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Cientos de familias desesperadas por vivienda ocupan terrenos contaminados por minera

22.09.06

Nota de Clajadep: El dramatismo de esta noticia llegada desde los territorios ocupados por el estado peruano ahorra comentarios, sin embargo vale la pena indicar que se trata de una de las consecuencias del avance de la depredación minera, envenenamiento de tierras y aguas y avasallamiento de la naturaleza por parte del capital, además del aumento notable de las paupérrimas condiciones de vida en todo el continente. Sin embargo, a pesar de ello, es destacable el espíritu de la población de no rendirse y pasar a la lucha directa arriesgando no sólo la salud, sino también la llegada de los defensores del orden distribuyendo palos y lacrimógenas en vez de soluciones, que no las habrá hasta que se vayan todos los de arriba.
Veamos la noticia:
Unas 240 familias invaden un terreno contaminado
Especialistas de Universidad Daniel A. Carrión aseguran que zona es inhabitable. Invasores afirman que no se moverán porque no tienen a dónde vivir.

Juanito, de siete años, jugaba con la tierra, entre rojiza, negra y verde, cerca de un charco de agua de lluvia teñida por los ácidos que aún discurren en el área donde durante décadas se arrojaron residuos de minerales. Otros niños, a falta de juguetes, también se recreaba con los restos de relaves.
Hace cinco días, 240 familias, entre ellos la de Juanito, invadieron unos terrenos que consideraban abandonados. Los adultos se limitan a decir: “No tenemos dónde vivir”, y no les importa que les adviertan que sus vidas corren peligro porque el lugar en que se encuentran es una zona contaminada.
Esas familias, procedentes de los sectores de Paragsha y José Carlos Mariátegui, de Cerro de Pasco, juegan con la muerte desde que invadieron 13 mil metros cuadrados de propiedad de la Compañía Minera Volcan S.A., situados a 5 kilómetros al oeste de la ciudad y supuestamente abandonados.
Estos pobladores manifiestan ser gente pobre de Pasco, Junín y Huánuco. Además afirman que desde hace más de 20 años no tienen dónde vivir.
La zona está tan contaminada, que cuando llueve el agua ácida que discurre afecta en su recorrido a viviendas ubicadas fuera del perímetro de la zona de arrojo de los desmontes mineros, pues corroe el cemento de los cimientos. Cuando el clima está seco y se producen vientos, el polvo que se levanta es irrespirable.
Funcionarios de la empresa minera dialogaron con algunos de los invasores para manifestarles el peligro de asentarse en ese lugar y le ofrecieron un diálogo con las autoridades de Cerro de Pasco para tratar de ubicarlos en terrenos que no ofrecen peligro para su salud, pero estos han rehusado hacerlo.
Especialistas de la Universidad Nacional Daniel A. Carrión manifestaron que un lugar donde se arrojan desmontes mineros no es adecuado para que una población se asiente.
Este lugar –agregaron– no está considerado dentro del catastro urbano, por lo que tampoco se podrán instalar servicios básicos de agua y desagüe, ni es posible ello porque las aguas ácidas destruirían todo en un par de meses, al igual que las viviendas.
Daniel Marcelo Alania, regidor de la Municipalidad del Centro Poblado Menor de Paragsha, manifestó que la invasión la propiciaron personas que desde hace tiempo solicitaron terrenos para construir sus viviendas.
Los técnicos de la municipalidad provincial como los de la universidad reiteran que el lugar no es apto para la construcción de viviendas. Aun así, los pobladores se mantienen dentro de sus pequeñas carpas de plástico.
tiempo pasado
Hace muchos años, Cerro de Pasco contaba con lugares donde los pobladores podían criar animales domésticos, pero cuando se inició la explotación minera a cielo abierto las empresas, sin medir consecuencias, depositaron sus desmontes casi en todo alrededor de esta ciudad, especialmente en el sector de Paragsha.
Con esta medida, se acabaron las posibilidades de criar animales domésticos, así como la habilitación de zonas de recreación.
Como consecuencia de estos hechos, los terrenos ya no son propicios para vivienda ni para otros edificios. Se priorizó los recursos naturales, la explotación minera especialmente del subsuelo, por lo que el poblador pasqueño puede ser dueño de la construcción de una vivienda, pero no de los terrenos.
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Los niños son los más afectados en lugares con alta contaminación minera, porque la intoxicación metálica les provoca daños irreversibles, como retardo mental, anemia, problemas psicomotores y desarrollo físico anormal, manifestó la doctora Nancy López Casapi, pediatra del hospital Daniel Alcides Carrión, de Cerro de Pasco.
Este tipo de intoxicación es mucho más grave en niños con problemas de desnutrición, como la mayoría de los que habitan en Cerro de Pasco.
Muchos niños con plomo en la sangre adolecen de hemorragias por la vía nasal. Además, su talla y peso no corresponde a su edad.
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Christopher Roldán
ingeniero ambientalista de la universidad nacional Daniel Alcides Carrión
Donde existen desmontes de una actividad minera no se puede asentar una población. Es urgente que las autoridades y los directivos de la minera determinen la reubicación de los pobladores, antes de que impacten en la salud de todas las familias. En Cerro de Pasco hay lugares donde se puede dar calidad de vida a los pobladores”.


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