Tomado de http://www.nodo50.org/caes
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Hay colectivos y grupos que estamos en la agroecología y el consumo responsable sin apostar por una estructura empresarial ni por la interlocución institucional. Desarrollamos nuestra actividad desde los movimientos sociales, con autonomía de las instituciones, partidos, sindicatos y grandes ONGs, buscando nuestra fuerza en el vínculo entre los productores agroecológicos y las redes de consumidores, en base al diálogo, el apoyo mutuo y la conciencia antiglobalización.
1.El debate actual
A petición de diversas organizaciones del sector de alimentación ecológica[1], las organizaciones ecologistas y Los Verdes, el PSOE ha impulsado un proceso de diálogo entre éstos y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Este diálogo ha comenzado en torno a los conflictos entre cultivos transgénicos y ecológicos. Por parte del sector de la agricultura y la alimentación ecológicas, el punto de partida era el rechazo al borrador de real decreto de coexistencia de los cultivos transgénicos con los no transgénicos. Sin embargo, un nuevo documento elaborado en respuesta a dicho borrador, acabó aceptando un mínimo de contaminación “inevitable” y la “coexistencia” entre ambos tipos de cultivo.
La moratoria europea de transgénicos[2] frenaba el despliegue de éstos, cuestionando su necesidad, los riesgos ecológicos y las amenazas que suponen para la salud, pero también su contribución a la presión competitiva que padece la agricultura convencional, presidida por la lógica de globalización, máxima productividad y ahorro de costes. El fin de la moratoria incorpora una norma más restrictiva para la evaluación y autorización de los nuevos transgénicos, pero a cambio, clausura el cuestionamiento de los transgénicos y de la lógica competitiva que aportan a la agricultura convencional.
A partir de aquí, la única crítica posible consiste en la evaluación de los daños, valorables caso por caso. Se convierte en normal la coexistencia de cultivos transgénicos con los no transgénicos y la regulación de dicha coexistencia es la única forma posible de “protección” del cultivo no transgénico. En este asunto, como en tantos otros, la política del PSOE da continuidad en lo esencial a la del PP. Aunque los problemas de contaminación, inseguridad e invasión de cultivos y alimentos transgénicos son los mismos, algunas organizaciones muy influyentes en el sector de alimentación ecológica han cambiado de opinión. Ante la nueva interlocución del MAPA, ahora en manos del PSOE, la posición de las ONGs ecologistas, alguna de ellas cercana a los movimientos sociales, está produciendo importantes divergencias en el interior del sector de la alimentación ecológica [3].
2.El diálogo sobre “la estrategia para la alimentación ecológica”
A lo largo de la discusión sobre transgénicos, el MAPA manifestó su intención de elaborar una estrategia para fomentar la agricultura y la alimentación ecológicas teniendo en cuenta la opinión de las organizaciones implicadas en ella. Con esta finalidad, el 26 y 27 de mayo de 2005 realizó unas jornadas que contaron con 3 grupos de trabajo: “análisis de la producción”, “consumo interno” y “marco institucional”.
Asistieron cerca de 90 personas por invitación expresa del ministerio y de las CCAA. El MAPA controló la totalidad del proceso consistente en que cada grupo inició su trabajo con una o varias ponencias, un debate posterior y la elaboración de un documento de conclusiones. No consideró relevante la participación del consumo ecológico. Por parte de los colectivos organizados para este tipo de consumo en todo el Estado asistió, únicamente, una persona en representación de la Coordinadora estatal de Organizaciones de Consumidores Ecológicos. En el grupo dedicado al consumo, no había una ponencia de este tipo de colectivos, pero sí de la gran distribución y en concreto de la marca blanca de productos ecológicos de Carrefour. Por el contrario, desde el sector de alimentación ecológica, hemos abordado el debate sobre la estrategia de agricultura y alimentación ecológica ampliando lo más posible la participación en la redacción de una propuesta para el Ministerio.
Respondiendo a la invitación de la representante de la Coordinadora estatal para que algunos grupos estuviéramos presentes, el 22 de abril asistimos como GAK[4] de CAES a una primera reunión del sector de alimentación ecológica celebrada en COAG[5]. El 12 de mayo, recibimos el borrador de documento que hizo la Comisión redactora, elegida en la reunión precedente, compuesta por una persona de cada uno de las siguientes organizaciones: sector ecológico de COAG, SEAE[6], Dirección General de Agricultura Ecológica de la Junta de Andalucía e INTERECO[7]. Junto a dicho borrador, al día siguiente, difundimos en las listas de grupos de consumo estatal y de Madrid, una propuesta de trabajo para la elaboración del documento conjunto que sería discutido en una única reunión, el 19 de mayo, anterior a las Jornadas del MAPA.
Nuestra propuesta[8] iba dirigida a todos los grupos del estado pero, expresamente, a la Coordinadora de Grupos de Consumo Agroecológico de Madrid, con la intención de que participásemos como Coordinadora, o en su defecto, a través de los grupos que así lo quisiéramos.
3.Las distintas estrategias para la agricultura y la alimentación ecológicas
En la propuesta que defendimos en la reunión del sector señalábamos los problemas potenciales de una estrategia de alimentación ecológica que: a) no cuestiona la agricultura química y de gran escala para la exportación; b) potencia la agricultura y la alimentación ecológica en base a la gran distribución que comparte, salvo el uso de sustancias químicas, todos los problemas de la agricultura convencional; c) acepta la imposible coexistencia de cultivos transgénicos y ecológicos y vulnera el principio de precaución, al obviar la ausencia de estudios de evaluación sobre los riesgos de los alimentos transgénicos en la salud humana; d) reduce los problemas de la agricultura a la producción y los métodos del cultivo, cuando el proceso consiste también en la distribución, el consumo y otros factores no reducibles a “comercialización”; e) aborda la transformación de la agricultura y la alimentación sólo desde las cuestiones de calidad ecológica, desconociendo la relación social productores-consumidores y el poder expansivo de la agricultura industrial y la competitividad sobre cualquier otra forma de producción de alimentos y sobre la producción de deseos irracionales en los consumidores.
También señalábamos la necesidad de organizar desde los grupos y organizaciones de consumidor@s la sensibilización social, especialmente en la escuela y en la población infantil y adolescente, en torno a los malos hábitos alimentarios y sus enfermedades asociadas (obesidad, diabetes, comida basura, refrescos edulcorados). Señalamos el peligro de reducir nuestra comunicación a las clásicas campañas institucionales de promoción de un consumo ecológico abstracto, alejado de las condiciones reales de la alimentación diaria de la gente y de los intereses que crean dichas condiciones[9].
Tan importante como participar en la redacción del documento del sector de agricultura y alimentación ecológicas es cómo lo hacemos, es decir, cómo contribuimos a construir el modelo de consumo agroecológico que defendemos, no sólo en el interior de nuestro propio proyecto, sino hacia fuera y, especialmente, en una coyuntura como la actual, que puede sentar las bases para el tipo de agricultura ecológica que se va a potenciar en el futuro desde las instituciones. Hubiéramos preferido una mayor presencia y aportación de grupos de consumo. No obstante, creemos que nuestra participación ha tenido consecuencias en los debates que allí se produjeron y en diversas secciones del documento, entre otras en el apartado de transgénicos, evitando junto con l@s productor@s ecológic@s presentes, que el portavoz de las ONGs ecologistas redujera los contenidos propuestos por él mismo, hasta los mínimos aceptables por el PSOE.
Las conclusiones de las Jornadas del Ministerio de Agricultura de 26 y 27 de mayo, no recogen las aportaciones de la representante de la Coordinadora estatal en defensa de un modelo agroecológico, local, asociativo y de relación directa entre productores y consumidores. Dichas conclusiones sólo recogen las aportaciones que valen para cualquier estrategia de agricultura y alimentación ecológica. No ponen en cuestión las políticas del gobierno en agricultura química, transgénicos, competitividad, abaratamiento de costes mediante la concentración y verticalización del sector agrario y comercio mundial de alimentos. En definitiva, muestran que la agricultura ecológica que quiere potenciar el PSOE no cuestiona la producción y distribución global de alimentos, causantes del hambre, la pobreza, la inseguridad alimentaria y la destrucción ecológica.
4.La realidad plural de la Agroecología y el Consumo responsable
Aunque contienen tendencias inevitables de mercantilización y clientelismo, las estructuras empresariales en la producción y el consumo ecológico y la interlocución institucional son necesarias para llegar a sectores amplios de la sociedad. El problema es que dichas estructuras sean las únicas que acaben representando al sector de alimentación ecológica y que el apoyo de las instituciones se convierta en el factor dominante de todo el sector de alimentación ecológica.
Hay colectivos y grupos que estamos en la agroecología y el consumo responsable sin apostar por una estructura empresarial ni por la interlocución institucional. Desarrollamos nuestra actividad desde los movimientos sociales, con autonomía de las instituciones, partidos, sindicatos y grandes ONGs, buscando nuestra fuerza en el vínculo entre los productores agroecológicos y las redes de consumidores, en base al diálogo, el apoyo mutuo y la conciencia antiglobalización.
Defendemos el diálogo entre productores y consumidores como método para la resolución de los problemas, el respeto recíproco a las identidades y necesidades de ambos y la formación de los precios. Promovemos un modelo de construcción desde abajo, basado en la alianza entre el campo y la ciudad frente a la expulsión de los pequeños productores y consumidores e impulsamos en la práctica la alimentación saludable y suficiente como una necesidad social y no como un nuevo nicho de mercado para empresarios agrícolas y una ocupación de ratos libres para consumidores saludables. Desde esta alianza social, intentamos transformar los hábitos de consumo y enseñamos a disfrutar haciéndolo.
Organizamos actividades de comunicación a favor de un consumo responsable que integre dimensiones políticas, sociales y éticas, no sólo ecológicas y económicas. Si conseguimos ampliar el número de personas comprometidas en un consumo agroecológico de apoyo mutuo campo-ciudad, podremos apoyar más y mejor a proyectos agroecológicos de defensa del medio rural. Más allá de nuestras intenciones, el modelo de explotación ecológica que podrá prevalecer depende de cómo crezca el número de consumidores ecológicos y de su participación social.
5.La necesidad de unir todo lo que pueda ser unido frente a las multinacionales y las políticas que globalizan la alimentación
El Ministerio quiere una interlocución basada en asociaciones legales, para promocionar el consumo de productos ecológicos debidamente etiquetados en los anaqueles de las grandes superficies. Su discurso reduce el nuestro a la relación comercial y la interlocución institucional. Intenta reconducir 20 años de actividad de agroecología y consumo responsable a la creación de estructuras fuertes, federadas y legalizadas, que excluyan a los colectivos y los discursos que no adopten la forma adecuada. De paso, a lo mejor financia alguna actividad de consumo ecológico, debidamente acomodada al formato general.
El consumo ecológico que propone el MAPA se acomoda a cualquier estructura comercial, a cualquier distancia, en cualquier temporada, justificando un “sobre precio” por comer sano. La estrategia de agricultura y alimentación ecológica del Gobierno del PSOE no tiene ningún problema en coexistir pacíficamente con el hambre, la pobreza, la explotación de los trabajadores del campo y la ruina de los pequeños productores, los movimientos migratorios masivos, el uso de plaguicidas en los cultivos y de hormonas y antibióticos en la cría de ganado, la obesidad infantil, las enfermedades cardiovasculares, el incremento de cánceres, trastornos hormonales, alergias y problemas de fertilidad en la población. Lo peor es que consiga que nosotros tampoco tengamos ningún problema.
Si la aportación de los grupos de la Coordinadora estatal al documento del sector de alimentación ecológica se reduce a reclamar una relación con las administraciones y aceptamos la propuesta del Ministerio de financiar un encuentro cuya condición es la legalización de una estructura estatal para la interlocución con los consumidores ecológicos, estamos abonando el camino para: a) que sólo trabajemos conjuntamente en esa labor de interlocución y no en la de articulación del consumo en lo social; b) marginar la apuesta por el modelo de consumo agroecológico que decimos defender, arrinconando el “Decálogo” de la Coordinadora como un documento para la galería y abriendo una brecha, clásica de la política en su peor acepción, entre nuestros discursos y nuestros actos.
Quienes apostamos por una agricultura ecológica y un consumo responsable, necesitamos cooperar entre nosotros. Para defender lo mejor de sí mismas, las organizaciones más grandes y con vocación de interlocución institucional, sometidas a fuertes presiones económicas y de cooptación desde las instituciones, necesitan cooperar con los colectivos y redes cuya actividad y discurso está fuera de esas lógicas. Negar las dinámicas perversas que les atraviesan, es un acto de represión interior, que se hace externo, mediante la represión de quienes nos mantenemos en las posiciones declaradas, ahora convertidas para algunos en un obstáculo para crecer.
A su vez, los grupos de consumo agroecológico autogestionados, necesitamos de las organizaciones grandes para hacer llegar la cultura de la agroecología y el consumo responsable a capas sociales más amplias. También las necesitamos, para superar las pulsiones sectarias y narcisistas que, tras la máscara de una militancia de ratos libres y del derecho a la pereza, convierten nuestra actuación en un gueto voluntario y a veces en una tortura para quienes, en el campo, se la juegan produciendo alimentos ecológicos. Para que esta pluralidad sea productiva, tenemos que reconocernos en nuestra diversidad, fomentando además, la alianza con las organizaciones de productores ecológicos que defienden esta relación directa y de apoyo mutuo.
Nosotros aceptamos dicha pluralidad. Sin embargo, en algunas de las organizaciones más grandes y en las burocracias que controlan la representación de las ONGs ecologistas, ávidas de atajos para salir de la “marginalidad”, se practica la exclusión de quien discrepa de las políticas de “unidad de la izquierda” que se están imponiendo en el conjunto de los movimientos sociales.
La Coordinadora estatal tiene ahora la oportunidad de plantearse el reto de promover la pluralidad que nos constituye a los grupos que nos movemos en el Estado mediante acciones como:
1.- participar en el documento del sector incorporando los contenidos acordados y reflejados en el Decálogo.
2.- promover un encuentro, sin financiación del MAPA, de los grupos miembros de la Coordinadora para debatir, tanto sobre la estrategia de alimentación ecológica que queremos, más allá de la que promueva la Administración, como sobre lo que podemos hacer para activar y articular el consumo agroecológico desde lo social.
3.- abrir la convocatoria de este encuentro a grupos que, surgidos en los últimos años, no pertenecen a la Coordinadora, con la intención de incorporar a todos los que lo deseen a ese debate.
Grupo Autogestionado de Konsumo del CAES
(junio 2005)
[1]Empleamos el término “Sector de alimentación ecológica” para referirnos al conjunto de grupos y organismos cuya actividad principal gira en torno a la producción, distribución y consumo de alimentos ecológicos. Se engloban en esta categoría, el sector ecológico de los sindicatos agrarios, colectivos y organizaciones dedicadas a la investigación, producción, consumo y distribución de alimentos ecológicos, ONGs e instituciones, como los Consejos y Comités de regulación de la agricultura ecológica de las CCAA. En el debate de los transgénicos, el conjunto se amplía a las organizaciones ecologistas, sindicatos agrarios, CCOO, UGT, organizaciones para el desarrollo rural, partidos (Los Verdes, IU), etc.
[2] Con este término se ha calificado el periodo de casi 5 años, en que la Unión Europea no ha autorizado ningún nuevo OMG (Organismo Modificado Genéticamente, coloquialmente transgénico). En este periodo las siembras de cultivos comerciales transgénicos han sido prácticamente inexistentes en Europa, con la excepción del Estado Español.
[3] Algunos grupos que firmamos iniciativas anteriores de rechazo a la coexistencia propuesta por el gobierno del PP, no hemos secundado esta iniciativa por la rebaja de condiciones y sobre todo, porque considera inevitable la contaminación de los cultivos transgénicos a los no transgénicos. Más detalle en: “La Unidad de la izquierda y los transgénicos: una victoria pírrica” en http://www.nodo50.org/caes/articulo.php?p=347&more=1&c=1
[4] Grupo Autogestionado de Konsumo. Nuestro grupo, con una década de actividad en el impulso de la agroecología y el consumo responsable vinculados a los MMSS, cuenta actualmente con 25 familias consideradas estables y una red de similar tamaño que se activa, cuando es necesario para dar salida a excedentes, apoyar a familias campesinas y para las actividades de sensibilización social en agroecología y consumo responsable.
[5] Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos
[6] Sociedad Española de Agricultura Ecológica
[7] Asociación de Comités y Consejos reguladores de agricultura ecológica de las CCAA de Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Cataluña, Cdad. Valenciana, Madrid, Murcia y Navarra.
[8] Ver el contenido de la propuesta en: http://www.nodo50.org/caes/articulo.php?p=355&more=1&c=1
[9] Ver “La agroecología y el consumo responsable: una actividad antiglobalización, no alterglobalización” en http://www.nodo50.org/caes/articulo.php?p=373&more=1&c=1