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Comunidades originarias y estrategia de liberación

20.06.03

En nuestro continente, Abya Yala o Pacha Mama, habitan millones de miembros de pueblos originarios, algunos dispersos, otros agrupados y otros en franco proceso de reencuentro con las raíces.

Ya es notorio que este importante sector se encuentra movilizado por el rescate y la defensa del territorio, así como de los bosques, montañas y aguas, junto con el proceso de reconstrucción de su identidad como comunidades y naciones con sus propias formas culturales, económicas y sociales.

La voracidad capitalista penetra en sus territorios aún más acabando con los bosques y envenenando las aguas. Mineradoras, madereras, petroleras e hidroeléctricas han desplegado este último período una penetración bastante acentuada que ha alarmado no sólo a las comunidades que cuidan y sobreviven de aquel habitat, sino también de organismos internacionales.

Varios hechos ultimamente muestran que la resistencia no se ha quedado atrás, como la marcha por la vida de ayer en Centroamérica, o las resoluciones del encuentro de las comunidades que viven en áreas teoricamente protegidas de Bolivia de tres días atrás, las denuncias de las comunidades en Brasil, Paraguay, Chile y otras. Las combativas declaraciones de comunidades en Colombia y Ecuador de que no se permitirá el acceso de las petroleras. Declaraciones y acciones de defensa activa de comunidades en Argentina, Chile, México y otros lugares. En Chile ayer los mapuche ocuparon un local oficial y en Ecuador la Conaie entregó un documento a Gutiérrez de rectificaciones necesarias. En Panamá se fortalece el proceso de auto-organización del pueblo Kuna y en el Cusco acaba de finalizar un combativo encuentro de jóvenes originarios. En Guatemala una comunidad expulsó al candidato de la derecha a pedradas del pueblo y en Argentina otra comunidad consiguió éxito en la recuperación de su territorio ancestral. También en Guatemala es importante ver como avanza el proceso de auto-organización comunitaria en la región del Petén.

Observando de conjunto se puede ver el antagonismo entre el capital y las comunidades, entre las empresas que penetran destruyendo el territorio y los derechos de los pueblos originarios. La opresión, explotación, depredación y muerte por un lado, y la resistencia y la vida por el otro.

Los gobiernos nada hacen al respecto, muy por el contrario, se ponen del lado de las empresas y toman medidas contra las comunidades, con lo que se presentan ante ellas como instrumentos represivos del capital, que para ellos no hace diferencia si viene de afuera o de adentro de las fronteras convencionales de los estados, pues tanto las empresas nacionales como las del capital internacional hacen lo mismo o muchas veces se unen para la depredación, demostrando así los lazos estructurales de las mal llamadas ‘burguesías nacionales’ con el mercado internacional del cual dependen.

En Chile el gobierno Lagos ha desencadenado una feroz persecusión contra los mapuche, sean comuneros o estudiantes universitarios. En Brasil se descubrió que el PT incorporó nuevos militantes de importantes cuadros de partidos de derecha con la promesa de que no cumpliría con los derechos territoriales comunitarios. Ya van 14 líderes comunitarios asesinados sólo este año y el gobierno hace la vista gorda. En Ecuador el gobierno Gutiérrez está dispuesto a entrar en territorios originarios para quebrar la justicia local e imponer la ley del estado. En Colombia ya es cotidiano que los militares entran a sangre y fuego en las comunidades, y en México continua el cerco y la militarización en Chiapas además de otras regiones del país como Oaxaca. En todos los países es igual. Gobiernos y empresarios contra las comunidades.

Nuevas iniciativas surgen por todos lados para divulgar la lucha y necesidades de las comunidades originarias, como la nueva página que acaba de ser lanzada por la lista Tawantinsuyu-derechos o como la iniciativa de un grupo de apoyo zapatista en Europa de realizar una campaña internacional. Resulta importante apoyar y ampliar aún más estas y otras iniciativas.

Naomi Klein lanzó un texto muy interesante sobre el movimiento obrero argentino donde afirma que el papel de los intelectuales debe ser ya no la creación de teoría, sino defender lo que se está construyendo de hecho, que de ahí está saliendo teoría, dando como ejemplos la lucha de los trabajadores de Zanón y Brukman, así como de los MTDs. Vale la pena leer ese texto, que está publicado en la página de Clajadep, pues si eso realmente se aplicara por parte de los teóricos e intelectuales, aún de los intelectuales colectivos, tendría que llegarse obligatoriamente al reconocimiento de la diversidad de formas de identidad, de organización y de lucha, y hasta diferentes teorías y formas de pensamiento, entre otras la cosmovisión originaria, obviamente. Ella dice que no es la teoría la que mueve a los que luchan, sino la necesidad, lo que parece plenamente coincidente con la relación que establecía Marx entre la necesidad y la libertad, así como con la relación con el desarrollo de la identidad de los pueblos originarios, o de los afrodescendientes, o de las comunidades campesinas, o de los pobres urbanos.

Esa diversidad es el arcoiris multicolor de nuestro continente, una tela o un cuadro de muchos tipos de organización y pensamiento, que si lo miramos haciendo abstracción de las fronteras se nos presenta con formas diferentes, comunidades pasando más allá de la frontera tal o cual o aún distintos pueblos dentro de esos límites establecidos por el poder. Como siempre se había dicho que los obreros no tienen patria, en el continente podemos decir con absoluta propiedad que nosotros no tenemos fronteras, pues si aceptamos la lógica de Naomi de no hacer teoría, sino seguir los acontecimientos de los que luchan, tendremos que desprendernos de las limitaciones de la racionalidad instrumental, o sea, del dominio de la forma estado para nuestra comprensión y nuestros análisis (y de nuestras acciones y luchas, por supuesto). Y las fronteras no son más que continuación de la propiedad privada de los medios de producción, la delimitación del control de los territorios: de aquí para allá es tuyo, de allí para acá es mío, y meta bala y guerra por el control del uso de las tierras y del uso de la población para articularlos por vía estatal (como ‘ciudadanos’) en función de las necesidades de la ganancia y del mercado.

Puede hacerse como ejercicio mental, así como en un atlas podemos ver sin fronteras las formas verdes, montañosas y fluviales del continente, de esa misma manera tenemos que ver a la población, como una realidad social y no sólo dentro de los límites de la política y administración establecidas y continuadas por los dominadores de todos los pelajes. La población, las comunidades, los pueblos, las ciudades, constituyen un tejido que dejando fuera las fronteras puede parecerse, como imagen, a un sistema circulatorio donde fluye o debería fluir la vida y las personas libremente de ciudad en ciudad, de territorio en territorio, sin más limitaciones que los ríos y las montañas. Ríos sin veneno, montañas sin cianuro.

O sea, la emancipación no sólo es necesaria, sino también es bella.
Por eso la lucha, por eso la resistencia, por eso la autodefensa, por eso las barricadas, por eso los cortes de carreteras, por eso las guerrillas, por eso el grito, por eso el llanto, por eso la carcajada.

Ja, ja, ja, ja, ja …

Riamos, gritemos, cantemos, lloremos y luchemos por nuestra tierra, por nuestra gente, por nosotros, por la emancipación y por la belleza.

Profesor J


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