Por CMI Brasil - traduce un argentino 09/03/2007 às 11:41
La visita de Bush a Brasil está enmarcada en la necesidad de cambios en la política exterior norteamericana.
Esta es la hipótesis que sostiene el Centro de Investigación y Apoyo al Trabajador (CEPAT por sus siglas en portugués) en el análisis de coyuntura que se divulga semanalmente y que está basado en los análisis del Instituto Humanitas Unisinos ? IHU. Si los ojos de Bush estuvieron durante años enfocados casi exclusivamente en Oriente Medio y su petróleo, una agenda marcada por el tema de los llamados bio-combustibles, especialmente el alcohol, daría lugar a una nueva perspectiva.
Es un hecho que los Estados Unidos han alimentado su imagen negativa por no suscribir al Protocolo de Kyoto y que hoy, más que nunca, es imposible ignorar las consecuencias del calentamiento global. Pero una posible alianza Brasil-EEUU para la producción de etanol y otros combustibles, no puede ser vista únicamente como una preocupación ambiental, teniendo en cuenta que la economía norteamericana es responsable de aproximadamente el 25% de la polución del mundo. Tampoco en Brasil parece ser prioritaria la cuestión ambiental. El PAC (Programa de Aceleración del Crecimiento) estima inversiones por 50 billones de reales en Amazonia, sin considerar los impactos o prever obligaciones que garanticen contrapartidas ambientales y sociales.
Probablemente la lectura más adecuada de los intereses de Bush en América Latina involucra el declive de las reservas mundiales de petróleo y el fortalecimiento de Venezuela patrocinado justamente por los petrodólares, tanto como la tentativa de parar el proceso continental que estarían conduciendo los ?gobiernos allá abajo hacia la izquierda?, lo que ?es malo para los EEUU y para la región?, como afirmó el congresista republicano Dan Burton, del subcomité parlamentario para América Latina.
Brasil y los Estados Unidos producen el 72% de etanol del planeta. El BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Social) debe financiar cerca de 10 billones de reales para la instalación de las nuevas unidades de producción. Pero no parece estar considerado en este ?desarrollo social? el hecho de que la principal materia prima del alcohol combustible es la caña de azúcar, cultivo en el que incide gran parte de trabajo esclavo o altamente explotado. La caña también es una gran consumidora de agua, así como el eucalipto, del que también se produce etanol. Según José María Ferraz, investigador de Embrapa, al exportar etanol, Brasil estará exportando también buena parte de su reserva de agua.
Para Vía Campesina, los ?biocombustibles? (que prefieren nombrar ?agro-combustibles?), de la forma en que están siendo instalados, buscan apenas ?mantener el padrón de consumo del primer mundo e las tazas de ganancia de sus empresas?. De esta forma, la visita de Bush está íntimamente ligada con los intereses de las gigantes de las semillas, como Bunge, Cargill o Monsanto, que no están interesadas en la producción de alimentos o en las necesidades de las personas. Un combustible ?limpio? basado en el monocultivo significa después de todo miseria, explotación y destrucción ambiental. ?Podemos producir energía, combustible, a partir de productos agrícolas, pero cultivados de forma sustentable, en pequeñas y medianas dimensiones, que no desequilibren el medio ambiente y que representen una mayor autonomía de los campesinos en el control de la energía y en el abastecimiento de las ciudades?.
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