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12 de mayo de 2009
Indígenas peruanos, en guardia contra Alan García
EFE
Paola Ugaz
Lima, Perú
Desde inicios del mes de abril, los indígenas de la Amazonía reunidos en AIDESEP (Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana) se declararon en guerra contra el gobierno de Alan García porque se sienten traicionados por la promulgación de una serie de leyes que atropellan sus derechos sobre las tierras en las que viven desde hace miles de años.
Las 65 etnias que forman parte de la Amazonía peruana consideran una traición el hecho de que en agosto del pasado año, el presidente del congreso de Perú, Javier Velásquez Quesquén les prometió derogar las leyes -que a su entender- iban a entregar sus tierras a la explotación del gas y petróleo.
Una vez que los indígenas constataron que fueron “mecidos” (engañados en jerga peruana) por el congreso y que las leyes en disputa iban a ser promulgadas bajo otra forma, decidieron, enojados, levantarse a inicios de abril pasado, y desde ese día, han tomado aeropuertos, cerrado ríos y estaciones desde donde se traslada el crudo pesado hacia la costa y que es manejado por la estatal Petroperú.
Hasta el momento, la paralización ha causado diez indígenas heridos de las etnias awajun y wampis por el desalojo policial que realizó la policía en el puente llamado Corral Quemado en Bagua, al noreste de Lima, el domingo pasado.
Este encontronazo es el primero que se realizó tras la declaración de estado de emergencia de 60 días dictada por el gobierno, el sábado 9 de mayo, y que supone la prohibición de todas las reuniones que no cuenten con autorización y el uso de la fuerza por parte de las Fuerzas Armadas y la Policía.
El levantamiento se realiza en los departamentos de Amazonas, Loreto, San Martín, Ucayali y Cuzco. Entre los huelguistas se encuentran los Aguarunas que en enero de 2002, mataron a 17 colonos (10 adultos y 7 niños) que venían de los Andes, en Flor de la frontera, por un conflicto de tierras, que dejo congelados a las autoridades del gobierno de Alejandro Toledo (2001-06) y que ha quedado impune hasta hoy.
A propósito de este movimiento de resistensia Terra Magazine entrevistó al antropólogo Carlos Monge, representante en América Latina del Revenue Watch Institute (Nueva York) e investigador asociado de la peruana organización de investigadores sociales, Desco, que coordina proyectos que trabajan para fortalecer la capacidad de la sociedad civil de promover la mayor transparencia en la toma de decisiones sobre el sector de minería, gas y petróleo en Guinea Ecuatorial, México, Perú, Ecuador y Bolivia.
TM: ¿Qué le exigen al gobierno las 65 etnias amazónicas unidas en este reclamo?
Si bien el mundo nativo amazónico es profundamente heterogéneo y tienen dinámicas diferentes han construido una identidad colectiva a través de AIDESEP que es muy potente y que revela un proceso acumulativo que viene de antes de la reforma agraria de los años sesenta y que los mantiene muy unidos en esta protesta. En segundo lugar, este paquete de decretos mas allá de los detalles que tienen que ver con recursos, reforestación ó cambiar las reglas internas para la compra de tierras comunales les causa la común percepción de que el gobierno busca abrir las tierras comunales para proyectos de inversión petroleros, forestales ó agroindustriales y que sus tierras son la última frontera, es decir lo que ha quedado de la Amazonía junto a las áreas protegidas.
Les queda claro que ellos son parte del perro del hortelano: hay recursos los dueños ni los usan ni quieren que los usen y es un pretexto que se afirme que el paquete de decretos se elaboraron para adaptar la legislación al Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, cuando los congresistas del partido demócrata no está de acuerdo con medidas que atenten contra el medio ambiente.
El partido de fondo del gobierno es concesionar toda la Amazonía.
TM: ¿Cuánto es el porcentaje de la Amazonía que está concesionada para la explotación petrolera?
Entre diciembre del 2004 y diciembre del 2006 el porcentaje de tierras concesionadas por la Amazonía, paso del 15 por ciento a más del 70 por ciento, de acuerdo a cifras oficiales. Lo que quiere decir es que de la Amazonía queda sin concesionar el 25 por ciento y de ese 25 por ciento una parte pertenece a los parques protegidos y otra a los indígenas, es como en “Star Trek”, la última frontera y Alan García es el comandante Kirk que quiere abrirlas.
TM: ¿Cuál es la fuerza de los indígenas peruanos en la Amazonía?
Es insignificante en términos demográficos, son 350 mil comunidades reconocidas que pertenecen a 65 etnias pero que producto de un proceso ininterrumpido de trabajo de liderazgo AIDESEP de 30 años que ha forjado una conciencia y un discurso sólido que hace que sea el mismo entre los del grupo Marañón que tomaron el aeropuerto en Ucayali, ó los que asaltaron la barcaza en Madre de Dios. Su fuerza es su cohesión. Además han logrado concitar la simpatía y la solidaridad de buena parte de la población que viven en áreas urbanas, de las autoridades regionales, y la Iglesia.
La celebración del año pasado en Bagua, (cuando el Congreso anunció, en agosto pasado, la derogación de las normas que les afectaban) ¿cuántos de ellos eran indígenas? ¿Un 30 por ciento? Bueno, el 70 por ciento restante corresponde a pobladores urbanos que festejaban algo y esa sensación de solidaridad, los hace muy fuertes.
Los límites de ello, lo ves cuando basta que un botecito con un pequeño motor de la Marina se tumba una cadena de piraguas (botes pequeños) que están atados con una soga. Los indígenas son fuertes en sus términos pero las asimetrías son enormes, por ello es urgente que haya una solución ya que por más que seas fuerte y cohesionado, si eres chiquito no puedes sostener un conflicto tan prolongado.
¿Cómo evalúa la actitud del primer ministro, de origen de izquierda, Yehude Simon, ante el conflicto?
Yehude Simon es una decepción, se ha “apristizado” (alusión al partido Aprista de Alan García) y cree que el cargo le servirá como trampolín a la candidatura presidencial. En esa línea, ha publicado un comunicado de una enorme vaguedad sobre el conflicto, donde se reafirma la idea de que el petróleo es de toda la nación, ese es el mensaje, no importa lo que pase, el petróleo es del Perú, ese es el plato de fondo y eso es lo que hay que discutir porque lo demás es anecdótico.
Entonces, ¿Qué es lo que está en juego en este conflicto?
Mas allá de que (Javier) Velásquez Quesquén (el presidente del congreso) ‘los meció’, creo que la huelga amazónica plantea temas de fondo como ¿cuál es el lugar de las nacionalidades amazónicas dentro de la nación peruana?, lo que pasa a su vez por dos temas fundamentales, uno, redefinir el concepto de tierra para usar el concepto de territorio donde el subsuelo no pertenece al estado en donde se encuentran las naciones indígenas. ¿Es muy radical? No me parece. Es muy George Bush, muy Estados Unidos. Si George Bush papá no quiere sacar petróleo porque le quiere legar un jardín a sus nietos, ¿Porqué los arawitas o los huitotos no tienen derecho a dejarle el territorio a sus nietos?, ¿es muy ultra?. No, es muy gringo el concepto.
Si se reconocen a las naciones que forman parte de la nación peruana, tienen que tener derecho a su territorio y en segundo lugar tienen que tener derecho a la representación política directa, debe de haber distrito electoral indígena.
En mi opinión, la huelga lo que pone en evidencia es la necesidad de un replanteamiento del uso del subsuelo en la tierra de los indígenas, su nueva territorialidad y la necesidad de que tengan representación política. Estos son temas que debieran ser materia de una renegociación de las elites criollas con el mundo indígena, en esa discusión, los decretos son los disparadores de este debate.
¿Qué lugar juega el cuidado de la Amazonía como la última reserva de oxígeno y agua fresca para el mundo que batalla contra el calentamiento global?
El movimiento indígena pone sobre la mesa un tema que a veces olvidan algunos izquierdistas entre comillas, tipo Hugo Chávez, que ven a la Amazonía como un proveedor de minerales, maderas, energía fósil y otras energías; ellos proponen agua y oxígeno en vez de explotación petrolera.
La huelga devela el segundo tema de fondo que es, ¿cuál es la mirada estratégica que debemos tener sobre la Amazonía?, porque la que predomina ahora es la que saca recursos fósiles para quemar y contribuir al calentamiento global. Los indígenas te proponen un mundo más viable del que estamos viviendo.
¿Considera que el gobierno tiene razón en valorar más las explotaciones petroleras que la conservación de la Amazonía?
No, porque la propuesta gubernamental durará 20 años, mientras que una propuesta donde los indígenas realicen una agresiva campaña de agua fresca, de certificados de retención de carbono, de ecoturismo, de entrar a fondo en el turismo sostenible, en la crianzas de paiches (pez amazónico) y de lagartos, en las licencias de patentes para la industria farmacéutica durará 3.000 años.
¿Por qué cree esta huelga de la Amazonía ha tenido menos atención de la prensa que la anterior de agosto pasado?
En la anterior huelga, el líder de AIDESEP, Alberto Pizango, logró trabajar en medio entre la fisura del gobierno y el congreso quienes buscaban reivindicar su imagen diciendo ¿nosotros si luchamos por solucionar los problemas¿. En esta ocasión, hay una cerrazón de la clase política nacional y una cerrazón de los medios, siendo una huelga más fuerte, más radical y con medidas más contundentes, como el cierre de ríos o de aeropuertos, es una huelga mas aislada. Incluso hay una mesa convocada por el Primer ministro, Yehude Simon que no sirve de nada. Este olvido es muy peligroso porque los puede llevar (a los indígenas) a radicalismos desesperados.
Ojala haya una solución política de corto plazo, ojala que esta huelga no termine en una masacre, imagínate si la próxima vez si rompes un cerco basta un disparo en el río, basta alguien o que pierda el control.