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Reflexiones autocríticas de la coordinación de la Otra Campaña en Coyoacán

28.07.06

SOBRE NUESTRO DOCUMENTO EN LA NACIONAL
laotraencoyoacan@yahoo.com.mx

Coyoacán, D.F. a 22 de julio de 2006.

“La Otra Campaña debe ser un espacio de discusión política, teórica, de debate, debe de haber agitación realmente. Sí la práctica, pero parte de esa agitación política es también la discusión y el debate teórico. Los compañeros que trabajan con las ideas, deben de abrir ese espacio y mantenerlo, si no lo que va a suceder es que la Otra Campaña se va a convertir prácticamente en un movimiento anti-intelectual. Y un movimiento anti- intelectual, anti-reflexión teórica, se convierte en un movimiento espontáneo. Puede ser muy grande, muy radical y va a cosechar derrota tras derrota.”
Delegado Zero
(Discurso pronunciado el 24 de enero, Galería Mukul–Já,
Villahermosa, Tabasco)

A todas las organizaciones e individuos adherentes a la Otra
Campaña.

Compañeros y compañeras.

Los integrantes de la coordinación de la Otra Campaña en Coyoacán, queremos manifestar lo siguiente:

Durante la Tercera Asamblea Nacional de Adherentes a la Otra
Campaña, celebrada los días 30 de junio y 1 de julio de 2006, dimos a conocer el documento llamado “Evaluación y análisis de las acciones de los adherentes en el DF”, mismo que anexamos a la presente.

Al perecer, su contenido generó cierto escozor entre algunos
colectivos, debido a que introdujimos elementos de crítica
constructiva, la que desde luego nos incluye como adherentes a la Otra Campaña.

Reiteramos que nuestro documento no fue dirigido a alguna persona, grupo o colectivo en particular, que sólo somos uno más de los espacios organizativos que están construyendo la Otra Campaña en Coyoacán y que por lo tanto sólo expresa nuestra visión crítica y autocrítica sobre aspectos organizativos y de valoración del activismo en este periodo.

Por lo tanto, los invitamos a que destinen un tiempo al análisis del multicitado documento y de considerarlo pertinente, iniciemos el diálogo sobre su contenido, ya que nuestra intención es que avancemos conjuntamente en las propuestas para la construcción del proyecto organizativo en el Distrito Federal.

Finalmente les informamos que la dinámica de nuestro incipiente
espacio, ha consistido en combinar la reflexión, el análisis, el
estudio y la discusión, sin dejar de lado actividades como la lucha por nuestros presos políticos, ya que desde nuestro punto de vista es muy importante enlazar la formación política con las tareas prácticas.

Consideramos que si logramos dar cohesión a estos elementos,
estaremos contribuyendo a la construcción del proyecto organizativo de la Otra Campaña y en consecuencia a la estructuración del Programa Nacional de Lucha.

Fraternalmente

Coordinación de la Otra Campaña en Coyoacán.

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Evaluación y análisis de las acciones de los adherentes en el DF

LA OTRA EN COYOACAN

BALANCE

La Sexta Declaración de la Selva Lacandona propuesta por el EZLN, en
un primer aliento, nos convoca a leerla, analizarla, decidir grupal
o individualmente adherirnos y a debatir la propuesta política y sus
implicaciones, más amplia y colectivamente.

Debemos pues, hacer un análisis de esta primer etapa, y con ello,
una autocrítica al interior de nuestros colectivos o grupos y
extensiva a todos los que formamos parte de la otra campaña. Si bien
se han tenido avances, estamos en una fase de estancamiento y falta
de propuestas por parte de los adherentes, por lo cual, aun estamos
lejos de convertirnos en una organización nacional con identidad
propia.

Un balance sobre las acciones desplegadas como adherentes de la Otra
Campaña en el área del Distrito Federal, nos exige revisar entre
otros, la intención que nos mueve, los propósitos explícitos a
mediano y largo plazo, el contenido de nuestras acciones y
experiencias, y los resultados alcanzados.

Así en esta fase nos tomamos el tiempo para el debate de las ideas,
en torno a los seis puntos y otros contenidos e implicaciones, con
el fin de entender el sentido último del compromiso al que nos
adheríamos. Porque hacer nuestra la Sexta y la Otra Campaña, nos
reta a todos los adherentes a construir juntos la Otra Campaña.

Los criterios para coordinarnos en un primer nivel fueron
principalmente: territorialidad, afinidad política y/o sectorial.
Desde entonces, prevalece entre los colectivos del DF, el activismo,
quedando postergada en la mayoría de los casos, la necesidad de la
reflexión y el debate colectivo de las ideas, del análisis y estudio
hacia la construcción de un rumbo y de las bases de la organización
que queremos ir armando a partir de esa Otra forma de hacer política
que en los hechos ensayamos cotidianamente, para con base en ello,
orientar nuestras acciones hacia objetivos y resultados explícitos.

La práctica, reconocemos es indispensable, pero no es la única tarea
para impulsar y construir la Otra Campaña; sin embargo, se ha hecho
patente la amplia y efectiva capacidad de movilización de la Otra,
ello ha quedado demostrado en estos dos últimos meses (mayo-junio de
2006); nos felicitamos todos por ello, pero no debemos conformarnos,
la coyuntura y la represión nos mueve al unísono, pero seguimos
siendo contestatarios.

Al comienzo de la Otra Campaña y más aún después de los lamentables
hechos en Atenco, el ímpetu por querer cambiar la situación,
permitió un avance. Sin embargo, los movimientos no solo se mueven
con el ímpetu. Si miramos el proceso de organización podremos ver
que los síntomas son muy similares. Cuando se lanza alguna
iniciativa, muchos le entran pero, cuando se plantea un trabajo a
largo plazo nos perdemos, pues el cambiar un país es una tarea mucho
mas compleja que el trabajo que hasta ahora realizamos como
colectivos. Y se presenta entonces el desánimo, la desesperación o
en el mejor y a veces el peor de los casos, se llega a consolidar en
los participantes una adicción al activismo. El movernos para todos
lados pero sin tener un avance cualitativo y cuantitativo, como
personas, grupos, colectivos, etc.

No hemos podido superar la convocatoria espontaneista, estilo
político que nos limita a actuar sobre situaciones ya dadas, como
meros “agitadores políticos”, estos actúan sobre posibilidades que
aparecen, que le quedan muy cerca, y se hace no como resultado de un
análisis global, por esto, ES MUY PREMATURO HABLAR de una
organización. No se puede hablar de una consolidación de los
colectivos e individuos que forman la coordinadora del DF, pues
estos en lugar de sentar las bases para la formación de una fuerza
social, van perdiendo la capacidad de convocatoria y las decisiones
pierden representatividad, pues son tomadas por grupos pequeños.

La responsabilidad de este fenómeno, es una responsabilidad de todos
los colectivos e individuos adherentes, y se expresa, en el escaso o
nulo debate en las coordinaciones sobre el tipo de organización que
necesitamos y de los objetivos explícitos y resultados que esperamos
alcanzar a mediano plazo; así como en las usanzas impregnadas de
inmediatismo coyuntural; en la carencia de autocrítica; en el
protagonismo, sectarismo y la habitual práctica de la vieja forma de
hacer política, todo ello, no es asunto sólo de quienes ahora se han
quedado disminuidos en sus fuerzas al frente de las Coordinadoras
Regionales, es obligación de todos revertir este problema.

Asumamos que hemos sido incapaces de formular propuestas, de
enfrentar el problema e implementar otra dinámica en esos espacios.
Pareciera que no queremos todavía intentar tomar las riendas de la
Otra Campaña, le sacamos la vuelta a debatir las ideas para asumir
la definición y la acción en permanente construcción, sobre el qué,
para qué, cómo, cuándo, hacia dónde, quiénes y con quienes promover
y construir la Otra Campaña, no sólo para la próxima semana, sino a
mediano y largo plazo, y con base en esta direccionalidad que vamos
construyendo y direccionando permanentemente, sentar las bases de
esa cosa, que no tenemos tiempo de pensar ni de construir, en
consonancia con la práctica, con la reflexión y el debate colectivo,
empecemos a descifrar esa cosa que apenas vislumbramos como Otra
Sociedad que niegue la razón de ser y la existencia del sistema
capitalista.

Estos problemas dan cuenta de que aun no tenemos una estructura
mínima organizativa, o por lo menos, en el caso del DF de tener
coordinaciones regionales que se sostengan en una amplia
participación de los colectivos de adherentes para alcanzar
consensos y evaluar la repercusión de las acciones. Todo esto ante
la dificultad y renuencia de abrir espacios para el debate real y
suficiente de las propuestas de acción, de la perspectiva política,
de las estrategias, de la repercusión social de nuestros actos, y
que dan cuenta de que todavía esperamos que la direccionalidad nos
las dé nuestro guía moral, ante nuestra incapacidad de convertirnos
en mayores de edad, proponemos revertir juntos este fenómeno, en
esta segunda etapa proponemos establecer entre todos un plazo para
arrancar y consolidar este proceso.

Se supone existen unidades organizativas de trabajo, se maneja su
existencia (la regional Poniente, Oriente, Norte y Centro) pero
habría que ver si realmente las coordinaciones o comisiones locales,
subregionales y estatales, establecidas hasta ahora, representan a
los adherentes de dicha región o subregión.

Aun no hemos podido erradicar los lastres de la vieja forma de hacer
política, y seguimos dependiendo de la Comisión Sexta del EZLN y del
Sup, pues sólo se han realizado las movilizaciones o acciones que
por medio de ellos se plantean.

La agresión que sufrimos en Atenco nos permitió ver nuestra
capacidad de respuesta organizada. Aquí tenemos que ver el peso
específico que tiene el Sup como parte de “la otra”, y “la otra como
algo que se está organizando”. Es cierto que la contribución del Sup
permitió dar un giro en la información, es verdad que algunas cosas
no se podrían convocar por “la otra ” si no estuviera el sub. Pero
este peso especifico de una persona no se puede tomar como referente
organizativo de un movimiento como “la otra”.

Estamos lejos de tener la capacidad de movilización autónoma e
independiente, que según algunos ya se tiene. Se ha observado una
falta de coordinación para formar la base de una organización, que
es el objetivo de la propuesta de agruparnos en localidades,
subregiones, regiones etc., y así cumplir con el deber elemental de
apoyarnos mutuamente, es decir, que se cumpla con su función mínima.
Asimismo avanzar en la construcción de otra alternativa para la
organización de lo de abajo y a la izquierda.

PROPUESTAS
1.-Formas organizativas.
Nosotros pensamos que ninguna unidad organizativa de trabajo se
puede constituir a priori, en un espacio de decisión. No puede
seguirse con las Asambleas y la manera vertical en que se
estructura. Lo que se tiene que priorizar es el realizar propuestas
desde abajo y llevarlas a espacios más amplios de coordinación en
plenarias y no en asambleas. Y con mayor claridad bajar nuevas
propuestas, para desde abajo, entonces si, ir tomando decisiones.
Por lo mismo no creemos que las asambleas de adherentes se deban
convertir en lugares de decisión.

Se debe hacer una evaluación del funcionamiento interno de las
coordinaciones y hacer un análisis del estado en que se encuentran
las mismas antes y después del recorrido y, antes y después de
Atenco.

Hacer un análisis sobre qué implica las unidades organizativas de
trabajo ya que no hay claridad en cuanto a ellas; incluso en la
asamblea del DF se asume ya a las coordinadoras regionales como
unidades organizativas de trabajo, lo qué implican que se decidan
las cosas en estos espacios sin considerar otras formas
organizativas que se van generando en sus propias dinámicas.
Tenemos que empezar a discutir la organización de la otra campaña,
sin embargo hay que tener en cuenta que no podemos correr, es decir,
la otra campaña representa un proceso largo que desemboque en una
verdadera organización mas allá del movimentismo, una organización
que tome sus decisiones en consenso y desde abajo no verticalmente
(o en todo caso habría que discutirlo) y no caer en las actuales
formas de acción y generación de propuestas.

2.-La construcción de “la otra teoría”
Se necesita que también se tome en cuenta y se valore la
profundización teórica de lo que va aconteciendo. Es decir, este
movimiento necesita construir su propia teoría, sus fundamentos, sus
argumentos, sus principios y sus valores. Lo que se puede hacer y lo
que no. Para esto proponemos abrir espacios para el análisis,
estudio y debate colectivo que nos permitan reunir elementos entre
todos; que nos permitan en términos teóricos y prácticos construir
las bases de la organización que necesitamos y la direccionalidad de
la Otra Campaña, entre ello formular estrategias para alcanzar
objetivos comunes. En este aspecto consideramos la posibilidad de
realización de jornadas de discusión sobre las problemáticas, que
den marco al plan nacional de lucha, es decir, que se genere la
discusión organizada, para lo cual proponemos agendar temáticas
específicas, para que todos podamos discutir los diferentes
problemas en un tiempo determinado, donde toda la otra se ponga a
discutir dislocadamente en conferencias, foros charlas, mesas
redondas, de acuerdo a lo que en cada lugar se convenga.

3.-Lo dislocado y lo concentrado.

Mantengamos las acciones en las calles exigiendo y demostrando la
justeza de la liberación de los presos políticos, estableciendo los
objetivos y los resultados esperados para evaluar nuestras acciones,
que pudieran situarse en un mismo espacio territorial.

Debemos pensar la fuerza y contundencia organizativa que debe
existir entre las actividades concentradas y las dislocadas. Creemos
que una actividad dislocada por muy buena intención y ganas, puede
ser muy desgastante y riesgosa, si no existe un complemento con
otras actividades. No podemos entender las actividades dislocadas
como arbitrarias e individualistas, sólo por el argumento de que
cada quien su modo. Pensamos que las actividades dislocadas deben
tener una coordinación y ciertos principios, tanto éticos y
organizativos, y entonces sí, cada quien en su lugar según su modo.

4.-Los presos
Pensamos que es indispensable enarbolar de los presos. El peso
de “la otra” va a crecer, en la medida que la organización aumente y
se puedan coordinar las tareas. Es claro que no debemos dejar a
nadie en el camino, nuestra labor es y será, avanzar con todos. Y
para que no haya más presos, tenemos que ir considerando medidas de
seguridad. Debemos sacar a los presos y evitar que haya más.

Una manera de enfrentar el problema de los presos políticos es, no
metiendo a más. Que ese sea el trabajo en todo caso del estado, pero
no nuestro.

Tenemos que hacernos a la idea de que en esta ciudad la diversidad
es amplia por lo que la organización se dificulta y también la
distribución y la formación de regionales. Cada colectivo tiene su
dinámica y es necesario discutirla para incorporarla al trabajo, las
propuestas deben ser consensuadas, si nuestro trabajo en la otra es
de largo aliento, ¿porqué corremos tanto en la formación de
estructuras que finalmente no operan?, a estas alturas los
únicos ,que no pueden esperar son los presos políticos de Atenco
para ellos y por nosotros es necesario tener la cabeza fría y una
organización que funcione y no se convierta en otro fracaso más, es
necesario encontrar el camino que queremos seguir, sin los viejos
vicios de siempre que desafortunadamente están surgiendo.

Eso de tumbar el sistema no es difícil. Pues lo difícil es la
organización para lograrlo. Si existiera una organización
nacional “chingona”. No tendremos que esperar tanto tiempo. Hace
falta el elemento extra.


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