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Colombia: Posición del movimiento indígena frente al conflicto armado y sus actores

01.04.09

ASAMBLEA NACIONAL DE AUTORIDADES INDÍGENAS ONIC SESIÓN EXTRAORDINARIA

RESOLUCIÒN No. 001-2009

POSICIÓN DEL MOVIMIENTO INDÍGENA FRENTE AL CONFLICTO ARMADO Y SUS ACTORES

El quórum deliberatorio y decisorio de la Asamblea Nacional de Autoridades Indígenas-ONIC, sesión extraordinaria efectuada en la comunidad indígena Inkal Awá, Predio El Verde, Resguardo El Gran Sábalo, Corregimiento El Diviso, Municipio de Barbacoas, Departamento de Nariño, República de Colombia, durante los días 20 al 22 de marzo de 2009, integrado por 42 delegados oficiales de las organizaciones y asociaciones de autoridades indígenas de la ONIC: OZIP, ACITAM, CRIOM, AZCAITA, CAB. MAYOR ZENU, CRIDEC, CRIR, OIA, ASOREWA, CRIHU, ORIQUIN, ORIVAC, UNIPA, ACIESNA, CAMAEMKA, ORIC, MUISCA-COTA, CRIT, AASIWASUG, PUEBLO YUKPA, OIK, MAYABANGLOMA y CRIC, con fundamento en nuestras leyes de origen, el derecho mayor que nos asiste, los principios que han orientado al movimiento indígena nacional y el Mandato del VII Congreso de los Pueblos Indígenas de la ONIC. Obrando con plena autonomía política, jurídica, administrativa y cultural; y de acuerdo con nuestras atribuciones y competencias, para establecer y ejecutar las acciones y políticas indígenas propias que fortalezcan el ejercicio de gobierno indígena y la unidad del Movimiento Indígena Nacional y

CONSIDERANDO:

Que en tanto no se encuentre sesionando el Congreso Nacional de Pueblos Indígenas de la ONIC, la máxima autoridad de la Organización es la Asamblea Nacional de Autoridades Indígenas, la cual tiene entre sus funciones, velar por el cumplimiento de los principios del movimiento indígena nacional de unidad, tierra cultura y autonomía; así como de proteger los derechos humanos y colectivos; así como la integridad cultural e integralidad étnica de los 102 pueblos indígenas de nuestro país.

Que el pueblo colombiano sufre la tragedia de tener uno de los conflictos armados más antiguos del mundo. Que esta guerra es real y en los últimos siete años ha cobrado la vida de más de 1.300 hermanos indígenas, puesto que ella se desarrolla en mayor grado en nuestros territorios y comunidades.

Que los pueblos indígenas, sus autoridades y organizaciones representativas, no hemos apoyado ni auspiciado esta guerra, ni a sus actores, y por el contrario somos sus víctimas y por su accionar nos encontramos permanentemente en un régimen de reconquista y recolonización. Los pueblos indígenas vivimos a diario la agresión genocida del Estado y los violentos que buscan nuestro exterminio para despojarnos de nuestros patrimonios colectivos y desvertebrar los procesos autonómicos de gobierno propio que fundamentan nuestras luchas. Los pueblos indígenas tenemos nuestras propias autoridades tradicionales y no reconocemos a los actores armados como tales, ni los hemos investido del poder de gobernarnos. Por el contrario rechazamos enfáticamente la suplantación que estos hacen de nuestras autoridades.

Que la responsabilidad política del conflicto armado la tiene el Estado colombiano y el Gobierno Nacional y estos no pueden señalar a la sociedad civil desarmada, ni a las organizaciones sociales y populares como sus artífices o animadores.

Que los pueblos indígenas somos sujetos de derecho y actores políticos colectivos que no delegamos nuestra representación en actores armados, políticos o sociales, ni buscamos nuestra legitimidad por la fuerza y el terror que inspiran las armas. Los pueblos indígenas colombianos no estamos alzados en armas para defender, exigir, proteger o realizar nuestros derechos. Somos una fuerza política, cultural y social que rechaza la vía militar como estrategia de lucha social y de acceso al poder del Estado. El movimiento indígena colombiano hace parte de los sectores sociales y populares de nuestro país. La ONIC es una construcción política colectiva y en derecho propio de los pueblos indígenas de Colombia, que no está de acuerdo con la guerra y la violencia para superar la crisis humanitaria y de derechos que vive el pueblo colombiano.

Que los pueblos indígenas, sus autoridades y organizaciones representativas, no somos de izquierda, ni de derecha, ni sapos ni gobiernistas. Somos el origen y fundamento de la nacionalidad y el Estado colombiano. Somos pueblos originarios con derechos especiales y patrimonios colectivos reconocidos por la comunidad internacional y el Estado Colombiano.

Que los actores armados del conflicto interno de manera sínica y temeraria pretenden vincular al movimiento indígena y sus organizaciones a los bandos en conflicto y para ello recurren a generalizaciones tales como: el movimiento indígena y sus autoridades so guerrilleros y terroristas, porque algunos indígenas militan en estos grupos armados, esto nos lo dice el gobierno Nacional; en la otra orilla, grupos guerrilleros como las FARC nos señalan como gobiernistas, anti populares y sapos de las fuerzas armadas, porque algunos indígenas participan de las estrategias fascistas de la seguridad democrática.

Que las FARC, bajo el sofisma que somos informantes del ejército nos exterminan, sin reconocer nuestra condición étnica y cultural, la cual desprecian. A su vez los generales de la república dicen públicamente que las organizaciones indígenas no queremos colaborar con el ejercito, ni informar sobre los grupos guerrilleros, porque estamos defendiendo sus intereses. Esta es nuestra realidad y estamos cansados de que nos estigmaticen como una u otra cosa, que nos deslegitimen en nuestra identidad política y organizativa. Todos los actores armados del conflicto, los legales e ilegales, nos tratan bajo una misma lógica de guerra y exterminio y nos amedrentan bajo técnicas atroces de genocidio. Los actores armados utilizan las masacres y el genocidio contra los pueblos indígenas como estrategias políticas que intensifican en coyunturas electorales y ninguno está interesado en respetar nuestra autonomía política y organizativa

Que en las reiteradas e históricas operaciones de limpieza étnica y masacres genocidas de las FARC contra el Pueblo Awá, este grupo armado no ha reconocido que ha cometido crímenes de lesa humanidad contra nuestros hermanos, y por el contrario de manera cínica pregona que ha ajusticiado a sapos aliados del ejército nacional. El pueblo Awá se encuentra agobiado por todos los actores armados, viviendo una tragedia humanitaria conocida por el Estado, donde han ido y venido sin ninguna relevancia Resoluciones Defensoriales, Alertas Tempranas, denuncias públicas, pero hasta el momento el Gobierno Nacional se ha negado a establecer las medidas de protección efectivas para garantizar su pervivencia.

Que en aras de un falso ideal revolucionario, las FARC, están masacrando al pueblo colombiano que dicen defender y para quien supuestamente están construyendo una nueva nación. La inmensa mayoría de los pueblos indígenas de Colombia hemos sido víctimas de la brutalidad genocida de las FARC. El movimiento indígena colombiano no puede aceptar que las FARC bajo el pretexto que son voceros del pueblo colombiano, estén exterminando a nuestros hermanos indígenas. Los pueblos, autoridades y organizaciones indígenas consideramos que toda revolución debe proteger la vida en sus diversas manifestaciones.

Que históricamente las FARC han realizado asesinatos selectivos, cometido crímenes de lesa humanidad, masacrado, desaparecido y obligado al desplazamiento a miles de indígenas colombianos. Estas acciones de guerra se inscriben en una campaña genocida de corte stalinista contra los pueblos indígenas de Colombia, que se complementa con el minado de nuestros territorios y comunidades, el reclutamiento forzado de nuestros niños para la guerra, la imposición de practicas coloniales esclavistas como la prestación de servicios personales, la apropiación de nuestros alimentos y el bloqueo de nuestras comunidades. Las FARC en su guerra contra los pueblos indígenas recurren a estrategias paranoicas fascistas como prohibir que nuestros hermanos hablen sus propias lenguas.

Que en la historia de las acciones demenciales de las FARC contra los pueblos indígenas, encontramos entre otros los siguientes hechos: el asesinato de los hermanos nasas Genaro Yonda, José María Ulcue, Aldemar Pinzón y Cristóbal Secue; el exterminio sistemático del pueblo Koreguaje que dejo más de 70 personas asesinadas, entre ellos 15 sabios o taitas; el asesinato selectivo de indígenas Kankuamo; el asesinato de tres indigenistas norteamericanos para proteger intereses de empresas multinacionales, el Asesinato de Armando Achito, líder indígena Emberá Dovidá; la masacre de Chajerado al pueblo Emberá Dovidá, para proteger a las empresas madereras; las mascares de febrero del año en curso donde perdieron la vida 17 hermanos Awá, entre ellas dos mujeres en avanzado estado de gravidez; la desaparición de Efrén Pascal del pueblo Awa y el crimen contra Herminson Pascal el 24 de Octubre de 2004; así mismo las FARC han asesinado en Antioquia a Horacio Bailarín, Misael Domicó, Arturo Domicó, Mario Domicó, Tiberio Bailarín y Hernando Bailarín; en la orinoquia las FARC han condenado al desplazamiento y la extinción demográfica al pueblo Nukak Maku, expulsándolos de sus territorios para introducir en ellos colonos dedicados al cultivo de la coca con fines ilícitos. Estas son entre otras las infamias revolucionarias de las FARC.

Que sectores sociales del orden nacional e internacional han manifestado que el movimiento indígena colombiano no tiene claridad política porque denuncia a las FARC como asesinos y genocidas. A ellos les decimos que si nos masacran denunciamos a los asesinos y las FARC nos vienen exterminando, esta es una realidad. Nosotros no vamos a quedarnos callados ante los asesinos y acolitar su falsa moral. Quienes defienden a ultranza las FARC son cómplices de su barbarie. El movimiento indígena colombiano y los pueblos, autoridades y organizaciones que lo conforman, asumimos la responsabilidad política y moral de denunciar y enjuiciar a los asesinos de nuestros hermanos así estos se digan revolucionarios como las FARC. Nos hemos comportado demasiado sumisos con los asesinos que ocupan nuestros territorios, los hemos tolerado por el terror que nos imponen sus infamias, pero los pueblos indígenas no podemos dejarnos exterminar y quedarnos callados, acogiendo a los asesinos. Cuando se atenta contra la vida o la dignidad de un hermano o un pueblo indígena, vamos a denunciar estos hechos y llevarlos a las instancias pertinentes de justicia, empezando por la nuestra y vamos a responder de manera colectiva y en unidad de acción política.

Que el movimiento indígena colombiano tiene su propio proyecto político y este no esta orientado hacia el país de sangre y barbarie que está construyendo las FARC. Nuestro pensamiento y diversidad reclaman autonomía, identidad y territorios indígenas libres de actores armados. Defendemos la vida, nuestra plena autonomía, nuestra identidad cultural y política, defendemos nuestros territorios y exigimos respeto por el gobierno propio de nuestras autoridades.

POR TANTO:

Acogiendo el derecho propio que nos asiste como autoridades legitimas de los pueblos indígenas, con las competencias ciertas y principios autonómicos para dirigir el destino de nuestras organizaciones y del movimiento indígena nacional, obrando como gobierno indígena y teniendo en cuenta la representatividad que legitima su quórum, la Asamblea Nacional de Autoridades Indígenas,

RESUELVE:

1. Demandar del Estado colombiano y el Gobierno Nacional por las vías administrativas y jurídicas, así como ante los tribunales nacionales y las cortes internacionales las garantías constitucionales para realizar nuestros derechos humanos y colectivos que permitan nuestra pervivencia y la protección de nuestros pueblos.

2. Invocar la solidaridad de la comunidad nacional e internacional para que exija al Gobierno Nacional que asuma la responsabilidad política del conflicto interno que desangra a nuestro país y responda por sus consecuencias humanitarias.

3. Exigir del régimen, los grupos guerrilleros y el paramilitar respeto por la autonomía del movimiento indígena y por los principios políticos, sociales y culturales que lo guían.

4. Demandar del Gobierno Nacional una política pública de protección a la vida y los derechos colectivos de los pueblos indígenas.
5. Denunciar ante la comunidad nacional e internacional los procesos genocidas y de limpieza étnica de que estamos siendo objeto los pueblos indígenas por parte de todos los actores armados del conflicto interno, y los cuales se caracterizan por el asesinato selectivo de autoridades y lideres indígenas, desapariciones y masacres que involucran a mujeres indígenas embarazadas, ejecuciones extrajudiciales, confinamiento, desplazamiento forzado, crímenes de lesa humanidad, siembra en nuestros territorios y comunidades de minas antipersonal, reclutamiento de jóvenes indígenas para la guerra y llevar estas denuncias ante los tribunales nacionales y las cortes internacionales.

6. Exigir a las FARC que reconozcan ante la comunidad nacional e internacional la totalidad de los asesinatos y masacres contra los pueblos indígenas de Colombia en especial contra el pueblo Awá y que sin dilaciones entregue los cadáveres de las víctimas de su masacre de febrero.

7. Exigir que el secretariado de las FARC asuma la responsabilidad política y moral de las masacres y los asesinatos selectivos contra el pueblo Awá y se pronuncie ante la comunidad nacional e internacional explicando su accionar criminal en estos hechos. Las FARC deben reconocer sin dilaciones que masacraron hermanos indígenas porque en su paranoia los consideraban sapos.

8. Ejercer nuestra justicia propia para juzgar y castigar a los asesinos de las FARC.

9. Expulsar a los actores armados del conflicto interno de nuestros territorios y comunidades.

10. Establecer la guardia indígena nacional como un instrumento público de autoprotección de los pueblos indígenas colombianos.

11. Exigir frente al genocidio perpetrado por los paramilitares contra nuestros pueblos procesos reales y expeditos de verdad justicia y reparación integral y colectiva.

12. Reiterar una vez más nuestra decisión política y moral de no participar en el conflicto armado que atraviesa nuestro país, ni tomar partido por los actores armados.
13. Demandar y exigir de los actores armados respeto por nuestras formas de gobierno, control social y territorial.

14. Ordenar al Consejo Mayor de Gobierno Indígena de la ONIC que consolide una propuesta de paz para superar el conflicto armado, social y humanitario en Colombia.

15. Que los actores armados respeten la vida a los desertores indígenas de la guerra

16. Delegar en la Consejería de la ONIC nuestra representación como Asamblea Nacional de Autoridades para que nos represente en las discusiones a que haya lugar con el Estado colombiano y tome las decisiones pertinentes para darle continuidad a las luchas que se han dado en defensa de la soberanía y el gobierno propio de los pueblos indígenas en el en el marco de la Minga de Resistencia Indígena y Popular.

17. Exigir a las FARC y al ELN que cesen sus enfrentamientos militares en territorios y comunidades indígenas y que se abstengan de sembrar minas antipersonas en ellos.

18. Convocar el acompañamiento humanitario de los sistemas internacionales de protección de los derechos humanos, para que verifiquen en campo nuestras denuncias frente a los actores armados y nuestra posición política y cultural frente al conflicto.

19. PUBLIQUESE Y CUMPLASE
Dada en la comunidad indígena Awá Predio El Verde resguardo El gran Sábalo corregimiento El Diviso, Municipio de Barbacoas Departamento de Nariño, República de Colombia, a los Veintiún (21) días del mes de Marzo del año Dos Mil nueve (2009).

GERARDO ANTONIO JUMI
Presidente Asamblea

YADENIS AGUIRRE
Secretaria Asamblea


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