Madagascar: ningún acuerdo entre gobierno y oposición
Aumentan las tensiones entre el presidente malgache Ravalomanana y el líder de la oposición Rajoelina. A las protestas en las calles, que se suceden desde hace un par de meses en la capital y en los principales centros de la isla, se une el reciente intento de amotinamiento por parte de algunos soldados del ejército. El país ha caído en una fase de punto muerto, con graves repercusiones en la economía y el turismo.
Tras los fallidos intentos de diálogo por parte del presidente del potente Consejo de las Iglesias cristianas de Madagascar (FFKM), monseñor Odon, han intervenido en la mesa de negociaciones el enviado especial de la ONU, Hailé Menkerios, y el comisario para la Paz y la Seguridad de la Unión Africana, Ramtane Lamamra. Las conversaciones resultan complicadas, y están obstaculizadas por el hecho de que ninguno de los dos políticos malgaches quiere sentarse a la misma mesa. La situación se ha visto agravada en las últimas horas, ya que, según las radios y las televisiones locales, Rajoelina se habría alejado de la capital por temor a ser arrestado. El ex alcalde de Antananarivo, de hecho, es todavía jefe del gobierno paralelo que él mismo instituyó el pasado mes de enero, y que no ha sido reconocido por el presidente Ravalomanana.
La revuelta de algunos soldados del ejército ha provocado una fuerte reacción por parte del gobierno, que ha amenazado con actuar con la fuerza. Este último episodio confirma la entidad de la crisis de la isla, que no parece que pueda resolverse de forma pacífica. La fuga de Rajoelina y la línea dura del presidente Ravalomanana, alejan al país de la vía de la negociación guiada por la comunidad internacional. Mientras tanto, el país está cayendo en una situación económica cada vez más frágil, motivada, sobre todo, por las perspectivas críticas del sector turístico, que se ha visto obligado a cancelar casi todas las reservas para el primer trimestre de 2009.