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Brasil: Medio millon de trabajadores publicos dispuestos a paralizar hoy (castellano)

08.07.03

Presidente Lula enfrenta una huelga contra la reforma jubilatoria

Lula da Silva, el presidente brasileño, se enfrenta a su primera huelga. Los empleados públicos lo acusan de traicionar a su partido con la reforma del sistema estatal de pensiones.

Brasilia (Reuters).- El gobierno de Brasil se preparaba el lunes para enfrentar la primera huelga de empleados públicos, que acusan al presidente Luiz Inácio Lula da Silva de traicionar a su izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) con una proyectada reforma del sistema estatal de pensiones.

Lula, quien en su época de líder sindical promovió huelgas, espera que la mayoría del PT, que ayudó a fundar hace 23 años, lo respaldará el martes, cuando un millón de trabajadores federales fueorn convocados a protestar contra la iniciativa.

“Si no se toman medidas, en los próximos años el sistema de pesiones estará totalmente ahogado”, dijo el ministro de la Seguridad Social, Ricardo Berzioni.

Después de tres intentos frustrados de alcanzar la presidencia, Lula llegó al poder el 1 de enero y aplicó un programa político moderado, con la intención de reformar los sistemas de pensiones y de impuestos.

Además implementó una política fiscal conservadora con el objetivo de contener la inflación y mantener satisfechos a los inversores financieros.

La huelga del martes, que buscará paralizar al Banco Central y al Ministerio de Economía, será una prueba para saber cuánto respaldo mantiene Lula, sobre todo entre los funcionarios públicos, que tradicionalmente han apoyado al PT.

“Se está yendo hacia la privatización (del sistema de pensiones), como en Chile, como pasó en Italia, y nosotros estamos intentando frenar eso”, dijo Janete Luzia Leite, una de las organizadoras nacionales de la huelga.

Los empleados públicos serán afectados fuertemente si el Congreso aprueba la reforma de pensiones, que prevé aumentar la edad de jubilación y redistribuir beneficios para mantener a flote el sistema, tras la sangría de 56.000 millones de reales (unos 19.000 millones de dólares) que sufrió en el 2002, cerca del 4,3 por ciento del Producto Interno Bruto de Brasil.

Mientras afiches rojos están empapelando las ciudades brasileñas, los sindicatos convocantes esperan que más del 40 por ciento de los trabajadores participen de la huelga.

Otros sindicatos, como la poderosa Central Unica de Trabajadores (CUT), vinculada al PT, optó por negociar con el gobierno en lugar de ir a la huelga.

“Yo negociaría; el gobierno ahora está más preocupado por los agricultores sin tierra que por funcionarios federales”, dijo Maria Christina Rink, una profesora universitaria del estado de Minas Gerais, cuyo sindicato participará de la huelga.

La huelga llega cuando parte de la tradicional base electoral del PT, que incluye al Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tiera (MST), pide al gobierno que responda a sus reivindicaciones.

Junto con la huelga, Lula enfrenta el dolor de cabeza de la revuelta nacional de los campesinos sin tierra. que últimamente han intensificado su demandas.

Ahora en el poder, el PT se ha aliado con partidos centristas a los cuales antes se oponía.

Los líderes del PT en el Congreso dicen que con estas alianzas, ahora ya tienen suficiente apoyo para aprobar la reforma de pensiones en la Cámara Baja en agosto, sin que influencien las protestas en la calle.

El paso por el Senado es normalmente bastante más fácil que en la Cámara baja.

El precio de los bonos soberanos brasileños sufrieron una baja con la perspectiva de la huelga.

“Se han dado cuenta que hacer cambios significativamente positivos con respecto a las reformas del sistema de impuestos y de pensiones va a ser difícil”, dijo Mark Siegel, director de David L. Babson & Co., miembro de MassMutual Financial Group. REUTERS


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