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La Otra Campaña reiniciará sus recorridos por todo el país

21.03.07

Ocosingo, Chiapas, 19 de marzo.
La hostilidad de grupos políticos ligados a los gobiernos federal, estatal y de diversos municipios oficiales contra los pueblos autónomos zapatistas se ha recrudecido en vísperas de que la otra campaña reinicie sus recorridos por el país. En 2006, el “activismo” paramilitar esperó a que el delegado Zero dejara el territorio chiapaneco. Ahora ocurre antes de la anunciada salida de comandantes zapatistas.

En la región que corresponde al caracol Resistencia hacia un nuevo amanecer, de La Garrucha, las agresiones paramilitares con la intención de arrebatar a los zapatistas las tierras recuperadas en 1994 se desataron en cuanto el delegado Zero dejó Chiapas el 14 de enero. Así, el 17 de enero de 2006, miembros de la Organización para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos (Opddic) ingresaron a los terrenos de la comunidad Nuevo Rosario, cerca de la ciudad de Ocosingo, donde antes estuvo el rancho ganadero El Jaibolito, en el hoy municipio autónomo Francisco Gómez.

Esos campesinos, de filiación priísta, rozaron 400 metros de campo, propiedad del poblado que tiene un área de cinco hectáreas. Prendieron fuego a un corral, levantaron y se llevaron 28 rollos de alambrado, destruyeron el horno colectivo y pintarrajearon la ermita escribiendo: “Si Marcos los tiene completos, que se venga”. Al campesino Alonso Rodríguez lo obligaron a firmar que dejaría de ser zapatista y lo golpearon.

A José Rodríguez lo amarraron y obligaron a cargar dos rollos del alambre robado hasta Nueva Jerusalén. Cuando su esposa intentó defenderlo fue golpeada por los agresores. El 18 de enero José Rodríguez fue dejado en libertad con amenazas: “no va a quedar en paz, tenemos que sacarlos a la fuerza”. En junio, los de Opddic regresaron, cortaron las alambradas y metieron su ganado en las milpas hasta acabar con ellas.

El 20 de febrero de 2007 introdujeron nuevamente ganado en las milpas zapatistas y las destruyeron por completo. Además, destrozaron 300 plantas de café, y con tres motosierras tumbaron árboles de pino. Unas 140 personas se llevaron la madera. Según reportaron defensores de derechos humanos de San Cristóbal de las Casas, este 22 de febrero los priístas regresaron “para acabar de rozar el monte”. Cuando llegaron los zapatistas, “ya se habían ido”.

Las bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de Nuevo Rosario indicaron que los atacantes provenían del poblado Jaibolito y de Jerusalén, ejido Cuxuljá. Unos eran miembros de Opddic, y otros de la Organización Regional de Cafeticultores Autónomos de Ocosingo (Orcao). Poco después acudió a Nuevo Rosario José Pérez Gómez, dirigente de Orcao y regidor de Ocosingo, y aseguró a los autónomos que las acciones de sus miembros eran “reprobables” y que los expulsarían. A la fecha no consta que así haya ocurrido.

Otra agresión, aún más grave, se desató el 14 de julio de 2006, cuando unos 60 hombres armados, perteneciente a la Unión Regional Campesina Indígena (Urci, una de las escisiones del grupo paramilitar Paz y Justicia) atacaron la comunidad Emiliano Zapata, de municipio autónomo Ricardo Flores Magón. De acuerdo con la versión de los zapatistas, ese día fueron desplazadas varias familias zapatistas por personas que disparaban al aire. Los indígenas dejaron atrás 16 hectáreas de milpa, numerosos animales, maíz y frijol en la troje, ropas y otras pertenencias. Los agresores permanecieron en el poblado, desbarataron tablas y láminas, y luego vendieron los animales. Instalaron retenes armados y no permitieron el paso a nadie.

En febrero de 2007, los zapatistas recuperaron sus tierras. En una casa se alojaron 45 personas, y se hicieron cargo de algunas parcelas. El 26 de febrero, miembros de Urci llegaron disparando al aire con armas calibre 38 y 22. El primero de marzo invadieron los campos.

A partir de entonces, los miembros de Urci que se han posesionado de las tierras recuperadas en Emiliano Zapata portan armas, operan con radios de comunicación, practican “revisiones” a los transeúntes y están uniformados de color verde, “igual que el Ejército federal, pero sin insignias”.

De acuerdo con los pobladores, el grupo de civiles armados es dirigido por Julio César Pérez, originario del municipio oficial Tumbalá, y el delegado regional de Urci, Francisco López Méndez (del Ejido Egipto, municipio oficial Salto de Agua). También se han identificado entre ellos a personas de La Palma Tulijá.


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