Es un hecho histórico de las últimas décadas la insurgencia de los pueblos indígenas en la escena política de América Latina. Esto no es en modo alguno casual, por el contrario, se trata; por una parte, de la expresión de la crisis del modelo desarrollista y neoliberal que tanto el imperialismo y sus grandes corporaciones transnacionales pero también, los Estados-gobiernos nacionales del continente, han buscado imponer a lo largo y ancho de todo nuestro continente y; por el otro, de la necesaria respuesta indígena a esta propuesta neoliberal que busca liquidarlos como civilizaciones, especialmente, por cuanto pretende intervenir y apropiarse de sus últimos espacios territoriales. Se trata, por tanto, de una lucha territorial en la que a los pueblos indígenas se les puede ir la vida, de allí la fuerza ética y política de sus demandas.
Desde el levantamiento indígena Zapatista de 1994 en México hasta la confrontación de los indígenas de la Amazonia peruana este mismo año 2009, uno tras otro, los pueblos indígenas de América han venido insurgiendo en defensa de su persistencia cultural y civilizatoria que, saben, no es posible sin defender al mismo tiempo y hasta las últimas consecuencias, sus espacios territoriales.
De tal manera que, si para la nueva etapa capitalista urge a las corporaciones un reordenamiento territorial dirigido a hacer posible la intervención protegida de sus capitales en espacios duchos en biodiversidad, agua y energéticos, para los pueblos indígenas representa el momento de luchar a muerte por sus últimos territorios, en singular defensa de sus cosmovisiones y cosmovivencias.
A esta realidad no escapa Venezuela, mucho más cuando sabemos que, todo el potencial energético, de agua y biodiversidad presente en este país se encuentra emplazado en el subsuelo de los espacios territoriales indígenas: La Gran Sabana en el estado Bolívar; el estado Amazonas y la Sierra de Perijá en el estado Zulia. De allí que, cuando la Constitución Bolivariana (aprobada en 1999) se planteó como meta, a cumplir en dos años, la delimitación de los hábitats indígenas, los pueblos originarios sintieron y se aferraron con fe a la demarcación como esperanza y certeza de que su persistencia como culturas diferentes estaba asegurada. Sin embargo, la realidad no es tan simple ni pura como la esperanza indígena. Grandes y oscuras fuerzas entran en juego. Éstas intervienen para torcer el rumbo a favor de las corporaciones y del capitalismo involucrando incluso a gobiernos que, declarativamente, se identifican con la necesidad de justicia para los pueblos originarios.
La primera manifestación de que el rumbo en Venezuela se torcía fue la forma en que se configuró la Comisión Nacional para la Demarcación de Hábitats y Tierras Indígenas, constituida, fundamentalmente, por los Ministerios de Defensa; Energía y Petróleo; Producción y Minas; Ambiente y las Corporaciones de Desarrollo de las regiones involucradas (CVG en Guayana y CORPOZULIA en el Zulia). Por supuesto, se seleccionaron a algunos representantes de las comunidades indígenas, pero su presencia quedaba de por sí, mediatizada y minimizada ante la imponente fuerza de los representantes del Estado-gobierno, amén de que en su elección lo que menos privó fue la participación de sus comunidades de origen. Por mencionar un ejemplo, la representante indígena en la Comisión para la Demarcación de los Hábitats indígenas del Zulia es una wayuu que desconoce totalmente la realidad de los pueblos yukpa y barí. Asimismo, la Comisión Regional de Demarcación se constituyó con criterios técnico-políticos*, quedando las comunidades y sus representantes legítimos sin posibilidad de participar.
Esta Comisión nunca ha querido escuchar la palabra de las comunidades y, mucho menos, la de organizaciones ecologistas no gubernamentales que desde hace más de 20 años han venido trabajando con las comunidades en la defensa de sus tierras y culturas en la región de la Sierra. Por el contrario, ante cualquier crítica a sus procedimientos la actitud ha sido la descalificación con el maniqueo argumento de si quien hace la crítica es afecto o no al proceso de Chávez.
Todo ello ha degenerado en la situación que hoy se vive en el costado Yukpa de la Sierra de Perijá: La comunidad Yukpa de Chaktapa y su líder Sabino Romero que, ante la negativa a escuchar por parte de la Comisión Nacional y Regional de Demarcación, decidió recuperar su territorio, está siendo colocado por los funcionarios ministeriales como elementos “al margen de la ley”, ello en consonancia con el discurso y acción de las fuerzas oscuras antes mencionadas. Hoy, Sabino Romero está siendo criminalizado por esas fuerzas oscuras pero apoyadas “oficialmente” por el gobierno nacional a través de su Vice-Presidencia, el Ministerio de Interior y Justicia y el Ministerio de Obras Públicas, quienes pretenden convertir al líder yukpa en la defensa y rescate de sus tierras tradicionales en un vulgar criminal, abigeo y hasta violador y, de paso, junto a él, pretenden criminalizar a uno de sus principales aliados en la lucha, como es el caso del Profesor Lusbi Portillo y su organización no gubernamental ecologista Homo et Natura.
Por todo lo anteriormente expuesto y, ante la grave situación en la que está en riesgo la libertad y la vida de Sabino Romero y la comunidad yukpa de Chaktapa, así como la del profesor de la Universidad del Zulia Lusbi Portillo, nosotros, los que abajo firmamos, nos dirigimos a los pueblos del mundo, al pueblo de Venezuela y al Gobierno del Presidente Chávez, para solicitar y exigir:
1.- Cese a la persecución y criminalización del líder indígena Sabino Romero y a la comunidad yukpa de Chaktapa que sólo está exigiendo el reconocimiento y recuperación de sus tierras tradicionales y ancestrales.
2.- Solicitamos del Presidente Chávez la revisión total y reorganización del proceso de demarcación territorial indígena realizado por la Comisión Nacional y Regional respectivas, pues, ambas han actuado a contracorriente de las justas aspiraciones de los pueblos afectados.
3.- Exigimos el respeto a la vida de Sabino Romero, amenazado de muerte por los hacendados.
4.- Exhortamos al Presidente Chávez a desconocer y anular toda concesión de explotación minera (petróleo, carbón, gas, uranio y cualquier otro mineral) en territorio indígena.
5.- Llamamos a todos los pueblos, organizaciones y personalidades identificadas con la posibilidad de construir otro mundo a sumarse a este llamado y a defender la vida de los pueblos y civilizaciones originarias de nuestro continente.
Movimiento de los Sin Tierra. Brasil
Vía Campesina. Brasil
Ejército Zapatista de Liberación Nacional. EZLN
CONAIE. Ecuador
Minga de Resistencia Social y Comunitaria (Colombia) Clorofilazul (Venezuela)
Plataforma por los Derechos de los Pueblos (Venezuela)
Sistema Zamora Libre (Venezuela).
Personalidades:
Carlos Walter Porto-Goncalves. Brasil
Edgardo Lander. Venezuela.
Pablo Tasso. Argentina.
Efraín León. México.
Luis Fuenmayor Toro (Venezuela)
Doris Chávez (Venezuela),
Iris Argüello (Venezuela),
Luis González (Venezuela)
Luis Ángel Barreto (Venezuela)
José Javier Franco (Venezuela)
María del Mar Jaspe (Venezuela)
Elaine Centeno Álvarez (Venezuela)
Maya Mazzoldi Díaz (Venezuela)
Yalitza Ramos Gil (Venezuela)
Calixto Castro (Venezuela)
Luis Perales (Venezuela)
Deinys María León (Venezuela)
LucíaBorjas (Venezuela)
Amparo Gil Vanegas (Maracaibo, Venezuela)
Nicanor A. Cifuentes Gil (Maracaibo, Venezuela)
Nicanor Cifuentes Gómez (Maracaibo, Venezuela)
René Baralt (Venezuela)
Ruth Jiménez (Venezuela)
Milena Frontado (Venezuela)
Zaidy Ferandez Soto (Venezuela)
Carmen Salazar (Caimancito)
Lucía Morán (Venezuela)
Ángel Oroño (Venezuela)
Samuel Bravo (Venezuela)
José Javier León (Venezuela)
Norman Prieto (Venezuela)
Ana felicia Nuñez (Venezuela)
Tito Nuñez Silva (Venezuela )
Marianela Urdaneta (Venezuela)
Luis Medina (Venezuela)
Teresa Gamboa (Venezuela)
Horacio Oneto (Venezuela)
Juan Pablo Nuñez Morillo (Venezuela)
Miguel Ángel Hernández (Venezuela)
Luis Perales (Venezuela)
Orlando Chirino (Venezuela)
Elaine Centeno (Venezuela)
Maya Mazoldi Díaz
Yalitza T. Ramos G.
Calixto Castro
Luis Perales
Deynis María León
Lucía Borjas (Venezuela)
Douglas Carrasco
Omar González Ñañez
Juan Carlos Sotillo Meneses (Venezuela)
Juan C. La Rosa Velazco
Manuel Suárez
Yudith Contreras
Miguel Fuenmayor
Naile Figuera
Movimientos y Colectivos:
Plataforma por los Derechos de los Pueblos (Venezuela)
Clorofilazul (Venezuela)
Equipo Proyecto de la Comunicación Libre, La Mancha (Venezuela)
Corriente Clasista Revolucionaria y Autonoma (Venezuela)
Movimiento por la Unidad de los trabajadores Alfredo Maneiro-Patria Obrera (Venezuela)
Frente Revolucionario de Inquilinos y Ocupantes -FRIO (Venezuela).
Comuna Tierra y Hombres Libres (Lara-Venezuela).
Núcleo Endogeno Cultural Capirugente (Venezuela)
Fundación para el Ejercicio de los Derechos Culturales del Ciudadano (Venezuela)
Centro de Producción Audiovisual y Radiofónica- Escuela Comunal de Medios Populares (Venezuela)
Partido de la Revolución Venezolana-Tercer camino.
Colectivo Cuento, Fiesta y Candela-Radio Nido de Chuchuve. (Venezuela)
El Lápiz Rebelde (Venezuela)
Ateneo La Libertaria (Venezuela)
Colectivo Cultural Toromayma (Venezuela)
Colectivo Pólvora en la calle (Venezuela)
RPM 101.7 FM y Periódico El Bulevard
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Carta de intelectuales a Chávez, en respaldo a las peticiones del movimiento indígena y popular en resistencia
AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA Sr. Hugo Chávez Frías
Es con enorme preocupación que nos dirigimos a Usted, frente a los sangrientos acontecimientos ocurridos en territorio indígena de la Serra de Perijá, estado de Zulia, República Bolivariana de Venezuela. Es un hecho histórico, Señor Presidente, que en las últimas décadas la insurgencia indígena se viene constituyendo en la principal fuente de resistencia a la nueva onda de expropiación en curso que busca apropriarse de los territorios que aún están bajo el dominio de los pueblos indígenas, afrodescendientes y de diferentes campesinos (pescadores, montañeros, Pueblos de la Selva (Chico Mendes), entre tantos otros).
Los pueblos indígenas, Señor Presidente, son una fuente de inspiración para todos nosotros por su lucha de 500 años por la preservación de sus territorios sin los que, sus culturas, quedan reducidas a un lujo exótico para la explotación turística. Sabemos cómo nuestros recursos naturales vienen siendo objeto de la codicia del imperialismo y también por un colonialismo interno que reproduce, al interior de nuestros países, las mismas pretensiones de desalojo de los pueblos indígenas so pretexto de un desarrollismo que, más allá de eso, ha sido responsable de la devastación del medio ambiente y por la exclusión social.
Lo que viene ocurriendo en la Sierra de Perijá no es una novedad en la historia de resistencia de 500 años de los pueblos indígenas: grupos no-indígenas de hacendados, ganaderos, mineros, además de funcionarios del Estado, buscan dividir a los pueblos indígenas para debilitarlos y de esta forma, introducir en sus territorios un modelo societario en base a la propiedad privada y en principios liberales individualistas cuyo resultado, históricamente, ha sido la miseria y la devastación. No debemos olvidar, Señor Presidente, que el derecho indígena es un derecho originario y, por tanto, tiene precedencia sobre cualquier otro que pueda ser invocado. Siendo así, el reconocimiento de la territorialidad del pueblo Yukpa, con sus prácticas de uso comunitario y colectivo de todas las fuentes de vida – plantas, animales, suelo, aire y agua – debe ser respetada, evitándose su parcelamiento entre propietarios privados, con todas las implicaciones que esto trae de estímulo a prácticas individualistas y anti-comunitarias.
En los años ochenta, la misma incomprensión de la lucha indígena, en el caso de los Miskitos, llevó a la Revolución Sandinista (1979-1989) a un innecesario desgaste, toda vez del apoyo que los Miskitos dieron a la Revolución en contra de la dictadura de Somoza. En Venezuela, Señor Presidente, fue grande la esperanza indígena de que sus territorios serían, finalmente, demarcados. Su cercanía a Evo Morales, quien ha sido objeto de una intensa campaña de carácter racista, nos lleva a creer que una política coherente con la política externa también pueda ser practicada en territorio nacional. En este caso, Señor Presidente, debemos ser claros en distinguirnos de los sucesos ocurridos recientemente en la Amazonia peruana, cuando decenas de indígenas fueran asesinados por una política colonial-desarrollista del neoliberal Alan García.
Es por esta razón Señor Presidente que, nosotros intelectuales y personalidades que acompañamos con simpatía la Revolución Bolivariana, acudimos a Usted para pedirle que tome en sus manos las riendas de lo que viene ocurriendo en la región de la Sierra de Perijá, comenzando por el respeto a la vida del Cacique Sabino Romero y, sobre todo, tomando en serio las reivindicaciones de las organizaciones sociales que vienen dando apoyo a la causa de los indios Yukpa, ellas son:
1.- Concretar El pago de las bienhechurías de las haciendas recuperadas (demanda recurrente de las comunidades Yukpa y orden presidencial desde agosto de 2008), como exigencia esencial para generar un ambiente de seguridad y confianza que pueda dar paso a la demarcación.
2.- Inclusión efectiva de las autoridades ancestrales y tradicionales del Pueblo Yukpa em la toma de decisiones de los asuntos que les afecten más directamente como pueblo, de conformidad con el derecho Yukpa y la legislación indigenista vigente. El Estado debe incluir el protagonismo indígena en todo el proceso de demarcación, en particular, en el proceso de su planificación.
3.- Reformular los procedimientos para la consulta pública. Em el caso Yukpa, la consulta debe ser comunidad por comunidad y cumpliendo el principio de la información previa, libre y de buena fe. Los documentos importantes del proceso de demarcación deben ser traducidos al idioma Yukpa.
4.- Garantizar que la demarcación cumpla con los criterios de “Tierras saneadas: sin hacendados ni minas”, que ha sido la solicitud expresa y permanente de las comunidades Yukpa.
5.- La destitución de todos los funcionarios del Estado involucrados en este proceso, porque su orientación está contribuyendo al conflicto y no a su solución.
Seguros de su receeptividad, Señor Presidente, no sólo suscribimos esta carta, sino que nos ponemos a su disposición para contribuir al pleno êxito de la Revolución bolivariana, sobre todo, para incorporar la defensa del derecho originario de los pueblos indígenas a sus tierras, condición sine qua non para que su cultura tenga la dignidad que hasta ahora les ha sido negada.
Ana Ester Ceceña – México
Carlos Walter Porto-Gonçalves – Brasil
Nubia Estella Lindo Rojas – México.
Pablo Tasso – Argentina.
José Angel Quintero Weir – Venezuela
Efraín León – México.
Alexis Fernández – Venezuela.
Zaide Fernández – Venezuela.
Roland Dennis – Venezuela.
Don Tomás Balduíno – Bispo e Membro da Comissão Pastoral da Terra – Brasil.
Raul Zibechi – Uruguay
Dra. Virginia Fontes (Brasil)