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Importantes informes científicos norteamericanos arremeten contra los trasgénicos

19.06.09

19-06-2009

Gigantes o pigmeos

Gustavo Duch Guillot
Rebelión

MI hijo Xavier, como buen adolescente, aprovecha cualquier oportunidad para ponerme contra las cuerdas. Como el otro día cuando le dije que estaba invitado a moderar una mesa redonda sobre campesinado y alimentación. El tío se me puso altanero y va y me suelta una de sus frases lapidarias –papá, no dudo que sepas moderar una mesa redonda pero ¿sabrás moderarte? A Xavier, como supongo que a muchas y muchos de Ustedes, les debe aburrir ya mi defensa de un modelo de agricultura social en manos de los pequeños y pequeñas campesinas. Pero es que ahora el modelo de agricultura industrial al que me opongo, y que tiene su máxima expresión en los cultivos transgénicos, ha recibido dos varapalos que deberían enterrarlo para siempre.

Por un lado el informe de la Union of Concerned Scientists (Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad de EE.UU.) que analizando doce estudios académicos, con ensayos de campo durante los últimos 20 años, observa que el cacareado aumento de los rendimientos de estos cultivos –como se ha venido repitiendo- no es tal. Sólo hay incrementos en el caso del maíz BT pero no por su genética “sabiamente” modificada sino a mejoramientos tradicionales de los cultivos. Y un segundo informe que nos atañe a todas y todos elaborado por otra institución de los EE.UU., la Academia Americana de Medicina Ambiental, que después de estudiar múltiples investigaciones realizadas en animales concluye que existe una relación de causalidad entre el consumo de alimentos transgénicos y efectos adversos a la salud. Y directamente, sin tapujos, solicitan urgentemente, “por la salud y seguridad de los consumidores” una moratoria a los alimentos genéticamente modificados y la implementación inmediata de pruebas independientes y de largo plazo sobre su seguridad.

Tenemos certeza que los OGM no sirven a las gentes del campo y algo más que dudas sobre el consumo de estos alimentos. ¿Precaución o riesgo? ¿España tomará ejemplo de otros países europeos y detendrá estos cultivos? Con la clase política que nos gobierna me temo que habrá que darle la razón a Mario Moreno. Sí, al genial Cantinflas cuando en la película que interpreta a un embajador de un país ficticio dice al pleno de las Naciones Unidas: “Estamos viviendo un momento histórico en que el hombre científica e intelectualmente es un gigante, pero moralmente es un pigmeo.”

Mundo: Alerta médica: los transgénicos amenazan la salud
Por Silvia Ribeiro
servindi.org

18 de junio, 2009.- La Academia Americana de Medicina Ambiental (AAEM, por sus siglas en inglés), hizo pública en mayo 2009 su posición sobre los alimentos transgénicos. “Por la salud y la seguridad de los consumidores” llaman a establecer urgentemente una “moratoria a los alimentos genéticamente modificados y la implementación inmediata de pruebas independientes y de largo plazo sobre su seguridad”.

Llaman a los médicos “a educar a sus pacientes, a la comunidad médica y al público para evitar los alimentos genéticamente modificados”; a “considerar el papel de los alimentos transgénicos en los procesos de enfermedad de sus pacientes” y a “documentar los cambios en la salud de los pacientes cuando dejan de consumir alimentos transgénicos”. Instan “a sus miembros, la comunidad médica y la comunidad científica independiente, a recopilar estudios potencialmente relacionados con el consumo de transgénicos y sus efectos sobre la salud, y a comenzar una investigación epidemiológica para examinar el papel de los alimentos transgénicos sobre la salud humana”.

Una importante conclusión en la que basan su toma de posición es que, a partir de los múltiples ejemplos analizados, “hay más que una relación casual entre alimentos transgénicos y efectos adversos para la salud”. Explican que según los criterios de Hill (de Bradford Hill, ampliamente reconocidos académicamente para evaluar estudios epidemiológicos y de laboratorio sobre agentes que puedan suponer riesgos para la salud humana) “existe causalidad en la fuerza de asociación, la consistencia, la especificidad, el gradiente y plausibilidad biológica” entre el consumo de alimentos transgénicos y los efectos adversos a la salud.

Entre los efectos negativos, comprobados a partir de decenas de estudios en animales, mencionan “riesgos serios”, como infertilidad, desregulación inmune, envejecimiento acelerado, desregulación de genes asociados con síntesis de colesterol y regulación de insulina, cambios en el hígado, riñones, bazo y sistema gastrointestinal. Citan, entre otros, un estudio de 2008 con ratones alimentados con maíz transgénico Bt de Monsanto, que vincula al consumo de maíz transgénico con infertilidad y disminución de peso, además de mostrar la alteración de la expresión de 400 genes.

La Academia señala que ante la generalización del consumo de transgénicos, lo urgente es realizar estudios epidemiológicos. Esto es altamente relevante para el caso del maíz en México: aquí el maíz se consume cotidianamente en toda la población, por lo que los efectos de los trasngénicos en este tipo de alto consumo son diferentes y muchos más graves que lo que se puede observar en casos puntuales.

Una fuente citada por el documento de la Academia es el extenso libro Genetic roulette (Ruleta genética) de Jeffrey Smith, que documenta en forma minuciosa y con cientos de referencias científicas, 65 casos de efectos adversos de los transgénicos sobre la salud de personas y animales, incluyendo casos de vacas y ovejas que murieron en Alemania e India, luego de alimentarse rutinariamente con cosechas transgénicas. Este autor alerta que todos somos conejillos de indias para la industria biotecnológica -que ha podido liberar en campo e invadir los alimentos con transgénicos sin necesidad de probar su inocuidad para la salud humana en ninguna parte del mundo- pero que particularmente los niños y las mujeres embarazadas son las que corren mayores riesgos.

La asociación médica refiere también el reciente estudio de la Unión de Científicos Preocupados de Estados Unidos, que analizando 13 años de cultivos transgénicos muestran que éstos tienen menores rendimientos y que si hubo aumento de producción no se debió a transgénicos sino a manejos de tipo convencional. Introducen este análisis sobre productividad, para concluir que tampoco en este aspecto muestran ninguna ventaja, por lo que nada justifica el “serio riesgo para la salud en las áreas de toxicología, alergia y función inmune, salud reproductiva y salud metabólica, fisiológica y genética” que representan los transgénicos, por lo que lo único sensato es aplicar un estricto principio de precaución, estableciendo una moratoria total e inmediata.

A los riesgos que plantean los transgénicos en sí mismos, se agrega el aumento de uso de agrotóxicos y las enfermedades que éstos provocan (están diseñados para usar más agroquímicos, nuevamente no por casualidad sino por causalidad: los fabricantes de trangénicos, Monsanto, Dow, Dupont, Syngenta, Bayer, Basf, son también los mayores fabricantes de venenos agrícolas del planeta).

La trampa está en la inversión de lógica que las trasnacionales han logrado imponer: en lugar de etiquetar con una advertencia a los alimentos que contienen agrotóxicos y transgénicos, obligan a que se tenga que separar, etiquetar y cuesten más caros los alimentos orgánicos y sanos.

La solidez de las posiciones argumentadas por la Academia de Medicina Ambiental contrastan con la supina ignorancia del secretario de Agricultura Alberto Cárdenas y otras autoridades gubernamentales de México y otros países que declaran -sin ninguna prueba de ello- que los transgénicos no son un riesgo para la salud. Igual que con los cerdos industriales de Granjas Carroll y otros grandes criadores que crean nuevos virus y epidemias ¿Cuánta gente tendrá que enfermar o morir para que dejen de proteger -y subsidiar- las ganancias de las trasnacionales que crean las enfermedades?

Existen muchas alternativas para producir y alimentarse sanamente, que no implican riesgos, mantienen las fuentes de sustento para las mayorías, cuidan la biodiversidad, afirman la soberanía alimentaria y los derechos de los campesinos. Los transgénicos solamente crean riqueza para unas pocas trasnacionales, amenazando la salud de todos.


*Silvia Ribeiro es investigadora del Grupo ETC.

Posición de la AAEM en castellano:
- www.biodiversidadla.org/Principal/Contenido/Noticias/Alimentos_geneticamente_modificados
—-
Fuente: www.ecoportal.net / Publicado en La Jornada, México, 6/6/2009


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