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Llenar las periferias de las ciudades de comunidades urbanas autogestionadas que establezcan con las comunidades rurales lazos de economía directa.

24.07.09

Estimados amigos:

Habiendo leído la nota del compa cubano, que toma algunos aspectos del texto de Marina, me permito traer al debate los siguientes aspectos, que ustedes podrán responder o no, analizar con otras personas o instancias o no, y tal vez este medio de Red latina sin fronteras pueda ser el espacio donde nos encontremos para dialogar, no importando si ustedes u otros lo llevan a otros ámbitos indicando la fuente de Red.

Me preocupa que aún se siga en el campo conceptual popular y marxista aduciendo categorías económicas y sociológicas para asentar análisis dejando de lado aspectos de fondo sin los cuales el recorrido de las fases o períodos de avanzar hacia la sociedad sin clases se hace un tanto turbio.
Me refiero a los aspectos instintivos y naturales subyacentes en los miembros de las estructuras y relaciones sociales que se analizan.

Las sociedades y sus articulaciones internas llamadas relaciones sociales surgen después del aniquilamiento de la comunidad por parte de la propiedad privada, el mercado y el patriarcado. Las anteriores relaciones no son sociales de modo ninguno, sino comunitarias, como lo serán en la mal llamada “sociedad sin clases”, el comunismo o el nombre que le quieran poner. Ya que si no hay clases, es porque no hay propiedad ni estado, por lo que resulta contradictorio y sin sentido seguir llamándola “sociedad” y no comunidad y comunidades como corresponde.
La comunidad es natural, la sociedad es artificial por convención y poder. La comunidad es parte de la naturaleza, la sociedad es contraria a ella, por mucho que se instale en las conciencias ciertos valores que “orienten” comportamientos a contrapelo de la construcción de psique y conducta individual.

Hemos sido históricamente kantianos y jacobinos para trabajar la construcción socialista. Kantianos porque nos diferenciamos de los demás socialistas debido a que tenemos el comunismo en mente, lo que no nos diferencia de las religiones que tienen la oferta del cielo, ya que fue un cura que lo bajó a la tierra y lo llamó Utopía para que no fuera le “meca” de la fe religiosa sino de la racional objetividad científica. La revolución cultural rusa fue la más nítida expresión universal del pensamiento kantiano y su teoría de los valores. Todos se sabían el manifiesto de memoria y cuando ello cayó no quedó nada, por más que busquemos expresiones de sobrevivencia, muy débil y fraccionada dentro de los territorios de la ex URSS. Por qué? Porque nos quedamos dentro del universo valórico-conceptual practicando las mismas relaciones “sociales” del capitalismo, sin incorporar las relaciones comunitarias, o sea, del mundo de la vida y la cotidianeidad. A propósito aún hay gente que interpreta de modo “societario” el concepto del Che del “socialismo cotidiano” y no hay dedos de frente para entrecruzar ese concepto con sus constantes llamados al humanismo, al avanzar al comunismo, a la ternura, en fin. Es lamentable que muchos asuman esa ternura más como un “valor relacional” (al estilo weberiano) que como una “sensación”, que tiene que ver más con la forma de vida en común que con la forma de “relacionarse”.

Jacobinos porque nos hemos orientado por la transferencia de nuestras capacidades, soberanía o poder o como se le llame, siguiendo al Engels de la introducción a “La Guerra Civil en Francia” y no al Marx de su capítulo tercero, donde sostiene que la comuna asume las funciones de Estado, mientras el introductor afirma que es la forma del estado, la dictadura del proletariado. Y después más de uno escribe diciendo que sigue al Marx de la comuna, cuando es más que evidente que sigue a Engels. Lo que hoy día se esconde para evitar algunas cosas que podrían pasar, entre ellas la no necesidad del partido, aunque puede existir, pero no de forma jacobina ni solapada como los llamados “instrumentos políticos” en algunas realidades del continente.

El texto hace una defensa muy clara perfilando las tareas de avance socialista estrictamente en el sistema relacional, que por lo demás requiere de autoconciencia, lo que configura un terreno conceptual a seguir, esto es, los lazos humanos serían o seguirían siendo más de acuerdos y afinidades que de sensibilidades, cotidianeidades, en fin, de la expresión del instinto de lo común.
Si, ese instinto, que no han podido aniquilar las estructuras ni propuestas societales, aquel que trae el niño que nace y el mundo es todo suyo y viceversa, pero los modelos existentes del capital, aún del que tiene la visión futurista de la “sociedad” sin clases, lo aniquila mediante las escuelas que no sólo modelan sistemas valóricos o contenidos de conocimiento, sino, lo que es más grave, instalan la autodisciplina necesaria para entender y actuar la vida del modo predominante, lo que ustedes deben tener mucha noción que modela también la psique.

Si esos son los modelos societales en disputa, seguirá costando un tanto salir de allí, ya que en ambos tipos de países existen exactamente las mismas estructuras que mueven el cuerpo y las relaciones entre personas, la misma familia, escuela, empresa, trabajo, contrato, salario, diferencias salariales y etcétera, entendiendo que conocemos muy bien lo de que a cada cual según su trabajo.
De allí que afortunadamente para los que veníamos del campo del desarrollo de las ideas concentrados en la “sociedad” y sus fases, en todo el mundo después de la crisis que disminuyó el rol del estado para aumentar el del mercado, se sucede la crisis de cohesión que culmina en la caída del muro y la emergencia universal de identidades, nacionalidades y comunidades por todas partes.

En nuestro continente Abya Yala los zapatistas y varios otros no son sólo ejemplo de movimientos sociales, sino expresión de cómo la cosmovisión expresa la vida en común y de Perogrullo descartan fases de estados centralizadores para llegar a lo mismo que han vivido cientos y miles de años. Independe de la relación numérica, como por ejemplo en Brasil o Cuba, donde hay poquísimos.
Muchos de la vieja izquierda se han introducido mediante movimientos campesinos, mujeres, lucha contra la minería y otras, en el camino de las comunidades y tratan de hablar en nombre de ellas, tendencia que está creciendo en Bolivia, norte argentino y sectores andinos del Perú, pero que no logra entrar en muchas otras. Ellos tratan de hacer de la cosmovisión una neo ideología para circunscribir la lucha al terreno institucional. Obvio, si piensan en ser dirigentes. No captan el estilo protagonista de la subjetividad de esos sujetos comunitarios.
De esa manera, casi no necesitamos nada de las viejas teorías marxistas y anarquistas del viejo continente, sino usar sus metodologías de interpretación para darnos cuenta que aquí está el comunismo, la vida en común.

De allí que sin práctica de vida comunitaria seguiremos reproduciendo modos relacionales estrictamente convencionales, ideológicos, corporativos y etcétera. El nacimiento de los soviets rusos fue un fenómeno derivado del propio campesinado, donde posteriormente los populistas y muy tardíamente los anarquistas, eseristas, engelistas leninistas y marxistas consejistas entraron para darle contenido político al tema, esto es, “direccionalidad”. Ya deben estar muy claros ustedes del porqué siempre se ha ocultado el desarrollo de los soviets entre 1905 y 1017, tal como Hobsbawm intentara esconder la realidad de los bandidos de los bosques en la Edad Media sosteniendo que se trataba de una fase pre política, mientras esos bandidos de los bosques, montañas y mares reconstruían las formas comunitarias de vida en prácticamente todo el planeta, compartiendo la tierra en común, extrayendo juntos de ella el alimento, consumiendo juntos en comedores comunes, etc.
Y cuando trajeron a los africanos a nuestro Abya Yala, era notable como escapaban en todas partes instalando miles de quilombos y palenques donde podían re-enraizar el desarraigo.

Amigos.
El hecho de que los invasores y sus continuadores en los estados, repúblicas y demás de la llamada independencia nos hayan traído sus estructuras no ha podido borrar de una plumada que aquí es territorio originario del comunismo, de las comunidades y a ello debemos atenernos.
¿Vamos a trabajar con ellos o vamos a hacerlos seguir nuestras reflexiones y teorías?
Mi propuesta, que no es mía (véase la Carta a la IV Cumbre Continental de Pueblos Indígenas de Abya Yala) es trabajar juntos, aprender de ellos y llenar las periferias de las ciudades de comunidades urbanas autogestionadas que establezcan con las comunidades rurales lazos de economía directa, que permitan ir abandonando y desprendiéndose de los lazos del estado y del mercado.
Con ello hago alusión a que me parece sumamente delicado encerrar en el cuello de botella de la mirada que hace el compa cubano a las dinámicas que vienen desde abajo en el continente. Espero, con toda sinceridad, que Marina no tenga el mismo pensamiento reduccionista del compa cubano.

Abrazos
Profesor J
Profesor_j@yahoo.com

Nota:

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