio Echevarría”.

Esther López, productora de café del ejido Ruiz, expresó: “Está muy triste la situación de todos los que trabajamos con nuestro sudor. Vivimos muy abandonados por el gobierno. Mientras están en campaña, todos los políticos lo conocen a uno, pero en el poder ya ni nos miran, y si nos atravesamos a su paso nos atropellan.

“Los jóvenes se van al norte y tenemos que trabajar los grandes. Qué nos queda. A 2.25 pesos nos pagan las empresas por el café. Apenas nos alcanza para pagar los pasajes del traslado.”

Sonia García contó que en el estado hay 5 mil 200 caficultores, “que nos estamos muriendo de hambre por la injusticia”. Los funcionarios “nunca tienen tiempo para atender nuestras demandas”, y proclamó:

“Desde aquí nos atrevemos a decirle al gobernador que ya no aguantamos más y que ya estamos organizados. La hebra se trozó con él”.

En la reunión también se expresó descontento contra Eduardo Valenzuela, el alcalde de Tuxpan (ejido y municipio), postulado por el PRD, el PT y el regional PRS (degeneración del que fue partido de Gascón Mercado antes de que éste y sus compañeros fundaran el Partido de los Comunistas), y se confirma que Valenzuela es lo mismo que el PRI.

Un hombre cora con gorra beisbolera, que se presentó como Tlacaélel, inició un discurso inusual en el contexto de la otra campaña. En él cuestionaba a los pueblos indígenas (coras, mexicaneros, tepehuanos y huicholes de Nayarit): “Siempre se han dejado engañar por el gobierno. Aceptan todo, planes, programas, y despensas que hasta pagan por ellas”.

Justo es reconocer que los representantes de estos pueblos han sido tradicionalmente oficialistas y no han participado mayormente en el movimiento indígena que ha sacudido al país en las pasadas dos décadas. No es casual que en esta entidad, de componente indígena tan acusado, la otra campaña no haya realizado un encuentro con estos pueblos tradicionalmente controlados por las instituciones gubernamentales. En cambio se reúnen seguido con Vicente Fox, como antes lo hicieron con Zedillo, Salinas y los sucesivos gobernadores.

“Nosotros los coras consideramos que las organizaciones conservadoras PAN, PRI y PRD no representan a la nación”. Tlacaélel responsabilizó a los partidos políticos de los males que aquejan a estos pueblos, y a la entidad en su conjunto.

Denunció que la Dirección General de Educación Indígena en Nayarit es un organismo privado, como toda la educación, y que las políticas oficiales no son favorables a los pueblos indios.

“El Estado mexicano tiene que resurgir. Tenemos que luchar en el sentido opuesto al que hemos seguido hasta ahora”, añadió, solicitándole al subcomandante Marcos informar de estas críticas contra el sistema político a la comandancia del EZLN y a la comisión Sexta de la otra campaña.


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