x Frank Parada
La Haine
Los Consejos Comunales podrían convertirse en un tiempo no muy lejano en instancias reales de poder, como lo propone Chávez; no obstante, ya sabemos que el viejo estado se defenderá de que esto se concrete. De hecho, ya nos ha ocurrido con funcionarios de Estado que han pretendido suspender algunas de nuestras Asambleas para imponer el criterio de tal o cual Director de la Institución
A lo largo de los últimos meses del año 2006 estuvimos muy ocupados en lo concerniente a la conformación del Consejo Comunal de la comunidad donde habitamos, en el sector El Progreso de Carapita de la Parroquia [barrio] Antímano de Caracas, Venezuela. Ha sido un proceso lleno de muchas particularidades que nos ha alimentado de una vasta experiencia en cuanto a los saldos organizativos que el mismo genera; son incontables.
Para hablar de los Consejos Comunales, es necesario decir aquí que esta política se inserta en el Quinto Motor que propone el presidente Chávez como Explosión del Poder Comunal. Hace ubnos días, en unas declaraciones a los medios de comunicación, el Vicepresidente Jorge Rodríguez dijo que los Consejos Comunales deben prepararse para gobernar. Ahora, desde nuestro punto de vista, para materializar en la realidad, los argumentos, tanto de Chávez como los del Vicepresidente debemos tomar en cuenta algunas consideraciones.
Es cierto que la política de los Consejos Comunales tuvo su comienzo oficial, con la aprobación de la ley y su promulgación en Gaceta Oficial el 10 de abril de 2006, aunque para ese momento ya existían muchos Consejos Comunales conformados a lo ancho y largo de Venezuela, debido a que se había hecho público un Anteproyecto de Ley de los Consejos Comunales que se había entregado en la misma Asamblea Nacional. Somos testigos directos de que al Sur del país, en una ciudad llamada Upata, para el momento de aprobación de la ley nombrada, ya existían más de 40 Consejos Comunales en un Municipio de 120000 habitantes, que posteriormente a la aprobación de dicha ley, debieron reestructurarse para acoplarse a ella.
Al mismo momento de lo que pasaba en Upata, en nuestro propio caso, en Caracas y en muchas otras Parroquias de esta ciudad, apenas se hacían las primeras reuniones para conformar la Comisión Promotora que debe convocar las Asambleas de Ciudadanos y Ciudadanas que van dándole vida al Consejo Comunal de determinada área que se delimita por una cantidad de entre 200 ó 400 familias según propone la ley y según el sentido de pertenencia de los habitantes de determinado sector en las áreas Urbanas. Lo cual hace que cada Consejo Comunal tenga sus propias particularidades. Tanto así, que la ley propone que para conformar un Consejo de un área rural, se debe partir de un mínimo de 20 familias por lo grande de las distancias que las separan y, en el caso de Consejos Comunales de las comunidades indígenas, se hace a partir de 10 familias, la propia ley señala en su artículo 4· Nº 1 “… La base poblacional será decidida por la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas de acuerdo con las particularidades de cada comunidad”.
Para entender estas particularidades de cada comunidad, nuestra experiencia nos dice que se delimitan por un censo poblacional que la Comisión Promotora debe hacer como una de sus funciones. Así, nuestro Consejo Comunal asumió como nombre el mismo de la calle que les dieron los fundadores a nuestro sector, “El Progreso”, y el censo poblacional arrojo que en los linderos de esta calle viven 280 familias que en un aproximado de 5 personas por cada una de estas familias nos da un total de unas 1400 personas, es decir, nuestro Consejo Comunal El Progreso de Carapita costa de unas 1400 personas.
Comparando la experiencias de Upata con la de Caracas, podemos ver que la conformación de estos Consejos Comunales del interior del país tenían un auge mucho mayor, más dinámico y acelerado, esto puede justificarse simplemente porque al ser Venezuela un país, por tradición centralista, muchas de las políticas e instituciones del Gobierno se concentran en la Capital, pero con los Consejos Comunales ocurre lo contrario; en el interior del país su desarrollo ha sido más vertiginoso, no sólo por estas circunstancias descritas, sino también porque las necesidades en muchas de estas poblaciones alejadas de la Capital son más difíciles de cubrir. Un camarada de nuestro movimiento, que vive en Upata y trabaja con la Alcaldía del Municipio Piar, nos invitó a la conformación de uno de estos Consejos y era increíble para nosotros presenciar que en una sola asamblea se podía, si se decidía allí, conformar el Consejo Comunal. Esto era impensable en nuestra realidad de Caracas. Aquí el proceso llevaba más tiempo y era más burocrático.
El Consejo Comunal de nuestro sector, tardo 9 meses para estructurarse, no por culpa nuestra sino porque debíamos regirnos fielmente a la ley, la cual, en muchos aspectos, esta muy alejada de las dinámicas sociales de cada sector al proponer un excesivo asambleismo y trámites burocráticos para su legalización, lo que se nos hacia lento y difícil de cumplir porque, al ser un trabajo Ad honorem, nadie nos paga y es totalmente voluntario. No obstante, en nuestro caso, los beneficios en el sector se comienzan a sentir y ya las asambleas sobrepasan de 100 personas, en una comunidad que no estaba acostumbrada a participar en las decisiones que le competen, pero que nosotros paulatinamente hemos procurado romper con esas viejas prácticas, es decir, cada cosa que se consigue para la comunidad se hace público en asamblea y es la propia comunidad la que decide. Nosotros sólo somos Voceros de ella. Esta política, nos ha traído mucho reconocimiento a lo interno de nuestro sector pero ha hecho, como se dice aquí, mucho ruido en algunos Consejos Comunales vecinos.
Hemos leído con detenimiento el artículo de Margarita López Maya sobre los Consejos Comunales y la forma que ella describe acerca de la gran dependencia de estos del Estado. En este punto podríamos decir que el nuestro, en particular, no depende del Estado sino de la comunidad, aunque, en cuanto a recursos, si mucha gente critica que se les ha dado a los Consejos un sentido netamente economicista, los invitamos a reflexionar, que un sentido economicista tienen algunas Alcaldías, Gobernaciones, o juntas parroquiales como expresión del viejo Estado, ya que se han dado a la tarea, entre otras que tienen, de conformar Consejos comunales o financiar los ya conformados, pero sabemos que la política no es lineal, y a su vez existe la dinámica de conformación de los Consejos Comunales surgida a través de la genuina expresión de las comunidades, lo que pone en alerta a muchos representantes y defensores del viejo Estado burocrático, ineficiente y representativo que tanto critica Chávez; por otro lado, sabemos de representantes de Instituciones que mantienen una política coherente y acorde con el proceso revolucionario de modo de ser responsables con respecto a la información respectiva a la conformación de Consejos Comunales, lo que les da a estos total autonomía de la misma Institución, es decir, no es un proceso unilateral sino con muchas variantes, de eso también somos testigos.
Es muy fácil decir que dependen en todo del Ejecutivo, pero difícil es decir, que nosotros desde nuestras comunidades organizadas tenemos los mismos derechos de aprovechar nuestros recursos y manejarlos, lo que genera saldos organizativos y de participación, y no solo en sentido economicista porque hemos procurado ejercer contraloría social sobre otros programas en la comunidad y esto funciona. Hemos reestructurado el Comité de tierras, el de Salud, vendrán talleres literarios en una población de aproximadamente 1400 personas, que conforman nuestro Consejo, hemos indagado en los orígenes históricos de nuestra comunidad, y ya hasta nos han visitado personas de Inglaterra, Corea, Argentina, Grecia, Turquía, Alemania y otros países. Lo cual nos dice que si esto no es un embrión de poder popular, sin sentido economicista, pedimos por favor que se nos venga a explicar qué lo es.
Cuando Chávez dice que la única forma de acabar con la pobreza es darle poder al pueblo, cualquier persona con sentido común sabe que lo que dice el presidente en el fondo se traduce en recursos. Cómo vamos a avanzar en un socialismo del siglo que sea si nosotros mismos estamos acostumbrados a que otros decidan, es decir, manejen la plata por nosotros. En última instancia el asunto del poder se trasluce en quien maneja las fuentes de recursos. Si los Consejos Comunales comienzan a ser expresión de la voluntad de una comunidad para manejar sus propios recursos en sentido equitativo, humano, igualitario, y eso si, en asamblea, pues bienvenidos sean, aunque en las primeras de cambio alguno dependan en todo del ejecutivo, pero otros no. Somos prueba de que no dependemos y no somos los únicos.
En pocos días estaremos organizando en el consejo Comunal El Progreso de Carapita las primeras discusiones sobre Socialismo y Poder Comunal. De hecho acabamos de leer este domingo una propuesta del Ministerio del Poder Popular para La Participación y el Desarrollo Social de organizar grupos de estudio dentro de los Consejos para la formación política. Esta idea la defendemos con todas nuestras fuerzas puesto que ya lo estamos haciendo en nuestro Consejo. Ahora, que se haga a nivel Nacional en todos los demás, contando con los recursos del Ministerio, seria absurdo no apoyar esta propuesta.
Es importante recalcar que cuando hablamos de “nuestro Consejo”, se utiliza esta expresión sobre la base del criterio de que aunque se nos eligió en Asamblea de Ciudadanos para ser Voceros del Consejo Comunal, no representantes de este; la instancia que decide la política de la comunidad, es la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas. Nosotros solo facilitamos el espacio, las condiciones para que se genere. Las dinámicas de estos meses nos han dicho que los días sábados en las tardes, son el mejor momento para hacer las asambleas. Este sábado, por ejemplo, se celebra el Carnaval en el país, y se ha hecho una práctica en sectores de la población Caraqueña y de otros Estados, que estamos evaluando como acabar, echar agua a la gente o huevos; por esto no hicimos Asamblea el día sábado. Personas de la comunidad vinieron a nuestras casas a pedir Asamblea, es decir, si la comunidad se siente involucrada, asume como suyo el Consejo, lo que evita que sea secuestrado por grupos de intereses, incluso por nosotros si esta fuera nuestra intención.
Estas tareas no son fáciles pero tampoco imposibles, hay una efervescencia y apetito de participación en las decisiones que le competen en su vida diaria a la comunidad. Y aunque sea un trabajo ad honorem, cada día que pasa y por la forma en que hemos venido trabajando, llegan personas a ofrecerse para participar mas activamente en la organización de las políticas. Lo que nos demuestra que como ensayo, Los Consejos Comunales podrían convertirse en un tiempo no muy lejano en instancias reales de poder, como lo propone Chávez y Jorge Rodríguez; no obstante, ya sabemos que el viejo estado se defenderá de que esto se concrete, de hecho, ya nos ha ocurrido con funcionarios de Estado que han pretendido suspender algunas de nuestras Asambleas para imponer el criterio de tal o cual Director de la Institución. Aún así, nuestra idea principal, se basa netamente en aplicar la Ley de los Consejos Comunales y la propia Constitución, por lo cual es la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas quien decide las políticas idóneas para resolver nuestros problemas, no será ningún funcionario de ninguna institución. Este proceso esta generando que la correlación de fuerzas entre las comunidades y los burócratas comienza a girar en torno a las primeras.
Caracas, 20 de febrero de 2007 MOVIMIENTO IDEOLÓGICO CULTURAL ANTIIMPERIALISTA.