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El barrio libre de Christiania, una comunidad autónoma en Copenhague, Dinamarca

18.10.09

Christiania, una comunidad independiente en Copenhague

Viajar es el arte de abandonar nuestro lugar lugar en el mundo (temporal o permanente) para descubrir que no todo es igual en nuestro planeta. Y viajar implica sobre todo, atravesar fronteras, ya sean geográficas, culturales o hasta religiosas. Pero a falta de complicaciones, las divisiones humanas entabladas de un modo convencional en nuestro planeta, muchas veces sirven para marcar espacios curiosos aún dentro de un mismo país o ciudad. Es el caso de Christiania, un micro mundo con sus propias reglas dentro de Copenhague, en Dinamarca.

Christiania, también conocido como Freetown Christiania es un barrio autónomo dentro de la capital danesa. Considerado como una comuna aislada bajo una legislación especial, el barrio está situado en un área perteneciente a ex cuarteles militares en desuso que paulatinamente fueron ocupados por personas sin hogar. Posteriormente, se comenzó a dar forma a un proyecto de construcción de una sociedad desde cero, bajo la premisa de la libertad, y con un gobierno autónomo amparado en un vacío legal aún hoy difícil de resolver.

Christiania supo ganar fama en base a una comunidad basada en el movimiento hippie, okupas, el colectivismo y el anarquismo. Durante años alcanzó fama internacional un grupo de teatro asentado en el barrio. Hoy, y por diversos motivos, el área es uno de los mayores atractivos turísticos de Copenhague. Christiania funciona como un barrio refugio para muchos desamparados y personas que encuentran su lugar en el mundo, con poco más de 800 residentes.

La curiosidad reside en que muchos de sus habitantes, se rigen por una serie de reglas independientes del gobierno danés. Su eje más famoso es Pushed Street, un centro famoso por estar abierto a las ventas de drogas blandas hasta el año 2004 y un área en donde no se permiten tomar fotos. Christiania está siempre bajo los ojos del gobierno, con planes de normalizar el área y no pocos disturbios.

Con todas las polémicas y controversias, Christiania no deja de ser una rareza urbana. En el barrio no pueden circular automóviles, aunque muchos residentes poseen un coche que lo tienen que aparcar en las afueras. La arquitectura, se muestra con rasgos voluntarios de improvisación, pero en cada vivienda, se distingue el estilo personal de cada uno de sus dueños. El barrio posee además una moneda oficial (el Lon).

En casi 40 años, el experimento social de Christiania en plena capital danesa, es un curioso caso de estudio convertido en atractivo turístico. Las fronteras del barrio, recuerdan a través de carteles que al salir de Christiania, estaremos entrando a la Unión Europea.


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