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¿Visiones, divisiones y fortalezas del Movimiento Mapuche?: Estado chileno, movimientos sociales, la denominada Nueva Izquierda y los procesos de autonomías.

09.03.09

¿Visiones, divisiones y fortalezas del Movimiento Mapuche?: Estado chileno, movimientos sociales, la denominada Nueva Izquierda y los procesos de autonomías.

(**) Una sencilla opinión frente a los niveles de fragmentación que se dice tiene el Movimiento Mapuche en Chile: Visiones, procesos, fortalezas, diferencias, desarticulaciones / También acerca de los poderes del estado chileno y los movimientos sociales / ¿Una nueva o renovada izquierda? ¿Un tercer bloque político en Chile?… Los procesos de autonomías políticas, sociales o de ciudadanías.

Visiones

En los últimos años señalan que, el Movimiento Mapuche nunca había estado tan fragmentado. Por esto se recuerda la opinión del ex Diputado y ex alcalde de Temuco y candidato a Senador Francisco Huenchumilla, militante de la Democracia Cristiana, quien con sus aciertos y desaciertos (1), señalaba años atrás, la “necesidad” de contar al interior del Pueblo Mapuche con interlocuciones representativas y también, levantaba propuestas para que existan escaños parlamentarios para indígenas. Esto último, muy bien visto en el presente por una organización política Mapuche, la misma que enmarcó dicha propuesta en “minorías nacionales”, refiriéndose a los Mapuches (2).

La estrategia de “los escaños parlamentarios” se relaciona con la denominada “Discriminación positiva”, como si se tratase de “Minorías”. Vale preguntarse ¿Es una minoría el Pueblo Mapuche?¿Es una minoría que forma parte de la nacional “chilena”? ¿Minoría electoral? (¿O es que acaso el Pueblo Mapuche es un Partido Político o un componente electoral?); ¿Cuál minoría?… Si bien, los derechos indígenas y los de minorías se han venido relacionando solapadamente en algunos aspectos de la integridad cultural o sobre las garantías de no discriminación, el tema ha sido superado hace mucho tiempo. La diferencia radica en que los Derechos Indígenas se basan en el reconocimiento de la condición de “Pueblos”.

Los Pueblos Indígenas son eso, PUEBLOS, sujetos de Derechos Humanos Colectivos y cuyo término y condición hace rato ha sido refrendado en diversos cuerpos del Derecho Internacional, varios de los cuales, por su carácter, son obligatorios a los estados, como es el Convenio 169 de la OIT suscrito en 1989 y ratificado recientemente por Chile; y la Declaración de Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas. Más aún, desde hace muchos años, Pactos y Tratados Internacionales vinculantes a los estados señalan que todos los Pueblos tienen el Derecho a la Libredeterminación, es decir gozan de todos los Derechos Colectivos. (3)

Desde otros espacios en el Movimiento Mapuche, se generan discursos sobre autogobiernos con procesos previos de formación para adquirir las herramientas necesarias, para que integrantes del Pueblo Mapuche tengan las condiciones suficientes para aportar a los procesos de autogobierno Mapuche como parte del ejercicio de Libredeterminación (4). Hechos que para algunos, por ahí, pudiesen ser un tanto vanguardistas o caudillistas, en el sentido que la idea puede ser correcta , pero que quizás no hay necesidad de apropiársela o tratar de conducirla, sino simplemente tratar de generar sintonías y complementariedad o tal vez sencillamente de analizar la posibilidad de replantear la idea, estratégicamente.

Quizás las figuras más visibles en este último tiempo, tal vez por las emergencias que se están viviendo, son quienes aparecen con posiciones firmes de resistencia ante las amenazas de instalación de proyectos de industrias capitalistas extractivas y energéticas las que impactan sus territorios. Se dice que son parte de los caminos de autonomías y de legitimidad para efectuar protestas o ejercer la desobediencia civil como derecho, ante los abusos y atropellos por parte de agentes del estado chileno y de grandes corporaciones económicas (5).

Así también desde otras trincheras, se generan espacios de utilización efectiva de herramientas, mecanismos y procedimientos de Derechos Humanos en el plano internacional, que recogen principios, valores, directrices y mandatos justos hacia los Estados, los mismos que deberán ser respetados por su carácter vinculante. (6)

Por otro lado, se recuerda un Reino de la Araucanía y la Patagonia como forma para exigir autonomía (7). Y en otros lugares se ejercen controles territoriales de hecho y con “fuerza”, como protesta o reivindicación, varios que a la postre han concluido con militarización y criminalización (8). Se impulsan procesos de articulación y en redes para potenciar Movimientos sociales, mediante propuestas, exigencias y construcciones. Se clama por la reconstrucción del Wallmapu en base a los conocimientos y sabiduría ancestral sobre política, sociedad, religiosidad, espiritualidad. También están los que administran migajas y asistencialismos del estado para contribuir a aspectos sociales y culturales Mapuches, pensando que desde “adentro” harán cambios, lo que a esta altura sencillamente ya no corre. Incluso están los que se dejan absorber por falsos procesos de consultas del Gobierno (9), verdaderas acciones distractivas irregulares, ilegales y de mala fe para imponer otros asuntos.

Ideas, esfuerzos, construcciones, fuerzas, propuestas, prioridades, ¿Un pueblo que se levanta? ¿O un Pueblo que está absoluta e irreconciliablemente dividido? ¿O los movimientos sociales o políticos no van a la par con los intereses del Pueblo Mapuche?

Varias de las visiones o propuestas son transversales, varias están vinculadas una a la otra y si se trata de avanzar, como dicen por ahí, Unidad en la acción no es lo mismo que “Unificación”… Entonces ¿No es posible intentar convivir con las ideas de cada cuál y dar la apertura necesaria para que en algún momento tengan que complementarse? ¿Tan difícil es?. ¿No será simplemente intentar detectar cuáles son las urgencias y emergencias por las cuáles habrá que hacer sinergia? ¿Estas urgencias no serán la defensa territorial frente a los conflictos a causa de las industrias extractivas y energéticas? ¿O es que acaso se comparte la idea que este tipo de industrias son necesarias para el “Desarrollo”?… ¿O tal vez habrá que frenar las ofensivas e imposiciones fascistas y leguleyas del estado para negar Derechos?… ¿Serán los procesos de recuperación de Tierras?

En un paréntesis, sólo por si acaso. La desobediencia civil, la rebelión, la insurgencia, son actos legítimos y PACÍFICOS de defensa, de protesta social, de ejercicio de participación y autogobierno y que son parte de los Derechos colectivos de los Pueblos, y que se hacen más vigentes frente a los abusos, atropellos, discriminación y arbitrariedad estatal. No es lo mismo que terrorismo o actos violentos como han tratado de “situarlos”. Las armas, los montajes, las planificaciones de inteligencia, las militarizaciones, las persecuciones, han venido siempre desde los poderes fácticos del estado (10). Intentar responder con la misma moneda, es lanzarse a un barranco y nutrir las estrategias del poder coercitivo; y de paso, permitir que sigan reprimiendo o interviniendo a las fuerzas sociales.

…¿Habrá que considerar la idea de construir procesos propios, autónomos, como ejercicio de Derecho de Libredeterminación y que además están amparados en cuerpos vinculantes al Estado como el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas? ¿O habrá que detenerse exclusivamente en la idea de obtener escaños parlamentarios para, desde ahí, establecer interlocuciones ante el llamado Estado chileno? O ¿Habrá que esperar que otros y otras hablen por nosostros-as?

En esta línea de ideas, ¿hay posibilidades de formulas para que lo rural, lo urbano, lo profesional, lo técnico, lo comunero, lo reduccionado, lo asistencial, lo tradicional-ancestral, lo neo tradicional, lo autónomo, lo académico, lo estudiantil, lo dual, puedan converger en algo? Y si no se puede ¿De qué nueva sociedad y reconstrucción de institucionalidad propia se habla, si no hay capacidad de abrir espacios horizontales, diversos, respetuosos, dinámicos, cíclicos, solidarios, descolonizados y despatriarcados?

Siguen avanzando en Wallmapu los Estados. El Estado chileno está a la ofensiva con sus proyectos industriales e incluso con nuevas amenazas represivas para situar sus instalaciones ¿Por cuánto tiempo? ¿No entrará en razón en algún momento? ¿No se desgastará? ¿No comenzará a transformarse? ¿Está en crisis? ¿Qué pasa si se detienen proyectos invasores? ¿El fascismo y neoliberalismo tienen que seguir reinando?

Por otra parte, se tienen que considerar lo que ha venido pasando con los intentos de levantar supraestructuras orgánicas, de “militancia” al interior del Movimiento Mapuche que intentaron asumir representatividades e interlocuciones. Todas, absolutamente todas están en crisis o se han derrumbado ¿O no?

Para no mirar la paja en ojo ajeno y solo a modo de ejemplo ¿Qué pasó con el proceso de la Coordinación de Identidades Territoriales? ¿Cómo se gestó la Coordinadora de organizaciones Mapuches? (11) ¿Cómo y porqué se caen? No está en cuestionamiento las propuestas generadas, sino las formas de llevar adelante los procesos y las “articulaciones”. ¿Hubo participación e intervensionismos de agentes de Estado de Gobierno y que siguen actuando al interior de algún referente? ¿Quiénes son? Tampoco se trata de poner en tela de juicio a nadie, pero es importante saber quién es quién en todo esto. ¿Ambiciones personales, torpezas o mala fe?

En estos momentos, al parecer, se hace fundamental la auto crítica y los replanteamientos. Sin ningún ánimo de recetas, cada cual sabe cuánto le aprieta el zapato, pero el respeto se hace necesario en lo inmediato y en ello, hay una responsabilidad ineludible de quienes han dicho que están encabezando procesos y propuestas.

El historiador, con estudios de postgrado e integrante del colectivo de historiadores Mapuches, Pablo Marimán Quemenado, en varias de sus presentaciones ha señalado sobre la diversidad tradicional del Pueblo Mapuche en sus formas de relacionarse, de reunirse, de Interlocutar, de organizarse territorialmente, de sobrevivir, de luchar, y ha destacado que con esta diversidad, en todos los momentos difíciles de la historia, siempre ha existido la capacidad de autogobernarse.

Vale preguntarse entonces ¿El estar resistiendo en sus respectivos territorios frente a tanta invasión y amenazas; El estar exigiendo respeto, reparaciones históricas, reconocimientos de Derechos, devolución efectiva de espacios territoriales; El que se respeten los parlamentos y tratados internacionales antiguos (12) y también los actuales; O el estar asumiendo una posición frente a los abusos del estado para imponer intervenciones nefastas en la Constitución política sobre la condición de “Pueblos Indígenas”; O el re-posicionamiento de autoridades ancestrales, significa, estar ejerciendo derechos? (13) ¿No representan formas de autogobierno? ¿No es toda esa diversidad exigencias, propuestas y construcciones de autogobierno, participación y autonomías? ¿No se están reclamando Derechos Colectivos? ¿De qué manera se está viendo un autogobierno? ¿Como un parlamento, una asamblea, un congreso, un Kamarikvn, un Fvta Trawun? ¿Un espacio físico? O en su respetivo caso ¿Con Patricios y plebeyos? ¿Como reproducción de las formas institucionales del estado – nación?

Autonomías
Exigencias de procesos de consultas, auto-consultas, movilizaciones, protesta social, desobediencia civil; Conducción de un municipio; Generación de propuestas (donde las supra-estructuras han sido pro activas) ; Derrocamiento de nefastos proyectos de industrias extractivas; Erradicación del fascismo, el mismo que intenta manipular la Constitución Política para negar derechos a los Pueblos Indígenas; El Ejercicio de espiritualidad, Propuestas de formas de institucionalización de gobiernos autónomos; Conducción de autonomías territoriales, incluso el reclamo por escaños parlamentarios o logros de Leyes sectoriales ¿Qué es la suma de todo eso? ¿No es un Pueblo en movimiento(s)?

Participar, también significa protestar, rebelarse, desobedecer, cuando agentes del estado del gobierno no son capaces de establecer y asegurar condiciones básicas de interlocución con las comunidades. Ésta interlocución para que sea efectiva debe hacerse sobre la base del reconocimiento y respeto del Derecho a participar y a obtener su consentimiento libre, previo e informado; y que esto, se haga con la debida consideración de los Derechos Colectivos en su integridad: Al respeto y resguardo de las tierras y territorialidades; a la integridad cultural; al bienestar social o buen vivir; a un medio ambiente libre y sano; al respeto de las institucionalidades ancestrales; Y a no interferir con la espiritualidad de un Pueblo, sus autonomías y autogobiernos.

El ex Presidente Ricardo Lagos, hace algunos años durante su mandato, post reunión con el fallecido magnate Anacleto Angelini, daba señales públicas y oficiales que el ducto de desechos tóxicos de la celulosa celco – arauco – copec (así en minúsculas), se impondría al mar (14), ¿Qué mensaje fue ese? ¿Si no nos dejan pasar negociaremos con la viuda o el viudo?

Dicho anuncio, se efectuó irresponsablemente, sin que exista de por medio los estudios técnicos del proyecto, una propuesta, y el deber y obligación que tiene el estado: La consulta, la que está establecida con sus respectivas diferencias, en la Ley de base del medio ambiente, 19.300; En la Ley Indígena 19.253, artículo 34; Ahora en el Convenio 169 de la OIT; Y en la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, suscrita por Chile el 2007. Esta consulta, según el estándar internacional y que obliga al estado, deben efectuarse de buena fe y de manera apropiada a las circunstancias, con la finalidad de llegar a un acuerdo o lograr el consentimiento acerca de las medidas propuestas, y (nuevamente lo mismo): De manera libre, previa e informada.

Nada de esto se cumplió con Mehuín, con Mississippi, con las comunidades, con los Pueblos (Chileno y Mapuche) quienes asumieron nuevamente su legítimo derecho a participar: Protestando y rebelándose para hacerse escuchar y exigir el respeto a sus Derechos.

El quebrantar socialmente a las poblaciones de un territorio que en su mayoría son Lafkenches Mapuches, a causa de querer imponer un proyecto, es un acto de mala fe (y mucho más que eso), que ha generado una grave contaminación social. El responsable es el estado, quien ha actuado coludidamente con el Grupo Angelini (Celco).

Cabe recordar, que recientemente ya hemos vivido un genocidio, por la pérdida cultural, territorial, social y espiritual por el caso Ralco, ante la instalación de una Mega Represa Hidroeléctrica de la empres ENDESA y que significó el desplazamiento de cientos de familias Mapuches Pewenches.

La soberbia aún no permite a unos cuantos darse cuenta que el Ducto ¡No Va!, señalado categóricamente por comunidades, pescadores y diversos colectivos y organizaciones. El estado además, tendrá que asumir las respectivas reparaciones por todo el daño social, psicológico, económico y de bienestar y buen vivir causado en dicha territorialidad Lafkenche causados por los intereses de “Un” grupo económico, experto en extractivos, destrucción y contaminación…. Gran ayuda al cambio climático ¿verdad? …. Gran ayuda a las economías locales, a la alimentación de la población, al bienestar social ¿Cierto?… Gran avance en valorar y reconocer a los Pueblos Indígenas ¿O no? Toca reírse de lo que denominan: Responsabilidad social empresarial o desarrollo sostenible.

¿Y que pasará con los proyectos hidroeléctricos de Endesa – Los Luksic - Los Matte y SN Power? ¿Y con las forestales - celulosas? ¿Mineras?… Para la respuesta no sólo agreguemos el componente de Pueblos y comunidades y sus Derechos colectivos, agreguemos también el calentamiento global; y por supuesto, la crisis económica del capitalismo.

Las empresas han venido realizando fuertes campañas publicitarias para limpiar su imagen corporativa y varias veces se han destinado fondos del estado para tales fines como fue la campaña “Bosques para Chile” a favor de las Empresas Forestales ¿Seguirá el estado chileno subsidiando campañas, investigaciones, bonificaciones, militarizaciones, juicios, agencias de inteligencia, para seguir satisfaciendo la saciedad de estos grupúsculos, que ya tienen miles y miles de millones de dólares en su haber? ¿De quiénes son las arcas fiscales y cuánto dinero han sido destinados a los intereses de estos grupos?

Según el connotado jurista James Anaya, abogado, de origen Apache y actual relator de ONU, los autogobiernos son la principal dimensión política de la libredeterminación y consiste básicamente en la idea que los sistemas políticos deben funcionar de acuerdo con los deseos de los Pueblos. “Los autogobiernos se contraponen a las instituciones que concentran injusta o desproporcionadamente el poder estatal que causa subyugación, dominación y explotación. Las autonomías de los Pueblos es una nueva forma de promoción de la democracia y de descentralización del ilegítimo poder”… (15)

El estado chileno, así como muchos otros estados en Latinoamérica, causan y mantienen discriminación, racismo, sobre explotación, explotación, en pocas palabras: violaciones a Derechos Humanos; y obedecen a un sistema económico y comercial aberrante, inhumano, que acumula riquezas materiales para unos cuantos, a costa de la subyugación, dominación y explotación de grandes mayorías. Frente a este estado injusto, diversas expresiones del (los) movimiento(s) social(es) y político(s) Mapuches vienen exigiendo y ejerciendo en sus distintas formas el denominado: Autogobierno(s).

Al tratar estos aspectos, siempre entra una duda ¿El estado chileno es igual al Pueblo chileno?¿Cuál será la posición y reacción de las expresiones sociales del Pueblo chileno frente a este abusivo e injusto estado “chileno”? ¿Asamblea constituyente? ¿Nacionalización del agua? ¿Rebelión y desobediencia civil? ¿Fin al sistema binominal? ¿Fin al Neoliberalismo? ¿Derechos a la educación? ¿Cuántos son transversales con las causas de los Pueblos Indígenas en Chile? O porqué no preguntarse ¿Cuántas son transversales en todo el Wallmapu? o más todavía, ¿En todo el Abda Yala?

¿Cuál Izquierda? ¿Hay un tercer bloque?
Se habla por ahí de acercarse a la izquierda, porque los grupos económicos tienen corrompida a la Coalición por la Democracia llamada Concertación (DC – PPD – PRSD – PS); y sobre todo a la Alianza por Chile, llamada UDI y RN (16). Pero ¿A cuál izquierda?. ¿La del Partido Comunista que está negociando con la Concertación para obtener escaños políticos en la administración pública del estado? ¿La denominada Nueva Izquierda como los Navarristas, los Arratistas o los Hirshistas o los Enriquez Ominamistas? (17). Estos HOMBRES, se dicen de Izquierda, dicen promover el socialismo, el humanismo, el ambientalismo y los Derechos Humanos.

Estos HOMBRES de la denominada nueva izquierda o de la Izquierda renovada, ¿tendrán la capacidad de ponerse de acuerdo, de construir un tercer bloque político electoral, de dejar sus ambiciones personales por la construcción de un proyecto político diferente? ¿De impulsar una construcción política con visión de crecimiento y transformación?

También vale preguntarse, que en caso se pongan de acuerdo y vaya un candidato del denominado “tercer bloque” y logre un importante porcentaje de apoyo ciudadano, no suficiente para una supuesta segunda vuelta ¿negociará sus “cuotas de poder” con el candidato concertacionista - Frei? ¿Sería ético cumplir así el mandato popular de quienes optaron por su “alternativa”? Según han dicho, una de las formas ancestrales que ha tenido el Pueblo Mapuche en las maneras de hacer política es con principios, valores, ética y consecuencia.

¿Con quién hay que negociar? ¿Con Frei o Piñera? (18) ¿Con los presidenciables del conservacionismo y neoliberalismo? ¿Los mismos que se disputan los apoyos de los poderes fácticos? A propósito: ¿A quienes apoyarán los Edwards, Angelini, los Matte y los Luksic-Endesa?

Siguen las dudas y un pliego de preguntas: ¿Cuál será la posición de esta Nueva o renovada Izquierda frente a las propuestas de Asamblea Constituyente? ¿Del rol de la Mujer en los procesos de construcción y conducción? Para este “tercer bloque” ¿Chile es un País Plurinacional y pluricultural y todos los Pueblos, comunidades y organizaciones que conviven al interior de este País tienen Derechos Colectivos? ¿Qué pasa con las soberanías populares? ¿Qué pasa con la construcción o potencialidad de nuevas o tradicionales formas de economías, de soberanía y seguridad alimentaria? ¿Nacionalización del agua? ¿Para quién? ¿Para que quede bajo la soberanía de un estado, el “chileno”, pero que es controlado por grupos económicos? ¿O tal vez bajo la soberanía de los Pueblos?

Capitalismos de izquierdas, derechas y centros divididos en dos bloques… ¿Es tiempo de creer y confiar en un tercer bloque? Al parecer no, tampoco temerles a los otros “dos”…. Que tengan que estar ahí los que tienen que estar, mientras tanto, que sean bienvenidas todas las formas de autonomías. ¡Adiós neoliberalismo! Y todas sus estructuras de poderes fácticos.

Alfredo Seguel
(Integrante del colectivo editorial de Mapuexpress, de la Red autónoma de Comunicación y del Grupo de Trabajo por Derechos Colectivos – G-TDC)

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Sobre la opinión de Alfredo Seguel

Esta opinión puede reflexionarse desde otro punto de vista, cualquiera que sea, o desde el punto de vists de Seguel. Me interesa analizarla desde su punto de vista.

En primer lugar me parece que su visión de la diversidad o multiplicidad de las formas en que se expresa el movimiento mapuche, a diferencia de una pretendida “unidad” o “unicidad”, pone el dedo en la llaga, pues se trata de miradas y dinámicas de los propios sujetos comunitarios, su cotidianeidad, el rescate de las tradiciones, etc. y si ello es realmente así, habría que compararlo con los antecedentes históricos con que se cuenta, que hablan de un pueblo formado por diferentes comunidades en distintos espacios que coexisten e intercambian entre ellos respetando los respectivos espacios y que constituyen formas transitorias o funcionales de unificación temporal bajo un mando central en dependencia de las amenazas comunes, como fue la lucha contra los Incas, los españoles y los chilenos que acabaron por transformarlos en nación ocupada. Tal vez así como van las cosas lleguen en plazos breves a la misma conclusión, se unifiquen para la defensa de las formas de vida y del territorio. Pero eso implica la existencia de comunidades autónomas, lo que aún está en proceso, por lo que aquellos que intentan asumir la “representación” arrogándose una delegación quizás emanada de algunas pocas comunidades o ninguna, deben hacer ingentes esfuerzos de arriba-abajo tratando de convencer a los comuneros, pasando a llevar el proceso de reconstrucción que a mi entender está más liderado por las autoridades tradicionales que por la cantidad de “referentes” que intentan ser interlocutores con el estado y demás instituciones de poder, con lo que más se me asemejan a obstáculos patra el desarrollo de la autonomía mapuche que contribuciones.

Tal vez sea sólo una interpretación de mi parte y no coincida exactamente con la idea desarrollada por Seguel, pero es justamente eso lo que entiendo de sus palabras.

De allí pasa el autor a los “referentes” de la institucionalidad chilena, empleando palabras suaves y educadas, en que se nota, a mi entender una cierta urgencia de avanzar en el terreno de las comprensiones para la maduración, lo que interpreto como un aporte de este compa mapuche a todos nosotros.

Tal vez estemos poniendo la carreta antes de los bueyes, manteniendo a la población chilena a la espectativa de lo que pueda ocurrir en el empuja-empuja de las distintas corrientes que aspiran a dirigir el poder o al menos a “unir” o unificar las dinámicas populares. Entiendo que lisa y llanamente se puede hacer una comparación entre las autonomías de los mapuche y las comunidades o formas de vida de los chilenos.

Si nosotros pudiéramos autoconstituirnos en comunidades rurales y barriales, cada una con su propia autonomía, formas de vida, dinámicas autogestivas y de economía alternativa, desprendiéndonos paso a paso de las cadenas materiales e ideológicas que nos atan a la institucionalidad, al estado y al mercado, tal vez podríamos entender mejor a los mapuche y su necesaria diversidad o “fragmentación”, que la mayor parte de los referentes denominan de “atomización” imaginando que podría haber más fuerza social si todos se “unen” en un mismo comando haciendo abstracción del vecino, lo que resulta aberrante, ya que la única fuerza posible es el codo a codo en la cotidianeidad de personas que se miran y se apoyan mutuamente, no sólo en la marcha o en la protesta.

Si los militantes o miembros de “referentes” de los mapuche concentraran sus principales esfuerzos en el fortalecimiento de cada comunidad dejando de priorizar por las negociaciones o apariciones en los elevados niveles del macrocosmos social, el proceso de construcción de las comunidades autónomas avanzaría más sólidamente, Lo mismo puede decirse de los referentes chilenos, por ejemplo los deudores habitacionales, en vez de apresurarse a formas sindicatos o partidos, podrían primeramente concentrar energías en la formación de comunidades barriales que enfrenten juntos otras situaciones, en especial en este período de crisis de los de arriba que descargan contra los de abajo.

Recomiendo leer con atención las palabras de Seguel desde su punto de vista, ya que su simple opinión, tan válida como cualquiera otra, es proveniente de un concepto que aún cuesta mucho aceptar por parte de muchas de las organizaciones chilenas, la autonomía comunitaria. Nos hemos acostumbrado mucho a las teorías y formas organizativas impuestas por los europeos. tenemos que escuchar un poco más las voces de nuestras raíces.

Abrazos
Profesor J

Hemos publicado la opinión de Seguel y esta nota en http://clajadep.lahaine.org


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