Miles de campesinos e indígenas guatemaltecos marcharon este martes por la capital en rechazo a la construcción de una planta cementera, mientras otros manifestantes bloquearon carreteras en su apoyo y en rechazo a la explotación minera en el país, comprobó un periodista de la AFP.
La marcha comenzó en la mañana y tiene como objetivo presionar a los jefes de los poderes del Estado para que den una audiencia a sus líderes para discutir los daños que ocasionará al medio ambiente la instalación de la planta cementera en el municipio de San Juan Sacatepéquez, en el oeste del país.
La caminata, que provocó congestionamiento vehicular y la molestia de conductores, partió el lunes desde el parque central de San Juan Sacatepéquez para recorrer unos 40 km hacia la Casa Presidencial, en la capital.
Está previsto que en la marcha se hagan paradas frente a la Corte Suprema de Justicia y el Congreso, para terminar en Casa Presidencial, según los dirigentes campesinos.
Otras protestas en el interior del país se sumaron este martes, con el bloqueo de al menos cuatro carreteras que conducen hacia las fronteras de México y Honduras, entre otras.
Las protestas son en apoyo a la marcha contra la planta cementera, así como para rechazar la actividad minera en el país, al considerar que daña el medio ambiente.
Uno de los dirigentes de los campesinos, Mario Raxón, declaró a la AFP que de no obtener una respuesta positiva, volverán a las calles a finales de este mes.
Raxón aseguró que la construcción de la fábrica, perteneciente a una firma local, está provocando contaminación, lo que perjudicará la siembra de verduras, flores, maíz y frijol, principales fuentes de subsistencia en esa región.
Las protestas por la instalación de la cementera dejaron un muerto en junio del año pasado, lo que llegó al presidente Álvaro Colom a decretar un estado de excepción en la zona.
Según la firma Cementos Progreso, invertirá en la planta unos 690 millones de dólares para producir 2,2 millones de toneladas de cemento al año.