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R. Dominicana: La participacion democratica en una estrategia popular

25.06.03

LA PARTICIPACION DEMOCRATICA EN UNA ESTRATEGIA POPULAR(*)
(*) Ponencia presentada en el Seminario organizado por el Comité para la Defensa de los Derechos Barriales (COPADEBA) en Marzo de 1990 sobre “Participación y Democracia” en el Politécnico del Barrio Simón Bolívar.

José Antinoe Fiallo Billini

Nuestra intervención se centrará en cinco aspectos que estimamos importantes y que abordaremos de manera concreta:

Naturaleza del proceso dominicano;
Viejos y nuevos paradigmas del poder y la política;
Implicaciones de los nuevos paradigmas;
Nuevas mediaciones para los nuevos paradigmas;
Propuesta barrial-territorial: Un modelo para la tensión en la estrategia popular con participación democrática.
Conclusiones.

NATURALEZA DEL PROCESO DOMINICANO

1.1 Las estrategias de crecimiento económico de la sociedad dominicana implementadas en las últimas décadas han significado un reordenamiento de los polos de acumulación capitalista para una economía extrovertida y destructiva, y, por tanto, una recomposición de las fuerzas productivas y una redistribución geoespacial de la población. Este último fenómeno va adquiriendo las características de una verdadera concentración de la población en pocas ciudades y una periferización de las zonas rurales y al interior de la macrocefalia urbana, con todas sus consecuencias de deterioro de calidad de la vida y el ambiente.

En tal sentido, la problemática del sistema político y la participación democrática adquiere una significación específica en ese contexto, determinando una violentación sistemática y diversa de los derechos democráticos del pueblo dominicano que se expresa en una relación social

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capitalista de exclusión, cooptación y manipulación de las clases populares en relación a la sociedad política, estableciéndose ésta como una representatividad del capital por vías corporativas o por mediaciones populistas de diversas variantes.

Ese proceso, que violenta los derechos democráticos del pueblo dominicano, se expresa de manera más concreta en un estado enajenado de la sociedad civil y las masas populares, partidos que operan como aparatos burocráticos que oscilan desde simples recursos de coyunturas electorales a cúpulas populistas orientadas a escindir las clases populares, de forma tal que los fenómenos y procesos de la sociedad política se realicen en función de pactos o “concertaciones” o “consensos” entre la burguesía y esos aparatos, lo que sitúa las propuestas de modernización y racionalización de las mismas en el terreno de las necesidades políticas del capital o en contradictorios procesos sin protagonismo popular.

La estrategia de exclusión, la concentración de masas en las ciudades, la descampesinización, la radicalización de las fracciones burguesas modernizadoras y las exigencias en la periferia del capital internacional han generado en la sociedad civil un creciente, aunque todavía disperso y débil movimiento popular que busca una estrategia, una vía para su coherencia, fenómeno que, en la realidad, corre paralelo a la crisis de la sociedad política tradicional y que enfrenta en el proceso a los viejos y nuevos paradigmas del poder y la política como una unidad contradictoria que debe recibir una solución en la lucha política de clases de las clases populares.

Es relevante señalar que, toda esta caracterización está contextualizada por un proceso de reestructuración a escala mundial que, amparado aparentemente en procesos de “democratización”, en realidad plantea como contradicción fundamental una mayor homogeneidad en los centros capitalistas, pero también una mayor competitividad ínter imperialista entre polos hegemónicos, por un lado. Por el otro, una exigencia de mayor dominio y ajustes de los países pobres de la periferia y una mayor exigencia de subordinación en las más bajas escalas de la división internacional del trabajo.

La semicolonización y la colonización, como procesos de la “posmodernidad”, pretenden transformar nuestros pueblos en “pueblos sin historia”, en la medida en que el protagonismo de la burguesía imperialista se asume como una victoria histórica que requiere de una aniquilación del protagonismo popular en la periferia, y por ello pretende un proyecto de “participación” con domesticación, y que se refiere a una racionalidad de clase que sintonice el sistema político con la colonización de la posmodernidad.

PARADIGMAS DEL PODER Y LA POLITICA

a) Los Viejos Paradigmas:

2a.1 Acento puesto en los programas, en las tribunas de discurso formal y manifiestos, hitos y resultados cuantitativos bajo control de un ritual de minorías.

2a.2 Cambios concebidos de forma elitista de cúpulas e impuestos por la autoridad. Jerarquía de manera vertical.

2a.3 Burocratizar los servicios y ayudas; el equipamiento social es un fenómeno de administración técnica separada, de hegemonía estatal y de la sociedad política.

2a.4 Centralización absoluta del poder político en órganos o niveles de la sociedad política y con vocación de exclusividad en la gestión central y de exclusión de la sociedad civil.

2a.5 El poder como un resultado enajenado de la sociedad civil y las clases populares como sujetos históricos subalternizados.

2a.6 La sociedad política como una organicidad unidimensional.

2a.7 Los agentes o cuadros del poder componen o integran un aparato que expresa la relación o el carácter enajenado de la sociedad política con respecto a la sociedad civil.

2a.8 La red o cadena de la producción expresa el desarrollo desigual (periferización y centralización) de las fuerzas productivas a escala territorial e implanta una cultura aristocrática urbana de dominación de las identidades y culturas de los sujetos populares.

2a.9 La red o cadena de distribución de bienes de consumo expresa una naturaleza economicista y es una mutilación capitalista o burocrática.

2a.10 La cotidianidad es un espacio de seudo autonomía que doméstica la subjetividad crítica y creativa y, por tanto, fracturada de las expresiones microsociales y macrosociales más auténticas (compartimentación y enajenación de la cotidianidad en relación a lo macrosocial).

b) Los Nuevos Paradigmas

2b.1 Acento puesto en nuevas perspectivas, resistencia a planes, programaciones rígidas de la cultura oficial, racionalidad de control y contracontrol, protagonismo colectivo de la calle y la plaza pública.

2b.2 Cambios construidos por una organicidad integral donde los planes de verticalidad y horizontalidad confluyen en puntos o momentos de resolución comunitaria, como expresión de conciencia con participación (conciencia hegemónica). La plaza pública (espacios comunitarios públicos) como escenario e instrumento de los éxitos y fracasos; la jerarquía y la dirección expresan esos niveles de racionalización donde la verdad se realiza así.

2b.3 Estimula la iniciativa personal en un contexto autogestionario y autodefensivo comunitario donde los recursos tienen una diversidad pública y comunitaria en su procedencia. El equipamiento social es autogestionario y una vía para garantizar la reproducción de nuevas relaciones sociales.

2b.4 Redefinición de las diversas formas de centralización de las gestiones sociales estableciendo una relación armónica y dialéctica en la estrategia de gestión complejidades sociales: Propósito o proyecto, como estrategia central, y concreción específica, como fenómeno descentralizado.

2b.5 El poder como elemento integrante de toda la construcción social, de forma tal que se reintegren a la comunidad con hegemonía popular los factores que les han sido enajenados por el conflicto de clases.

2b.6 La sociedad política como una organicidad multidimensional.

2b.7 Los agentes o cuadros de la gestión social expresan la tensión entre la estrategia central de planificación y la autonomía comunal o regional de la autogestión y el autogobierno.

2b.8 Se restaura progresivamente la armonía del desarrollo de la red o cadena de la producción estableciendo una articulación regional y local territorial de forma tal que la gestión comunitaria instaure una relación social no capitalista y de solución de problemas de masas urbano rurales.

2b.9 La red o cadena de distribución de bienes y servicios se organiza en el contexto autogestionario y autodefensivo de forma tal que la producción sea accesible territorialmente sin cumplir fundamentalmente una función de acumulación parasitaria, desarrollando el consumo teniendo en cuenta las aspiraciones, expectativas y necesidades de los sujetos sociales populares.

2b.10 La cotidianidad se transforma en un espacio de autogestión microsocial (individual, familiar, barrial-aldeana) articulada a la gestión macrosocial de la sociedad civil (organicidad de la cotidianidad con la administración de los entornos territoriales y sectoriales macrosociales).

IMPLICACIONES DE LOS NUEVOS PARADIGMAS

En relación a la percepción de la crisis y el desarrollo de la sociedad dominicana, se trata de colocar en un primer plano la acumulación del cumplimiento de demandas democráticas referidas al protagonismo popular y a la satisfacción de necesidades fundamentales, no teniendo como referencia fundamental la relación social del capital, sino la creación de condiciones para una nueva relación social no capitalista.

Los nuevos paradigmas apuntan a un aislamiento social de la burguesía como clase, a un trabamiento de sus polos de acumulación extrovertidos y destructivos y a sentar las bases del control popular de la reproducción social. Se trata, al establecer los paradigmas en la estrategia, de un proceso hegemónico en gran escala que, al desarrollar mayores volúmenes de participación en la sociedad civil y mayores presiones, por tanto, a la sociedad política, complejice, extienda y generalice el conflicto social como conflicto con el Estado y en el Estado.

Sobre todo, en la medida en que la estrategia contra-hegemónica se profundiza en la cotidianidad popular y recupera y recrea las estrategias de supervivencia en los microespacios, como estrategias autogestionarias y autodefensivas de base frente a las estrategias salvajes y concentradoras del neocapitalismo imperialista y en la periferia. En efecto, es la perfilación de una estrategia de participación de las clases dominadas, excluidas, constituidas como clases populares en la exclusión, frente a la estrategia de exclusión, aristocrática-burguesa y urbana del capital, como relación social específica, y que pretende una participación bajo control en la sociedad política que ellos han diseñado, de acuerdo a los viejos paradigmas Nos. 1, 2, 4, 5, 6 y 7, para el tipo de sociedad como la nuestra.

NUEVAS MEDIACIONES PARA LOS NUEVOS PARADIGMAS

4.1 La contra hegemonía como Sistema Orgánico:

Deberá entenderse como la estructuración sistémica de la reproducción y distribución orgánica de nuevos paradigmas estratégico-tácticos de las fuerzas sociales, de los sujetos sociales, que son la base de la contra hegemonía popular y revolucionaria. Es decir, el sistema integral de participación de las clases subalternas, a partir de su propia dinámica en la sociedad civil.

Fuerzas estratégicas y revolucionarias:

Están constituidas por las nuevas formas organizativas de los militantes populares de variada expresión, cuyo conjunto es responsable de la dotación de coherencia global del proyecto como estrategia, en el área popular de su jurisdicción territorial o sectorial.

Las nuevas formas políticas revolucionarias deberán contemplar un abanico de procesos constitutivos y de desarrollo y diversos niveles o posibilidades de organicidad.

Fuerzas estratégicas populares territoriales:

Son las organizaciones populares representativas de un territorio o sector global, donde se expresa lo estratégico como una articulación de lo político y lo popular en un mismo movimiento de constitución, reproducción y mantenimiento de la organización; donde lo político y lo popular no están enajenados o fracturados, y donde la conducción y la lucha se articulan en relaciones ascensionales y complementarias, de acuerdo al desarrollo desigual de los sujetos político-sociales involucrados.

Estas mediaciones estratégicas populares territoriales son las responsables de la elaboración del plan autogestionario y autodefensivo del territorio o sector que expresan y representan.

Fuerzas territoriales intermedias populares:

Son las organizaciones populares intermedias que constituyen la representatividad y la participación popular en ese nivel intermedio (subterritorial o subsectorial), y su conformación como expresiones tácticas; se refieren, no a su concepción paradigmática tradicional, sino a su campo limitado territorial y, por tanto, a la necesidad de actuar dentro del contexto estratégico territorial. Son la jurisdicción media del sistema contrahegemónico.

Unidades territoriales de base:

Son las organizaciones populares que corresponden a las demarcaciones básicas establecidas (colas, calles, cuadras, parajes, aldeas pequeñas), y que serán la plantilla de constitución de las fuerzas territoriales tácticas o intermedias populares, y representan la jurisdicción más pequeña o reducida del sistema contrahegemónico de los nuevos paradigmas.

Las nuevas mediaciones de reproducción de un proyecto alternativo se desarrollan a partir de la sociedad civil y a partir del desarrollo de las más variadas formas organizativas en los diversos niveles de la plataforma contrahegemónica; y es a partir de allí que procede la elaboración y presentación de propuestas de participación que expresen la tensión de una estrategia de transición; estrategia que expresa la participación en el proceso real en la sociedad civil y la exigencia y reto al sistema político excluyente-manipulador de la burguesía en la sociedad política.

V. PROPUESTA BARRIAL-TERRITORIAL: UN MODELO

PARA LA TENSION EN LA ESTRATEGIA POPULAR

Toda fuerza estratégica popular territorial debe tener como objetivo central la constitución de una Junta o Comité de Defensa de los Derechos Barriales que se transforme en eje del diseño e implementación creativas del Plan Barrial, entendido éste como la racionalidad popular en el espacio popular y en relación contradictoria con la racionalidad y el espacio burgués-aristocrático de “modernización”.

La Junta o Comité Barrial responsable del plan barrial debe establecer como eje del mismo el Centro Barrial Comunitario como punto de convergencia de toda la estrategia autogestionaria y autodefensiva de la comunidad territorial popular.

El Centro Barrial Comunitario es el órgano de gestión de las múltiples iniciativas populares establecidas como prioritarias y cuyo objetivo fundamental es, en su primera fase, dotar de una infraestructura básica a las fuerzas sociales populares, estableciendo un proceso de creación o control de todo el entorno barrial e interbarrial.

El Centro Barrial será coordinado por una dirección representativa de todas las organizaciones de base e intermedias que integran una fuerza popular estratégica territorial, más los agentes técnicos de gestión incorporados en las diversas áreas. Esta dirección será revocable, total o parcialmente, de acuerdo al cumplimiento del Plan Barrial, entendido éste como una guía de propuestas e iniciativas, formales o no formales, de la Asamblea Popular Barrial.

El Centro Barrial o Interbarrial deberá transformarse en el polo de convergencia de las iniciativas populares de base, contemplándose para ello el desarrollo de diversas alternativas, como por ejemplo:

5.5.1 Red de Abastecimiento y Controles de Precios (comercialización barrial minorista y almacenes de distribución de áreas), en base a puestos de ventas que pueden estar conectados tanto a almacenes de distribución como mercados populares cooperativos.

Espacios territoriales de artesanos, pequeños y medianos talleres, manufacturas e industrias medias, concebidos tanto en una relación de suministro barrial e interbarrial, como en la economía de escala urbana global; espacios donde deberán conjugarse la participación territorial del Centro Barrial y los gremios o sindicatos de empresas o agregaciones de sectores.

Red de atención primaria en salud barrial, constituidas por policlínicas públicas, pequeñas clínicas barriales privadas, postas descentralizadas territoriales integradas a centros comunitarios, y los aparatos clásicos centrales, a partir de una gestión y autogestión que articula al paciente o sujeto como principal autogestor de su salud, desde organismos populares de salud, personal técnico y políticas globales barriales de salud.

Red integrada de educación popular barrial, a partir de estrategias de educación popular, que transforme la escuela en un espacio comunitario desde educación de adultos, preescolar popular, primaria, media y media técnica. El complejo barrial cultural educativo sería autogestionado por la comunidad y el personal magisterial, padres y alumnos, haciendo énfasis en la educación de entorno (currículum desdoblado de educación popular urbana), y adecuando la organización de maestros y estudiantes a la estrategia curricular regular (comité de base y clubes y comités de cursos).

Núcleo de mejoramiento urbano y red de abastecimiento de materiales para microbrigadas de autoconstrucción comunitarias, responsables del diseño de la estrategia barrial e interbarrial (integración y control del espacio territorial hasta la estética urbana popular).

Red cultural y recreativa integrada, que implica movilización espiritual y física para las identidades barriales y la cultura popular, articulada por centros deportivos integrados, espacios culturales de diáspora territorial, y, en el centro, la plaza pública popular, centro de confluencia de las actividades culturales-recreativas de masas, las Asambleas Populares Barriales (sociedad civil barrial), Cabildos Abiertos Barriales (institución universal directa y universal del poder barrial) y Cabildos Barriales Cerrados de la representación política delegada.

Establecimiento de una Red Organizativa Femenina barrial, de forma que las reivindicaciones de género se entronquen con el replanteo de la cotidianidad y con las exigencias autogestionarias familiares y comunitarias.

La reproducción y desarrollo de la materialidad y los sujetos sociales y sus mediaciones, crean las condiciones para el surgimiento de una institucionalidad barrial e interbarrial que exprese la autogestión en la sociedad civil y una sociedad política en gestación, de acuerdo a los nuevos paradigmas Nos. 2, 3, 4, 5 y 6, al crearse los Cabildos Abiertos y los Cabildos Cerrados o Consejos Barriales Ejecutivos como representantes territoriales que sirven de base a la autoridad política urbana municipal.

La organización territorial barrial e interbarrial genera una dinámica de representación municipal en la medida en que las áreas y subáreas de esa jurisdicción pueden integrar los órganos de poder de autogobierno en una combinación de representación de ellas y de elección universal municipal y provincial, incluyendo diputaciones barriales en una sola cámara de participación y representación. Sin pretender concluir un esquema global, que sería un intento de laboratorio académico, y, por ende, equivocado, nos limitamos a expresar una estrategia de base y su dinámica de expansión.

La maduración del proceso gesta el crecimiento participativo desde la sociedad civil creando un espacio contradictorio, entre ella y la sociedad política, de los viejos paradigmas del poder y la política de exclusión y manipulación, y la vocación y política de emergencia y participación popular.

Esta apreciación y proyecto de democracia participativa, en una estrategia popular y revolucionaria, parte de una visión de las contradicciones del capitalismo y de la transición al socialismo que entiende que se han creado y se crearán nuevas condiciones para la descomposición del capital como relación social en la periferia y en los centros, y una de ellas es, precisamente, la concreción de una nueva estrategia que incremente los volúmenes de demandas sociales y políticas, tareas democráticas territoriales y en la periferia, en un contexto de reestructuración mundial.

En la medida en que el paradigma de protagonismo popular se haga orgánico y se extienda y generalice territorialmente, que los liderazgos de base puedan emerger y que las fuerzas estratégicas revolucionarias, la fuerzas estratégicas territoriales populares y el Centro Barrial o Interbarrial ejerzan una autoridad efectiva, y con la acumulación hegemónica se faculten y tengan la capacidad para conocer en Cabildo Abierto y Cabildo Cerrado a la población territorial, variando la correlación de fuerzas municipales, estaríamos en presencia del proceso político de relevo del sistema político tradicional y de crisis en los polos de acumulación que son responsables de la estrategia de exclusión en la economía, la política y la cultura.

La estrategia de exclusión y la estrategia de participación llevan implícitas determinadas formas de ejercicio del poder y de la resistencia que nadie, por más ingenuo que sea, puede obviar, pero que no es temática concreta o específica del taller; aunque debo afirmar que la derrota, la superación de la estrategia de exclusión y opresión llevan implícito el desplazamiento de la coalición burguesa-burocrática del poder tradicional y el ascenso de la hegemonía popular (que es alianza popular con subordinación y dominio de las clases desplazadas) a las nuevas formas del poder establecidas en el paradigma nuevo No. 3.

CONCLUSIONES

Para el movimiento popular y las organizaciones populares lo prioritario en el actual momento histórico es definir un proyecto histórico centrado en un Sistema Político Popular, para utilizar una caracterización de Albert Soboul en su clásico: La Revolución Francesa: Principios Ideológicos y Protagonistas Colectivos (Ed. Crítica p. 251), caracterizada por la importancia que otorgaba a las organizaciones de base de la vida política: asambleas de sección y a las sociedades populares.

Para ello es prioritario definir la caracterización correcta de la crisis, un cuadro paradigmático contradictorio, y sus implicaciones, y una redefinición de las categorías o mediaciones de participación y protagonismo, lo que contribuiría a especificar una estrategia territorial de participación y representación.

Una estrategia popular territorial se inscribe en las contradicciones de la relación capitalista urbana y, por tanto, parte de un componente contrahegemónico que concibe la construcción del poder barrial y popular como un proceso, que, por tanto, se diferencia radicalmente de los paradigmas de “modernización” que la burguesía y sus instrumentos plantean como relevo a la crisis histórica.

Por ello, la participación democrática sólo se expresa de manera consecuente en una estrategia popular, en la media en que requiere de transformaciones de las relaciones sociales y la cultura política y se expresa en un cumplimiento a fondo de las tareas democrático-burguesas, de manera tal que las tareas socialistas se desarrollen en un contexto general de relación entre lo popular y lo democrático.


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