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Caos en el centro de La Paz por las manifestaciones de varios sectores
La Paz
Una ola de protestas de comerciantes de ropa de segunda mano, estudiantes, trabajadores de la salud y hasta policías que piden su incorporación a un escalafón único colapsó ayer, por segundo día consecutivo, el centro de La Paz.
Miles de comerciantes de ropa usada, introducida al país mayormente de contrabando desde Estados Unidos y Europa, realizaron manifestaciones en el corazón turístico de La Paz, contra una decisión del Gobierno de restringir sus operaciones y, en cambio, fortalecer la industria nacional.
En otra arista de las protestas, unos dos mil estudiantes universitarios y colegiales hostigaron la céntrica plaza de Armas -donde se concentran los poderes Ejecutivo y Legislativo, además de la sede de la Cancillería- para pedir la gratuidad de los certificados de bachillerato.
Enfrente del Ministerio de Gobierno decenas de policías demandaron su incorporación al escalafón único de su institución, que automáticamente redundará en mejoras salariales.
El viceministro de Gobierno, Eduardo Gamarra, dijo que la demanda de los uniformados será aceptada desde este mes, en cumplimiento de una decisión asumida el año pasado por el presidente, Evo Morales.
El ministro de Gobierno, Alfredo Rada, afirmó por su lado que “en algunas manifestaciones hay evidentes intencionalidades políticas”, aunque no mencionó cuáles serían.
La Paz se vio también afectada por marchas callejeras de los trabajadores del sector de la salud, en huelga indefinida desde hace casi dos semanas, que reclaman un reajuste salarial.
El caos vehicular en el centro de La Paz se agudizó con marchas de grupos de minusválidos que exigen un bono de solidaridad de 5.000 bolivianos anuales, que el Gobierno se anticipó en rechazar.
Fabricantes de zapatos se quejan del ‘tsunami chino’
El dirigente de los fabricantes de zapatos, Julio Vargas Castro, pidió a las autoridades de Gobierno proteger la industria nacional del denominado ‘tsunami chino’, cuya producción ingresa vía contrabando al país.
De acuerdo con Vargas, hay contradicciones en las políticas del Gobierno, pues mientras se prohíbe la importación de la ropa usada, hace poco por frenar el contrabando masivo de productos comestibles, de vestir, electrodomésticos, juguetes y papelería.
Vargas considera indispensable reestructurar la Aduana Nacional y reemplazar a los funcionarios por gente idónea y honesta.
El contrabando en las cuatro zonas fronterizas de Oruro y Potosí, limítrofes con Chile, causa una pérdida de 600 a 800 millones de dólares anuales, estiman fuentes gubernamentales.