“Moderate, moderate, los de arriba están enojados”, fueron las frases que quedaron grabadas en la mente de José Rubén Zamora, presidente del Consejo Editorial de elPeriódico, luego que ayer hombres armados irrumpieron en su vivienda y lo atacaran junto a su familia. No descartó que se trate de fuerzas militares del Estado.
Eran las 8:45 horas. El timbre de la residencia, ubicada en la zona 12, sonó repetidamente. La encargada de la entrada de la residencia se apresuró a abrir la puerta. Con antelación, una compañía fumigadora había anunciado que llegaría.
Entreabrió la puerta, y cuando se disponía a preguntar “¿Quién es?”, un grupo de aproximadamente doce personas se abalanzó sobre ella y la lanzó al suelo. En segundos ocuparon la residencia de Zamora, quien se encontraba en la casa junto a su esposa y sus tres hijos.
Horas de pánico
La confusión se apoderó de la familia. Por un momento creyó que se trataba de un registro del Ministerio Público, pues así se habían identificado los desconocidos, pero por la brutalidad con la que se conducían, la hipótesis fue descartada.
En un dormitorio ataron a la esposa e hijos, y a las tres domésticas. Mientras tanto, Zamora era arrastrado a otro salón.
Allí, mientras dos hombres le apuntaban, uno al pecho, con una escopeta, y otro a la sien derecha, con una escuadra, fue obligado a desnudarse y arrodillarse, en tanto le amarraban las manos y le colocaban cinta adhesiva en los ojos. En esa posición escuchó una serie de cuestionamientos extraños, que le hacían temer aún más por su vida y la de sus seres queridos.
“Parecía como que se trataba de algún operativo proveniente del Estado, con un disfraz delincuencial. Estas gentes no sabían quién era yo”, narró.
“-Sos Sandoval, ¿dónde está la droga y el dinero?-, me preguntaron. Sólo contesté: -Yo soy Zamora- (en ningún momento se identificó como directivo de elPeriódico). -¿Dónde están esos ce…?- (refiriéndose a unos inexistentes guardaespaldas). -¿Quiénes?-, -¡La seguridad!- -Pero, si yo no tengo guardaespaldas-”, respondió atemorizado a los delincuentes.
No satisfechos con el terror que habían provocado, empezaron a atacar a los hijos de Zamora.
Ramón Ignacio, de 12 años, recibió varias patadas en un costado, y José Carlos, su hermano mayor que intentó defenderlo, fue golpeado en la cabeza. El periodista sólo pedía que los dejaran en paz y que guardaran la calma.
¿Mensaje?
Fue en ese momento cuando uno de los sujetos se le acercó y le dijo: “Mirá, tenés una linda familia, dejá de joder a los de arriba, moderate. Yo no sé por qué están tan bravos con vos”, indicó.
Minutos antes de irse, le preguntaron si tenía tarjetas de crédito, a lo cual respondió afirmativamente y les dio indicaciones para que las tomaran.
Antes de salir, uno de los atacantes le dijo: “Yo moderé para que no te pasara nada. Mínimo, me debés unos Q200 mil. Al rato te llamo para que nos pongamos de acuerdo”.
Para ingresar a la colonia donde reside el periodista hay que pasar por una garita cuyos guardias dijeron no saber nada.
Pasado el mediodía llegaron fiscales, el ministro de Gobernación Adolfo Reyes Calderón, y el director de la Policía Nacional Civil, PNC, Raúl Manchamé.
Zamora rechazó el ofrecimiento de seguridad personal, pero accedió a que la PNC patrulle periódicamente las calles cercanas a la residencia.
Señalamiento: “Responsabilizo a Portillo y a Ríos Montt”
El lunes 23, José Rubén Zamora, presidente del Consejo Editorial de elPeriódico publicó una columna de opinión titulada: “Ríos Montt, algunos apuntes”.
En este artículo, Zamora señalaba al presidente del Congreso, José Efraín Ríos Montt, como “parte fundamental del poder paralelo”, que ha gobernado el país en los últimos 20 años y es la cúpula del crimen organizado”.
Esta habría sido la gota que derramara el vaso, según hipótesis del propio Zamora.
“El ataque fue bien organizado y tenía toda la pinta de un operativo del Estado disfrazado de delincuencia común. Eran tipos atléticos, disciplinados, parecían militares. Sólo uno era diferente, de complexión más delgada, más bajo, colocho, moreno y con acento salvadoreño”, indicó al describir a los agresores.
Zamora recordó que hace cinco años recibió una llamada de un desconocido que se identificó como miembro de la inteligencia militar.
“En esa oportunidad, me dijo que él tenía archivos míos y de otras persona y que me cuidara, porque iban a montar operativos de Estado, como si fueran delincuenciales, y que me protegiera”, indicó.
“No creí que eso llegara a ocurrir”, añadió.
Estado, responsable
De acuerdo con Zamora, “el Estado debe velar por la seguridad de todos sus ciudadanos. Yo los responsabilizo a ellos, tanto a Portillo, como a Ríos Montt. Voy a seguir con mi vida, porque no tengo dinero para seguridad mía o para mis hijos”.
En cuanto a su trabajo, Zamora recordó la columna que escribió el lunes. “Fui muy duro, muy agresivo con Ríos Montt, escribí un artículo donde lo que consideraba era su currículum. Y sin embargo, pese a lo que nos pasó hoy , si tuviera que repetirlo para mañana, lo volvería a publicar”, agregó.
Su trayectoria
La valentía de Zamora en defensa de la libertad de prensa y su lucha contra la impunidad ha sido motivos de atentados, y de reconocimientos internacionales.
• Zamora sufrió un atentado con granada en 1996, cuando era director del matutino Siglo XXI.
• Ha recibido numerosas distinciones, entre ellas, el Premio María Moors Cabot, de la Universidad de Columbia, el más antiguo galardón periodístico internacional.
• Fue destacado por la prensa internacional como uno de los 50 héroes de la libertad de prensa en el mundo.
• Hace 7 años fundó elPeriódico, donde desde la presidencia del Consejo Editorial ha apoyado investigaciones de casos de corrupción que han valido el rechazo de la cúpula del Gobierno; entre ellas, destacan:
• El caso de José Armando Llort Quiteño durante su paso por el CHN.
• La corrupción en el Micivi durante la gestión de Luis Rabbé.
• El enriquecimiento ilícito de Estuardo del Pinal, gerente de Guatel.
• La historia de Roberto López Villatoro, esposo de Zury Ríos, sindicado de contrabando de zapatos.
• Investigación en torno a Jacobo Salán Sánchez, ex jefe de seguridad del presidente Alfonso Portillo.
• La red de escuchas ilegales vinculadas a Byron Barrientos, ex ministro de Gobernación.
• Las empresas que trabajan para el Estado vinculadas al Fiscal General, Carlos de León.
• El feudo de Juan Francisco Reyes, vicepresidente de la República, en el Seguro Social, entre otras.