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Por instrucciones del gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, cuatro dependencias estatales y una federal investigan el ecocidio cometido en el municipio de Acatlán de Juárez, donde murieron aproximadamente 2 millones de peces a causa de los desechos tóxicos que presuntamente vertió el ingenio Bellavista a la presa del mismo nombre.
La Secretaría de Salud jalisciense, en coordinación con la Unidad Estatal de Protección Civil, acordonó la zona para asegurarse de que el agua y los peces del embalse no sean consumidos por los habitantes del lugar. Las citadas dependencias investigan la muerte de peces en coordinación con la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, así como con el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses y la delegación en Jalisco de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.
El representante ejidal Simón Flores Espinoza dijo en entrevista que a principios de esta semana, campesinos de Acatlán hallaron en la presa -que abarca unas 21 hectáreas- carpas, mojarras y huachinangos muertos. Sostuvo que si bien los labriegos advirtieron de la situación “oportunamente” a las autoridades sanitarias y ambientales, éstas no hicieron caso del aviso.
De acuerdo con Flores Espinoza, en el lugar se derramó “puro desecho tóxico”, pues “los peces no duraron mucho”. Indicó que las especies de la presa murieron “al parecer” por tener contacto con “sosa o un detergente con el que lavan ellos (los empleados del ingenio Bellavista) su maquinaria”.
El ingenio azucarero es uno de los 27 expropiados por el gobierno federal y actualmente lo administra la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación. El jefe de Relaciones Industriales del ingenio Bellavista, Edgardo Pérez Higuera, dijo no haber sido informado de la muerte de estos peces, y aseguró que el ingenio “se precia de cuidar el medio ambiente”.
Héctor Manuel Ramírez Juárez, presidente de la Asociación Cooperativa de Pescadores de Bellavista, informó que “el día más crítico fue la madrugada del martes”, cuando en la superficie de la presa amaneció una “nata” de carpas y mojarras. Comentó que al examinarse algunos ejemplares muertos se encontró un líquido oscuro, semejante al aceite. “Realmente esto es muy desagradable y seguramente fue agua contaminada, y queremos que las autoridades estatales investiguen qué fue lo que pasó”, dijo.
La presa se encuentra ubicada a 50 kilómetros al sur de Guadalajara y a 500 metros del ingenio Bellavista, por lo que los pescadores presumen que la descarga de aguas de la factoría pudo provocar la muerte de los animales.
En tanto, con la intención de frenar la desaparición de la tortuga lora en la costa de Tamaulipas, la delegación de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales en esa entidad estableció con la Dirección Estatal de Ecología un operativo conjunto, mediante el cual custodiarán cerca de 7 mil nidos del quelonio. En estas acciones también participarán en forma voluntaria el zoológico de Brownsville, Texas, así como grupos ambientalistas del sur de Estados Unidos y cuadrillas de la Procuraduría Federal del Medio Ambiente.
La especie se reproduce en una extensión de 200 kilómetros sobre el litoral tamaulipeco, principalmente entre los municipios de Soto La Marina y Aldama, aunque los campos tortugueros se extienden hasta los municipios de Madero, San Fernando y Matamoros.
Al respecto, la Dirección de Ecología del gobierno de Tamaulipas informó que por acuerdo con la Federación se establecieron campos de conservación en todo el litoral del estado, para impedir la desaparición de la tortuga lora.