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Comunidad y producción autogestionaria. Principios de un proyecto de barrio en Mendoza

19.07.09

Proponen un barrio “ideal” que será construido por sus propios vecinos

El proyecto es único en el país y está pensado para 200 familias que tendrán seguridad, educación y trabajo autosustentable.

Para vivir en armonía

jueves, 16 de julio de 2009
Los Andes On Line

Cuando comenzaron a delinear los primeros trazos del proyecto pensaron que era una quimera casi imposible de concretar. Pensaron en un barrio construido por sus mismos habitantes, donde las condiciones básicas para una buena calidad de vida fueran posibles e incluso perdurarán en el tiempo.

Así decidieron romper con las líneas tradicionales para conseguir casa y empleo y se lanzaron a la búsqueda de un proyecto sustentable que hoy, lejos de parecer un sueño, comenzó a marchar con más adhesiones de las esperadas.

Con objetivos sólidos, la propuesta fue presentada a principio de mes por los representantes de la Red de Organizaciones Sociales de Las Heras, una entidad que a su vez integra a veinte grupos diferentes que desde hace años trabajan en el departamento comprometidos con aspectos tales como cultura, infancia, inserción laboral y defensa de los derechos humanos.

En ese momento, la iniciativa comenzó a tomar forma a través de la firma de un acta acuerdo donde el Conicet (CCT Mendoza) junto al Instituto Nacional de Tecnología Industrial(Inti), el municipio de Las Heras y hasta la propia ministra de Desarrollo Social, Familia y Comunidad -Silvia Ruggeri- dieron su visto bueno.

Desde distintas áreas cada organismo aportará conocimientos sociales, científicos y tecnológicos pero además darán asesoramiento para que cada vecino (una vez construido el barrio) participe en forma comunitaria de un proyecto productivo.

Es que el objetivo planteado por los representantes de las entidades pioneras no sólo tiende a “dar una casa” a quien la necesite, sino que la novedad radica en un concepto que rompe con la idea tradicional de vivienda. Se trata de que cada una de las personas que habiten el vecindario entiendan el concepto de comunidad, para lograr así metas que permitan sostener emprendimientos conjuntos.

Justamente por eso, las 200 familias no serán elegidas al azar, sino que estarán sujetas a un proceso de conocimiento sobre lo que significará vivir allí. “Todos los que vayan a participar tienen que estar dispuestos a poner su esfuerzo, ideas y trabajo”, explicó Alberto Marino, presidente la Fundación el Prosumidor y uno de los inventores del proyecto, único en la provincia y el país.

Como un aspecto importante es que cada emprendedor ayude a construir las casas y pague con su labor la edificación -desempeñando tareas de albañilería, plomería o pintura, entre otras- quien no posea conocimientos de construcción podrá acceder a una capacitación.

Desde un principio, las empresas privadas también fueron un eslabón indispensable para conseguir las herramientas materiales necesarias. Una de ellas es Hipercerámico, que planea colaborar sólo cobrando el costo operativo de los materiales. “Notamos que es una iniciativa diferente pero seria y sobre todo sustentable, que permitirá mejorar la calidad de vida de mucha gente”, dijo Diego Pérez Colman, gerente general de la firma.

Marino agregó que por estos días están a la espera de la contestación una compañía que fabrica cemento, mientras que se encuentran en tratativas con la empresa New Panel, dedicada a la producción de paneles para techos.

Otro aspecto básico es conseguir un terreno, que dentro del departamento sea adaptable a las necesidades de los vecinos. En principio, debería cubrir unas diez hectáreas. Para esto, la red seguirá reuniéndose con el área de Vivienda del municipio.

De hecho, el lunes pasado se concretó la primera mesa de diálogo con Mabel Iannizzotto, titular de esa área. “Es una propuesta que tiende a una visión integral de vivienda, que no termina en tener un techo”, evaluó Iannizzotto.

Si bien hasta ahora hay dos terrenos vistos, su compra no será muy sencilla. Es que según consta en el primer documento firmado, el intendente Rubén Miranda aclaró que el municipio no cuenta con tierras disponibles ni recursos económicos.

Pero el funcionario dejó la puerta abierta al mencionar la posibilidad de distintas líneas de financiamiento.

Ruggeri coincidió: “Una vez que se avance en ese proceso de participación y gestión asociada pueden surgir créditos de fondos provinciales, nacionales y hasta internacionales”, explicó la funcionaria y agregó que la idea de la red coincide con los principios de bien común desde una visión integral, que incluye educación, trabajo y conceptos de familia y comunidad.

Para Marino, distintas experiencias han demostrado que 200 integrantes es el número ideal para lograr cumplir metas colectivas con resultados positivos. No por nada, él mismo fue pionero del primer Club del Trueque surgido en Mendoza a partir de la crisis de 2001.

Ahora, las actuales problemáticas volvieron a movilizarlo. Manuel González, de la Asociación Tierra de Niños, junto a Rafael Sifre, de la Fundación para el Desarrollo Institucional, comparten estas ganas. “Peleamos por el derecho a una vivienda digna, pero esto implica incorporar valores, esforzarse y compartir”, aseguró González. “Estamos convencidos de que esto es posible”, agregó Sifre.

Enviado por Alberto Marino
albertmarino@gmail.com


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