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La Constitución (Y Otras Ilusiones). Mumia Abu-Jamal

03.04.09

La Constitución (Y Otras Ilusiones). Mumia Abu-Jamal
La Constitución (Y Otras Ilusiones)
Mumía Abú-Jamal
14/3/09

A todos se nos ha enseñado en Estados Unidos, aparentemente desde la cuna, sobre la gloriosa Constitución, el documento que está en el corazón de la religión civil norteamericana.

En la escuela se nos hacía memorizar amplios segmentos de sus disposiciones (aún cuando es muy dudoso que ésto se haga en estos días, después de la desastroza política, “Que No Quede un Niño Atrás,”) así como se nos enseñaba la mitología nacional de los Padres Fundadores, que como si fueran dioses Olímpicos tardíos dan libertad desde los cielos.

De todos nuestros mitos, los inculcados en la infancia son los más difíciles de quebrar, porque usualmente son la base de nuestro entendimiento.

Pero todas la naciones tienen mitos de fundación. Los griegos creyeron por siglos en un panteón the dioses caprichosos y muchas veces malevolentes, como Zeus, Atena, Juno y Marte para explicar las luchas y las incertidumbres de la vida, la muerte, la sabiduría y la guerra.

Los “padres fundadores”, como se enseña en Estados Unidos a los niños, es un mito norteamericano moderno, porque, ¿cómo un dueño de esclavos puede dar libertad a nadie a menos que primero de libertad a sus esclavos? Y casi todos ellos — George Washington, Thomas Jefferson — e incluso Patrick Henry (el de la famosa frase, “Dame libertad o dame muerte!”) — eran dueños de esclavos; Henry tenia esclavos al mismo tiempo que él decía esas palabras, y después, cuando las escribió.

I. Abdul Jon, patrocinador de MOVE, decía, “Tu sólo necesitas hablar y escribir sobre libertad de expresión y libertad de culto; y de todas las otras formas de libertad si tu no las tienes; porque si tu las tuvieres, y no tienes problemas con que todos los demás las tengan — y si esas libertades son una realidad, tu no vas a escribir o hablar sobre protejerlas; ni de ninguna de esas cosas…”

Es verdad.

En 1865, cuando el humo de la Guerra Civil de Estados Unidos aún no se había disipando, el Congreso norteamericano pasó las así llamadas Enmiendas de la Reconstrucción, que supuestamente daban la ciudadanía a millones de Negros liberados, muchos de los cuales lucharon para preservar la Unión. Estas enmiendas constitucionales prohibían discriminaciones y protegían el derecho al voto. En el papel.

En hecho, debido al terrorismo de los blancos, a las cortes racistas y a las legislaturas, esos “derechos” constitucionales fueron ignorados durante 100 años por los gobiernos estatales y federales, hasta el levantamiento del moderno movimiento de los derechos civiles a mediados del siglo XX.

Y ahora, estamos viendo el nacimiento de otro mito, el de las libertades traídas por esos movimientos, ú otorgadas por doctos jueces en las cortes.

La verdad es que sí aparecieron nuevas libertades, para aquellos que pueden pagarlas. Con ésto quiero decir, una selecta clase de libertades fué dada a los Negros de la clase media, que pudieron comprarlas.

Para el Negro pobre, la constitución tiene toda la relevancia como la expresada por el escritor, Anatole France, quien dijo con humor: “La ley, en su majestuosa igualdad, prohibe al rico tantro como al pobre, dormir bajo los puentes, mendigar por las calles, robar pan…”

¿Donde está el derecho constitucional a una educación, a una casa, a un trabajo — o a la vida?

Mientras un pedazo de papel sea venerado, el pueblo seguirá sufriendo — mientras otros celebran.

–(c) ‘09 maj

Traducción libre del inglés enviado
por Fatirah, litestar@aol.com, hecha en
REFUGIO DEL RIO GRANDE, Texas, EE.UU.


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