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Miles de manifestantes exigen renuncia de gobernador de Neuquén

10.04.07

Miles de manifestantes reclamaron la renuncia de Sobisch en Neuquén

Miles de manifestantes se concentraron frente a la Casa de Gobierno. “Si el gobernador se dice responsable y tanto le duele que un maestro haya muerto, su deber moral es irse”, reclamó la viuda de Fuentealba. El mandatario estuvo en su residencia.

En un clima que mezcló la tensión con la bronca y el dolor, decenas de miles de docentes y militantes de organizaciones sociales de Neuquén se manifestaron hoy frente a la Casa de Gobierno provincial para repudiar la represión policial que terminó con la muerte de Carlos Fuentealba y reclamar la renuncia del gobernador Jorge Sobisch.
Por decisión del gobernador, la movilización hasta la sede del Ejecutivo, que partió esta mañana desde el monumento General San Martín del centro provincial, se realizó sin la presencia de policías.
“Debe renunciar”. La parte más emotiva del acto llegó con las palabras de la viuda de Fuentealba, Sandra Rodríguez.
“Exijo que el culpable que jaló el gatillo sea enjuiciado”, comenzó la mujer en alusión a Darío Poblete, el cabo primero que está detenido sospechado de haber sido quien disparó una granada de gas lacrimógeno contra la nuca de Fuentealba a pocos metros de distancia del auto en el que viajaba el docente el miércoles pasado tras participar de un intento de corte de ruta en la localidad de Arroyito.
Enseguida, llegó el duro embate contra Sobisch. “Los que ejecutaron las órdenes también son responsables. Al señor gobernador, como le dicen algunos, que dio la orden quiero decirle que la orden fue como jalar el gatillo. Si es responsable como dijo, y si le duele tanto que mi Carlos el maestro haya muerto, su deber moral es renunciar”, dijo a los gritos y quebrada por el llanto.
“Fusilaron a mi Carlos y con él a toda mi familia. Carlos fue un hombre de principios. Por eso nosotros debemos seguir viviendo para hacer Justicia para que algo cambie en este mundo que él creía que debía ser más equitativo y más digno”, fue otro de los pasajes más emotivos de su mensaje.
Antes de quedar definitivamente sumida en el llanto, la mujer de Fuentealba aseguró que su marido le enseñó “a no bajar los brazos”.
“No los estoy bajando. Hasta siempre”, gritó elevando su mirada al cielo. Los aplausos rompieron el silencio en el que la multitud escuchaba sus palabras.
De la marcha, en la que se vio al obispo local Marcelo Melani, que ayer se convirtió en una especie de mediador entre los docentes en conflicto, participan alrededor de 20.000 mil personas.
También estuvieron el padre y la hermana de Teresa Rodríguez, una empleada doméstica que fue víctima de la represión policial y murió durante una marcha de docentes en la Semana Santa de 1997.

Carpas
Frente a la Casa de Gobierno los docentes tienen previsto instalar alrededor de 70 carpas donde prometieron quedarse hasta que sus reclamos por el crimen de Fuentealba sean escuchados por el gobierno. También pretenden destrabar el conflicto salarial, aunque frente a la muerte del maestro las exigencias de aumentos en el básico quedaron en un segundo plano.
“Vamos a quedarnos hasta recibir alguna respuesta del gobernador”, señaló la vocera de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN), Priscila Otón. Tal como ayer había pedido ATEN, principal promotor de la marcha, la concentración frente a la Casa de Gobierno fue pacífica. Para ello el gremio había organizado un grupo encargado de la seguridad propio compuesto por 400 personas.

Sobisch siguió la marcha desde su residencia

Por su parte, Sobisch siguió desde su residencia, en las afueras de la ciudad capital, los actos principales de la marcha de repudio por la muerte del docente Carlos Fuentealba y se espera que mañana anuncie cambios en su gabinete a raíz de este hecho.
Sobisch estuvo acompañado por su familia, su mujer y sus hijos, por algunos de sus ministros y sus asesores de prensa mientras transcurría la marcha que se inició en el Monumento al general San Martín y terminó frente a la sede de gobierno local.
Las ventanas y puertas de la casa de Gobierno de Neuquén amanecieron hoy pintadas de negro, en representación del luto de la comunidad docente de la provincia.
Alli también se escribieron fuerte leyendas contra Sobisch, a quien además de reponsabilizarlo por la muerte de Fuentealba se le reclama su renuncia.
Otros de los hechos que generó mucha indignación en los docentes y dirigentes que apoyaron esta marcha fueron las declaraciones del gobernador en varios medios periodísticos en las que repartió culpas por los hechos ocurridos y anunció que no pensaba “dar un paso al costado”.
Este lunes, en cambio, Sobisch y sus principales funcionarios se mantuvieron en silencio, mientras se espera que para mañana anuncie cambios en el gabinete provincial.
Sobisch seguramente anunciará remoción de su ministra de Seguridad y Trabajo, Susana Arévalo, quien hasta hoy se encontraba fuera del país y de la cúpula policial encabezada por Carlos Salazar.
También podría ordenar el reemplazo del ministro de Educación, Alfredo Estévez, que a su vez está a cargo de la cartera de Obras Públicas, y algunas versiones indican que podría ser alcanzado el ministro jefe de Gabinete, Jorge Lara.
Además del reclamo de Justicia, los docentes de Neuquén decidieron realizar un acampe frente a la sede del gobierno local por “tiempo indeterminado”.


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