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A 34 años de la Asamblea Popular de Concepción

02.08.06

COMANDOS COMUNALES: ORGANOS DE PODER DEL PUEBLO
fuente: www.chile-mir.org
CHILE: A 34 años de la Asamblea Popular de Concepción
26 de julio de 1972

Hace poco se cumplió un año más de un hecho
político que el desarrollo posterior de los acontecimientos
marcaría como un hito fundamental en la marcha de los
trabajadores hacia el poder: la Asamblea Popular de
Concepción.

La movilización del pueblo en Concepción, en esa
oportunidad, puso en el tapete de discusión de la izquierda- y
entrego a la lucha y a la conciencia de los trabajadores de todo
el país - una tarea que el desarrollo que alcanzaba la lucha
de clases hacia necesaria, pero que solo algunos se atrevían a
impulsar en la practica, como eje principal de una política
revolucionaria de conquista del poder.

Por primera vez se planteaba con claridad la urgencia de que
todo el pueblo desarrollara sus propios organismos de poder,
independientes del Gobierno y en oposición al Estado
burgués. La tarea de crear Poder Popular se ponía desde ese
momento en la orden del día de la lucha de los trabajadores.
Ha pasado tan solo un año desde ese acontecimiento. Lo que fue
calificado como “producto afiebrado de mentes
calenturientas”, no solo se convirtió en una consigna
aceptada por el conjunto del movimiento de masas y por las
mayoría de los partidos de izquierda, sino que hoy es una
realidad cada día en ascenso. El propio Frei ha advertido
alarmado que es el principal peligro para la institucionalidad
burguesa; sin embargo, todavía hay quienes hacen todo lo
posible por dificultar su desarrollo, por encajonarlo dentro de
esquemas burocráticos y por desfigurar su verdadero
carácter.
En este trabajo trataremos de examinar que paso en este
año, para que el repudiado recién nacido se convirtiera en
un fuerte mocetón que camina a pasos acelerados hacia la
madurez. Asimismo, analizaremos en que consiste, desde el punto
de vista de su necesidad histórica, la existencia y desarrollo
de un Poder Popular en el proceso revolucionario que vive Chile.

Un poco de historia

“Todos a la asamblea del Pueblo para denunciar el
carácter contra-revolucionario del Parlamento”. Así
llamaron para el 27 de julio del año pasado la CUT Provincial
de Concepción, el Comando Provincial de Pobladores, el Consejo
Provincial Campesino, la Federación Provincial de Estudiantes,
la Federación de Estudiantes de la Universidad de
Concepción. Asimismo, este llamado fue refrendado por lo que
se llamó la “declaración de los 5”, firmada por el
MIR, PS, MAPU, IC y PR.

149 organizaciones de masas adhirieron al llamamiento, lo que
motivo la activa participación de mas de cinco mil
trabajadores.

En la moción presentada por el Comité Regional del MIR a
la Asamblea, se planteaba por primera vez la necesidad de la
“creación por la base de los Consejos Comunales de
Trabajadores en el campo y en la ciudad”.

Incluso la discusión en el seno de la Asamblea, se dio
entre los que pretendían que fuera tan solo un foro de
discusión y crítica de los trabajadores y los que,
centrando el problema en la cuestión del poder, sostenían
que la asamblea debía convertirse en una forma de agitación
y propaganda para impulsar y desarrollar los Consejos Comunales
de Trabajadores.

Finalmente fue esta política la que prevaleció. Las
repercusiones de la Asamblea del Pueblo en Concepción fueron
inmediatas y, a la luz de los posteriores acontecimientos, por lo
menos paradójicas. Al escándalo de la burguesía que
protesto por la “institucionalidad amagada”, se sumaron
declaraciones como la del senador Jorge Montes, (PC), que llego a
calificarla como “expresión de la
contrarrevolución” y el Comité Regional del PC de
Concepción declaraba: “el Partido Comunista declara que la
situación producida no puede continuar, que esto ayuda a los
enemigos del Gobierno, justamente regocijados por lo que
ocurre”.

Sin embargo, a pesar de todo, la tarea estaba lanzada y
había encontrado terreno propicio en la conciencia de los
trabajadores chilenos que ya intuían que las formas de
organización existentes eran insuficientes para enfrentar las
luchas que comenzaban a vislumbrase y que, en octubre, se
plasmarían en la agresión frontal de la burguesía. Por
ello, pese a todo, se continuo impulsando, ahora a nivel
nacional, la tarea de crear los organismos embrionarios de poder
del pueblo.

La edición N° 41 de “El Rebelde”, del 1° de
agosto, llamaba en su portada: “Lo decidió el pueblo en
Concepción: ¡ A formar los Consejos Comunales de
Trabajadores! Y en su editorial señalaba: “El
enfrentamiento cada vez mas violento que se desarrolla en Chile
entre los trabajadores y los patrones marca definitivamente las
grandes líneas de este proceso. Ellas son la línea de las
masas, las que empiezan a tomar en sus manos el problema del
poder para resolver en su favor y la línea de la reacción,
que dispara contra el pueblo desde los órganos del Estado que
controlan: el Parlamento, la Justicia, la Burocracia. Entre estas
dos líneas fundamentales, los reformistas actúan de hecho
en el sentido de confundir, dividir y frenar el movimiento de
masas y van quedando progresivamente marginados”.

El simple desarrollo que ha seguido la lucha de clases en
nuestro país, muestra la justeza de los planteamientos que
llamaban entonces a las masas a dotarse de instrumentos eficaces
para disputarle el poder a las clases dominantes. La realidad de
hoy en la materia señala el nivel de maduración de los
trabajadores, así como el avance de una conducción
revolucionaria en el seno del movimiento de masas.

Octubre : nacen los comitEs coordinadores

En todo el periodo que fue desde la Asamblea del Pueblo de
Concepción hasta el paro patronal de octubre, los sectores
revolucionarios estuvieron permanentemente llamando a los
trabajadores a desarrollar las tareas del Poder Popular.

Tanto en las crisis de agosto, provocada por la ofensiva de la
burguesía, como la producida en los primeros días de
septiembre, el MIR, a través de su periódico “El
Rebelde”, ponía énfasis en la labor, señalando que
construía la principal tarea de poder que debían llevar a
cabo los trabajadores. Así, en su edición n° 47 del 12
de septiembre, se hacia claridad respecto a que significaban
estos organismos y a la forma en que debían organizarse:

“Los Comités Coordinadores Comunales se organizan
convocando a los sindicatos industriales y campesinos, a los
profesionales y asociaciones de empleados, a los centros de
alumnos y federaciones de estudiantes, a los partidos
políticos de izquierda, a todos los trabajadores organizados
para que en cada comuna, sector o localidad se unan para luchar
en conjunto, reuniéndose en el Comité Coordinador”.

Asimismo, junto con señalar que los Comités debían
luchar contra los ataques de la burguesía y por resolver los
problemas concretos que afligen al pueblo, apuntaba:
“Luchar por la organización de los trabajadores para el
ejercicio del poder en la comuna, desplazando de una vez por
todas a los politiqueros de la derecha, a los patrones
explotadores y a los burócratas insensibles”

Sin embargo, este esfuerzo, que por algunos meses fue
solitario, en orden a señalar la importancia y necesidad de la
tarea, así como de impulsarla prácticamente, había
calado hondo en la conciencia de los trabajadores.

La demostración la daría la respuesta espontánea de
las masas frente al paro patronal de octubre.

La realidad de la agresión puso en tensión todas las
fuerzas populares y se delinearon, como nunca antes, claramente
dos campos en el desarrollo de la lucha social.

Los trabajadores agredidos y atacados se organizaron para la
defensa. Así, comenzaron a nacer en todo Chile, los Comités
Coordinadores, los Cordones Industriales, los Comandos Comunales.
En poco tiempo, las nuevas organizaciones de la clase obrera y el
pueblo, llegaron a un centenar. Fue fundamentalmente su acción
la que permitió detener la arremetida de la burguesía.

Sin embargo, todavía eran organismos de defensa y
coordinación para la resistencia popular. Hacia falta un
elemento para pasar a una etapa superior. Era necesario la
existencia de un programa que sistematizara las tareas y
objetivos de los trabajadores, con lo cual se unificarían las
luchas de todos los sectores del pueblo y se pasara de la
defensa al ataque.

De esta forma, se comenzaron a dar los primeros pasos en el
seno de las nuevas organizaciones. Mientras algunos buscaban
darle a la crisis, planteada por el paro de los empresarios, una
salida de paz social que se cristalizaría en el gabinete
UP-Generales, en el Comité coordinados Vicuña Mackenna ,
por citar un caso, se aprobaba un programa, que luego seria
conocido como el “Programa del Pueblo”, que unificaba las
reivindicaciones y derechos de todos los sectores del pueblo y
señalaba tareas políticas para el conjunto de los
trabajadores.

El manifiesto aprobado por esos trabajadores terminaba
diciendo:

“El pueblo tiene su programa: el pliego de la clase
obrera, los pobres y los trabajadores en general.

El pueblo tiene su organización: los Consejos Comunales de
Trabajadores.

Con uno y otro, a luchar hasta el final”.

Así , después de tres meses de ser planteada en
Concepción por primera vez la tarea del Poder Popular, esta
era asumida por amplios sectores de los trabajadores y comenzó
a ser impulsada por todos los revolucionarios, de dentro y fuera
de la Unidad Popular.

Sin embargo, la acción de los sectores revolucionarios no
se desarrollo siempre bajo una absoluta identidad de criterios;
por el contrario, el problema del Poder Popular provoco una
encendida polémica en el seno del pueblo que, además ,fue
obligando cada día mas a que los sectores reformistas, que la
habían calificado despectivamente poco tiempo antes, tuvieran
que aceptar su existencia real y creciente y que se tuvieran que
sumar, a regañadientes , a la discusión.

La expresión pública mas importante de esta
discusión fueron el foro organizado por el
Movimiento”Cristianos por el Socialismo” en noviembre y
el foro que organizó el Sindicato de Trabajadores del diario
“Clarín” en diciembre, en el Edificio “Gabriela
Mistral”.

En ambas ocasiones, la gran mayoría de los partidos de la
izquierda se pronunciaron de acuerdo con la idea de impulsar la
creación del Poder Popular, si bien subsistían algunas
diferencias que se centraban en la relación que debían
tener estos organismos frente al Gobierno.

Mientras algunos insistían en que debían estar
subordinados orgánicamente a la acción del Gobierno, el MIR
reiteraba la necesidad histórica de su independencia, en
cuanto organismo que tenían como objetivos fundamentales
levantar un poder alternativo al Estado burgués, que
permitiera destruirlo y crear un nuevo Estado. Subordinar, por,
lo tanto, la acción de los Comandos al aparato institucional y
a la burocracia funcionaria, aunque el Gobierno estuviera en
manos de fuerzas de izquierda, significaba desvirtuar su
carácter y anular totalmente su proyección estratégica.

Aún cuando la discusión prosiguió, una nueva
coyuntura, pondría nuevamente en primer plano la acción de
estos organismos embrionarios de poder. En enero el entonces
Ministro Orlando Millas (PC) daba a conocer un proyecto acerca de
la constitución del área social que significaba en la
practica un intento de conciliación con sectores de la clase
dominante y que los trabajadores estigmatizaron como el
“Proyecto Camarón”.

La lucha contra la devolución de empresas que implicaba el
“Proyecto Millas” dio un nuevo impulso a la
organización de los trabajadores por la base, que después
de octubre había perdido parte de su dinamismo, gracias a la
política desmovilizadora aplicada por el gabinete
UP-Generales.

Por otra parte, la agudización del problema de
desabastecimiento y la existencia de un mercado negro cada día
mayor, permitió que las organizaciones de pobladores sintieron
como una necesidad inmediata la posesión del poder suficiente
para enfrentar el problema. De allí nació la lucha por la
Canasta Popular y por el control popular de la distribución.

Cordones Industriales y Comandos Comunales

Sin embargo, estas condiciones favorables para dar un paso
adelante en la creación y desarrollo de organismos de Poder
Popular, tomo un curso equivocado. Por largo tiempo, hasta la
iniciación de la ofensiva burguesa en el plano institucional,
que culminaría con el intento de golpe del 29 de junio, se
desarrollo paralelamente la acción de la clase obrera, por una
parte, a través de la organización de los Cordones
Industriales y de sus sectores aliados, como por ejemplo los
pobladores, que desarrollaron sus propias organizaciones.

Este inconveniente seria luego superado. Las políticas
correctas terminaron por imponerse, en el sentido de que el
Cordón Industrial debía ampliarse y recibir en su seno a
campesinos, pobladores, estudiantes, empleados, etc., para
convertirse en un Comando Comunal de Trabajadores, que bajo la
dirección de la clase obrera reunía al conjunto del pueblo
tras un programa revolucionario.

Como planteó el dirigente Manuel Álvarez, Presidente del
Sindicato de la Maestranza JEMO “Allí participa no solo la
clase obrera. También los pobladores, los estudiantes, las
dueñas de casa, etc. Son organizaciones que surgieron por
iniciativa de las masas durante el paro de octubre. También
permiten ir consolidando y avanzando en el proceso que llevamos
hacia el socialismo. Es fundamental que en esta lucha exista una
comunicación directa entre los obreros, pobladores,
estudiantes, empleados, etc. Es gente que tiene las mismas
necesidades y los mismos problemas. La unidad es la que
fortalecerá estas organizaciones, como los Comandos Comunales,
para abrir camino al proceso”.

Fueron los propios trabajadores los que pusieron a sus
organizaciones en el camino correcto. El primer paso dio el
Cordón Industrial Cerrillos que el 23 de mayo pasado acordó
realizar un Encuentro con la participación de todas las
organizaciones populares de la comuna, para así poder echar
las bases del Comando Comunal de Trabajadores.

Poder popular en constituciOn

Sin duda la experiencia mas interesante de este periodo fue la
movilización popular desarrollada en Constitución,
antaño idílico lugar de descanso de los latifundistas de
Maule.

A partir de la lucha contra la ineficiencia e insensibilidad
de la burocracia funcionaria, se desarrollo una combativa
movilización de obreros, campesinos, pobladores y estudiantes,
que unificaron su lucha tras un programa común y se
organizaron en un Comando Comunal de Trabajadores que mantuvo
bajo su control la zona hasta que se soluciono el conflicto. Esta
experiencia de gobierno local desarrollada por los trabajadores
de Constitución marco un hito histórico. La clase obrera y
el pueblo demostraron que están en condiciones de ejercer el
poder en forma concreta y de solucionar por si mismos sus
problemas.

Poder Popular en ConstituciOn

Sin duda la experiencia mas interesante de este periodo fue la
movilización popular desarrollada en Constitución,
antaño idílico lugar de descanso de los latifundistas de
Maule.

A partir de la lucha contra la ineficiencia e insensibilidad
de la burocracia funcionaria, se desarrollo una combativa
movilización de obreros, campesinos, pobladores y estudiantes,
que unificaron su lucha tras un programa común y se
organizaron en un Comando Comunal de Trabajadores que mantuvo
bajo su control la zona hasta que se soluciono el conflicto. Esta
experiencia de gobierno local desarrollada por los trabajadores
de Constitución marco un nuevo hito histórico. La clase
obrera y el pueblo demostraron que están en condiciones de
ejercer el poder en forma concreta y de solucionar por si mismos
sus problemas.

Nunca tan cerca del poder

En el ultimo período, los sectores hegemónicos de la
clase dominante se lanzaron en una nueva ofensiva contra el
pueblo y el gobierno. Eje fundamental de esta estrategia del
“freísmo” fue la creación de un conflicto
institucional que aun subsiste. Pero este quería como
condición imprescindible la división del pueblo. Para ello
intentaron aprovecharse de los problemas reales que afectan al
pueblo, producto de la crisis económica, a fin de darle a la
disputa institucional una sustentación de masas; con este
objeto, se impulsa el paro de El Teniente, tratando de
desarrollar en torno a este un gran movimiento de solidaridad
popular que hiciera enfrentarse internamente a los trabajadores.

Paralelo con ello, el sector mas “duro” de las clases
dominantes trabajaba febrilmente por darle una salida de fuerza
inmediata a la situación. Así, para preparar el terreno a
una aventura golpista, el senador Jarpa a nombre del partido
Nacional llamo a “desobedecer al Gobierno por ser
ilegitimo”.

En este contexto se dio el importante paso de consolidar los
Comandos Comunales, a fin de crear las condiciones para sellar la
alianza de todos los sectores populares, bajo la dirección de
la clase obrera.

Precisamente este reforzamiento orgánico y político de
los Comandos Comunales hizo tizas los intentos burgueses de
dividir al pueblo e hizo fracasar la estrategia “freista”
hacia el derrocamiento del gobierno.

En este plano de intensos combates sociales y políticos
entre los trabajadores y sus explotadores, los Comandos Comunales
dieron un nuevo paso y mostraron su fortaleza cuando rechazaron
una tras otra las ofensivas burguesas, que culminaron con el
intento golpista del viernes 29 de junio. Asimismo, se
constituyeron antes y después de ese hecho en una barrera
contra los intentos de conciliación que se han dado y que
permanecen de parte de sectores reformistas.

Es esta situación la que le permitió a Juan Olivares,
Presidente del Comando Comunal de Trabajadores de Estación
Central y Consejero Nacional de la CUT, en el acto del MIR en el
Teatro Caupolican el pasado 12 de julio: “Hoy es mas
necesario que nunca ampliar y extender las posiciones
conquistadas por todo un pueblo durante estos días. En la
lucha por nuestra liberación definitiva hemos hecho avances
enormes; nunca como hoy la clase obrera ha estado mas cerca del
poder”.

En efecto, desde la Asamblea del Pueblo de Concepción, hace
un año, los avances de la clase obrera y el pueblo en la lucha
por desarrollar sus propios organismos de poder, a pesar de los
obstáculos encontrados en las propias filas del pueblo, han
sido enormes tanto en cantidad como en calidad.

A los iniciales Comités Coordinadores de Cerrillos,
Vicuña Mackena, Décima Comuna o Área Norte en Santiago,
se han sumado el Mapocho-Matucana, Mapocho-Cordillera, Renca,
Quinta normal, Santiago-Centro, etc. A lo largo del país
también han proliferado estas organizaciones; prácticamente
en todas las ciudades los trabajadores las han desarrollado.

Pero fundamentalmente el avance principal lo constituye el
carácter que ellas tienen hoy: ya no son simples instrumentos
para enfrentar una ofensiva burguesa, sino que son herramientas
eficaces para pasar a la ofensiva, que cuentan con una
organización superior y con un programa revolucionario que ,
como dijo el dirigente Olivares, pone a los trabajadores- como
nunca habían estado- tan cerca del poder.

Esto explica la campaña desatada por la prensa de la
burguesía que, entendiendo con claridad la proyección
histórica de los organismos de Poder Popular, pretende lanzar
a las Fuerzas Armadas (usando la Ley de Control de Armas), contra
los Comandos. Ellos, al fortalecerse, están levantando una
alternativa de poder frente al Estado burgués.

El Poder Popular es hoy una realidad que se atraviesa en el
camino a los intentos conciliadores de sectores reformistas que
se ven obligados a frenar- y enmascarar sus intenciones- de
devolver empresas y conciliar- o dialogar como ellos llaman- con
algunos sectores de las clases dominantes, accediendo a las
presiones de las masas para pasar algunas de ellas al área
social.

Cuando el año pasado los reformistas”dialogaron”
con la Democracia Cristiana, sólo recibieron el repudio de los
trabajadores. Hoy se enfrentarán al conjunto de organizaciones
de masas organizado en sus propios organismos de poder.

PODER POPULAR
NECESIDAD HISTORICA

El desarrollo de los organismos de Poder Popular que hemos
visto en el recuento anterior, plantea necesariamente un
análisis mas profundo que una simple visión cronológica.

Por ello, después de revisar un poco “la historia del
Poder Popular”, queremos entrar a examinar, desde el punto de
vista de su justificación histórica las condiciones que
provocan la necesidad de crear los organismos de poder del pueblo
y su proyección estratégica en el proceso revolucionario
chileno.

El problema del desarrollo de un Poder Popular alternativo al
Estado e independiente del gobierno, es el elemento central en la
articulación de una estrategia revolucionaria en las
condiciones actuales del desarrollo de la lucha de clases.

En concreto, en nuestro país y como consecuencia de la
profundización de la crisis del sistema capitalista, el
fracaso de la política reformista y la ascendente
exarcebación de la lucha de clases en todo los campos, surgen
condiciones favorables que llevan casi espontáneamente a las
masas a buscar organismos que le permitan auto-dirigirse, tener
acceso a las tareas de organización, dirección y control de
la sociedad, como única forma de encarar directamente la
resolución de sus problemas económicos y políticos.

El desarrollo del Poder Popular bajo la forma de una
organización autónoma e independiente de las masas, es la
única estrategia real para avanzar hacia una salida
revolucionaria a la crisis general de la sociedad capitalista,
vale decir en la perspectiva de la conquista del poder por los
trabajadores.

En un período de crisis de la sociedad, es decir de crisis
de la dominación burguesa y de ascenso de las luchas del
movimiento de masas, es necesario plantearse canalizar a ese
movimiento hacia formas de organización superiores,
independientes y autónomos del Estado.

En un período de crisis de la sociedad y el Estado es
posible que, por las brechas del sistema de dominación en
crisis, las masas avancen con una organización independiente
que, en perspectiva, origine una situación de dualidad de
poderes, generando una situación revolucionaria.

Desde otro punto de vista, podemos afirmar que están dadas
las condiciones objetivas y subjetivas para el desarrollo del
Poder Popular.

¿Cuáles son esas condiciones?

En primer lugar, la mantención y persistencia de la crisis
de la sociedad y de la dominación burguesa o sea la mantencion
de la división en el seno de las clases dominantes. Esto
acompañado de la persistencia de la crisis del aparato del
estatal burgués.

En segundo término, el ascenso continuado del movimiento de
masas, cuyo empuje toma progresivamente un carácter
revolucionario que engloba cada vez a círculos mas amplios de
la clase obrera y de las masas populares, que establece a la
clase obrera como clase dirigente y que incorpora a la lucha
social y política a extensas capas atrasadas.

A esto hay que agregarle una agravación profunda de la
crisis económica, que no es otra cosa, en lo fundamental, que
una expresión de la crisis capitalista.

Por otra parte, otra condición favorable es el cada vez
más manifiesto fracaso del reformismo, como alternativa
política y como dirección política de la sociedad y las
masas y, en contraposición con ello, el fortalecimiento de la
línea revolucionaria en el seno de las masas y el
reforzamiento de una conducción revolucionaria alternativa.

La presencia de estos factores ha hecho posible que el Poder
Popular sea hoy una realidad. Pero ¿de que se trata el Poder
Popular? ¿Cuál es su significado?

Se trata de que el ascenso de la lucha y la actividad de las
masas obreras, campesinas, pobladoras, estudiantiles, vale decir,
de las mas amplias capas del pueblo, de origen a un nuevo bloque
histórico revolucionario, que desarrollándose en una
dirección anti-capitalista origine nuevas formas de
organización del movimiento de masas.

Es decir, que el movimiento de masas se da una organización
propia e instituciones propias en órganos de democracia
directa, controlados desde abajo y que permitan a las masas
asumir ellas mismas las funciones de dirección, control y
organización de la sociedad.

El poder alternativo del pueblo es la expresión orgánica
y política de un movimiento de masas en ascenso que asume un
carácter autónomo. Esta autonomía política y
orgánica del nuevo bloque histórico revolucionario se
expresa en sus propias formas orgánicas, en sus propias
instituciones: los Comandos Comunales de Trabajadores.

Las existencias del Poder Popular es la única alternativa
real de superación de la situación actual de la lucha de
clases, porque permite configurar una alianza social
revolucionaria en que, alrededor y bajo el liderazgo de la clase
obrera, se unifiquen los campesinos, pobladores, estudiantes, las
capas mas bajas de la pequeña burguesía, organizadas en
forma autónoma en una estructura de poder independiente.

Esta tarea no solo es posible sino que es la única
acción revolucionaria que puede superar la crisis, ya que
mantener a las masas ajenas a las tareas posibles de
dirección, control y organización de la sociedad, en una
época de crisis de esta, de crisis de la dominación
burguesa y de ascenso del movimiento de masas, es en el hecho
subordinarse al Estado burgués y mantenerlo, estando obligado
a reforzarlo después, cuando la tarea es precisamente crear la
Fuerza Social y los órganos políticos de las masas que
permitan extender y desarrollar la crisis para resolverla a favor
del proletariado.

En efecto, en la sociedad burguesa las masas son separadas de
las funciones de control, dirección, organización y
gobierno directo de la sociedad y la economía. Precisamente el
orden burgués cristaliza estas funciones en instituciones
separadas, independientes del control de las masas: las
instituciones del Estado burgués. En la atomización del
cuerpo social, impuesta por la institucionalidad burguesa, en la
organización corporativa y en su disgregación política
que solo se unifica a través del sufragio universal para
decidir entre opciones que no concurre a definir, delegando su
iniciativa política en el acto de la elección, se basa en
esencia el orden institucional.

El orden institucional capitalista fragmenta, divide y atomiza
el cuerpo social, a la vez que impide la expresión y la vida
política directa de las masas y aún para numerosos sectores
ni siquiera crea una organización corporativa.

En este sentido impide la actividad independiente de la clase
obrera, el desarrollo de su política de alianzas, desde abajo
y en forma directa. No deja sitio al lugar donde se
establecerá la hegemonía del proletariado sobre otras
clases: campesinos, pobres de la ciudad, pequeña burguesía.
Entonces, el proletariado debe crearlo en lucha contra el sistema
capitalista.

Los Comandos Comunales precisamente vienen a cumplir ese
papel. Son producto de un movimiento de masas en ascenso que
genera sus propias instituciones, basados en la democracia
directa, en el control desde abajo, vale decir, instrumentos
políticos donde se gesta y expresa el nuevo bloque
histórico de las clases explotadas.

Los Comandos Comunales deben ser instrumentos del pueblo para
sus luchas inmediatas; para la lucha política contra el Estado
capitalista; instrumentos para la gestación y el desarrollo
del bloque histórico revolucionario; órganos que ayuden a
gestar activamente la crisis revolucionaria y, en su momento,
instrumentos de la insurrección.

COMANDO COMUNAL
ORGANO DE PODER Y COMBATE

Después de este paréntesis, quizás un poco árido,
pero a nuestro juicio necesario, queremos finalizar este trabajo
entrando a un terreno bastante concreto. Queremos examinar un
Comando por dentro, saber como funciona, como se organiza y que
tareas cumple.

Evidentemente este es un esquema general, que en la practica
funciona mediatizado por diversos factores, ya sea por su
desarrollo, por el tipo de lucha que han librado, etc., pero lo
fundamental es que es el esquema base hacia cual tienden todos
los Comandos.

El Comando Comunal de Trabajadores aspira a convertirse en un
órgano de poder local. Es por lo tanto, una institución
política de la clase obrara y el pueblo. Se trata del poder
mas democrático que se ha generado en la historia de nuestro
país, ya que esta basado en la democracia directa de las
masas, en el auto-gobierno de los trabajadores, en que los
dirigentes están sujetos al poder de control y de
revocación de las bases.

Vale decir, el Comando Comunal se constituye como el órgano
de expresión política directa de todos los explotados de la
comuna. En esa medida, el Comando debe incorporar a los obreros,
los pobladores, los campesinos, la pequeña burguesía pobre,
los estudiantes, las mujeres de la comuna. Asimismo el Comando
Comunal debe luchar por incorporar a su seno a los suboficiales y
soldados por medio de la lucha de todo el pueblo por los derechos
ciudadanos.

El Comando Comunal se organiza tras el programa revolucionario
del pueblo que permite unificar la lucha del conjunto del pueblo.

El Comando Comunal se convierte de esta forma en un
instrumento de coordinación, orientación y dirección de
las luchas inmediatas de los distintos sectores de la comuna,
así como también organiza al pueblo para luchar contra el
Estado capitalista, a través de la denuncia, la presión, el
control y la subordinación de la burocracia estatal al poder
de los Comandos, apuntando hacia la destrucción del aparato
estatal burgués.

Por otra parte, se trata de tender a que el Comando Comunal
pase a asumir el control de la vigilancia y el orden en la comuna
y, al mismo tiempo, desarrollar sus propias formas de
administración de justicia a través de Tribunales
Comunales.

Desde el punto de vista del combate a la institucionalidad
burguesa, los Comandos Comunales están llamados a convertirse
en el punto de apoyo que permita acumular la fuerza y unificar
las luchas del pueblo tras el objetivo del combate la Parlamento
Burgués y su sustitución por la Asambleas del Pueblo.

En definitiva, el máximo objetivo del Comando Comunal es
convertirse en órgano de la lucha política de la clase
obrera por la conquista del poder y, en esa medida, un eventual
órgano de la insurrección, si las circunstancias así lo
exigen.

DEMOCRACIA DIRECTA DE LAS BASES

El Comando Comunal tiene como célula básica a la
Asamblea de base por frente. Este es un organismo resolutivo que
debe pronunciarse sobre los diversos problemas que discuta y
resuelva el Comando, a través del Consejo de Delegados u otros
organismos resolutivos. Estas asambleas de base por frente deben
funcionar en los sindicatos obreros (ya sea industriales,
agrícolas, de la construcción, mineros y de empleados; en
los organismos de pobladores (Juntas de Vecinos, JAP,
Campamentos, Almacenes Populares, Centros de Madres): en las
organizaciones estudiantiles (federaciones y centros de alumnos):
en las organizaciones de la pequeña burguesía propietaria y
el campesinado (federaciones de asentamientos, sociedades o
asociaciones de artesanos, campesinos, pequeños propietarios).

La Asamblea de base designa sus delegados al Consejo de
Delegados, los cuales están sujetos al control y la
revocación de la Asamblea.

También pueden existir otros órganos resolutivos: la
Asamblea Comunal o el Congreso Comunal.

Por su parte, los delegados designados por las asambleas de
base constituyen el Consejo de Delegados que combina poderes
legislativos y ejecutivos y toma sus decisiones sobre la base de
los mandatos de las Asambleas de base y de la subordinación de
la minoría a la mayoría.

Se trata de que el pueblo a través del Comando Comunal de
Trabajadores, se convierta en su primer legislador y empiece a
ejercer esta función en el nivel comunal para ir desarrollando
su propia legalidad.

El Consejo de Delegados designa un Comité Directivo que
ejerce las tareas de organización y ejecución de los
acuerdos de ese Consejo. Los miembros del Comité Directivo son
removibles en cualquier momento por el Consejo de Delegados.

Los miembros del Consejo de Delegados se agrupan en los
diversos Comités de Trabajo, que son necesarios para el
funcionamiento del Comando: Comités de Defensa, Educación,
Control y Dirección Obrera, Transporte, Abastecimiento,
Justicia, Propaganda, etc. Cada uno de estos Comités debe
asumir el control de las tareas respectivas y desarrollan las
instituciones y mecanismos necesarios.

En este sentido, el Comité de Defensa del Comando Comunal
de Trabajadores tiene por tarea crear, coordinar y dirigir las
Brigadas de Vigilancia y Autodefensa, planificar la defensa de la
comuna, organizar la vigilancia sobre los reaccionarios y
mantener el orden en la comuna.

Internamente, el Comité de Defensa esta constituido por un
Comité de Dirección que tendrá un jefe y miembros del
Comité de Delegados. El Comité de Defensa se articula
directamente con los Comités de Vigilancia, los Comités de
Autodefensa y las Brigadas de Vigilancia de los Frentes.

El Consejo de Delegados elegirá un Presidente del Consejo
que será el representante oficial del Comando y, a la vez,
presidente del Comité Directivo.

El Comité Directivo esta integrado por el Presidente del
Consejo de Delegados y por los encargados de cada Comité de
Trabajo, cuyos miembros serán designados por el Consejo de los
Delegados.

Los Comandos Comunales de Trabajadores son una institución
política de la clase obrera y el pueblo de carácter
territorial. El Comando Comunal abarca el territorio de la
comuna.

Se trata entonces de que , a partir de los Comandos Comunales,
se organicen Comandos que abarquen un ámbito territorial,
funciones y tareas de poder y gobierno mas amplias. Tal es el
objetivo de la formación de los Comandos Provinciales de
Trabajadores.

EL FUNCIONAMIENTO DE UN COMANDO

El Comando Comunal de Trabajadores es un órgano de
democracia directa de las masas, no es una democracia delegada en
que otros resuelven por los trabajadores. Por eso, el Comando
Comunal asegura el funcionamiento permanente y sistemático de
las Asambleas de base en los frentes del Consejo de Delegados, de
la Asamblea Popular de la comuna y del Congreso Comunal.

El Comité Directivo, los Comités de Defensa,
Abastecimiento, Salud, etc., no deben jamás sustituir a las
masas, ni separarse de ellas o actuar sin consultarla. Estos
órganos ejecutivos son simples mandatarios de los
trabajadores. Esa es la esencia de la democracia de los comandos:
la democracia proletaria.

El Comando Comunal de Trabajadores debe tener un local donde
funcionen el Comité Directivo y los distintos Comités de
Trabajo, donde sesione el Consejo de Delegados, donde los
trabajadores (las Asambleas de frente) puedan hacer llegar
directamente sus problemas y preocupaciones mas inmediatas.

El local debe ser el símbolo del naciente poder obrero y
popular en la comuna.

Por otra parte, el Comando Comunal debe contar con sus propios
medios de propaganda: publicar un pequeño periódico, aunque
sea a mimeógrafo o una hoja impresa como informativo. Utilizar
las radios u otros medios de comunicación de la comuna. Crear
diarios murales del Comando en fabricas, lugares de trabajo,
escuelas, poblaciones, lugares públicos.

El Comando Comunal elabora, desde la discusión de la base,
un Programa Comunal, para cumplir el cual debe elaborar un plan
político de acción, que permita movilizar a las masas de la
comuna tras los objetivos inmediatos y objetivos políticos que
se fijen a través de las formas de lucha necesarias.

El Comando Comunal debe funcionar con planes concretos de
trabajo, en cada una de las tareas y actividades que deba
desarrollar el Comando.

Muchos Comandos Comunales de Trabajadores existentes son
todavía débiles, poco representativos, poco democráticos
y, por lo tanto poco efectivos para unificar al conjunto del
pueblo de la comuna.

Por ello es una tarea de hoy, fortalecer los Comandos
existentes, a través de ampliar la representatividad,
incorporar a todos los sectores populares de la comuna:
democratizando los Comandos para hacerlos órganos de real
democracia proletaria.

Esto exige pasar de la etapa de la coordinación de
organizaciones y directivas a la fase de gestación de un
órgano basado en la democracia directa, constituyendo la
Asambleas por frente.

El Comando Comunal se fortalece levantando un programa,
definiendo tareas, organizando un plan de acción política y
resolviendo sus problemas de organización y funcionamiento.

El Comando se fortalece ejerciendo poder por distintas vías:
presión, control, subordinación y asumiendo directamente
funciones de poder. Finalmente, el Comando Comunal se fortalece
conduciendo e impulsando la lucha de todos los trabajadores de la
comuna contra la burguesía y el Estado.

LOS COMANDOS Y LA CUT

Los Comandos Comunales son un órgano de poder local y, por
lo tanto, distintos de la CUT.

La Central Única de Trabajadores agrupa sólo a un sector
del pueblo, a los que están incorporados al trabajo y los
organiza para luchar principalmente por la defensa de los
intereses económicos-gremiales de los trabajadores.

El Comando Comunal, en cambio, es un organismo político que
expresa fundamentalmente un poder popular embrionario en
desarrollo.

De acuerdo a esto, los Comandos Comunales de Trabajadores no
son contradictorios con la CUT, sino que cubren esferas de
actividad distintas. Se trata entonces de que la CUT apoye e
impulse la constitución y desarrollo de los Comandos
Comunales.

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