Turbulencia bursátil mundial
Reacciones en la bolsa de valores de Nueva York ante el sismo bursátil que afectó todos los mercados del planeta
Lunes gris. En la turbulencia que sacudió a todas las plazas financieras del mundo, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) resintió ayer la mayor caída de los últimos cuatro años, al registrar una baja de 4.03 por ciento en su principal indicador.
El mundo financiero se cimbró por segunda ocasión en menos de una semana, ante la perspectiva de una inminente alza en las tasas de interés de los Bonos del Tesoro estadunidense de largo plazo, para contener los brotes inflacionarios en ese país; pero también por la necesidad de recursos para financiar su elevado déficit fiscal.
El banco central considera esta situación el factor de mayor riesgo externo para la economía mexicana.
‘’En primer lugar, pudieran surgir presiones inflacionarias en Estados Unidos. En tal caso sería posible que las autoridades monetarias de dicho país (la Reserva Federal) incrementaran sus tasas de referencia en mayor magnitud, o por un periodo más prolongado. Este escenario podría conducir a un aumento en las tasas de interés de largo plazo en dólares, lo cual podría detonar una reducción del apetito por riesgo y una mayor volatilidad en los mercado financieros'’, advirtió el Banco de México (BdeM) desde el 26 de abril.
Desde Nueva York la agencia Reuters confirmó el temor planteado por el banco central mexicano. ‘’La preocupación por la creciente aversión al riesgo reaparecerá en la agenda de los inversionistas en mercados emergentes, luego de que los temores por la inflación en Estados Unidos y una desaceleración económica generaron cierta volatilidad en los mercados'’, reportó.
En contraste, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público manifestó que el ruido político no ha afectado la buena marcha de la economía mexicana, y aseguró que actualmente hay condiciones más favorables a las previstas a comienzos del año, entre las cuales destacó la solidez del consumo en Estados Unidos, mayores flujos de recursos por remesas y exportación de petróleo, así como menores tasas de interés.
Pero la BMV resintió ayer la peor caída desde el primero de agosto de 2002, cuando su Indice de Precios y Cotizaciones perdió 4.41 por ciento en una sola sesión, al compás de un predominio casi absoluto de la oferta de acciones abaratadas frente a la escasa demanda de títulos.
En la jornada bursátil se negociaron casi 219.4 millones de acciones, de las cuales 99.93 por ciento redujo su precio en busca de compradores. En tanto, el principal indicador de la bolsa mexicana cerró en 19 mil 369.29 puntos, 812.85 unidades debajo de la víspera, con lo cual alcanzó una caída de 7.1 por ciento en las últimas cuatro sesiones.
Frente a esta situación, el presidente de la BMV, Guillermo Prieto Treviño, se esmeró en explicar que estos ajustes ya se esperaban y aseguró que la caída fue resultado de una ‘’toma de utilidades'’ de los inversionistas.
Pero las acciones de siete de los diez corporativos más poderosos del mercado bursátil mexicano encabezaron la lista de los títulos con mayores caídas, entre los más negociados.
Los papeles de América Móvil (Telcel) retrocedieron 6.10 por ciento; los de Fomento Económico Mexicano (Femsa), el mayor elaborador de cocacolas, 4.86 por ciento; las acciones del Grupo México, aun en el centro detonador del conflicto minero, cayeron 4.07 por ciento; los títulos de Cementos Mexicanos (Cemex) se vendieron a un precio 3.78 inferior al que tuvieron al cierre del viernes; los de Teléfonos de México perdieron 3.58 por ciento; los de la estadunidense Wal-Mart se abarataron 2.23 por ciento, y las acciones de Televisa bajaron 2.95 por ciento.
Por segunda ocasión en menos de una semana, la jornada bursátil en México se mantuvo a la baja de principio a fin, mientras los analistas mantienen la posibilidad de un ajuste mayor y un nuevo capítulo de volatilidad. La mayor caída anterior, durante 2006, fue la del 17 de mayo, cuando el principal indicador bajó 2.83 por ciento. La más pronunciada del naciente siglo ocurrió el 19 de septiembre de 2002, cuando el Indice de Precios y Cotizaciones se desplomó 5.29 por ciento en una sola jornada.
Juegos de azar
El efecto dominó, sin embargo, se resintió en todo el mundo y los mercados bursátiles cayeron como naipes.
Los principales mercados de América Latina cayeron también, a excepción del peruano que cerró con ganancias de 0.47 por ciento. La bolsa de Sao Paulo, Brasil, sufrió su cuarta caída consecutiva, ahora de 3.28 por ciento en su índice Bovespa. En Santiago de Chile la baja fue de 1.53 por ciento y el mercado bursátil de Buenos Aires marcó un retroceso de 3.91 por ciento en su índice Merval, afectado también por el bajón en el precio de las acciones del gigante siderúrgico Techint.
La bolsa de Caracas cerró la jornada con una baja de 0.98 por ciento en el principal indicador, que registró uno de los menores efectos de la turbulencia bursátil.
En Europa las principales plazas cerraron con fuertes retrocesos, Londres perdió 2.20 por ciento; Francfort 2.22, Amsterdam 2.32, Madrid 2.84, París 2.65 y Milán 3.76 por ciento.
En la bolsa de Bombay, India, el nerviosismo llegó a pánico cuando el mercado retrocedía 10 por ciento, e incluso hubo que cerrar la sesión por más de una hora. Al cierre la pérdida se atemperó a 4.49 por ciento.
En Asia todas las plazas habían registrado bajas. El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cayó 1.84 por ciento; la de Hong Kong perdió 3.11 por ciento y en Sydney, Australia, 1.37; mientras el mercado bursátil chino redujo su pérdida a 0.11 por ciento.
En el epicentro, la bolsa de Nueva York marcó un leve movimiento a la baja de 0.17 por ciento en el índice Dow Jones, y de 0.17 por ciento en el Nasdaq. Sin embargo, aún falta por conocer algunos indicadores claves para determinar el rumbo y límites de la economía estadunidense. Entre ellos figura un resultado preliminar del producto interno bruto de abril y el muy observado índice de precios al consumidor que ha detonado el riesgo de mayores alzas en un ámbito financiero internacional cada vez más volátil. Por lo pronto, los temores de que la Reserva Federal prolongue el periodo de alza en las tasas de interés ha borrado lo que los bonos emitidos por países emergentes habían ganado en 2006.
En Oriente, del otro lado del mundo, la bolsa de Tokio abría hoy con un retroceso de 1.47 por ciento en su índice Nikkei, mientras el Topix perdía 1.72 por ciento. Aquí terminaba un lunes gris.