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Recuperando el territorio ancestral. Pronunciamiento de la comunidad mapuche José Manuel Pichún

18.06.09

En 1987 la Dirección de Bosques de Río Negro le usurpa a Rudesindo Valle, marido de doña Avelina Justo y padre de Nicolás, actuales integrantes de la comunidad José Manuel Pichún, una parte del campo que ocupan implantando pinos exóticos en unas 250 hectáreas.

Fue muy penoso ver como cuadrillas de operarios quemaban el bosque nativo (radales, palo piche, retamo, ñire, chacay, laura …) y realizaban las “fajas” para plantar las hileras de pinos de las variedades ponderosa y murrayana.

Se intento detener ese avance a traves de la junta vecinal existente en ese momento en Cuesta del Ternero -muchos de los vecinos aún hoy están-, pero no pudo lograrse. Don Valle estaba muy enfermo y, con muchos hijos por criar todavía, decidió no seguir con las medidas que se habían decidido, situación de debilidad en la que se asentó esta plantación.

Así, la Dirección de Bosques avanzó y consolidó el despojo practicado contra la familia Valle culminando con la total reforestación y alambrado perimetral del predio usurpado para 1988.

Si bien el lugar quedo totalmente cerrado, la familia nunca dejó de ocupar ni de sentirse parte de ese sector del territorio manteniendo sus animales en el lugar. Aún hoy lo hacen y sacan leña para el consumo doméstico.

En 1999, Nicolás y doña Avelina, conjuntamente con otros descendientes de José Manuel Pichún, conformamos la comunidad Mapuche que lleva su nombre para vivir y defender la vida en el territorio ancestral.

No sabemos en que momento el sector en conflicto pasó a manos -(o debemos decir garras)- de EMFORSA (Empresa Forestal Rionegrina Sociedad Anónima). Lo que sí es cierto es que hace un par de años la empresa estuvo podando los pinos en un sector del lote.

En enero de este año, uno de los focos del incendio alcanzó el lugar quemando la totalidad de los pinos y destruyendo el alambre.

En mayo pasado, cuando Nicolás cortaba leña como todos los años para calefaccionar su vivienda, una persona que se identificó como “encargado del lugar” le dijo al peñi que no podía cortar leña, que tenía que sacar los animales por ese no era su lugar”. Inmediatamente después realizó una denuncia penal por robo contra este miembro de nuestra comunidad.

Ante esta situación y cansados de soportar tanto atropello e injusticia, la comunidad J.M.Pichun decidió reafirmar la posesión que usurpa la empresa forestal.

Sabedores que esa parte del territorio es indiscutiblemente parte del territorio al cual pertenece nuestra comunidad; la que a su vez es parte del territorio Ancestral del Pueblo Mapuche; y que según toda la legislación vigente en Argentina la comunidad tiene autonomía para disponer de los “recursos” que se encuentran dentro del territorio de la misma, es que decidimos construir una ruca en el lugar usando varillones de los pinos quemados. Ahí se restablecerá la familia Valle. A la vez, dispondremos de la madera de los pinos existentes, la que compartiremos con las comunidades agrupadas en el CAI sin ningún tipo de costo, para lo que estas consideren oportuno de acuerdo a las propias necesidades (rucas, galpones comunitarios, etc.).

No buscamos ningún rédito económico sino fomentar y recuperar la forma de trabajo solidarias de nuestro pueblo. Con las comunidades nos afianzaremos en el sector y erradicaremos los pinos invasores; si bien los pinos adultos se quemaron cayó mucha semilla luego del incendio y en la primavera eso sería un verdadero “almácigo” de pinos nuevos. Sacaremos la madera y arrancaremos (erradicaremos) los renuevos, dándole oportunidad al bosque autóctono a reponerse y recuperarse sin que el pino lo ahogue.

Es nuestra intención ponernos en contacto con grupos que practican la técnica “Fukuoka” de recuperación de áreas degradadas (siembra de semillas en bolitas de arcillas) para que nos ayuden a recuperar el bosque original.

A la vez, la comunidad evalúa la alternativa de retirar del sector todos los animales (vacas, ovejas) para potenciar el rebrote de las plantas el tiempo que sea necesario hasta que el bosque vuelva a tener la capacidad de resistir una determinada carga animal.

Sabemos que la plantación de pinos (especies exóticas invasoras) está fomentada por el Estado nacional y los organismos financieros internacionales. Otorgan subsidios y beneficios fiscales por hectárea plantada, armando engranajes de especulación y extracción de beneficios económicos de la naturaleza que incluyen los llamados “bonos verdes” y la fijación de dióxido de carbono, entre otros mecanismos de control y saqueo de nuestro territorio.

Para nosotros, parte del pueblo mapuche, la forestación y reforestación es una acción de avance sobre el Wall Mapu que rompe la armonía que existe entre el che, el bosque y otras fuerzas ancestrales.

Las forestaciones no son bosques; son plantaciones industriales (como la soja) y muchas de las especies con las cuales se reforesta hoy son transgénicas (o genéticamente modificadas, también como la soja).

Son bosques muertos por que ni los pájaros anidan en ellos.

Ante el proyecto de destrucción y muerte de las forestales, como pueblo mapuche nos reafirmamos en esta porción del territorio para recrear y garantizar la vida.

Marici weu!! marici weu!! marici weu!!

Comunidad mapuche José Manuel Pichún

Puelmapu


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