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El nuevo partido independentista vasco no era tan nuevo

10.05.07

08.05.07
ANV en la historia de la resistencia vasca

x Antonio J. Torres - La Haine

Es falso, rotundamente falso, que Acción Nacionalista Vasca (ANV) o Eusko Abertzale Ekintza (EAE) se fundase en 1977 y que desde entonces no haya tenido actividad, como ha declarado públicamente el dirigente neofranquista del PP Ángel Acebes.
Todo vale, hasta las mentiras más claras y evidentes contra la lucha del pueblo vasco, todo vale para acabar con el principal foco de resistencia que la oligarquía imperialista española tiene que enfrentar para llevar a cabo su proyecto histórico opresivo de “Una, Grande, y Libre” contra los pueblos y los trabajadores del Estado español, proyecto en el que el PP y el PSOE coinciden, a pesar de los matices, fricciones y enfrentamientos.

ANV es un partido con historia, con una larga tradición de lucha que se remonta a casi 77 años de existencia, y los neofranquistas del PP lo saben perfectamente, ya que mientras gobernaba Aznar, ANV recibió, según la agencia de noticias Europa Press, aproximadamente 700000 euros como indemnizaciones por las incautaciones de bienes del partido realizadas en el franquismo.

Por tanto es interesante y de justicia hacer un breve repaso por la historia de este partido para hacer el más mínimo y honrado honor a la verdad.

El nacionalismo vasco a principios del siglo XX

Tras la muerte del fundador del PNV, Sabino Arana Goiri, en 1903, dos posturas se irían configurando en el seno del partido: una, encabezada por grandes hombres de negocios, como el poderoso industrial naviero fundador de los astilleros Euskalduna, Ramón de la Sota, o Engracio de Aranzadi “Kizkitza”, que pretenderán moderar el lenguaje nacionalista radical de Sabino, haciéndolo admisible a los círculos de poder bilbaínos y sobre todo madrileños, reconduciéndolo hacia un foralismo de nuevo tipo; la otra, encabezada entre otros por Luis Arana Goiri, hermano de Sabino que sería expulsado del partido, y por el jóven Elías Gallastegi “Gudari”, entre otros, eran defensores de la ortodoxia “sabiniana” y del nacionalismo radical abiertamente independentista, apoyados en las juventudes del partido, la Eusko Gastedija-Juventud Vasca, y que con el tiempo se agruparían en torno al periódico “Aberri”.

Los enfrentamientos entre ambos sectores se recrudecen y se hacen visibles por ejemplo en 1916, cuando el sector de la Sota y “Kizkitza” condenan desde el periódico “Euzkadi” la sublevación independentista irlandesa de Pascua, dando por buena la cruel represión británica, mientras que los jóvenes del partido apoyaron la sublevación con entusiasmo y condenaron enérgicamente la brutal represión británica contra las ansias de libertad del pueblo irlandés. En ese mismo año, 1916, el Partido Nacionalista Vasco cambiaría su nombre por el de Comunión Nacionalista Vasca, este hecho provocó el nacimiento del grupo “Aberri ta Askatasuna”, caracterizado por la laicidad, frente al confesionalismo católico tradicional del nacionalismo vasco, y orientado socialmente hacia la izquierda, la duración de “Aberri ta Askatasuna” fue breve en el tiempo y generalmente se la suele considerar como la antecesora de lo que más tarde sería Acción Nacionalista Vasca.

El punto álgido de los enfrentamientos entre los diversos sectores del nacionalismo tendría lugar en 1921, cuando numerosos miembros de la Comunión y de las juventudes son expulsados, fundando el “nuevo” Partido Nacionalista Vasco, éstos incluso desarrollarían cierta sensibilidad social, claro ejemplo de ello sería el apoyo y la solidaridad de “Gudari” hacia los comunistas bilbaínos atacados por la policía y la Guardia Civil en el verano de 1923, en el que resultó muerto el militante comunista Eduardo Núñez, y que provocó una reflexión en torno al hecho de las clases sociales, y un fuerte enfrentamiento dialéctico en el seno del nacionalismo vasco de entonces. Fruto de todo ello, un antiguo miembro de la Eusko Gastedija-Juventud Vasca, Jesús Larrañaga, asistiría pero ya en calidad de reconocido y prestigioso dirigente comunista, representando a la Federación Local de Obreros de San Sebastián, al Congreso de la Eusko Gastedija-Juventud Vasca, también en 1923, ya que los comunistas vascos del PCE de entonces, puesto que el EPK no se crearía hasta 1935, se habían declarado partidarios del “derecho de Vasconia a su independencia”. Nacionalistas vascos y comunistas, junto con los anarcosindicalistas de la CNT, coincidirían también en su rechazo a la guerra de agresión colonialista española contra Marruecos.

Nace ANV

El 16 de noviembre de 1930, la Comunión Nacionalista por el denominado Pacto de Bergara abandona sus siglas y decidirse integrarse en el PNV, quedando así este partido definitivamente constituido. Este proceso de unificación provocaría a su vez el rechazo de un sector del nacionalismo vasco que volverían a rechazar el confesionalismo tradicionalista del PNV heredado de Sabino, y su escasa sensibilidad social. Durante ese proceso de unificación antes aludido, este sector ya había propuesto modificar la ideología nacionalista, en un sentido democrático y aconfesional, pero fracasaron, incluso se les prohibió tomar la palabra, así, este sector decidió organizarse fuera del PNV, creando un partido propio, sería el nacimiento de Acción Nacionalista Vasca (ANV) o Eusko Abertzale Ekintza (EAE). Entre sus fundadores se encontraron José Ignacio y José Domingo Arana, Anacleto Ortueta, Luis Urrengoechea, Juan Carlos Basterra, Luis Areitioaurtena, José Olivares Larrondo y Andrés Perea, entre otros.

Las notas características de ANV en sus comienzos, en el denominado “Manifiesto de San Andrés”, fueron:

· Republicanismo, lo que llevó al partido un año siguiente, en 1931, a formar parte de lo que se conoció como la conjunción republicano-socialista, en colaboración con la izquierda moderada y el republicanismo español. Años más tarde, ANV formaría parte del Frente Popular junto al PSOE, el PCE-EPK e Izquierda Republicana.

· Concepción gradualista de la independencia, frente a concepciones maximalistas e intransigentes. Rechazo pleno a la restauración foral y aceptación del autonomismo republicano como paso hacia la constitución de un Estado vasco independiente.

· Unitarismo intra vasco, frente a la concepción pseudo confederalista del PNV.

· Laicismo, pero sin llegar al anticlericalismo.

· Moderado izquierdismo, que en junio de 1936 acabaría radicalizándose hacia posturas claramente socialistas y anticapitalistas pero nunca marxistas.

· Apertura hacia la inmigración y rechazo claro y explicito del racismo sabiniano y la pureza de sangre.

En definitiva, frente al tradicional lema del nacionalismo vasco de “Jaungoikoa eta Lege Zaharra” (“Dios y Ley Antigua”), ANV opondrá el de “Aberri ta Askatasuna” (“Patria y Libertad”), o como los propios militantes de ANV dirían: “Patria libre con hombres libres”.

La expansión de ANV fue muy lenta y nunca pasó de ser un partido minoritario, ligado sobre todo a la pequeña burguesía urbana, que no puso en cuestión la hegemonía del nacionalismo representado por el PNV. De hecho, ANV logró sus mayores cotas de poder cuando se presentó a las elecciones con otras fuerzas de izquierda: en la conjunción republicano-socialista de 1931 (con la que obtuvo bastantes concejales, sobre todo en Bilbao) y en el Frente Popular en 1936, aunque no llegó a conseguir ni un solo diputado a Cortes en todo el período republicano. Sin embargo, ANV adelantó en parte la táctica política, autonomista y de cooperación con la izquierda española, que el PNV adoptaría en la etapa final de la República. Más tarde, con la formación del primer Gobierno vasco, el militante de ANV, Gonzalo Nárdiz, formaría parte del mismo como Consejero de Agricultura, mientras otro militante del partido, Tomás Bilbao, sería Ministro sin cartera del Gobierno republicano de Negrín. Durante el exilio, ANV mantuvo sin interrupción a Nárdiz en el Gobierno vasco, presidido sucesivamente por Agirre y Leizaola.
En la Guerra Civil de 1936 a 1939, ANV, a pesar de ser un partido minoritario, desplegó un enorme esfuerzo militar formando 4 batallones. Los gudaris de ANV junto a los de la CNT protagonizaron una lucha heroica en las campas de Albertia, donde finalmente salieron derrotados por las tropas fascistas mejor equipadas y pertrechadas, 290 gudaris fueron vilmente asesinados de un tiro en la nuca por los fascistas cuando fueron hechos prisioneros. También, los gudaris de ANV se destacaron en la defensa de Irún, siendo conocidos como los “Dragones de Guipúzcoa”. Cuando Euskadi cayó, los combatientes de ANV siguieron la lucha en Asturias, y más tarde en Catalunya y Valencia, hasta el final de la Guerra. Guadaris de ANV combatieron al fascismo y al nazismo durante la Segunda Guerra Mundial, concretamente en la liberación de Francia de la ocupación nazi, agrupándose en el llamado “Batallón Gernika”, que entró en París el día de Liberación desfilando con una ikurriña y la bandera del partido, sorprendiendo y causando la admiración del mismísimo General Charles De Gaulle.

Sin embargo, ANV no se destacó especialmente en la lucha antifranquista, en los 50 del siglo pasado, una nueva generación de abertzales volvían a distinguirse y a separarse del nacionalismo tradicional vasco representado por el PNV, se harían llamar en un principio “Ekin”, y años más tarde, Euskadi Ta Askatasuna (ETA), una organización cuyos inicios estuvieron en una respuesta nacionalista radical e independentista al inmovilismo del PNV y que con el tiempo se fue nutriendo de las aportaciones revolucionarias antiimperialistas de los procesos de liberación del Tercer Mundo, en concreto de Viet Nam, Cuba y Argelia, y de las aportaciones marxista revolucionaria o marxista-leninista, entre otras ideologías revolucionarias, según los casos.

De la Transición a la actualidad

El 14 de abril de 1977 se legalizan las históricas siglas Acción Nacionalista Vasca-Eusko Abertzale Ekintza (ANV-EAE). Frente a las posturas de ETA (m), KAS, y los partidos LAIA y EHAS (posteriormente HASI) que propugnaban la abstención hasta que no se consiguiese la amnistía total, ANV decidía acudir a las elecciones del 15 de junio de ese año, pero cosecharía unos pobres resultados en las provincias vascongadas, donde se había presentado en solitario, y en Navarra donde se presentó junto al PNV y a ESB. Por otro lado, el partido EIA, vinculado a ETA (pm) y el MC-EMK suscribían un pacto por el que nacía la coalición Euskadiko Ezkerra (EE), consiguiendo un diputado, Francisco Letamendía “Ortzi”, y un senador, Juan Mari Bandrés, por la circunscripción de Gipuzkoa.

Estos resultados electorales llevaron a ANV a la búsqueda de alianzas políticas, así, el partido empezó a participar en la denominada “Mesa de Alsasua”, junto a los partidos LAIA, HASI, y ESB, dando lugar en 1978 a la creación de Herri Batasuna (HB). Por tanto, ANV desde entonces formaría parte de HB, pero con personalidad propia e independiente. En ese mismo año, 1978, ANV y ESB se fusionan dando lugar a la creación el partido Euskal Sozialista Ekintza (ESE), de vida muy efímera. En 1979, HB conseguía sus primeros y sonados éxitos electorales lo que provocó a niveles internos una dura pugna entre los diferentes partidos, con la organización alegal KAS que en principio participaba en HB a través del partido HASI y de numerosos independientes, como elemento detonador de muchos de esos enfrentamientos. Así, en 1980, LAIA y ESB abandonarían HB intentando arrastrar infructuosamente a ANV, ya que en el V Congreso del partido saldrían triunfantes las posturas pro KAS y a favor de la permanencia en HB, que quedaba reducida así a una coalición entre HASI y ANV con la participación de numerosos independientes, vinculados o no a KAS.

Aunque ANV sólo elegía un miembro de los 24 que componían la Mesa Nacional de HB, sin embargo la importancia de ANV residía en su condición de partido histórico de izquierdas y abertzale, que se enfrentó al fascismo de 1936 a 1939.

En el 2001, ANV se mantuvo al margen del proceso político que dio lugar a la creación de la organización Batasuna, por tanto, aunque ANV sí formó parte de HB, nunca tuvo nada que ver con Batasuna, y ni mucho menos formó parte de sus estructuras organizativas.

ANV y la “democracia a la española”

En estos días, Antxon Gómez, Secretario General de ANV criticaba que el PSOE de Zapatero, el mismo partido que junto a ANV formó parte del Frente Popular para combatir el fascismo, se comportara de forma fascista pretendiendo ilegalizar el partido, a través de las impugnaciones de determinadas listas, Gómez añadía que todo ello suponía “un sabotaje masivo al derecho de sufragio universal y al derecho de la libre propagación de las ideas. Derecho por el que miles de abertzales y republicanos dieron la vida luchando contra el franquismo”. No se podía expresar mejor todo lo que está ocurriendo en torno a la presentación de determinadas listas en Euskal Herria, ya que no podemos olvidar a su vez que todas las listas con la denominación genérica de “abertzale sozialista” han sido impugnadas, siendo el origen de todas esas actuaciones la denominada “Ley de Partidos”, un arma afilada destinada a acabar de forma legal y presuntamente democrática con las opciones políticas que entorpezcan el dominio de la oligarquía imperialista española.

Nos hablan continuamente de “listas contaminadas” pero si de contaminación hablamos, los mismos medios de comunicación que están vapuleando a este histórico partido y pretenden mantener en la ilegalidad cualquier expresión política de la izquierda abertzale, nos han informado de numerosas listas tanto del PSOE como del PP integradas por sospechosos e investigados por diferentes delitos de corrupción. Si de contaminación hablamos, ¿por qué no se investiga la participación de la Junta de Andalucía y del PSOE andaluz en las diferentes tramas de corrupción en Marbella? Y no digamos el PP. Ellos son los contaminados.

Nos dicen también que todo esto ocurre porque no condenan la violencia de ETA, pero, el PSOE jamás ha condenado la violencia del GAL, ni el PP el golpe militar del 36 ni la sangrienta represión que dio a lugar, ni tampoco la matanza de Irak. Ninguno de estos partidos condena tampoco la violencia que parte del Estado y sus aparatos represivos, como es lógico. Por otro lado, nadie ha impugnado listas de partidos de extrema derecha nazi o franquista presentadas en numerosas poblaciones del Estado español que hacen descarada apología del genocidio, del racismo y la xenofobia, ¿por qué?

Frente a la mentira y la manipulación, al fascismo y a los recortes de libertades, sirva pues este artículo como homenaje a un partido, ANV, que se destacó justamente por la defensa de la democracia, la libertad y la paz, tal como ahora, después de 77 años de existencia, están haciendo.

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