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Ecuador
El universo Domingo 01 marzo
Un pueblo que se resiste a quienes quieran explotar en su territorio
A finales del 2002 el pueblo de Sarayaku expulsó a la compañía argentina General de Combustibles (CGC) de su territorio por el impacto ambiental que causó a sus habitantes en el inicio de la exploración sísmica del bloque 23.
El caso fue presentado por representantes de la etnia ante la Defensoría de Derechos Humanos, en Washington, Estados Unidos.
Hasta la actualidad tampoco se resuelve el caso del minado de un sector del territorio por parte de la CGC, así como del supuesto robo de unos 2.000 cartuchos (150 kilos) de pentolita, que habrían sido sustraídos el 25 de enero del 2003 en el bloque petrolero 23 de la provincia de Pastaza.
En este último hecho se acusó a dirigentes indígenas de sustraerse el explosivo.
Sin embargo, miembros de la etnia Sarayaku aseguran que gente de la CGC, en complicidad con el Ejército ecuatoriano, ingresó a su territorio y abandonó hace aproximadamente tres años, de forma irresponsable y en secreto, tres bultos con los explosivos que aún se encuentran allí.
En este caso, la Corte Interamericana de Derechos Humanos pidió al Estado ecuatoriano retirar la tonelada y media de pentolita que la CGC dejó en el territorio de Sarayaku en el 2002, cuando entró de manera ilegal, dicen voceros nativos.
En septiembre del 2007, ante 400 nativos de Sarayaku, el entonces ministro de Minas y Petróleo, Galo Chiriboga, se comprometió a retirar 1.400 cápsulas de pentolita sembradas en territorio indígena.
Cada cartucho de pentolita cuesta entre $ 10 y $ 12, según Ricardo Nicolás, gerente de CGC, compañía que en 1996 firmó un contrato de $ 17 millones con el Estado ecuatoriano para la exploración y explotación petrolera en el bloque 23.
Preservación
Para preservar la fauna, los cazadores conocen las zonas sagradas y las de cacería, además se limita el número de animales y aves que pueden capturar para permitir la conservación de las especies nativas.
Simbolismo
El ritual sagrado de la danza, la comida y la chicha simboliza la vida y reafirma la vigencia y soberanía del pueblo Kichwa de Sarayaku. Es un acto de unidad y de solidaridad entre pueblos y un agradecimiento al Amazanka (dueño de la selva y de los animales) y a la Pacha Mama (Naturaleza) por la bondad y la abundancia que les otorga.
Alimentación
La comida del pueblo Sarayaku está basada en yuca, plátano, papa, camote, papaya, piña, palmito, pescado, champiñones, entre otros. Estos productos provienen directamente de las chacras o huertos, aunque realizan compras de otros productos en pueblos cercanos.
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