24.08.06 - BRASIL
Pescadores reclaman al gobierno
Rogéria Araujo
Adital - Los pescadores y pescadoras tuvieron este miércoles 23 de agosto, uno de los momentos más esperados del seminario Manglares y Vida Comunitaria - Los impactos socio-ambientales de la carcinicultura, que terminará hoy, día 25, en Fortaleza, Estado de Ceará. Representantes de la Secretaría Especial de Aqüicultura y de Pesca (Seap) y del Ministerio de Medio Ambiente (MMA) escucharon denuncias, quejas y muchos pedidos de más compromiso por parte del gobierno federal en relación con la pesca artesanal.
El panel “Políticas Públicas de Carcinicultura y de Conservación de los Manglares” estuvo compuesto por Felipe Matias (Seap), Ana Paula Prates (MMA), el relator del Grupo de Trabajo de Carcinicultura de la Cámara, diputado federal João Alfredo, y Soraya Vanini, integrante de la Red Manglar.
En la plenaria, los pescadores y pescadoras dejaron en claro su insatisfacción con el gobierno federal, sobre todo con la Seap. Resaltaron que la creación del órgano se produjo a partir de las demandas de las comunidades pesqueras para mejorar las condiciones de trabajo de la pesca artesanal. “Pero lo que vemos es que fuimos engañados, fuimos manipulados y la Seap que tenemos sólo sirve para beneficiar a los grandes negocios, como es el caso de la carcinicultura”, dijo la pescadora María José Souza.
Felipe Matias, representante de la Seap, respondió las críticas, defendió al gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y rebatió las quejas de que la Seap se desvirtuó de sus objetivos, beneficiando al hidronegocio, contribuyendo a la destrucción del medio ambiente. “La Seap nació de una gran demanda surgida hace 30 o 40 años. Es con mucho orgullo que soy parte de la misma. De ninguna manera concuerdo en que la Seap es una vergüenza. La Seap no financia al hidronegocio”, afirmó, agregando que cuando se está en el gobierno, se debe estar acostumbrado a recibir más silbidos y menos aplausos.
Soraya Vanini fue enfática. La representante de la Red Manglar cuestionó la presencia del ministro José Fritsch en eventos internacionales ligados con los grandes emprendimientos, afirmando que la Secretaría conoce muchas demandas ya colocadas en informes por entidades que actúan en defensa de los pescadores y pescadoras, pero que, hasta ahora, nada fue realizado por las comunidades pesqueras.
El relator del GT de Carcinicultura, João Alfredo, dijo indignado que la actuación del gobierno federal frente al problema ha sido vergonzosa, pues hay, sí, financiamiento federal en estos emprendimientos. Dijo además, que es lamentable que, pasado ya más de un año desde la entrega del informe a diversos órganos ambientales, ninguna medida fuera tomada. El informe trata sobre los impactos causados por la actividad y señala 30 acciones para revertir el problema.
Ana Paula Prates, del MMA, dijo que es difícil trabajar en esta área en un país que no valoriza el medio ambiente. Según ella, para completar la presión y la demanda social en torno de los manglares, lamentablemente, todavía no son representativas. “Desgraciadamente, tenemos que estar creando áreas protegidas. ¿Protegidas de quién? ¿De nosotros mismos?”, indagó.
En Brasil, sólo el 0,4% de las áreas de zona costera y marina está bajo la forma de alguna unidad de conservación, totalizando en total 61 unidades. Según Paula, a pesar de la demora de los procesos burocráticos, la creación de unidades de conservación todavía es una salida.
“Cualquier creación de unidad de conservación es burocrática. Hay una ley establecida, un sistema nacional, usted va a interferir en el ordenamiento territorial, usted va a reservar un área para una determinada población. Tiene que hacer una serie de estudios mostrando toda la parte ecológica, ambiental, toda la parte de límite, de recursos. Eso demanda tiempo. Ahora, cuando es creada, se convierte en decreto y para ser terminada es necesaria una ley en el Congreso Nacional. Lamentablemente, es un proceso demorado, pero es eficaz”, afirmó.
Vanini complementó que lo que viene ocurriendo en Brasil es el “divorcio” entre el desarrollo y el medio ambiente. “Dentro de esa lógica productivista, el desarrollo va adelante y las entidades van detrás, con una gran desventaja, llamando la atención sobre el medio ambiente”, dijo.
En sus consideraciones finales, el representante de la Seap, afirmó que la Secretaría va a recibir la Carta de Fortaleza - documento final del seminario - y va a evaluar todos los puntos de propuestas. “Espero que esta carta sea enviada a la Seap, que venga al ministro, con copia para el director de Desarrollo de Aqüicultura. Vamos a trabajar esas equivocaciones para que minimicemos o eliminemos algunas”, dijo, reconociendo que la actividad de la carcinicultura tiene “algunas equivocaciones”.
Para João Alfredo, está claro que el gobierno incentiva, estimula y apoya el agronegocio y eso sirve también para la carcinicultura. “Nosotros observamos que la carcinicultura tuvo todo el apoyo de la Seap en ese período, sin ningún criterio ambiental, en una articulación realizada con los criadores de camarón en cautiverio. Los órganos como el BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social), BNB (Banco del Nordeste), financian estas actividades. El Ministerio de Medio Ambiente, a través del Ibama (Instituto Brasilero de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables), ha sido muy lento y renuente en dar respuestas, y la fiscalización es muy débil y muy connivente”, enfatizó.
Los pescadores y pescadoras no tuvieron todas las respuestas a sus preguntas. Por lo menos no las que estaban esperando. Laurineide Maria Santana, del Consejo Pastoral de la Pesca de Pernambuco, afirmó que “otra vez, salimos con la sensación de estar siendo engañados. Es un desafío el hecho de que tenemos que unirnos para que esta Secretaría nos respete. No sirve de nada escuchar esas cosas”.