Clajadep :: Red de divulgación e intercambios sobre autonomía y poder popular

Imprimir

Análisis del plebiscito ecuatoriano

16.04.07

De manera tajante la población ecuatoriana aprobó con casi un 80% de los votos la convocatoria a la Asamblea Constituyente, lo que no es más que una expresión de la insatisfacción hacia las instituciones y a la economía neoliberal, insatisfacción que recorre el continente y el planeta como un fantasma. Sería interesante que todos los gobiernos hicieran su constituyente, a ver como les va, pero tenemos la duda de que muchos quieran arriesgarse.

Siendo el voto de los 9 millones de electores una obligación sancionada por ley, un 25% de ellos optó por no presentarse, con lo que estamos hablando de dos millones de ausentes, lo que sumado al más de 11% de votos blancos y nulos, hacen una nada despreciable cantidad de gente que de tan insatisfecha decidió pegar una patada en la mesa.

Correa es el salvador de la patria, los militares deben estar felices, pues parte importante de la sociedad ecuatoriana está siendo envuelta en la propia institucionalidad que rechaza. Tal parece que hubieran conseguido el apoyo profesional de Mandrake el mago. Las asambleas constituyentes están resultando en espacios alternativos de resolución de conflictos y adecuaciones sistémicas para evitar las explosiones sociales, canalizando a la sociedad hacia una olímpica vuelta al redil. El plan de las clases dominantes de hacer un gobierno “izquierdista” con Gutiérrez había fracasado estrepitosamente, por lo que hacía falta encontrar en plazos cortos una salida que desinflara la creciente incorporación de sectores sociales a las protestas que se caracterizaban por derrocar un gobierno tras el otro. Gutiérrez tuvo el acierto de dividir y debilitar las organizaciones indígenas y ahora el paso superior de llegar a la constituyente de la mano de un gobernante “progresista” se transforma en una victoria de la nueva estrategia contrainsurgente, la de la mano del gato izquierdista que saca para el capital las castañas del fuego de la insatisfacción social.

Para dar más visos de credibilidad, Correa rompe con el FMI y expulsa al representante del Banco Mundial, lo que causará el golpe de efecto de que en realidad se trata de una “ruptura” y estamos ante un gobernante que sabrá lidiar con los poderosos. Ni Superman lo habría hecho mejor. Correa está exultante, no cabe en la ropa que usa (escuche sus primeras declaraciones en http://www.confirmado.net/index.php?act=det_noticia&no_codigo=3881&cn_codigo=2&es_codigo=1).

La CONAIE, la poderosa organización indígena ecuatoriana, quedó como gato escaldado después de la experiencia de apoyo a Gutiérrez y de manera muy hábil optó por llevar candidatura propia a las elecciones presidenciales que ganó Correa, con lo que mantiene -ahora si- su autonomía respecto al poder ejecutivo. Previniendo eventuales nuevas traiciones, dedicó ingentes esfuerzos a constituir el Frente Nacional Somos Poder Constituyente con otras organizaciones y emitieron un comunicado el 14 de marzo (http://www.conaie.org/es/di_co_noticias/nn070314.html) donde, entre otras cosas, dicen : “pero también exigimos que el gobierno de Rafael Correa cumpla con sus compromisos electorales de construir una nueva patria, que resuelva los problemas de trabajo, producción, salud, vivienda, educación; garantizar los derechos colectivos de pueblos indígenas, la salida de la Base de Manta y no al Plan Colombia”, con lo que separan aguas claramente y deslindan responsabilidades de lo que pueda ser un nuevo fracaso o un gobierno anti-popular tipo Lula.

Es decir, ya no se trata de una relación y un compromiso con el ejecutivo en los términos tan subordinados que había hecho con Gutiérrez, ahora la CONAIE cae en la trampa número 2, de la institución “poder ejecutivo” pasa a la institución “poder constituyente”, donde se enredarán en el circo junto a la aplanadora gubernamental que hemos visto en Bolivia.

Para resumir:

Correa no ha ganado el plebiscito, que ha sido más bien la protesta social contra las instituciones y el modelo.
La intención es sustituir el parlamento con la institución “Asamblea Constituyente” donde las clases dominantes y los representantes de los dominados puedan dirimir sus desavenencias.
La CONAIE corre el riesgo de transformarse en la oposición dentro del sistema, es decir una pata afuera y una pata adentro, como el MST de Brasil o los troskistas de la UNT en Venezuela.

Nosotros tenemos confianza en la CONAIE, en especial porque se apoya en las comunidades, cuya autonomía ha dado suficientes muestras de que en Ecuador no podrá haber partido único.

Tal vez la alternativa popular esté en aprender de la experiencia de la Coordinadora del Agua de Cochabamba, Bolivia, que junto a otras organizaciones sociales y territoriales constituyeron la poderosa Coordinadora del Gas que invierte sus esfuerzos en desarrollar la autonomía de las localidades sin atacar al gobierno Evo, pero tampoco cayendo en la subordinación como hacen el MST brasileño y la UNT venezolana.

Abrazos
Profesor J
Clajadep


https://clajadep.lahaine.org