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Ni argentinos ni chilenos, somos mapuche. Lucha se extiende por Argentina

17.08.09

Han aumentado los conflictos con los pueblos originarios:
Indígenas reclaman en Argentina restitución de unos 15 millones de hectáreas de tierras

Algunos grupos han radicalizado sus posiciones, tomándose campos. En Neuquén y en Río Negro, comunidades mapuches han logrado visibilidad y respaldo.

El conflicto indígena por el reclamo de tierras, agudizado por la falta de aplicación de las leyes, es hoy una bomba de tiempo en Argentina. Las comunidades de pueblos originarios reclaman la restitución de unas 15 millones de hectáreas en todo el país.

El resurgimiento del indigenismo puede observarse a simple vista en hogares y establecimientos rurales de Jujuy, Neuquén y Río Negro, donde cada vez más se ve flamear la bandera del Tawantinsuyu (Imperio Inca), en el norte, y la de los mapuches, en el sur. Esos símbolos hablan de un anhelo más amplio que un simple lugar donde vivir: se refieren, prácticamente, a una “región independiente”.

Comunidades diaguitas, collas y mapuches se definen como una “nación” distinta de Argentina, y algunos grupos han radicalizado sus posiciones tomándose algunos campos. Con estas polémicas acciones, sobre todo en Neuquén y en Río Negro, varias comunidades mapuches han logrado visibilidad y respaldo de organizaciones locales y del extranjero.

También se ganaron conflictos judiciales difíciles de zanjar, porque si bien para los propietarios de los campos se trata de usurpadores, la Constitución argentina reconoce “la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas”, y señala que debe garantizarse “la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que ocupan y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano”.

El presidente de la Sociedad Rural de Neuquén, Juan Sorzana, explicó que en esa entidad son 50 los campos con conflictos indígenas. Se habla de cascos de estancias abandonados por sus dueños, accesos a campos petrolíferos y mineros clausurados; iglesias (como en Quila Quina, Neuquén, donadas y que no se pudieron inaugurar por oposición de la comunidad indígena de la zona), parques nacionales en litigio, tierras fiscales y del Ejército ocupadas; escaramuzas y cientos de causas judiciales con personas detenidas (los indígenas denuncian 90 presos por participar en intrusiones de tierras).

“Ellos dicen que no se rigen por la leyes argentinas, porque son mapuches; yo no tengo nada en contra de su pueblo, estoy en contra de que salgan a tomar campos: que hagan los trámites judiciales como cualquier otro”, opinó Sorzana. Y agregó: “Yo no puedo decir ‘esto es mío’ e invadirlo: la usurpación es un delito; el Estado es el primero que tiene que definir la situación, porque no puede haber dos dueños”.

Sorzana intuye además que, detrás de las tomas de campos, “hay algo más que un señor que reclama la tierra de sus ancestros”. En San Martín de los Andes, por ejemplo, los indígenas piden como propio el cerro de la reserva municipal y hasta parte del centro de esquí Chapelco.

Martín Maliqueo es vocero de la comunidad Lonko Purrán, una de las 55 de Neuquén (hace diez años eran 28). “Entendemos que vivimos dentro de un Estado que no desconocemos, pero vamos a luchar por nuestros derechos; hoy no hablamos de hacer una separación, porque la autonomía es una utopía y estamos muy lejos de eso; pero no somos ni chilenos ni argentinos, somos mapuches y no nos sentimos representados”, dijo al ser consultado sobre el alcance de sus reclamos.

Pero dice que los conflictos vuelven siempre. “Donde existe explotación petrolera tiene que haber una restitución de territorio, pero no vamos a aceptar tierras gastadas, sino las aptas y suficientes para nuestro desarrollo”, afirmó. “Queremos la participación en la gestión de los recursos y estamos hablando también de los minerales”.

CHILENOS

En Argentina corre el rumor de que activistas mapuches chilenos han ingresado al país para participar en las tomas de campos.

Etnias originarias en el país

La Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas 2004-2005 de Argentina reveló que hay 600.329 personas en el país trasandino que se reconocen pertenecientes a etnias originarias. El sondeo reveló que los mapuches son el pueblo más numeroso, con unas 113 mil personas y, además, son los más vigorosos en cuanto a su nivel organizacional y a sus peticiones.

Hotel de lujo tomado por mapuches

Piedra Pintada, un paradisíaco hotel de 1.500 m {+2} , en Villa Pehuenia, Neuquén, fue prácticamente tomado por las comunidades mapuches, al punto de que su propietario decidió cerrarlo.

El dueño de Piedra Pintada, el italiano Domenico Panciotto, abandonó el lugar después de intentar un acuerdo con la comunidad mapuche que reclama esas tierras. Panciotto había logrado la concesión del campo, a cargo de la sospechada Corporación Interestadual Pulmarí, por un precio irrisorio. La Corporación está compuesta por funcionarios nacionales, de la provincia de Neuquén, del Ejército y por un representante mapuche.

Panciotto asegura, según sus allegados, que la cesión no le pareció irregular y que pensaba instalarse allí con su esposa, de nacionalidad suiza, como un proyecto de vida. No sabía, entre otras cosas, que las tierras eran utilizadas por las comunidades mapuches para el pastoreo de sus animales. Y empezaron los problemas.

En febrero pasado, los mapuches tomaron el campo y desoyeron la orden de un juez para desalojarlo. Panciotto, desilusionado y sin poder hacer usufructo de su inversión, decidió reclamar una compensación a la provincia de Neuquén, a la Corporación y al Estado nacional, pero sin resultados.

El hotel, en el cual Panciotto había invertido cinco millones de dólares, quedó ahí casi sin usar.

La Confederación Mapuche de Neuquén anunció que ya tiene planes para ese lugar: fundar una universidad intercultural a través de un convenio con la Fundación Madres de Plaza de Mayo.


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